Bodas de Sangre

Bodas de Sangre
Una vez superados los obstáculos ayudado en su mayor parte por Dylan, Kendall logró finalmente contraer matrimonio con Sophie. Después de la boda, Dylan emprenderá un nuevo, inesperado e insólito camino a través de un mundo del que no tenía ni idea de su existencia, mientras que la nueva pareja parte rumbo a Inglaterra para dar comienzo a un matrimonio que todos se preguntan cómo va a terminar siendo que dio inicio con unas Bodas de Sangre

miércoles, 6 de agosto de 2014

Cap. 58 Lascaux…



En Dordoña una población de la región de Aquitania en Francia, se encuentra el sistema de cuevas de Lascaux y fue allí a donde André se llevó a Pierre para sacarlo de circulación hasta que estuviese en mejor disposición para relacionarse sin causar tantos desastres.

Evidentemente el chico no estaba para nada contento con aquello, ya que habiendo crecido rodeado de lujos y comodidades, aquel entorno no solo le parecía hostil e incómodo sino que lo consideraba impropio para alguien de su posición e importancia. Sin embargo, su nueva condición exigía algunos sacrificios según lo que le dijo André, y siendo que difícilmente habría podido oponerle resistencia, no tuvo más alternativa que aceptar la situación.

Para André que no era especialmente afecto a enseñar nada, también estaba suponiendo un enorme sacrificio hacer entrar por el aro a aquel muchachito malcriado y su paciencia se estaba agotando.

Cuando llevaban unos pocos meses allí, una noche André se puso alerta y cuando Pierre le preguntó qué sucedía, él se llevó un dedo a los labios indicándole silencio, se llevó la mano al bolsillo y se pegó a la pared. André sabía que el peligro de estar en zonas como aquella no eran los Lovets sino los razverevied, sacó rápidas cuentas y pensó que si se trataba de aquello posiblemente pasaría un mal rato, porque estaba razonablemente seguro de poder con ellos ya que sin duda los superaba en fuerza, destreza y años, pero si bien podía defenderse, proteger a Pierre resultaría un asunto algo más difícil, porque aparte de carecer de la destreza y rapidez, tampoco poseía un maldito nelegasi.

Sin embargo, toda su preocupación aunque era justificada no tenía base, porque no se trataba de ningún razverevied sino de  Henri D’Albret.

-         ¿Sabes lo cerca que estuviste de perder la cabeza?

-         Lo imagino, pero como comprenderás era difícil hacerte llegar una carta aquí  --  dijo Henri  y miró a Pierre  --  ¿Estás disfrutando tu estancia?  --  le preguntó con diversión

-         No seas estúpido  --  contestó con mal humor el chico que no estaba en uno de sus mejores días  --  ¿Quién podría disfrutar de esta pocilga?

-         Bueno, les traigo algo que alegrará sus días sin duda  --  dijo Henri y volviéndose emitió un silbido

Unos minutos después entró su otro amigo Louis Bouciacault en compañía de otro sujeto, pero al verlo Pierre hizo ademán de írsele encima.

-         Eh, eh  -- lo detuvo Henri  --  tranquilo niño

-         ¡Suéltame!  --  exclamó Pierre  --  Aquí no están los desgraciados que según ustedes pueden hacerme preso ¿no?

-         En primer lugar, no estás en posición de darme órdenes monsieur Le Duc, en segundo no es según nosotros, es que de veras pueden hacerlo, y tercero, te convendría escuchar antes de hacer necedades

Pero mientras Henri  sostenía aquel diálogo con Pierre, André se había aproximado a Louis y su acompañante.

-         Vaya, vaya mira nada más  --  dijo mirando al chico  --  el futuro Duque de Darnley  --  y acto seguido soltó una carcajada


Brian había abandonado París rumbo a Venecia desde donde se embarcaría hacia las islas griegas que quería visitar. Sin embargo, antes de poder emprender el viaje en barco debió aguardar unos días, tiempo durante el cual y en la hostería donde se estaba quedando, conoció al Conde de La Fère y al Baron d’Auvergne, estos individuos le resultaron muy simpáticos no solo porque eran caballeros de buena cuna, sino porque tenían una alegría contagiosa que le recordaba mucho a su hermano Derek. Durante el tiempo que tuvo que  esperar para emprender el viaje, hizo amistad con estos sujetos y con agrado se enteró que ellos pensaban hacer el mismo recorrido, de manera que cuando les avisaron que ya todo estaba listo para zarpar, abordaron juntos la embarcación.

Durante el viaje se divirtieron mucho, conocieron a unas lindas señoritas que viajaban en compañía de su familia y sin duda el peso de sus apellidos les permitió acercarse a ellos con muy poca reserva de parte de sus padres. De las cinco damitas, a Brian le gustó la más silenciosa y por tanto más difícil, lo que le valió las burlas de sus nuevos amigos.

Cuando desembarcaron en Corfú, Brian hizo todo lo imaginable para coincidir siempre con aquella familia en las excursiones por la isla, pero Jane que era el nombre de la chica, se las arreglaba para mantenerse inaccesible.

-         Amigo mío  --  le dijo Henri una noche en la que Brian se encontraba especialmente frustrado  --  muchas damas utilizan ese método para atraer más la atención del caballero en cuestión y a la larga lograr un anillo en su dedo.

-         Pues no estaré muy cerca de ofrecérselo si ni siquiera puedo cruzar más que dos o tres palabras con ella  --  dijo Brian malhumorado

-         Vamos  --  dijo Louis poniéndose de pie --  hay cientos de diversiones más accesibles en esta isla

Aunque Brian no tenía especiales deseos de salir, casi fue arrastrado por sus amigos y ciertamente se divirtió mucho, lo que lo hizo olvidarse por un rato de Jane pero al día siguiente su problema seguía allí y realmente estaba considerando medidas extremas.

-         Analicemos esto con calma Brian  --  dijo Louis durante el desayuno  --  ¿Por qué precisamente ella? En mi opinión su hermana Margaret es mucho más atractiva y ciertamente más amistosa

-         Sin contar con que no deja de mirarte  --  agregó Henri

-         Escuchen, tal vez ustedes no tengan ese problema y no me explicó por qué, pero el caso es que mi padre me ha estado urgiendo para casarme, de modo que si he de hacerlo, al menos que sea con alguien de mi agrado y Jane me gusta mucho.

-         ¿En serio estás pensando en casarte con esa chica?  --  preguntó Henri aunque sabía la respuesta

-         En mi opinión el matrimonio es un asco  --  dijo Louis antes de que Brian pudiese contestar

-         Bueno, parece adecuada y me agrada

-         Posiblemente te agrade pero dudo que tu padre esté de acuerdo con lo de adecuada  --  dijo Henri y como Brian lo miró con extrañeza, explicó  --  Los Badingthon tienen dinero y propiedades pero tienen de nobles lo mismo que tú de mendigo.

-         Pero son parientes del Duque de Hertford, de modo que…

-         ¿De veras? Eres muy ingenuo Brian Arlingthon  --  le dijo mirándolo con conmiseración  --  Créeme, tu padre jamás aceptará mezclar su sangre con la de éstas personas.

-         De acuerdo, aceptando que soy ingenuo como dices  --  dijo el chico un tanto  molesto  --  ¿Cómo sabes tú tanto de ellos?

-         Digamos que presto atención a los detalles, a lo que dicen y especialmente a lo NO dicen  --  concluyó Henri

-         Hazle caso Brian  --  dijo Louis  --  si tanto te gusta, puedes tenerla lo mismo sin necesidad de complicarte tanto la vida

-         Independientemente de lo que digan, no creo que sea de la clase susceptible a ser convencida de un trato más íntimo si ni siquiera es fácil hablarle.

-         Reconozco que representa bien su papel de niña virtuosa pero…  --  se detuvo un momento cuando Henri lo miró

-         ¿Pero qué?  --  preguntó Brian

-         ¿Y si te dijera que hay otras formas?

Brian lo miró durante unos segundos pero todas las otras formas que se le ocurrían distaban mucho del comportamiento habitual de un caballero bien nacido. Pero para su sorpresa Louis sonrió.

-         Sé lo que estás pensando  --  y obviamente de hecho lo sabía perfectamente  --  pero te aseguro que no tendrás que forzarla

-         Me alegra saberlo pero tampoco voy a colocar nada en su comida o bebida

Sin embargo, la conversación quedó suspendida cuando uno de los empleados del establecimiento donde se hospedaban les avisó que los estaban esperando para partir en la excursión de aquel día. De modo que cuando Brian reanudó sus infructuosos intentos por acercarse a la esquiva señorita, Henri se acercó a Louis y lo separó del grupo con el que conversaba animadamente.

-         No me parece

-         A ti nunca te parece nada, eres casi tan aburrido como nuestro ilustre duque  --  dijo Louis con diversión

-         Sabes el tamaño del problema en el que nos meteremos si algo sale mal ¿verdad?

-         ¿Y por qué algo habría de salir mal señor conde?

-         Porque normalmente eres irresponsable y precipitado

-         Pues gracias al cielo que no eres mi padre o realmente mi vida sería muy difícil  --  dijo Louis ahogando la risa

Pero en realidad era como si lo fuese, y si había alguien que conociese a Louis  mejor que nadie ese era Henri y sin duda llevaba razón, porque las que acababa de enumerar eran las características que definían a Louis Boucicault. A diferencia de Henri que había nacido siendo el único heredero de su título y había recibido una esmerada educación, Louis venía de las calles, por lo que su título era una invención de André. Su familia lo vendió por unas cuantas monedas que sirviesen para alimentarlos durante algún tiempo y de ese modo lo condenaron a una vida miserable de trabajo sin descanso y en las peores condiciones. Esto sucedió cuando el pequeño tenía ocho años, pero a los diez el chico se escapó. Corrió a todo lo que sus débiles miembros daban después de dos años de ser alimentado con un mendrugo de pan después de ocho o doce horas de trabajo continuo. Se perdió en el bosque porque sabía que allí no lograrían encontrarlo, ya que después de una búsqueda superflua, supondrían que había muerto incapaz de sobrevivir a las condiciones del exterior. Sin embargo, Louis lo consiguió, aprendió a cazar y a proveerse los alimentos de las plantas que en cualquier caso eran mucho mejores que lo que hasta entonces le habían dado. Cuando fue un poco mayor se aventuró a centros poblados, pero se resistía trabajar para nadie de nuevo, de modo que se volvió un hábil ladrón y así sobrevivió hasta la edad de dieciocho años cuando tuvo la mala o buena suerte de tropezarse con un Devrig y pensando que podía con él como con cualquier otro, intentó robarlo con las consecuencias previsibles.

Henri por su parte debía su transformación a una mujer. Siendo el único heredero de su título, fue obligado a casarse a los diecisiete años con una mujer mayor que él y a la que nunca pudo ver con buenos ojos, y tristemente para su padre, murió sin ver los herederos a los que aspiraba, porque aparte de que a Henri se le hacía francamente difícil cumplir con sus obligaciones maritales, la mujer en cuestión nunca quedó embarazada. No obstante, Henri siempre se procuró compañía más de su agrado y cuando tenía veintiún años conoció a Madame Lautrec, la mujer que cambiaría su vida. Una vez que esta mujer efectuó la transformación, Henri pasó a manos de Bertrand el hermano de ella quien se ocupó de su entrenamiento. En líneas generales podía decirse que eran buenas personas, pero ambos estaban al servicio de André y siendo que en una oportunidad fallaron en una comisión, André los asesinó a ambos. Como ya conocía a Henri, lo sumó a sus filas y dada su buena cuna fue utilizado como espía entre las altas esferas, algo que siempre interesaba a André por uno u otro motivo.

Una noche en la que Henri volvía a su casa, se topó con un cuerpo tirado a un lado de la vía, decidió detenerse y al verlo siendo que ya llevaba más de cien años siendo un Devrig, reconoció de inmediato el ataque de uno de sus congéneres. Henri nunca había efectuado una transformación, pero al ver que el chico aun respiraba y era muy joven, decidió llevárselo a André quien no se mostró especialmente complacido pero aceptó efectuar la transformación. Sin embargo, después de hacerlo le dijo que él no se haría cargo del crío y que era su responsabilidad. De ese modo Henri se convirtió en el Zsameni de Louis, lo entrenó, lo enseñó a leer y a escribir y lo instruyó por órdenes de André para que pasase por un caballero. Así que bien mirado, podía decirse que si no era su padre, era lo más cercano a uno aunque Louis nunca lo había visto de ese modo.

Henri salió de sus pensamientos y prestó atención a lo que decía Louis, ya que era de vital importancia estar siempre al tanto de lo que aquella alocada mente planeaba.

-         Por algún motivo a André le interesa este sujeto, de modo que serán más los beneficios que las pérdidas.

-         Pero no sabemos si lo quiere transformado  --  replicó Henri

-         Escucha, sabemos que nadie en el planeta supera a André en arrogancia, salvo quizá son Altesse rèel  es decir, nuestro querido príncipe de hielo, así que si no lo quiere transformado, lo mata y asunto concluido. Igual le estaremos haciendo un favor.

Henri no era ningún ángel pero medido por los parámetros de aquellos dos, sin duda era casi uno, de modo que aún se sorprendía ante la frialdad y el olímpico desprecio por la vida tanto de Louis como de André, aunque suponía que al ser éste último quien transformase a Louis, no cabía sorprenderse mucho. Sin embargo, pensó que en líneas generales Louis tenía algo de razón, Brian Arlingthon estaba sentenciado porque André iba tras él, de manera que tal vez esa fuese una buena forma de salvar al chico.

Así que aquella misma noche, Henri se encargó de darle un potente somnífero y Louis hizo todo lo demás, porque él seguía resistiéndose a efectuar transformaciones, pero sin duda tendría que hacerse cargo del entrenamiento  básico, y suponiendo que André no lo matase, también del posterior porque con seguridad André no lo haría, sabían que fuera de no gustarle, estaba harto con Pierre.

Dos días más tarde y cuando su visita a Corfú estaba por finalizar para dirigirse a Creta, y una vez que Brian superó el malestar, Henri y Louis sostuvieron la conversación con él. Al principio Brian pensó que le tomaban el pelo, pero luego de varias demostraciones prácticas del asunto y de una violenta crisis nerviosa de la que Louis se burló mucho llamándolo señorita Arlingthon, Brian comenzó a calmarse y dio inicio el duro entrenamiento inicial.

Siendo que se encontraban en el Mediterráneo, el primer problema a afrontar fue el del clima y como esto siempre llevaba tiempo, Brian se vio obligado a suprimir sus paseos a plena luz del sol, pero en las noches no le iba mucho mejor, porque solía sentir frío aunque la  temperatura no fuese muy baja. Como Brian en líneas generales había sido un sujeto tranquilo y casi aburrido como decía Louis, los cambios en su estados de ánimo aunque oscilantes, no eran tan críticos como los de otros sujetos más explosivos. Con la comida les fue un poco mejor, no tenía mucho apetito pero se esforzaba por alimentarse, de modo que Henri pensó que aquello sería prontamente superado. Pero con lo que sí se les presentó un gran problema fue con el violento deseo que se le despertó por Jane.

Henri se dio cuenta rápidamente que sería un enrome riesgo dejarlo cerca de la chica por mucho tiempo, ya que Brian aun no tenía casi ningún control, así que lo mantenía diligentemente alejado de ella. Sin embargo, Louis menos dado a la discreción le facilitó las cosas a Brian pero los resultados fueron catastróficos, lo que los obligó a abandonar la isla con suma rapidez y dejando a Henri para que se hiciese cargo de arreglar el desastre.

Después que Louis se llevó a Brian en franco estado de shock por lo que acababa de hacer, Henri se deshizo del cadáver de la chica y luego se encargó de que los involucrados no recordasen haberlos conocido, algo que le tomó algunas horas tratándose de tantas personas, pero finalmente había alcanzado a los otros dos en Venecia, de donde decidieron ir en busca de André y era por eso que se encontraban ahora en Lascaux ante un sorprendido pero muy complacido André.

Les tomó algún tiempo convencer a Pierre para que no intentase asesinar a Brian, ya que André había hecho un excelente trabajo al inculcarle un inveterado odio por su apellido. No obstante, se las arreglaron para convencerlo de que la mejor manera de obtener la venganza que ansiaba era aliarse con Brian para destruir a Lord Danworth, a quien decidió responsabilizar por todas las desgracias del mundo.

André sin duda alguna era un hábil manipulador y un mentiroso consumado, de modo que elaboró una versión suficientemente convincente para ambos, que era por supuesto un conjunto de verdades a medias y mentiras descaradas. A Pierre le dijo que había sido Dylan Danworth quien había convencido a Lord Arlington para contraer matrimonio con Sophie Saint-Claire quitándosela de ese modo a Jean Pierre y luego lo había asesinado, pero omitió diligentemente mencionar que Jean Pierre intentaba matar a Arlignthon. Mientras que a Brian, aparte de contarle más o menos lo mismo, le dio un motivo aun mayor para odiar a Dylan, ya que le dijo que había sido por su causa que su anterior prometida había sido obligada a dejarlo, pero le dijo además, lo que Sophie era y que por tanto representaba un peligro para todos ellos.

Pero si bien Pierre no tenía ningún motivo para dudar de las palabras de André, y por el contrario estaba más que dispuesto a creerle si eso favorecía su causa, no era el caso de Brian, porque después de todo, años de cuidados y de amor por fuerza deben dejar huella y generar algo de lealtad por mucho que se haya cambiado.

-         Pero mi madre es una buena persona, es una mujer dulce e incapaz de hacer daño a nadie.

-         Te engañas Brian, las Saint-Claire son criaturas peligrosas y suelen engañar con su aspecto inofensivo, pero aparte de ser brujas poderosas, nos odian como a nada ni a nadie.

-         ¿Pero si es así, por qué Dylan Danworth tendría tanto interés en ponerla cerca de mi padre y de él mismo, y por qué mamá no lo ha descubierto?

Aquí André se encontró con un inconveniente, aunque lo resolvió de forma poco concluyente pero que serviría de momento.

-         No estoy muy seguro de cuáles fuesen sus intenciones, como ya lo sabes somos enemigos naturales y no va a ir por ahí contándome sus planes, de modo que solo puedo conjeturar que tal vez siendo que es un individuo hábil y eso no se lo podemos negar y es más, es algo que nunca deben olvidar  --  dijo mirando a los dos chicos  --  quizá haya logrado alguna especie de alianza con la vidmagy, utilizando para ello su vieja amistad infantil y sus nuevos poderes.

-         ¿Pero para qué?  --  insistió Brian

-         Tal vez Lord Danworth le guarde algún resentimiento a tu padre y esté esperando el momento oportuno para cobrárselo.

Aquello no tenía sustento por ninguna parte, pero siendo que Brian nunca había simpatizado con Dylan, estaba más dispuesto a creer eso, aunque seguía viendo imposible que su madre estuviese involucrada, de modo que André se jugó una última carta.

-         Es posible que tu madre sea todo lo que dices, después de todo no la conozco y puede ser la excepción con relación a las mujeres de su familia  --  dijo buscando un punto de concordancia con el chico para poder avanzar  --  pero eso solo la coloca en riesgo, porque Danworth es perfectamente capaz de manipular su mente y lograr que ella haga lo que él quiera, incluso traicionar a tu padre.

Aquella era sin duda la mentira más audaz de todas, porque él sabía perfectamente que Dylan estaba muy lejos de poder manipular la mente de una Saint-Claire, pero como eso no lo sabían ellos, sería decididamente efectivo y convencería al reticente Brian.

-         Sé que esto puede ser duro Brian, pero como te dije es muy posible para Dylan Danworth hacer lo que quiera con tu madre, aparte de que cuenta con la ayuda incondicional de nuestro NO deseado soberano. Sin embargo, debes prometerme que veas lo que veas o escuches lo que escuches, jamás intentarás nada en contra de ella o de tus hermanos porque lo que les conté antes no es una leyenda, una sola gota de sangre Saint-Claire, y estarás muerto.

No era que André fue susceptible a las pérdidas, pero pensaba que aquel jovencito podía serle muy útil, ya que tenía un apellido de peso y con el entrenamiento adecuado podría resultar tan útil en Inglaterra como Pierre en Francia, de modo que no le interesaba perderlos a ninguno de los dos, eran sus cartas para asegurar su posición en el mundo, y si se manejaba con cuidado, el Clan Lothian podría convertirse en el Clan Montreuil.



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