Kendall y Christopher habían
regresado de su viaje muy satisfechos, todo con relación al compromiso había
quedado arreglado y la boda se realizaría en la primavera del año próximo.
Sophie aun no lo podía creer pero en vista de que Chris parecía estar contento,
ella aceptó el asunto de buen grado y para sorpresa de todos, Derek no hizo
ningún comentario desagradable.
Sin embargo, había algo con
relación a Derek que los tenía muy extrañados, y era que parecía demasiado tranquilo. Si bien seguía saliendo y no
dejaba de hacer comentarios graciosos o inapropiados cuando le parecía, era
evidente que algo había cambiado en él, y aunque pareciera mentira, quien más
lo estaba resintiendo era Chris pero por otro asunto.
-
¿Puedo pasar? -- preguntó una mañana asomando la cabeza a la
habitación de su hermano
-
No seas necio Chris, claro que puedes
Desde que Chris había cumplido
quince, habían dejado de compartir la habitación y fiel a su apego a las buenas
costumbres, Chris al contrario de su hermano que siempre entraba sin siquiera
llamar, él seguía pidiendo permiso para hacerlo.
-
¿Derek he hecho algo para que estés molesto conmigo?
-
No a mí, en todo caso quien está decidido a fastidiarte la vida eres tú
mismo --
dijo él terminando de vestirse
-
Entonces es eso ¿no? ¿Estás molesto porque voy a casarme?
Derek se volvió con la camisa
aun la mano y lo miró con atención durante unos segundos antes de contestar.
-
Lo estuve, pero en realidad es tu problema y no el mío, así que no, no
estoy molesto contigo
-
¿Entonces qué te sucede?
-
¿Por qué?
-
Vamos Derek, eres el sujeto que no se calla nunca y siempre tiene algo en mente, pero desde que volvimos
casi ni me hablas y no vamos a ninguna parte.
-
A ver si entendí -- dijo Derek
-- llevas casi diecisiete años quejándote
amargamente de mí por todo lo anterior ¿y ahora estás preocupado porque no sucede?
-
Derek…
-
Deberías ponerte de acuerdo contigo mismo hermano, pero en cualquier caso y
para tu tranquilidad estoy perfectamente bien, y sin duda más cuerdo que tú.
Dicho esto y como ya había
terminado de vestirse, abandonó la habitación. Christopher lo siguió y aunque
no estaba en modo alguno satisfecho decidió dejarlo por ahora. A pesar de que
su madre le había dicho cuando le había manifestado su preocupación, que posiblemente
solo se tratase de que Derek estaba creciendo, Chris estaba positivamente
seguro que Derek podía llegar a viejo pero nunca dejaría de ser un niño, por lo
que siguió preocupado y continuó sintiéndose excluido.
Ese día durante el desayuno y
mientras sus padres conversaban, Chris repentinamente se quedó absorto porque
había retrocedido en el tiempo a la edad de siete años. Por esa época Derek de
seis, había pasado varios días en un estado parecido al actual pero había sido
porque aquel pequeño y peligroso cerebro había estado planeando una excursión
nada apropiada para niños tan pequeños y con los resultados previsibles. Como
de costumbre Derek había convencido a Chris de que lo tenía todo cubierto y
habían partido, el asunto fue que esa tarde se desató una furiosa tormenta y se
perdieron. Chris no recordaba haber estado tan asustado nunca en su vida, y ya
se imaginaba que serían devorados por alguna bestia nocturna, pero su padre los
había encontrado y los había devuelto a la seguridad de su casa. Sophie los
había cubierto y después que estaban secos y calientes, Chris se dio cuenta que
no era tan tarde aunque su mente infantil pensaba que habían pasado muchas
horas, en realidad ni siquiera era la hora de la cena aun.
Chris salió de sus pensamientos
y miró a Derek que en ese momento se llevaba un vaso a los labios mientras
miraba distraído hacia el ventanal.
-
¡Derek Arlingthon! -- exclamó
El aludido posó sus azules
ojos sobre su hermano, al igual que Kendall y Sophie después de que ésta
emitiese una exclamación y se llevase la mano al pecho.
-
¿Qué estás tramando? -- preguntó Chris
-
¿Disculpa? -- dijo Derek juntando las cejas
-
Te conozco mejor que nadie Derek ya estuviste así antes y eso nos costó ser
sorprendidos por una tormenta en medio del bosque.
Tanto Sophie como Kendall
giraron la mirada hacia Derek que emitió un suspiro de resignación.
-
¿Chris, no te parece que ya estamos grandecitos como para perdernos en nuestro propio jardín?
-
En primer lugar no nos perdimos en el jardín, pero eso no importa, sé que
estás tramando algo y…
-
Suponiendo que así fuese -- dijo Derek levantándose --
¿Qué te hace suponer que sería lo bastante necio como para
decírtelo? -- y luego miró a sus padres -- Si
me disculpan -- y se marchó
No era que Kendall y Sophie no
hubiesen notado el cambio de Derek, pero seguían pensando que su hijo
simplemente estaba madurando y que Chris se estaba mostrando bastante necio la
respecto. Sin embargo, Sophie miró a Christopher y sintió pena porque en aquel
momento el chico tenía una mirada dolida, y ciertamente así era ya que las
últimas palabras de Derek lo habían lastimado y confirmaban su idea de que su
hermano lo había hecho a un lado.
Después de abandonar el
comedor, Derek había ido directo a las caballerizas donde ya le tenían su
montura preparada, se subió al caballo y salió a escape. Cuando se había
alejado bastante, redujo la velocidad y se sumió en sus pensamientos.
Christopher tenía y no tenía razón, porque si bien Derek no estaba planeando
nada en concreto, sí había estado pensando en el mismo asunto durante mucho
tiempo.
Durante los días que su padre
y su hermano habían estado fuera, él no había sentido ninguna necesidad de
abandonar Darnley porque para Derek Arlingthon no había nada más importante en
el mundo que su madre, de modo que no la dejaría sola en ningún momento. Pero
siendo que también echaba de menos a su hermano, la tarde del segundo día
después de su partida, había ido a su habitación y después de caminar por ella
sin que eso lo hiciese sentir mejor, se había puesto a hojear un libro que
estaba sobre el escritorio.
-
Realmente estás perdiendo el juicio Derek Arlingthon, si ahora vas a ponerte a leer fastidiosos
libros de historia -- se dijo
Pero repentinamente sus ojos
se detuvieron en una hoja marcada y los recuerdos entraron en forma violenta en
su cerebro. Sin embargo, había extrañas lagunas de tiempo que por más que lo
intentó no logró hacer encajar. Después de dos días pensando en lo que
recordaba e intentando recordar lo que no, interrogó a su madre con cautela
acerca de unos días en específico, obteniendo la información de que habían
pasado una noche en Livingstone, eso bastó para que Derek se llevase la mano al
hombro recordando la pelea en el bosque.
No obstante, después que todas
las piezas estaban en su lugar se dio cuenta que estaba casi en la misma
situación, porque no sabía más ahora que antes de aquellos sujetos, y podía
añadirle un enigma más ¿por qué estaban tan interesados en ocultar su identidad
o su oficio? Cuando Chris regresó sostuvo un par de charlas con él tratando de
averiguar lo que su hermano recordaba, aunque fue cauteloso en las mismas, pero
todo indicaba que su hermano no recordaba nada, lo que lo llevó a otra
interrogante ¿por qué el sí podía recordar y Chris no? ¿Se habrían aplicado más
con Chris que con él? ¿Y si era así, por qué lo habían hecho?
Consideró la posibilidad de ir
a Livingstone, pero su instinto le indicó que era mejor no hacerlo, sin
embargo, no había podido dejar de pensar en ello. A todo esto había venido a
sumarse la incómoda sensación de que estaba siendo vigilado, cada vez que
abandonaba Darnley, sentía como si alguien estuviese siguiéndolo, lo que lo
llevó a comenzar a cuestionarse su cordura. Se había encontrado algunas veces
con Dylan y con Luciano, pero se había cuidado muy bien de demostrar tener
algún recuerdo de lo sucedido, y los encuentros en general habían sido muy
breves.
Como a pesar de lo que decían
sus padres Chris seguía mortificado, en una oportunidad que vio a su hermano
dirigirse a la salida, decidió ir tras él.
-
¿Puedo acompañarte? -- le preguntó al llegar a las caballerizas
-
No
-
¿Por qué? -- insistió mientras su hermano se subía al
caballo -- Siempre hemos ido a todas partes juntos
-
Bien -- dijo Derek con una sonrisa maligna --
pero a menos que quieras meterte en la misma cama que voy a visitar, te
sugiero volver a tus libros hermano
Después de eso partió sin
mirar atrás, dejando a Chris boquiabierto.
-
¿Desea que le ensille su caballo milord?
-- preguntó el mozo de cuadra,
pero como Chris seguía mirando el sitio por donde había salido su hermano, el
chico insistió -- ¿Milord?
-
No -- dijo él finalmente y volvió sobre sus pasos
Suponiendo que fuese cierto lo
que había dicho y tenía pocas dudas que lo fuese, lógicamente él no querría ir,
pero en los días sucesivos siguió sintiéndose igual de mal.
Una mañana Chris leyó dos
noticias en el diario, y si bien una le dio una idea para acercarse de nuevo a
su hermano, la otra lo preocupó muchísimo.
La primera hablaba de un
fenómeno natural, el paso de un cuerpo celeste que podría ser observado a
finales del mes de junio, y sabiendo como sabía que si bien su hermano se
interesaba poco por las cosas de este
mundo, no sucedía lo mismo con todo aquello que fuese extraordinario y de orden
científico, a partir de ese día comenzaría a fastidiar a su padre con el fin de
conseguir a como diese lugar uno de aquellos aparatos con los que según
Galileo, podía observarse con detalle aquello que estaba muy lejos en el cielo.
Chris había leído que con aquella cosa,
hacía unos años, en 1611 exactamente, habían podido observar las lunas de Júpiter.
De modo que Chris pondría todo su empeño en conseguir uno con el único fin de
darle gusto a su hermano.
Pero el otro asunto que lo
había preocupado mucho, era que en el diario venía una nota que estaba seguro
hacía referencia a Derek.
Aunque parezca insólito, el joven hijo de un ilustre
caballero, está causando verdaderos estragos en la población femenina del
condado de Suffolk, y si esto sucede cuando apenas
acaba de salir de la cuna, no nos queremos imaginar los eventos que tendrán
lugar cuando visite la corte. Por lo pronto, los caballeros del condado
deberían tener la mayor precaución o ciertos apellidos podrían verse seriamente
comprometidos.
Después de la sorpresa, Chris
pasó a la indignación y luego a la ira. Aunque por ningún lado se hacía mención
al nombre de su hermano, él estaba seguro que hablaban de él, como sin duda lo
estarían los que leyesen aquello, ya que en la región y para esa fecha, no
había nadie más que pudiese ajustarse a esa descripción. Sin embargo, sabía que
hablar con Derek sería del todo inútil, se reiría en su cara y continuaría
haciendo lo fuere que estuviese haciendo, así que tendría que buscar la mejor manera
de hacer frente a aquello antes de que su hermano se metiese en un verdadero
lío.
La misma noticia que había
leído Chris, había sido leída por Luciano y por Dylan, y aunque en principio les
hizo gracia el asunto, luego Dylan pensó con algo más de juicio y al igual que
Chris, que el pequeño Lord Arlingthon podía meterse en más problemas de los que
podría afrontar.
-
Tiene un padre Dylan, no es asunto tuyo y debes recordar lo que dijo
Itlar --
le había dicho Luciano cuando Dylan expresó su preocupación
Sin embargo, y como después de
lo sucedido había decidido dar órdenes para que Derek fuese vigilado con
discreción, le pidió a Yvaylo que lo pusiese en comunicación con el Lovet que
lo vigilaba, de manera que Yvaylo lo hizo venir.
El sujeto en cuestión no
difería en mucho de cualquier otro Lovet que Dylan hubiese conocido, salvo por
el hecho de que había conocido más individuos de origen ruso o eslavo y éste
era a todas luces un caballero inglés, lo que sin duda era ventajoso porque en
caso de tener que dejarse ver, no llamaría en exceso la atención. Su nombre era tan inglés como la hora del té,
James Harwich y era originario de Northampton, aparentaba entre veinte y
veinticinco años aunque sin duda tenía muchísimos más.
Ellos lo recibieron y
escucharon con incredulidad el escandaloso informe que rindió el Lovet,
llegando a dos conclusiones. La primera que quien había escrito el insidioso
artículo seguramente no conocía ni la mitad de la historia, y la segunda que en
verdad aquel chico estaba haciendo muchos y muy rápidos méritos para hacerse
acreedor a que un furioso padre o marido, le quitase su joven cabeza.
-
¡Por todos los cielos, aun no cumple diecisiete! --
había exclamado Dylan
-
Con el perdón de Su Gracia --
había dicho Harwich que había sido educado en las más estrictas normas
de protocolo inglés ya que pertenecía a la nobleza --
Lord Arlingthon puede no tener la edad, pero sin duda no solo la
aparenta sino que se conduce con la misma seguridad, modales y arrogancia de un
caballero de su posición. Y para ser justos, no es que las damas en cuestión
opongan mucha resistencia.
Dylan había guardado silencio
y estaba haciendo memoria. Sus correrías juveniles con Kendall nunca habían
alcanzado aquel nivel de notoriedad, porque en su caso siempre había estado al
tanto de los beneficios de la discreción, y si se hubiese extralimitado con
toda seguridad Joseph Danworth no se habría sentido inclinado a mostrarse
comprensivo. Y en el caso de Kendall, siempre fue más aprensivo, así que en
líneas generales ambos se habían cuidado de no inmiscuirse con damitas
potencialmente problemáticas. De modo que la audacia del hijo menor de Kendall,
se le antojaba peligrosa y ciertamente no la había heredado de su padre.
Harwich fue despachado con la
indicación de mantenerse alerta, aunque realmente no podía intervenir en forma
directa y ni siquiera podía acercarse mucho a Derek, porque según les comunicó,
con aquel joven sucedía algo insólito, y era que parecía poder sentir la vigilancia. Pero en cualquier
caso Dylan le ordenó mantenerse alerta y avisarle de cualquier problema en el
que pudiese meterse.
-
Estás olvidando un pequeño detalle
-- le dijo Luciano aquella noche
porque Dylan seguía pensando en el mismo asunto
-- no es solo hijo de Kendall
Arlingthon
-
¿Qué estás diciendo infeliz? -- vociferó Dylan furioso --
Porque si estás sugiriendo que esa conducta es responsabilidad de su
madre, te juro que voy a…
-
¡Cálmate hombre! -- lo interrumpió --
Pero deberías recordar que su madre a su vez tiene un padre y muchos
otros antepasados con conductas similares o aun peores.
-
Phillipe Saint-Claire no…
-
Dylan eres muy necio, Phillipe Saint-Claire puede que en el tiempo en el
que tú lo conociste estuviese pasando por unos momentos muy difíciles que no le
permitían pensar en nada más que no fuese su familia, pero te aseguro que es
tanto o más peligroso que su pequeño nieto, por no hablar de otros Saint-Claire
que como dije han sido mucho peores.
Ciertamente a Dylan no le cabía
aquello en la cabeza, y poco tiempo después, Derek se vería envuelto en el tan
temido problema.
Cuando Kendall había leído el
mencionado artículo y como cabía esperar, había montado en cólera, pero no
queriendo mortificar a Sophie, había mandado llamar a Derek al estudio.
-
¿Querías verme padre? -- pero antes de decir nada o simplemente porque
no sabía qué decir, Kendall le lanzó la hoja del diario
-
Si me preguntas, impreciso y mal escrito, así que en mi opinión…
-
¡Derek!
-
De acuerdo, asumo que no quieres mi opinión
-- dijo con tranquilidad --
¿Entonces por qué estoy aquí?
-
¿Sabes lo que esto puede hacerle a nuestro apellido?
-
Siendo que nuestro apellido, no
está en capacidad de elevar una queja…
-
Derek, deja de decir payasadas
-
Padre, supongo que recuerdas que soy un chico ¿verdad? De modo que solo
muestro el adecuado interés en el sexo opuesto, en mi opinión deberías
preocuparte si me interesase por el sexo equivocado, pero no siendo así, no veo
por qué tanto escándalo.
Kendall se llevó una mano a la
frente intentando tranquilizarse. Tenía que encontrar un modo de entenderse con
aquel individuo o sufriría un infarto antes de conocer al que venía en camino.
-
Derek -- dijo del modo más calmado que le fue
posible -- entiendo tu interés en las chicas y estoy de
acuerdo en que es normal, pero en lo que no estoy de acuerdo es en que te
pongas en evidencia de este modo
-
Y no lo hago, pero difícilmente puedas culparme si las damas no son capaces
de guardar el esperado silencio, que en todo caso les hace más daño a su
reputación que a la mía.
Kendall pensó que
definitivamente no había modo, así que lo intentó de otra manera que sabía era
el lado más sensible de su hijo.
-
Si no quieres pensar en ti, entonces piensa en tu madre --
dijo -- ¿Cómo crees que se sentirá cuando se entere
de esto? -- pero los ojos de Derek brillaron en forma
peligrosa
-
Siempre he creído que eres un sujeto inteligente padre, de modo que espero
actúes en consecuencia y evites que mi madre lea esa basura.
-
Puedo evitar que lea esto -- dijo señalando la hoja -- pero
si continúas comportándote del mismo modo, en algún momento se va a enterar.
Así que te pido por favor que modifiques tu conducta o…
-
¿O qué padre? -- lo interrumpió y luego agregó con sonrisa
maligna -- Tú aspiras a que me case algún día ¿no? ¿Cómo
voy a hacerlo si antes no me he formado un criterio justo de todos los posibles
aspectos de las criaturas en cuestión?
Kendall abrió la boca pero no
sabía en realidad qué decir, de modo que la conversación finalizó casi igual
que como había comenzado, es decir, con Kendall pensando que aquel pequeño
demonio le había sido enviado ex profeso
para hacerle la vida miserable, y aunque amaba a sus hijos, en ocasiones sentía
verdaderos deseos de ahorcar a aquel.
Aproximadamente un mes después
de aquella conversación, Derek acudió a una de sus muchas citas. En aquella
ocasión había quedado en encontrarse con Lady Mary a las afueras de Ipswich. El
asunto fue que la dama en cuestión, era la joven esposa de Sir Thomas Bridlingthon,
miembro de la cámara de los Comunes, y al parecer este caballero ya había sido
advertido de las distracciones de su
esposa, de modo que había decidido ponerle punto final al asunto. Lo que nadie
le advirtió al hombre, fue quién era
el acompañante de su esposa, de manera que su sorpresa fue mayúscula cuando los
sorprendió en medio de un apasionado beso. Tal vez si Derek no hubiese tenido
un instinto tan bien desarrollado, que fue lo que lo hizo separarse de la chica
y a ésta a su vez abrir mucho los ojos al ver a su marido, no habría tenido
tiempo para evitar ser asesinado. Derek se volvió justo en el momento que el
hombre avanzaba hacia él, y fue el turno de Thomas de abrir los ojos con
desmesura.
-
¿Lord Arlingthon? -- exclamó más que preguntó
-
Sir Thomas -- dijo Derek con tanta tranquilidad como si
acabasen de encontrarse en medio del camino
-
¿Qué significa esto?
-
Se me hace muy difícil creer que sea algo que requiera de explicación Sir
Thomas
En ese breve lapso de tiempo,
Mary había intentando infructuosamente poner algo de orden en su atuendo, y
cuando su marido desvió la mirada hacia ella, la ira que había sido sustituida
momentáneamente por la sorpresa, volvió en toda su intensidad.
-
Escúchame niño, ahora mismo iremos a Darnley y…
El individuo que mientras
hablaba había intentado alcanzar a Derek, se detuvo súbitamente la tropezar con
una mirada tan filosa como la daga que lo apuntaba en ese momento.
-
Para empezar creo que tendrá alguna dificultad con eso, porque nadie me
obliga a hacer algo que no desee -- dijo Derek
-- En segundo término, le sugiero
ver de nuevo, porque si algo NO soy,
es un niño y por las dudas tienen usted muy cerca a quien podría
aclarárselo -- agregó con supremo descaro -- Y
por último, para usted soy Lord Arlingthon
-- finalizó con toda la
arrogancia propia de su sangre
-
¡Vas a pagar por esto! -- exclamó Sir Thomas
-
Ahora escúchame tú a mí infeliz. Yo soy un Arlingthon y te queda muy grande
amenazarme. Suponiendo que tengas algo de inteligencia, te marcharás sin hacer
escándalo.
Aunque en justicia aquel
hombre tenía todo el derecho a estar furioso, también sabía que a pesar de
tener cierta posición, los Arlingthon eran miembros destacados y respetados de
la nobleza, así como recordó que aparte de ser un Arlingthon ese chico era
nieto de Phillipe Saint-Claire, otro sujeto que aunque no fuese inglés era
igualmente respetado y peligroso. De modo que si hacía algo en contra del
retoño de Su Señoría, lo más seguro
era que terminase en la Torre
de Londres antes de darse cuenta. Sin embargo, la expresión de desdén de aquel
crío hizo que su furia aumentase y terminaría por hacerlo cometer una soberana
tontería.
Derek por su parte, miraba al
hombre con una frialdad suprema, ya que había crecido muy consciente de su
posición, y por sus venas corrían siglos de arrogancia. Los Arlingthon habían
sido habitantes de Suffolk desde siempre, región aquella que sufrió las
invasiones vikingas y éstos individuos habían dejado su huella a las futuras
generaciones. Y por otra parte, su sangre estaba mezclada con la efervescente
sangre gala, cuya nobleza se perdía más allá de la caída del Imperio Romano,
hechos todos de los que estaba perfectamente al tanto gracias a su abuelo, a
quien debía también un par de cosas más. De modo que con todo este bagaje de
pesada y rancia aristocracia, no había nada que le importase menos a Derek, que
la justa indignación de aquel sujeto, algo que solo sería posible entender
desde su punto de vista, el entorno y la época en la que vivían.
Como Thomas no podía dirigir
su ira hacia Derek, avanzó hacia su mujer y la abofeteó, algo que fue un gran
error, porque al minuto siguiente tenía un tajo en el rostro.
-
En mi presencia nadie golpea a una dama
-- le dijo Derek
-
¡No es una dama, es una zorra!
-
Sigue siendo una mujer, y es la tuya por cierto
Thomas hervía de rabia, de
modo que cometió su segundo error al desenvainar su espada. Harwich que había estado observando todo el
asunto, y que estuvo a punto de hacerse visible cuando Thomas llegó y tuvo
intenciones de atacar a Derek, consideró que había llegado el momento de
intervenir.
-
¿Qué está sucediendo aquí?
-
Sea quien sea usted no es asunto suyo
-- dijo Derek sin volverse porque
su abuelo le había enseñado que era mal asunto quitar los ojos de quien te está
amenazando
Sin embargo, Thomas si había
levantado los ojos por encima del hombro de Derek al escuchar al hombre y su
expresión cambió al reconocer en él a un caballero de noble cuna.
-
Le sugiero guardar eso señor --
dijo Harwich avanzando hacia ellos pero aun fuera de la línea visual de
Derek
-
Este es un asunto privado y…
-
No es propio de un caballero amenazar a alguien que ni siquiera tiene la
edad para portar una espada -- lo interrumpió Harwich cuando finalmente
llegó hasta ellos
-
Posiblemente no tenga la edad para llevar una, pero eso no me hace menos
hábil para esgrimirla -- dijo Derek, y luego agregó con su habitual
desparpajo -- Y ya que está usted aquí y tiene una, me
haría un gran servicio prestándomela
-
Usted no quiere hacer esto
milord -- dijo Harwich esforzándose al máximo, pero
definitivamente no había caso, aquel jovencito era un Saint-Claire aunque aun
no fuese un hombre
-
Sí, sí quiero y si no va usted a ser útil, entonces le sugiero marcharse
Harwich se volvió hacia Thomas
con quien por supuesto tuvo mucho más éxito, ya que un minuto después el hombre
estaba envainando su espada. Pero definitivamente Istvan tenía razón, pensó
Harwich, con los Saint-Claire las cosas nunca eran fáciles.
-
Un momento -- dijo Derek
-- Usted no va a ningún lado, se
atrevió a amenazarme y ahora va responder por ello
-
No soy estúpido milord, no voy a correr el riesgo de ir a la Torre por hacerle daño.
-
¿Cómo es su nombre? -- inquirió Derek mirando a Harwich
-
James Harwich, Conde de Bedford
-- dijo James
-
Muy bien milord, mi nombre es Derek Arlingthon, y lo hago testigo de mi
palabra a este hombre de que no se procederá en su contra en caso de que yo
resulte herido o muerto.
-
Milord… -- intentó Harwich pero fue fulminado por la
mirada de Derek
-
Ahora si es tan amable -- dijo el chico extendiendo su mano
Harwich desenvainó su espada y
se la dio, a esas alturas el lugar estaba lleno de Lovets y ya uno había
partido en busca de Dylan por órdenes de Harwich, y éste lo que estaba era
haciendo tiempo para que llegara. Sin embargo, se preparó para evitar un desastre. Dylan y
los demás llegaron en el momento en el que se preparaban para iniciar el duelo,
pero Luciano lo detuvo.
-
Espera Dylan, no es conveniente que nos vea y Harwich está preparado para
intervenir en caso de necesidad
Dylan decidió hacerle caso,
pero igual se acercaron sin ser vistos. Los Lovets permanecían expectantes y de
lo que ninguno de ellos tenía conocimiento, era de la habilidad de aquel
jovencito, pero fue algo que quedó de manifiesto después de los primeros
movimientos, porque en unos cuantos minutos ya Thomas tenia dos cortes en los
brazos y antes de lo que nadie hubiese podido esperar había sido limpiamente
desarmado. Hubo un momento de tensión cuando Derek se aproximó y colocó la
punta de la espada en el pecho del sujeto.
-
Podría matarte en este momento, pero no vale la pena que me ensucie las
manos. Así que espero que te des por satisfecho y que valores tu vida en grado
suficiente, porque si mi padre se entera de esto, así como te di mi palabra de
que no serías perseguido si algo me sucedía, ahora te la doy de que voy a
matarte si no mantienes tu boca convenientemente cerrada -- le
dio la espalda y se acercó a Harwich entregándole la espada -- Muy
agradecido milord, si alguna vez puedo devolverle el favor estaré muy complacido
de hacerlo
Y sin darle tiempo a decir
nada, y sin mirar a la asustada Mary que se había pegado a un árbol, marchó
hacia su caballo y partió. Después de eso, y para asegurarse que nada de aquel
desagradable incidente llegase nunca a oídos de Kendall, Dylan le ordenó a
Yvaylo que suprimiese los recuerdos de las memorias del matrimonio y luego los
dejaron marcharse.
-
Gracias James -- le dijo Dylan a Harwich
-
Lamento no haber podido evitarlo milord
-
A decir verdad quien debería lamentarlo es ese infeliz --
dijo Luciano en tono burlón señalando a Thomas que se alejaba con su
mujer --
definitivamente se metió con el sujeto equivocado
-
¡Luciano!
-
¿Qué? Te lo advertí, y ahora no me dirás que no es un digno descendiente de
Phillipe Saint-Claire en todos los
sentidos
Dicho esto le dio la espalda
mientras reía con descaro, y unos
segundos después todos comenzaron a alejarse.
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