Bodas de Sangre

Bodas de Sangre
Una vez superados los obstáculos ayudado en su mayor parte por Dylan, Kendall logró finalmente contraer matrimonio con Sophie. Después de la boda, Dylan emprenderá un nuevo, inesperado e insólito camino a través de un mundo del que no tenía ni idea de su existencia, mientras que la nueva pareja parte rumbo a Inglaterra para dar comienzo a un matrimonio que todos se preguntan cómo va a terminar siendo que dio inicio con unas Bodas de Sangre

jueves, 14 de agosto de 2014

Cap. 63 Derek…



Kendall y Christopher habían regresado de su viaje muy satisfechos, todo con relación al compromiso había quedado arreglado y la boda se realizaría en la primavera del año próximo. Sophie aun no lo podía creer pero en vista de que Chris parecía estar contento, ella aceptó el asunto de buen grado y para sorpresa de todos, Derek no hizo ningún comentario desagradable.

Sin embargo, había algo con relación a Derek que los tenía muy extrañados, y era que parecía demasiado tranquilo. Si bien seguía saliendo y no dejaba de hacer comentarios graciosos o inapropiados cuando le parecía, era evidente que algo había cambiado en él, y aunque pareciera mentira, quien más lo estaba resintiendo era Chris pero por otro asunto.

-         ¿Puedo pasar?  --  preguntó una mañana asomando la cabeza a la habitación de su hermano

-         No seas necio Chris, claro que puedes

Desde que Chris había cumplido quince, habían dejado de compartir la habitación y fiel a su apego a las buenas costumbres, Chris al contrario de su hermano que siempre entraba sin siquiera llamar, él seguía pidiendo permiso para hacerlo.

-         ¿Derek he hecho algo para que estés molesto conmigo?

-         No a mí, en todo caso quien está decidido a fastidiarte la vida eres tú mismo  --  dijo él terminando de vestirse

-         Entonces es eso ¿no? ¿Estás molesto porque voy a casarme?

Derek se volvió con la camisa aun la mano y lo miró con atención durante unos segundos antes de contestar.

-         Lo estuve, pero en realidad es tu problema y no el mío, así que no, no estoy molesto contigo

-         ¿Entonces qué te sucede?

-         ¿Por qué?

-         Vamos Derek, eres el sujeto que no se calla nunca y siempre tiene algo en mente, pero desde que volvimos casi ni me hablas y no vamos a ninguna parte.

-         A ver si entendí  --  dijo Derek  --  llevas casi diecisiete años quejándote amargamente de mí por todo lo anterior ¿y ahora estás preocupado porque no sucede?

-         Derek…

-         Deberías ponerte de acuerdo contigo mismo hermano, pero en cualquier caso y para tu tranquilidad estoy perfectamente bien, y sin duda más cuerdo que tú.

Dicho esto y como ya había terminado de vestirse, abandonó la habitación. Christopher lo siguió y aunque no estaba en modo alguno satisfecho decidió dejarlo por ahora. A pesar de que su madre le había dicho cuando le había manifestado su preocupación, que posiblemente solo se tratase de que Derek estaba creciendo, Chris estaba positivamente seguro que Derek podía llegar a viejo pero nunca dejaría de ser un niño, por lo que siguió preocupado y continuó sintiéndose excluido.

Ese día durante el desayuno y mientras sus padres conversaban, Chris repentinamente se quedó absorto porque había retrocedido en el tiempo a la edad de siete años. Por esa época Derek de seis, había pasado varios días en un estado parecido al actual pero había sido porque aquel pequeño y peligroso cerebro había estado planeando una excursión nada apropiada para niños tan pequeños y con los resultados previsibles. Como de costumbre Derek había convencido a Chris de que lo tenía todo cubierto y habían partido, el asunto fue que esa tarde se desató una furiosa tormenta y se perdieron. Chris no recordaba haber estado tan asustado nunca en su vida, y ya se imaginaba que serían devorados por alguna bestia nocturna, pero su padre los había encontrado y los había devuelto a la seguridad de su casa. Sophie los había cubierto y después que estaban secos y calientes, Chris se dio cuenta que no era tan tarde aunque su mente infantil pensaba que habían pasado muchas horas, en realidad ni siquiera era la hora de la cena aun.

Chris salió de sus pensamientos y miró a Derek que en ese momento se llevaba un vaso a los labios mientras miraba distraído hacia el ventanal.

-         ¡Derek Arlingthon!  --  exclamó

El aludido posó sus azules ojos sobre su hermano, al igual que Kendall y Sophie después de que ésta emitiese una exclamación y se llevase la mano al pecho.

-         ¿Qué estás tramando?  --  preguntó Chris

-         ¿Disculpa?  --  dijo Derek juntando las cejas

-         Te conozco mejor que nadie Derek ya estuviste así antes y eso nos costó ser sorprendidos por una tormenta en medio del bosque.

Tanto Sophie como Kendall giraron la mirada hacia Derek que emitió un suspiro de resignación.

-         ¿Chris, no te parece que ya estamos grandecitos como para perdernos en nuestro propio jardín?

-         En primer lugar no nos perdimos en el jardín, pero eso no importa, sé que estás tramando algo y…

-         Suponiendo que así fuese  --  dijo Derek levantándose  --  ¿Qué te hace suponer que sería lo bastante necio como para decírtelo?  --  y luego miró a sus padres  --  Si me disculpan  --  y se marchó

No era que Kendall y Sophie no hubiesen notado el cambio de Derek, pero seguían pensando que su hijo simplemente estaba madurando y que Chris se estaba mostrando bastante necio la respecto. Sin embargo, Sophie miró a Christopher y sintió pena porque en aquel momento el chico tenía una mirada dolida, y ciertamente así era ya que las últimas palabras de Derek lo habían lastimado y confirmaban su idea de que su hermano lo había hecho a un lado.

Después de abandonar el comedor, Derek había ido directo a las caballerizas donde ya le tenían su montura preparada, se subió al caballo y salió a escape. Cuando se había alejado bastante, redujo la velocidad y se sumió en sus pensamientos. Christopher tenía y no tenía razón, porque si bien Derek no estaba planeando nada en concreto, sí había estado pensando en el mismo asunto durante mucho tiempo.

Durante los días que su padre y su hermano habían estado fuera, él no había sentido ninguna necesidad de abandonar Darnley porque para Derek Arlingthon no había nada más importante en el mundo que su madre, de modo que no la dejaría sola en ningún momento. Pero siendo que también echaba de menos a su hermano, la tarde del segundo día después de su partida, había ido a su habitación y después de caminar por ella sin que eso lo hiciese sentir mejor, se había puesto a hojear un libro que estaba sobre el escritorio.

-         Realmente estás perdiendo el juicio Derek Arlingthon,  si ahora vas a ponerte a leer fastidiosos libros de historia  --  se dijo

Pero repentinamente sus ojos se detuvieron en una hoja marcada y los recuerdos entraron en forma violenta en su cerebro. Sin embargo, había  extrañas lagunas de tiempo que por más que lo intentó no logró hacer encajar. Después de dos días pensando en lo que recordaba e intentando recordar lo que no, interrogó a su madre con cautela acerca de unos días en específico, obteniendo la información de que habían pasado una noche en Livingstone, eso bastó para que Derek se llevase la mano al hombro recordando la pelea en el bosque.

No obstante, después que todas las piezas estaban en su lugar se dio cuenta que estaba casi en la misma situación, porque no sabía más ahora que antes de aquellos sujetos, y podía añadirle un enigma más ¿por qué estaban tan interesados en ocultar su identidad o su oficio? Cuando Chris regresó sostuvo un par de charlas con él tratando de averiguar lo que su hermano recordaba, aunque fue cauteloso en las mismas, pero todo indicaba que su hermano no recordaba nada, lo que lo llevó a otra interrogante ¿por qué el sí podía recordar y Chris no? ¿Se habrían aplicado más con Chris que con él? ¿Y si era así, por qué lo habían hecho?

Consideró la posibilidad de ir a Livingstone, pero su instinto le indicó que era mejor no hacerlo, sin embargo, no había podido dejar de pensar en ello. A todo esto había venido a sumarse la incómoda sensación de que estaba siendo vigilado, cada vez que abandonaba Darnley, sentía como si alguien estuviese siguiéndolo, lo que lo llevó a comenzar a cuestionarse su cordura. Se había encontrado algunas veces con Dylan y con Luciano, pero se había cuidado muy bien de demostrar tener algún recuerdo de lo sucedido, y los encuentros en general habían sido muy breves.


Como a pesar de lo que decían sus padres Chris seguía mortificado, en una oportunidad que vio a su hermano dirigirse a la salida, decidió ir tras él.

-         ¿Puedo acompañarte?  --  le preguntó al llegar a las caballerizas

-         No

-         ¿Por qué?  --  insistió mientras su hermano se subía al caballo  --  Siempre hemos ido a todas partes juntos

-         Bien  --  dijo Derek con una sonrisa maligna  --  pero a menos que quieras meterte en la misma cama que voy a visitar, te sugiero volver a tus libros hermano

Después de eso partió sin mirar atrás, dejando a Chris boquiabierto.

-         ¿Desea que le ensille su caballo milord?  --  preguntó el mozo de cuadra, pero como Chris seguía mirando el sitio por donde había salido su hermano, el chico insistió  --  ¿Milord?

-         No  --  dijo él finalmente y volvió sobre sus pasos

Suponiendo que fuese cierto lo que había dicho y tenía pocas dudas que lo fuese, lógicamente él no querría ir, pero en los días sucesivos siguió sintiéndose igual de mal.


Una mañana Chris leyó dos noticias en el diario, y si bien una le dio una idea para acercarse de nuevo a su hermano, la otra lo preocupó muchísimo.

La primera hablaba de un fenómeno natural, el paso de un cuerpo celeste que podría ser observado a finales del mes de junio, y sabiendo como sabía que si bien su hermano se interesaba poco por las cosas de este mundo, no sucedía lo mismo con todo aquello que fuese extraordinario y de orden científico, a partir de ese día comenzaría a fastidiar a su padre con el fin de conseguir a como diese lugar uno de aquellos aparatos con los que según Galileo, podía observarse con detalle aquello que estaba muy lejos en el cielo. Chris había leído que con aquella cosa, hacía unos años, en 1611 exactamente,  habían podido observar las lunas de Júpiter. De modo que Chris pondría todo su empeño en conseguir uno con el único fin de darle gusto a su hermano.

Pero el otro asunto que lo había preocupado mucho, era que en el diario venía una nota que estaba seguro hacía referencia a Derek.

Aunque parezca insólito, el joven hijo de un ilustre caballero, está causando verdaderos estragos en la población femenina del condado de Suffolk, y si esto sucede cuando apenas acaba de salir de la cuna, no nos queremos imaginar los eventos que tendrán lugar cuando visite la corte. Por lo pronto, los caballeros del condado deberían tener la mayor precaución o ciertos apellidos podrían verse seriamente comprometidos.

Después de la sorpresa, Chris pasó a la indignación y luego a la ira. Aunque por ningún lado se hacía mención al nombre de su hermano, él estaba seguro que hablaban de él, como sin duda lo estarían los que leyesen aquello, ya que en la región y para esa fecha, no había nadie más que pudiese ajustarse a esa descripción. Sin embargo, sabía que hablar con Derek sería del todo inútil, se reiría en su cara y continuaría haciendo lo fuere que estuviese haciendo, así que tendría que buscar la mejor manera de hacer frente a aquello antes de que su hermano se metiese en un verdadero lío.


La misma noticia que había leído Chris, había sido leída por Luciano y por Dylan, y aunque en principio les hizo gracia el asunto, luego Dylan pensó con algo más de juicio y al igual que Chris, que el pequeño Lord Arlingthon podía meterse en más problemas de los que podría afrontar.

-         Tiene un padre Dylan, no es asunto tuyo y debes recordar lo que dijo Itlar  --  le había dicho Luciano cuando Dylan expresó su preocupación

Sin embargo, y como después de lo sucedido había decidido dar órdenes para que Derek fuese vigilado con discreción, le pidió a Yvaylo que lo pusiese en comunicación con el Lovet que lo vigilaba, de manera que Yvaylo lo hizo venir.

El sujeto en cuestión no difería en mucho de cualquier otro Lovet que Dylan hubiese conocido, salvo por el hecho de que había conocido más individuos de origen ruso o eslavo y éste era a todas luces un caballero inglés, lo que sin duda era ventajoso porque en caso de tener que dejarse ver, no llamaría en exceso la atención.  Su nombre era tan inglés como la hora del té, James Harwich y era originario de Northampton, aparentaba entre veinte y veinticinco años aunque sin duda tenía muchísimos más.

Ellos lo recibieron y escucharon con incredulidad el escandaloso informe que rindió el Lovet, llegando a dos conclusiones. La primera que quien había escrito el insidioso artículo seguramente no conocía ni la mitad de la historia, y la segunda que en verdad aquel chico estaba haciendo muchos y muy rápidos méritos para hacerse acreedor a que un furioso padre o marido, le quitase su joven cabeza.

-         ¡Por todos los cielos, aun no cumple diecisiete!  --  había exclamado Dylan

-         Con el perdón de Su Gracia  --  había dicho Harwich que había sido educado en las más estrictas normas de protocolo inglés ya que pertenecía a la nobleza   --  Lord Arlingthon puede no tener la edad, pero sin duda no solo la aparenta sino que se conduce con la misma seguridad, modales y arrogancia de un caballero de su posición. Y para ser justos, no es que las damas en cuestión opongan mucha resistencia.

Dylan había guardado silencio y estaba haciendo memoria. Sus correrías juveniles con Kendall nunca habían alcanzado aquel nivel de notoriedad, porque en su caso siempre había estado al tanto de los beneficios de la discreción, y si se hubiese extralimitado con toda seguridad Joseph Danworth no se habría sentido inclinado a mostrarse comprensivo. Y en el caso de Kendall, siempre fue más aprensivo, así que en líneas generales ambos se habían cuidado de no inmiscuirse con damitas potencialmente problemáticas. De modo que la audacia del hijo menor de Kendall, se le antojaba peligrosa y ciertamente no la había heredado de su padre.

Harwich fue despachado con la indicación de mantenerse alerta, aunque realmente no podía intervenir en forma directa y ni siquiera podía acercarse mucho a Derek, porque según les comunicó, con aquel joven sucedía algo insólito, y era que parecía poder sentir la vigilancia. Pero en cualquier caso Dylan le ordenó mantenerse alerta y avisarle de cualquier problema en el que pudiese meterse.

-         Estás olvidando un pequeño detalle  --  le dijo Luciano aquella noche porque Dylan seguía pensando en el mismo asunto  --  no es solo hijo de Kendall Arlingthon

-         ¿Qué estás diciendo infeliz?  --  vociferó Dylan furioso  --  Porque si estás sugiriendo que esa conducta es responsabilidad de su madre, te juro que voy a…

-         ¡Cálmate hombre!  --  lo interrumpió  --  Pero deberías recordar que su madre a su vez tiene un padre y muchos otros antepasados con conductas similares o aun peores.

-         Phillipe Saint-Claire no…

-         Dylan eres muy necio, Phillipe Saint-Claire puede que en el tiempo en el que tú lo conociste estuviese pasando por unos momentos muy difíciles que no le permitían pensar en nada más que no fuese su familia, pero te aseguro que es tanto o más peligroso que su pequeño nieto, por no hablar de otros Saint-Claire que como dije han sido mucho peores.

Ciertamente a Dylan no le cabía aquello en la cabeza, y poco tiempo después, Derek se vería envuelto en el tan temido problema.


Cuando Kendall había leído el mencionado artículo y como cabía esperar, había montado en cólera, pero no queriendo mortificar a Sophie, había mandado llamar a Derek al estudio.

-         ¿Querías verme padre?  --  pero antes de decir nada o simplemente porque no sabía qué decir, Kendall le lanzó la hoja del diario

-         Si me preguntas, impreciso y mal escrito, así que en mi opinión…

-         ¡Derek!

-         De acuerdo, asumo que no quieres mi opinión  --  dijo con tranquilidad  --  ¿Entonces por qué estoy aquí?

-         ¿Sabes lo que esto puede hacerle a nuestro apellido?

-         Siendo que nuestro apellido, no está en capacidad de elevar una queja…

-         Derek, deja de decir payasadas

-         Padre, supongo que recuerdas que soy un chico ¿verdad? De modo que solo muestro el adecuado interés en el sexo opuesto, en mi opinión deberías preocuparte si me interesase por el sexo equivocado, pero no siendo así, no veo por qué tanto escándalo.

Kendall se llevó una mano a la frente intentando tranquilizarse. Tenía que encontrar un modo de entenderse con aquel individuo o sufriría un infarto antes de conocer al que venía en camino.

-         Derek  --  dijo del modo más calmado que le fue posible  --  entiendo tu interés en las chicas y estoy de acuerdo en que es normal, pero en lo que no estoy de acuerdo es en que te pongas en evidencia de este modo

-         Y no lo hago, pero difícilmente puedas culparme si las damas no son capaces de guardar el esperado silencio, que en todo caso les hace más daño a su reputación que a la mía.

Kendall pensó que definitivamente no había modo, así que lo intentó de otra manera que sabía era el lado más sensible de su hijo.

-         Si no quieres pensar en ti, entonces piensa en tu madre  --  dijo  --  ¿Cómo crees que se sentirá cuando se entere de esto?  --  pero los ojos de Derek brillaron en forma peligrosa

-         Siempre he creído que eres un sujeto inteligente padre, de modo que espero actúes en consecuencia y evites que mi madre lea esa basura.

-         Puedo evitar que lea esto  --  dijo señalando la hoja  --  pero si continúas comportándote del mismo modo, en algún momento se va a enterar. Así que te pido por favor que modifiques tu conducta o…

-         ¿O qué padre?  --  lo interrumpió y luego agregó con sonrisa maligna  --  Tú aspiras a que me case algún día ¿no? ¿Cómo voy a hacerlo si antes no me he formado un criterio justo de todos los posibles aspectos de las criaturas en cuestión?

Kendall abrió la boca pero no sabía en realidad qué decir, de modo que la conversación finalizó casi igual que como había comenzado, es decir, con Kendall pensando que aquel pequeño demonio le había sido enviado ex profeso para hacerle la vida miserable, y aunque amaba a sus hijos, en ocasiones sentía verdaderos deseos de ahorcar a aquel.


Aproximadamente un mes después de aquella conversación, Derek acudió a una de sus muchas citas. En aquella ocasión había quedado en encontrarse con Lady Mary a las afueras de Ipswich. El asunto fue que la dama en cuestión, era la joven esposa de Sir Thomas Bridlingthon, miembro de la cámara de los Comunes, y al parecer este caballero ya había sido advertido de las distracciones de su esposa, de modo que había decidido ponerle punto final al asunto. Lo que nadie le advirtió al hombre, fue quién era el acompañante de su esposa, de manera que su sorpresa fue mayúscula cuando los sorprendió en medio de un apasionado beso. Tal vez si Derek no hubiese tenido un instinto tan bien desarrollado, que fue lo que lo hizo separarse de la chica y a ésta a su vez abrir mucho los ojos al ver a su marido, no habría tenido tiempo para evitar ser asesinado. Derek se volvió justo en el momento que el hombre avanzaba hacia él, y fue el turno de Thomas de abrir los ojos con desmesura.

-         ¿Lord Arlingthon?  --  exclamó más que preguntó

-         Sir Thomas  --  dijo Derek con tanta tranquilidad como si acabasen de encontrarse en medio del camino

-         ¿Qué significa esto?

-         Se me hace muy difícil creer que sea algo que requiera de explicación Sir Thomas

En ese breve lapso de tiempo, Mary había intentando infructuosamente poner algo de orden en su atuendo, y cuando su marido desvió la mirada hacia ella, la ira que había sido sustituida momentáneamente por la sorpresa, volvió en toda su intensidad.

-         Escúchame niño, ahora mismo iremos a Darnley y…

El individuo que mientras hablaba había intentado alcanzar a Derek, se detuvo súbitamente la tropezar con una mirada tan filosa como la daga que lo apuntaba en ese momento.

-         Para empezar creo que tendrá alguna dificultad con eso, porque nadie me obliga a hacer algo que no desee  --  dijo Derek  --  En segundo término, le sugiero ver de nuevo, porque si algo NO soy, es un niño y por las dudas tienen usted muy cerca a quien podría aclarárselo  --  agregó con supremo descaro  --  Y por último, para usted soy Lord Arlingthon  --  finalizó con toda la arrogancia propia de su sangre

-         ¡Vas a pagar por esto!  --  exclamó Sir Thomas

-         Ahora escúchame tú a mí infeliz. Yo soy un Arlingthon y te queda muy grande amenazarme. Suponiendo que tengas algo de inteligencia, te marcharás sin hacer escándalo.

Aunque en justicia aquel hombre tenía todo el derecho a estar furioso, también sabía que a pesar de tener cierta posición, los Arlingthon eran miembros destacados y respetados de la nobleza, así como recordó que aparte de ser un Arlingthon ese chico era nieto de Phillipe Saint-Claire, otro sujeto que aunque no fuese inglés era igualmente respetado y peligroso. De modo que si hacía algo en contra del retoño de Su Señoría, lo más seguro era que terminase en la Torre de Londres antes de darse cuenta. Sin embargo, la expresión de desdén de aquel crío hizo que su furia aumentase y terminaría por hacerlo cometer una soberana tontería.

Derek por su parte, miraba al hombre con una frialdad suprema, ya que había crecido muy consciente de su posición, y por sus venas corrían siglos de arrogancia. Los Arlingthon habían sido habitantes de Suffolk desde siempre, región aquella que sufrió las invasiones vikingas y éstos individuos habían dejado su huella a las futuras generaciones. Y por otra parte, su sangre estaba mezclada con la efervescente sangre gala, cuya nobleza se perdía más allá de la caída del Imperio Romano, hechos todos de los que estaba perfectamente al tanto gracias a su abuelo, a quien debía también un par de cosas más. De modo que con todo este bagaje de pesada y rancia aristocracia, no había nada que le importase menos a Derek, que la justa indignación de aquel sujeto, algo que solo sería posible entender desde su punto de vista, el entorno y la época en la que vivían.

Como Thomas no podía dirigir su ira hacia Derek, avanzó hacia su mujer y la abofeteó, algo que fue un gran error, porque al minuto siguiente tenía un tajo en el rostro.

-         En mi presencia nadie golpea a una dama  --  le dijo Derek

-         ¡No es una dama, es una zorra!

-         Sigue siendo una mujer, y es la tuya por cierto

Thomas hervía de rabia, de modo que cometió su segundo error al desenvainar su espada.  Harwich que había estado observando todo el asunto, y que estuvo a punto de hacerse visible cuando Thomas llegó y tuvo intenciones de atacar a Derek, consideró que había llegado el momento de intervenir.

-         ¿Qué está sucediendo aquí?

-         Sea quien sea usted no es asunto suyo  --  dijo Derek sin volverse porque su abuelo le había enseñado que era mal asunto quitar los ojos de quien te está amenazando

Sin embargo, Thomas si había levantado los ojos por encima del hombro de Derek al escuchar al hombre y su expresión cambió al reconocer en él a un caballero de noble cuna.

-         Le sugiero guardar eso señor  --  dijo Harwich avanzando hacia ellos pero aun fuera de la línea visual de Derek

-         Este es un asunto privado y…

-         No es propio de un caballero amenazar a alguien que ni siquiera tiene la edad para portar una espada  --  lo interrumpió Harwich cuando finalmente llegó hasta ellos

-         Posiblemente no tenga la edad para llevar una, pero eso no me hace menos hábil para esgrimirla  --  dijo Derek, y luego agregó con su habitual desparpajo  --  Y ya que está usted aquí y tiene una, me haría un gran servicio prestándomela

-         Usted no quiere hacer esto milord  --  dijo Harwich esforzándose al máximo, pero definitivamente no había caso, aquel jovencito era un Saint-Claire aunque aun no fuese un hombre

-         Sí, sí quiero y si no va usted a ser útil, entonces le sugiero marcharse

Harwich se volvió hacia Thomas con quien por supuesto tuvo mucho más éxito, ya que un minuto después el hombre estaba envainando su espada. Pero definitivamente Istvan tenía razón, pensó Harwich, con los Saint-Claire las cosas nunca eran fáciles.

-         Un momento  --  dijo Derek  --  Usted no va a ningún lado, se atrevió a amenazarme y ahora va responder por ello

-         No soy estúpido milord, no voy a correr el riesgo de ir a la Torre por hacerle daño.

-         ¿Cómo es su nombre?  --  inquirió Derek mirando a Harwich

-         James Harwich, Conde de Bedford  --  dijo James

-         Muy bien milord, mi nombre es Derek Arlingthon, y lo hago testigo de mi palabra a este hombre de que no se procederá en su contra en caso de que yo resulte herido o muerto.

-         Milord…  --  intentó Harwich pero fue fulminado por la mirada de Derek

-         Ahora si es tan amable  --  dijo el chico extendiendo su mano

Harwich desenvainó su espada y se la dio, a esas alturas el lugar estaba lleno de Lovets y ya uno había partido en busca de Dylan por órdenes de Harwich, y éste lo que estaba era haciendo tiempo para que llegara. Sin embargo,  se preparó para evitar un desastre. Dylan y los demás llegaron en el momento en el que se preparaban para iniciar el duelo, pero Luciano lo detuvo.

-         Espera Dylan, no es conveniente que nos vea y Harwich está preparado para intervenir en caso de necesidad

Dylan decidió hacerle caso, pero igual se acercaron sin ser vistos. Los Lovets permanecían expectantes y de lo que ninguno de ellos tenía conocimiento, era de la habilidad de aquel jovencito, pero fue algo que quedó de manifiesto después de los primeros movimientos, porque en unos cuantos minutos ya Thomas tenia dos cortes en los brazos y antes de lo que nadie hubiese podido esperar había sido limpiamente desarmado. Hubo un momento de tensión cuando Derek se aproximó y colocó la punta de la espada en el pecho del sujeto.

-         Podría matarte en este momento, pero no vale la pena que me ensucie las manos. Así que espero que te des por satisfecho y que valores tu vida en grado suficiente, porque si mi padre se entera de esto, así como te di mi palabra de que no serías perseguido si algo me sucedía, ahora te la doy de que voy a matarte si no mantienes tu boca convenientemente cerrada  --  le dio la espalda y se acercó a Harwich entregándole la espada  --  Muy agradecido milord, si alguna vez puedo devolverle el favor estaré muy complacido de hacerlo

Y sin darle tiempo a decir nada, y sin mirar a la asustada Mary que se había pegado a un árbol, marchó hacia su caballo y partió. Después de eso, y para asegurarse que nada de aquel desagradable incidente llegase nunca a oídos de Kendall, Dylan le ordenó a Yvaylo que suprimiese los recuerdos de las memorias del matrimonio y luego los dejaron marcharse.

-         Gracias James  --  le dijo Dylan a Harwich

-         Lamento no haber podido evitarlo milord

-         A decir verdad quien debería lamentarlo es ese infeliz  --  dijo Luciano en tono burlón señalando a Thomas que se alejaba con su mujer  --  definitivamente se metió con el sujeto equivocado

-         ¡Luciano!

-         ¿Qué? Te lo advertí, y ahora no me dirás que no es un digno descendiente de Phillipe Saint-Claire en todos los sentidos


Dicho esto le dio la espalda mientras reía con descaro, y  unos segundos después todos comenzaron a alejarse.

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