Bodas de Sangre

Bodas de Sangre
Una vez superados los obstáculos ayudado en su mayor parte por Dylan, Kendall logró finalmente contraer matrimonio con Sophie. Después de la boda, Dylan emprenderá un nuevo, inesperado e insólito camino a través de un mundo del que no tenía ni idea de su existencia, mientras que la nueva pareja parte rumbo a Inglaterra para dar comienzo a un matrimonio que todos se preguntan cómo va a terminar siendo que dio inicio con unas Bodas de Sangre

jueves, 12 de junio de 2014

Cap. 02 Devrigs...



Cuando Luciano empujó a Dylan de nuevo a la cama, éste se sintió de veras furioso. Por consideración a su amigo había soportado la primera parte de esa absurda conversación, pero aquel trato no estaba dispuesto a aguantarlo de nadie, de modo que volvió a ponerse de pie pero Luciano seguía ante él.

-         Luciano, eres mi amigo pero no puedes obligarme a algo que no deseo
-         No es mi intención obligarte, pero es necesario que me escuches
-         ¡Pero no quiero hacerlo, maldición!  --  explotó Dylan cuya paciencia ya había alcanzado el límite
-         Posiblemente, pero igual tendrás que hacerlo  --  siguió diciendo Luciano con increíble tranquilidad  --  Así que siéntate

Dylan Danworth ciertamente no estaba acostumbrado a que nadie le diese órdenes, el único había sido su padre y con alguna dificultad pero él estaba muerto, y de ahí en más no estaba dispuesto a aceptarlo de nadie. De modo que se dispuso a hacer a un lado a Luciano sin mayor consideración, solo que no pudo hacerlo.

Luciano había captado sin ningún inconveniente lo que Dylan pensaba hacer y se adelantó a sus actos sujetándolo, arrastrándolo hacia una silla y obligándolo a sentarse en ella.

-         No quiero hacerte daño y podría dejarte de tu cuenta y que descubrieras por ti mismo lo que te espera en el futuro, pero no quiero hacerlo porque eres mi amigo y te estoy ofreciendo mi ayuda para que no te conviertas en algo que no serás capaz de afrontar --  le dijo

Dylan estaba muy lejos de entender algo y su terco cerebro estaba estancado intentando procesar el por qué había podido ofrecer tan poca resistencia a Luciano, ya que éste no era mucho más fuerte que él.

-         Esa es otra de nuestras características que aprenderás a manejar si eres lo bastante astuto como para escucharme

Por primera vez desde que toda aquella locura había dado inicio, Dylan se permitió prestar verdadera atención. Tal vez Luciano estuviese diciendo disparates pero al menos  aquello  aunque extraño, parecía muy  real,  ya que él no había expresado en voz alta lo que estaba pensando y sin embargo él  lo sabía.

-         Bueno, al menos es un inicio  --  volvió a decir Luciano

Dylan decidió que ya que por alguna razón desconocida aun para él no podría moverse de allí sin escucharlo, lo haría. De modo que intentó calmarse y hacer a un lado su ira pero no pudo evitar el sarcasmo.

-         De acuerdo  --  dijo  --  ¿Y según tú qué más  podemos  hacer?

Aunque a Luciano no se le escapó el sarcasmo, sonrió y pensó que lo que interesaba era que escuchase y si tenía que ser así pues así sería.

-         Como ya lo notaste aparte de una extraordinaria percepción, también poseemos una  fuerza  igualmente extraordinaria
-         Lo cual es posible que poseas    pero evidentemente no  yo --  dijo en el mismo tono
-         La poseerás, solo debes entrenarte un poco

Mientras Luciano hablaba Dylan había pensado en otra posibilidad, de modo que con la mayor calma trató de exponerla a su amigo.

-         Luciano, de las dos cosas que has mencionado, la fuerza es algo que podemos desarrollar todos, convengo que acabas de demostrar una fuerza superior a la mía pero eso puede obedecer a esa cosa que me diste. Y en cuanto a saber lo que estoy pensando, solo demuestra que me conoces bien y que es obvio que como estás diciendo disparates  yo no puedo reaccionar de otra manera.
-         ¿Eso crees?
-         Sí, eso creo
-         Si te demuestro que estás equivocado  --  dijo dirigiéndose hacia la ventana  --  ¿Estarías dispuesto a escuchar  tranquilo  hasta el final? 

Dylan lo pensó un momento y luego asintió. Luciano abrió la ventana, sujetó la ornamentada reja y a continuación y sin aparente esfuerzo partió una de las barras. Dylan abrió los ojos en forma desmesurada mientras Luciano sonreía.

-         ¿Ahora cumplirás tu palabra y me escucharás?

Pero Dylan se había levantado y había caminado hasta la ventana probando él mismo la solidez de la reja, después de lo cual volvió la cabeza hacia Luciano que estaba recargado contra la pared y lo miraba con su típica sonrisa burlona.

-         ¿Cuento con tu atención?  --  preguntó y Dylan se limitó a asentir  --  Bien, sugiero que te sientes porque esto es largo  --  y sin protestar Dylan lo hizo  --  Como te dije, hace muchos más años de los que puedo contar, tres individuos en mi opinión nada inteligentes y sí muy egocéntricos, eran prácticamente los dueños de toda la tierra conocida. Sus nombres puedo decírtelos suponiendo que te interese pero dudo que te digan algo, ya que no hay registros históricos fidedignos que den constancia de su existencia  --  pero Dylan se limitó a asentir  e modo que Luciano se lo dijo --  Avitzedek Savaresce, Iziaslav Yaroslávich y Swaney Lothian  --  pero Luciano tenía razón, aquellos nombres no le eran ni remotamente conocidos, así que siguió prestando atención  --  Estos tres vivían en guerra y la razón para ello era la usual, la ambición. Todos querían poseerlo todo y como al parecer no tenían nada mejor que hacer, empleaban su tiempo en fastidiarse los unos a los otros. Pero aparte de ello, sus crímenes contra la madre tierra y sus criaturas no fueron menos atroces que sus guerras, y fue cuando la divinidad decidió imponer el castigo que ya te mencioné. Después de pasarse varios siglos peleando y una vez que el mundo comenzó a expandirse, decidieron hacer una tregua entre ellos que ha durado hasta nuestros días.
-         Espera, espera  --  dijo Dylan  --  Supongo que quieres decir que sus descendientes han respetado esa tregua ¿no?
-         Sí y no
-         Luciano…
-         A ver, te dije que parte de la maldición es que no pueden morir, lo recuerdas ¿no?
-         Sí pero…
-         Bien, es bueno que no lo olvides, porque esos cretinos están vivos  --  le dijo y Dylan meneó la cabeza con incredulidad  --  Sin embargo, decir que el pacto ha sido respetado es estirar mucho la verdad, porque si bien no ha habido más guerras como las conocemos, no es menos cierto que las tres familias siguen persiguiéndose y fastidiándose unas a otras tanto como les es posible.
-         ¿Familias?  --  fue lo único que Dylan alcanzó a preguntar
-         Esto es complicado así que presta atención. Los Devrigs tenemos ciertas limitaciones, como por ejemplo la de la reproducción. No podemos engendrar a menos que primero, amemos de forma sincera y desinteresada a la mujer en cuestión, cosa que dadas las condiciones extremas de nuestros sentimientos es algo casi imposible.
-         No entiendo  --  dijo Dylan  --  ¿Por qué?
-         Dylan, te dije que todos nuestros sentimientos y emociones son exacerbados, de modo que es posible amar, pero sincera y desinteresadamente es donde está el problema, ya que nuestro egoísmo y el placer propios siempre se superpondrán a lo que se entiende por desinterés, ya que para que fuese así tendría que importarnos más la otra persona y como dije, es casi imposible. Pero suponiendo y solo suponiendo que esto fuese posible, la criatura también debería amarnos de la misma forma, y como comprenderás, amar a unos seres tan irritantes como nosotros es casi otra imposibilidad.
-         Supongamos que entiendo eso aunque no es así  --  aclaró  --  ¿Cómo es posible entonces que hables de unas familias?
-         Bien, pasemos al otro punto. Después de varios siglos viviendo esa vida, estos individuos comenzaron a buscar la manera de hacerla más llevadera, y en honor a la verdad hay que reconocerles el mérito de haber podido vivir así sin enloquecer del todo. El asunto es que comenzaron a trabajar en controlarse y en algún momento de la historia algunos de ellos lo consiguieron, porque pudieron tener descendencia aunque no fue mucha, no sé si porque definitivamente perdieron la batalla por el control, o simplemente porque decidieron que no valía la pena tener más descendencia.
-         Es decir  --  dijo Dylan que hacía indecibles esfuerzos por entender todo aquello  --  ¿Qué hay pocos?
-         No  --  y Dylan compuso cara de confusión  --   porque hay otra forma de ampliar las familias, y es transformando  a un humano común en un Devrig, algo que fue y es práctica común  --  Luciano vio que aunque Dylan tenía curiosidad le aterrorizaba preguntar cómo, de modo que decidió decírselo sin que él formulase la pregunta  --   Dylan, como ya te dije estos individuos eran unos salvajes, mataban por el placer de matar pero llegaban mucho más lejos, porque en sus orígenes eran antropófagos y hematófagos. Después de las batallas se comían a sus víctimas y celebraban bebiéndose su sangre en una especie de ritual bárbaro y ello les producía un enorme placer. Antes de ser víctimas de la maldición tuvieron algunos hijos normales, y una de las razones para que dos de ellos, Yaroslávich y Savaresce terminasen odiándose aun más de lo que ya se odiaban, fue porque Savaresce secuestró, violó y mató a una de las hijas de Yaroslávich y después de drenar su sangre, descuartizarla y hacer el consabido festín, le envió la cabeza de la chica a su padre.

Con solo imaginárselo Dylan se sintió descompuesto y su estómago se reveló de forma violenta. Luciano le concedió un momento para reponerse y luego continuó impertérrito.

-         Debido a éstas prácticas anti natura, la maldición tuvo como efecto colateral que ya eso no les produjera el placer que les producía, pero no evitó que siguieran poseyendo el mismo instinto asesino y aumentado, y para terminar de hacer su desgracia aun mayor, lo único que alimenta en realidad a un Devrig en el sentido de fortalecerlo propiamente dicho, es el aliento de vida de sus víctimas conocido esto con algunos otros nombres como alma, espíritu o esencia vital,  y como es lógico, eso no tiene ningún sabor especial, ergo no produce ningún placer como lo conocemos pero sí una especie de bienestar y euforia transitorios.

Dylan seguía sintiéndose enfermo, todo aquello superaba en mucho a cualquier cuento de horror que hubiese leído o escuchado jamás y ciertamente no entendía cómo Luciano podía hablar de todo eso sin la más mínima emoción, lo que lo hizo pensar que se trataba justamente de eso, de un cuento en exceso macabro.

-         Pero volviendo a tu pregunta original, la forma en la que las familias se extendieron fue transformando a otros humanos, y la manera de hacerlo es extraer toda su sangre dándoles luego la nuestra y parte de nuestra propia esencia. El problema con esto es que hay que ser muy hábil, porque muchas de las víctimas mueren antes de lograr la transformación ¿Has comprendido?

Dylan no sabía o no estaba seguro de haber comprendido y de lo que sí estaba seguro era de estar horrorizado pero Luciano continuó.

-         Ahora viene la parte menos agradable de la historia  --  y Dylan pensó que no era posible que hubiese algo menos agradable que todo lo que había escuchado ya  --  Los Devrigs transformados pueden resultar aun más salvajes que los miembros de las familias primigenias y mucho más incontrolados. Dependiendo de la clase de sujeto que haya sido antes de la transformación, será más o menos salvaje, pero con mucha frecuencia matan a sus víctimas y observan las mismas prácticas de los Devrigs en sus orígenes, es decir, pueden llegar a devorar a los desdichados a los que matan  --  a Dylan se le dilataron los ojos nuevamente, pero Luciano no se detuvo  -- Por otra parte los descendientes de éstos, en los escasísimos casos en los que han logrado procrear, son llamados Mydevrigs y en ambos casos, tanto los transformados como los hijos de éstos son extraordinariamente vulnerables en un inicio y SÍ pueden morir con mucha facilidad  --  hizo una breve pausa y luego agregó  --  Con el tiempo, se descubrió que los Devrigs sí podían morir, pero la única forma de matarlos es hundiendo un puñal en la base del cuello  --  y señaló la parte posterior de la cabeza  --  pero debes ser muy hábil para ello, porque poseen el instinto suficiente como para no dejarse sorprender y por tanto…

Pero Luciano se había detenido la ver la expresión de horror de Dylan, que era algo diferente a las distintas expresiones que había exteriorizado hasta el momento, de modo que prestó atención a sus pensamientos.

Si Dylan mostraba aquella expresión aterrorizada, era porque hasta el momento había estado escuchando toda la historia  viéndola desde el punto de vista de lo inexistente, pero una vez que Luciano había dicho lo último, su mente registró algo acerca de lo que había leído pero que hasta ese momento lo había considerado igualmente producto de mentes ociosas. Aquellas criaturas que Luciano estaba describiendo guardaban una alarmante similitud con los Vrykolakas y los Upyrs, ambas criaturas salvajes que se dedicaban a matar a sus víctimas extrayendo su sangre. La única diferencia estribaba en la forma de matarlos, ya que según los escritos griegos y otros procedentes de las tierras eslavas, la única forma de hacerlo era clavándoles un madero en el corazón [1]

-         Dylan tranquilízate, las cosas no son así. Admito que muchos Devrigs se han comportado en forma un tanto desagradable dando origen a esa clase de historias pero…
-         ¿Desagradable?  --  lo interrumpió con horror
-         Créeme Dylan, no todos vamos por ahí masacrando gente. Tú me conoces, llevas ocho años…
-         ¡No! ¡Creí conocerte!  --  exclamó Dylan

Pero la mente de Dylan registró otro asunto mucho más alarmante. Suponiendo que todo aquello fuese cierto, Luciano había dicho que ahora Él era uno de aquellos monstruos.

-         Lo lamento, esto no debió suceder  --  dijo Luciano en ese momento  --  pero no eres un monstruo, no lo veas de esa forma
-         ¿Que no lo vea de esa forma?  --  preguntó con incredulidad  --  ¿Y cómo demonios debo verlo? ¡Me han convertido en un monstruo asesino!
-         Dylan créeme cuando te digo que no quería esto para ti y le advertí a Emiliana…
-         ¡No te creo!  --  siguió gritando él mientras se paseaba furiosamente por la habitación  --  ¡Eres igual a ella!  ¡Y si debo creerte, entonces no te importa nada, solo tú mismo!

Luciano se había amado y se había odiado a sí mismo a partes iguales toda su vida, y una de las cosas que más odiaba era su naturaleza, algo que ciertamente él no había escogido y en aquel momento ese odio se exacerbó y se recordó a sí mismo que esta era una de las razones por las que no tenía amigos. Pero esa parte de su humanidad que amaba, que era leal y que tanto se había esforzado en mantener a raya a través de los años, vino en su ayuda y le recordó que Dylan lo necesitaba. Estaba en un período peligroso y de sus acciones inmediatas dependería su futuro. No podía permitir que se afianzara en él la parte negativa de su humanidad o realmente se convertiría en el monstruo que creía ser, y una vez que esto sucediera no habría marcha atrás, al menos no en muchísimo tiempo, lo que solo le traería dolor y culpa. De modo que luchando contra su natural deseo de destrozarlo, intentó razonar con él.

-         Dylan, sé como te sientes…
-         ¡No, no lo sabes!  --  lo interrumpió pero Luciano no le prestó atención
-         … pero puedes aprender a vivir con esto sin necesidad de hacer daño a nadie, es cuestión de trabajo y mucho esfuerzo pero tú puedes lograrlo
-         No, no podré. Deseo matarte y no puedo hacerlo, deseo aun más matar a la desgraciada de tu hermana y tampoco puedo
-         Eso ya está hecho

Dylan detuvo su desesperante paseo y lo miró con incredulidad. Aquello tenía que ser otra broma macabra.

-         No, no lo es.  Yo mismo me encargué de eso
-         ¿Mataste a tu propia hermana?
-         Le advertí desde el inicio que no debía hacerte nunca ningún daño. De modo que pagó el justo precio por su desobediencia  --  dijo con voz monocorde y sin la más mínima expresión de sentimiento alguno

Y aunque Dylan no podía creerlo, algo le advirtió que estaba diciéndole la verdad. Sin embargo, su furia seguía intacta y caminó hacia el armario. Quería salir de allí lo antes posible y no volver a ver nunca más a Luciano.

-         Eso es una tontería  --  lo detuvo él  --  Te dije que no quería hacerte daño pero si me obligas lo haré.
-         Ya no puedes hacerme más del que me hizo tu hermana, a menos que decidas matarme y dadas las circunstancias me estarías haciendo un favor.
-         Necesitas aprender a vivir con tu nueva condición Dylan,  yo puedo ayudarte y pienso hacerlo así lo quieras o no, de modo que cuando hablo de no hacerte daño, me refiero a no tener que emplear la fuerza para reducirte hasta que aprendas a comportarte  --  la mirada de Dylan era de odio profundo, pero ya Luciano había demostrado ser capaz de ello  --  Por lo pronto debemos abandonar Francia, ya no hay nada que podamos hacer aquí y no es buen asunto estar en el mismo lugar con André de Montreuil.
-         ¿Por qué? No me dirás que le temes a ese sujeto
-         No, pero puede volverse un serio problema
-         Pues lo matas y asunto resuelto ¿no?  --  y aunque se sorprendió de decir aquello, igual no sintió ningún remordimiento
-         Se supone que no debo a menos que sea inevitable  --  y como Dylan lo miró con extrañeza, agregó  --  André pertenece a los Lothian

Si Dylan pensaba que ya no podría sorprenderse más, acababa de comprobar que estaba muy equivocado.

-         ¿Quieres decir que es…?
-         Sí, él también es un Devrig, pero mi enemigo natural y ahora el tuyo.
-         ¿Por qué?
-         Te lo acabo de decir, él pertenece a los Lothian y yo a los Yaroslávich, de modo que siempre hemos sido y siempre seremos enemigos.

Dylan cayó en el sillón y dejó caer la cabeza entre sus manos. Sin duda le esperaba un largo camino por recorrer y no estaba muy seguro de querer hacerlo.

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[1]  Vrykolakas o brucolaco, era la denominación que se le daba a unas criaturas que se manifestaban, inmediatamente el cadáver de alguien era enterrado, como una figura fantasmal vagando por los caminos y calles, a través de los sueños de sus familiares cercanos, así como atormentando a parientes, amigos y vecinos, provocándoles la enfermedad o muerte de forma cruel y sangrienta. Según la creencia, éstos se originaban básicamente por muerte prematura o violenta, y que por las circunstancias de esas muertes, el alma se demoraba o estaba imposibilitada de abandonar el cuerpo quedando así atrapada en el mismo. En la actualidad, no dudaríamos en llamar a esas criaturas por el conocidísimo apelativo de Vampiro, pero en el contexto de la época, ésta era una denominación aun desconocida. La etimología de la palabra Vampiro tiene sus raíces en el término polaco Wampir, que a su vez se deriva del eslavo antiguo Oper. Pero éste no se popularizó hasta mucho más avanzada la Edad Media.

2 comentarios:

  1. Jajaja lo sabia! Sospeche de Emiliana peroooo como tu qerida mejor auntora me dijiste q esperara mas y siguiera la historia asi sera :)
    Como siempre muy bien!
    Hasta la proxima xoxox

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    Respuestas
    1. Buenos días Keila...

      jajajajaja, eso significa q estabas poniendo la atención debida, así q te felicito :-D...

      gracias Keila, me alegra mucho q te siga gustando... nos leemos en el sig... kisses...

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