Dylan miró a Iyul esperando que
comenzara con el relato y después de unos segundos él pareció decidirse por
fin.
-
En
un principio todas las criaturas de la tierra vivían en relativa armonía. Los
primeros pobladores vivían de la caza y la recolección y se contentaban con que
no les faltase nada. Pero a medida que el tiempo fue avanzando, por alguna
razón desconocida para mí el hombre fue haciéndose avaricioso, quiso no solo
poseer todo lo que formaba parte de su entorno sino que quiso dominar también a
sus semejantes. De este modo comenzaron las guerras entre los más fuertes y
hábiles. En algún momento de la historia hubo tres sujetos especialmente
salvajes y ya sabes a quienes me estoy refiriendo. Por desgracia coincidieron
en la misma época, de no haber sido así tal vez las cosas no habrían llegado a
donde llegaron. Avitzedek Savaresce dominaba las tierras que hoy conocemos como el continente africano y parte
de las tierras cercanas al mediterráneo.
Swaney Lothian se ubicaba en las tierras de Europa occidental, e Iziaslav Yaroslávich tenía bajo su dominio Asia y Europa oriental. Lothian era el
que se encontraba en mayor desventaja, porque tanto Savaresce como Yaroslávich
contaban con mayor número de seguidores, de modo que si se hubiesen aliado
habrían exterminado a las tropas de Lothian, pero ninguno de los dos lo
consideró, eran demasiado ególatras como para eso. Savaresce siendo el mayor de todos, tenía más
experiencia y había acumulado más territorio y esclavos. Lothian había perdido
mucho a manos de Yaroslávich padre, y cuando Iziaslav asumió el mando a la
muerte de su progenitor, no fue mucho mejor que éste y de hecho fue bastante peor.
Paralelo a todo esto, estos individuos eran de un salvajismo demencial y
estaban acabando tanto con las personas como con su entorno y fue cuando la
madre natura decidió poner un alto, haciéndolo justamente cuando éstos tres
sujetos estaban enfrascados en una contienda en un lugar impreciso hoy para
nosotros de nombre Devrig, de allí deriva el nombre que con el fuimos
designados desde entonces -- hizo una pausa y luego prosiguió --
Para el momento en el que les fue impuesto el castigo, Savaresce contaba
cincuenta y cuatro años, Lothian cuarenta y siete y Yaroslávich el más joven,
tenía treinta y cinco años. A partir de aquí, puedo referirte con mayor
exactitud lo tocante a Yaroslávich, puesto que es al Clan al que pertenecemos,
de modo que no estoy seguro cómo vivieron los otros todo el asunto. Con el
correr de los años, Iziaslav comenzó a resentir los males de su condición, lo
que lo llevó a buscarle sino una cura porque no la había ni la hay, al menos la
forma de hacer más llevadero todo. Hay que reconocerle el mérito de haber
logrado controlarse lo suficiente como para dejar de asesinar y destruirlo todo
a su paso y que su salvajismo quedara limitado al exterminio de las otras dos
familias, y en el caso de los Lothian casi lo consigue, gracias a ello los
Lothian son muchos menos que los Savaresce pero nos odian con mayor intensidad.
Sin embargo, en un principio Iziaslav fue responsable de muchas
transformaciones, individuos éstos que resultaron tanto o más salvajes que él.
No obstante, él siguió siendo el más fuerte y por tanto la cabeza del Clan, de
modo que comenzó a instruir a sus descendientes, algo en lo que lamentablemente
no tuvo el éxito esperado, por lo que comenzó el exterminio de sus propios
Predvarys. Sabemos que hay miembros de los otros dos Clanes que lo intentaron
también, pero no puedo decir con qué nivel de éxito. Los hijos de sangre de
Iziaslav traían consigo la maldición, aunque tuvieron la ventaja de ser
educados de otra manera. Pasados algunos años y supongo que en parte debido a
su maldición, Iziaslav se fijó en otra
mujer, esta vez se trataba de una sacerdotisa de Maikata
Priroda[1],
fue capaz de enamorarse y procrear con ella, y fue ella la que le transmitió el
conocimiento acerca de cómo matar a
sus enemigos. Le dijo dónde encontrar el
metal y cómo utilizarlo. El Daearprin solo se encuentra en los Montes Altai, en
lo que hoy conocemos como Mongolia, en ese entonces territorio dominado por
Iziaslav. Y si te estás preguntando por qué haría eso una sacerdotisa que se
suponía debía ser su enemiga natural, es sencillo, habiéndose enamorado de
Iziaslav estaba convencida que él usaría aquella arma solo para matar a
aquellos que seguían comportándose de forma anti natural. Sin embargo, una de las
primeras víctimas contra la que él uso su Dykari fue contra su esposa, ya que
ésta suponía un obstáculo entre él y Seren, la sacerdotisa. La nueva pareja fue feliz durante unos años,
pero podemos suponer que Iziaslav se cansó de ella también y se enamoró de otra,
traicionando de este modo a alguien que podía convertirse en su peor enemiga
como de hecho sucedió, ya que tenía el poder para causar un gran daño y añadió
otra maldición a la ya existente. Hasta ese momento los Devrigs podían convivir
entre los humanos sin ser descubiertos por éstos, pero Seren decidió que a partir
de ese momento, todas aquellas mujeres que llevasen su sangre tendrían el poder
de identificar a un Devrig y el conocimiento de cómo matarlo. Y aunque finalmente Iziaslav terminó matándola a ella
también, no pudo extinguir a su descendencia, ya que con su muerte selló la
maldición y todos sus descendientes estarían protegidos contra los Devrigs. De
manera que ningún Devrig puede tocar a nadie por cuyas venas corra la sangre de
Seren.
-
Un momento
-- dijo Dylan --
¿Quieres decir que Seren era…?
-
Sí, Seren Siglair es de quien descienden todos los
que hoy se apellidan Saint-Claire. Así que para todo Devrig es un enorme riesgo
acercarse a una Saint-Claire, porque no solo será reconocido por ésta sino que
puede destruirnos.
-
Pero aun aceptando eso, aun poseemos instintos y
fuerza, una mujer común no podría en contra de un Devrig.
-
Las Saint-Claire no son precisamente mujeres comunes, y son herederas del poder de Maikata
Priroda, lo que por defecto las hace poderosas y expertas en artes mágicas con
las que podrían someter a cualquier Devrig para luego matarlo limpiamente. De
modo que no, no son nada comunes.
Pero si Dylan
pensó que su asombro no podía ser mayor, estaba equivocado, porque Luciano que
había permanecido en silencio, en aquel momento decidió hablar.
-
Y si hay quienes tenemos motivos para odiar a los
Saint-Claire y toda su descendencia somos nosotros --
dijo con expresión peligrosa
-
¿Por qué?
-- preguntó Dylan
-
Porque la mujer a la que Iziaslav mató por Seren,
era nuestra madre
Los ojos de
Dylan estuvieron a punto de salirse de sus órbitas. Aquello tenía que ser una
pesadilla. Trató de aquietar sus pensamientos y más aún sus emociones que
habían entrado en conflicto. Él ahora era un Devrig, Luciano era su amigo y
casi podía decirse que le había salvado la vida al convertirse en su Izbretel y
haberse dedicado a enseñarle cómo vivir con su nueva condición, por lo tanto su
amistad estaba basada en algo más que solo afinidad, ya que había también una
gran dosis de lealtad. Y por otra parte, Kendall que había sido su mejor amigo
desde la infancia, ahora estaba casado con una criatura que podía destruirlo y
que sin duda odiaría en lo que se había convertido. En ese momento y al ser
consciente de todo eso, Dylan sintió que su corazón se hacía pedazos. Todo esto
no le permitió en forma inmediata registrar otras cosas, como por ejemplo que
Iyul y Luciano eran descendientes directos de un Devrig primigenio y allí
radicaba tanto su poder como el respeto
y el miedo con el que eran tratados. Él había pensado que estaban muy alto en
la jerarquía de los Devrigs, pero en realidad estaban en lo más alto de ésta.
Pero después de un momento cuando logró controlarse y plantearse todo esto,
surgió otra interrogante
-
Según lo que me dijiste, Iziaslav y Seren tuvieron
descendencia
-
Sí, sí la tuvieron
-- dijo Iyul
-
Pero entonces, eso convertiría a los Saint-Claire en
Devrigs también ¿no?
-
No, porque Seren no solo era poderosa sino
inteligente y pactó con las fuerzas naturales, su vida a cambio de que los
suyos no fuesen portadores de la maldición. De modo que si Iziaslav la mataba
activaba con ello la maldición y al mismo tiempo la protección para los hijos
de Seren, lo que resultó un duro golpe para él, porque en realidad quería a
nuestros hermanos y los vio morir a todos al alcanzar su edad.
-
¿Y los descendientes de éstos siguen muriendo a esa
edad? --
preguntó alarmado
-
No, eso solo aplicó a esa generación. Después de
allí son personas normales.
-
Pero de algún modo los Saint-Claire vendrían a ser parientes
de ustedes.
-
Podría verse de esa forma, ya que son descendientes de
la mezcla de ambos, pero en realidad a ninguno le haría más gracia que a
nosotros considerarnos parientes.
-
¿La maldición solo aplica a las mujeres?
-
Así es, ningún hombre Saint-Claire tendría ni la más
mínima idea a menos que las mujeres de su familia se lo dijesen. Durante un
tiempo nos persiguieron y en algún momento dejaron de hacerlo. Pero si nos cruzamos, las cosas suelen ponerse mal.
-
¿Las Saint- Claire han matado a algún Devrig?
-
A varios, entre ellos dos de nuestros hermanos.
Dylan sentía
que la cabeza iba a explotarle y por un momento deseó que Luciano lo hubiese
dejado morir. Iyul y Luciano le dijeron
que fuese a descansar, pero aunque se retiró a su habitación, estaba muy lejos
de poder descansar. Su mente estaba llena de imágenes de su infancia, de Sophie
corriendo con ellos por el Bosque, de él enseñándola a como treparse a los
árboles o cómo manejar una espada. Acudió a su memoria el día que se
despidieron cuando colocó en su cuello el colgante y su advertencia de que
quería verlo allí siempre. Y ahora le parecía que todo aquello había sucedido
hacía demasiado tiempo, en otra vida, y de hecho así era. Ahora tenía otra vida, era otra persona, y en el supuesto de que a lo que era pudiese
calificársele de persona, había dejado de ser Dylan Danworth para convertirse
en Dylan Yaroslávich según lo que acababa de decirle Iyul. Sin embargo y de
momento, nada de aquello encontraba eco en sus caóticos pensamientos.
Los días
pasaron y con ellos llegó la aceptación de la realidad. Aun sin saberlo, Sophie
se había convertido en su enemiga, aunque esta parte de la realidad aun se
resistía a encontrar eco en su vacío interior. Sin embargo, su nueva naturaleza
se impuso, si bien no podía verla como su enemiga y dudaba que algún pudiese,
aceptó el hecho de que no podía poner en riesgo a Luciano, de modo que si
volvía a Inglaterra, o bien iría solo, o tendría que evitar que Luciano se
acercase a Sophie.
Entre tanto
habían continuado haciendo su vida de forma tan normal como le era posible.
Luciano le había dicho que no era tan difícil pero él comenzó a ver fallos en
el asunto. Él estaba por cumplir treinta y dos años y sus conocidos sin duda
esperarían ver algunos cambios y no se había sucedido ninguno.
-
Durante los primeros años no habrá mucho problema, y
luego tendrás que hacer uso de tu poder mental
-- le dijo Luciano
-
¿Qué?
-
Cuando te acerques a alguien, míralo a los ojos y
ordénale no prestar atención a tu apariencia
-
¿Has perdido el juicio? Eso no es posible
-
Sí, sí lo es. Y como todo lo demás, es solo cuestión
de práctica.
-
Luciano en un salón lleno de personas, para empezar
no puedes mirarlas a todas y pretender hacer eso. Además, ya era víctima de la
persecución de la gente por no haber contraído matrimonio y cumplir con mi
deber de dejar un heredero. Imagina qué sucederá ahora que sigue pasando el
tiempo, todos mis contemporáneos se han casado, han tenido hijos y luego
comenzarán a morir ¿No crees que eso despertará ciertas sospechas?
-
Vamos por partes. El asunto de un heredero como es
lógico ahora carece de importancia, porque siempre ostentarás tus títulos. Con
la cuestión del matrimonio, podrías casarte si así lo deseas, pero a menos que
te enamores realmente de alguien y esa criatura se enamore de ti, no habrá
descendencia, y si se enamoran y la hay,
ya sabes cuales son las consecuencias. En cuanto a que tus
contemporáneos comenzaran a morir, es inevitable, pero eso no tiene por qué despertar
las sospechas de nadie. Has sido conocido por ser un viajero incansable lo que
en mi opinión ya es ventajoso, de modo que puedes permanecer fuera y el Dylan
que regrese luego podría ser fácilmente tu hijo. Y por último, créeme cuando te
digo que aprenderás a pasar inadvertido si así lo deseas y a manejar las
débiles mentes de las personas.
Aunque a Dylan
todo aquello le parecía una loca fantasía, decidió no preocuparse por ello en
ese momento.
Unos días más
tarde se encontraban en Moscú donde se toparon de nuevo con Loran. Quien lo vio
primero fue Dylan, ya que Luciano estaba en otro lugar del salón en ese
momento.
-
Lord Danworth, qué sorpresa -- lo
saludó él
-
Hársady --
respondió por todo saludo
Dylan captó con absoluta claridad el
desconcierto del hombre, aunque no tenía idea de la razón, de modo que prestó
mayor atención.
-
¿Y
vino solo?
-
No
-
Veo
que es muy poco conversador
-
Nunca
he sido bueno para ello
-
Entiendo,
por un momento pensé que le habían sido transferidas
las costumbres de nuestro príncipe --
dijo en forma irónica
-
¿Hablando
mal de la familia, Loran?
Dylan ganó una batalla interna al
conservar su expresión y no soltar la carcajada al verle la cara a Loran que
comenzó a volverse con cuidado.
-
Buenas
noches Iyul, y por supuesto que no
-
Supongo
que no has olvidado como odia mí hermano que lo llamen príncipe. De manera que
yo en tu lugar tendría más cuidado en el futuro.
-
Sí
señor --
dijo Loran -- Si me disculpan --
Iyul asintió y el individuo se marchó
-
Por
mucho tiempo que pase, este sujeto seguirá siendo una sabandija
-
¿Dijo
eso solo por molestar o realmente utilizan esos títulos?
-
Así
es, pero si se lo mencionas alguna vez a Lucien, es posible que no te vaya muy
bien.
-
¿Por
qué?
-
No
creo que tenga que explicártelo, ya has visto como reacciona con cualquier
mención que se hace a nuestro querido
padre, mucho peor se ponen las cosas cuando se lo recuerdan de ese modo.
-
¿Y
de veras no se hablan?
-
Lucien
lo evita tanto como le es posible, está obligado a asistir a una reunión anual
a la que no asiste y las escasas veces que lo ha hecho es porque recibe una
orden directa, que bien puede ser por algún asunto de veras importante que
Iziaslav desee tratar con él, o simplemente porque quiere verlo -- y
al ver la cara de desconcierto de Dylan, agregó
-- Tal vez te resulte difícil de
creer pero realmente lo ama, es su hijo menor, su pequeño príncipe, como solía llamarlo, y si le permite ese
comportamiento es justamente por eso. Y aunque te resulte más insólito aún,
Lucien también lo quiso en algún momento, pero después de lo sucedido con
nuestra madre no quiso volver a acercarse a él
-- y Dylan ciertamente podía
entenderlo -- Así que no es extraño que muchos de los
miembros de nuestra familia le tengan poca simpatía a Lucien, porque encuentran
indignante que a él se le permita hacer lo que quiere, cuando quiere y donde
quiere sin limitación alguna, y con nadie más tenga esa consideración.
-
¿Ni
siquiera contigo?
-
Digamos
que yo soy más tranquilo, en cambio Lucien suele meterse en muchos problemas,
pero como te dije, es el menor y él sigue viéndolo de esa forma y avalando todo
lo que hace. Por ejemplo, cualquier otro habría sido severamente castigado por
la muerte de Emiliana, no solo porque en teoría no debemos atacarnos entre los
miembros de la misma familia, al menos no sin una justificación muy válida,
sino porque ni siquiera se dignó a participárselo. Y Emiliana no era cualquier
Devrig, era una a la que Iziaslav quería mucho.
-
Entiendo,
era su hija ¿no?
-
Todos
lo somos
-
Luciano
me dijo que no era hija de sus padres, pero ¿entonces qué era exactamente? Es
decir, ¿la transformó él?
-
No,
lo que sucede es que Iziaslav la llevó a vivir con nosotros pero en realidad él nunca supo quien la había transformado,
porque el Devrig responsable la dejó abandonada una vez que la transformó y él
la encontró por casualidad. De modo que vivió siempre con nosotros y a todos
los efectos legales era hija de él.
-
¿Y
tienen más hermanos? Es decir, así como ustedes
-
No,
ya no quedan. Como te dije, los hijos de Seren murieron al alcanzar la edad de
Iziaslav, y los otros dos murieron a manos de las Saint-Claire. De modo que
solo quedamos Lucien y yo
En ese momento unas personas se
acercaron a saludar a Iyul, y Dylan recordó otra cosa que quería preguntarle,
así que en cuanto se retiraron los demás, lo hizo.
-
Iyul,
Loran estaba muy extrañado de que yo llevase el anillo de los Yaroslávich ¿Por
qué? --
pero Iyul sonrió
-
Lo
imagino, y la razón es que es pronto para que lo lleves y él lo sabe.
-
¿Pronto?
-
Sí,
normalmente debe pasar algún tiempo antes de que se les acepte oficialmente como miembros de la familia. Lo usual habría sido
que portases una cadena que todo Nya lleva en forma visible para ser
identificado como miembro de un Clan, y después del tiempo establecido es
cuando se les entrega el anillo. El muy infeliz debe estar creyendo que se debe
a que eres un Nya de Lucien.
-
Lo
que en cierta forma es así ¿no?
-
Ya
te dije que hiciste méritos propios, pero sí, aunque no los hubieses hecho
igual tendrías el anillo, porque Iziaslav no se hubiese negado a una petición
de Lucien, pero en ningún caso tendrías el Dykari.
-
¿De
modo que Luciano tuvo que hablar con él?
-
No,
eso lo hice yo en su nombre, como casi siempre. Cuando Lucien quiere algo o
cuando sabe que Iziaslav debe saber algo, me lo participa a mí y yo sirvo de
enlace.
-
¿Y
por qué no me habrían entregado el Dykari?
-
Ya
te lo dije, no vamos por ahí dándoselo a cualquiera, de modo que yo tenía que
decidir si podíamos entregártelo o no. Así que aunque sé que es posible que
hagas estupideces, igualmente sé que nunca traicionarías a Lucien.
-
Gracias,
pero tampoco te traicionaría a ti, es mucho lo que te debo y no voy a
olvidarlo.
-
Te
lo agradezco, solo procura mantenerte con vida. Lucien no suele preocuparse por
nadie, a lo largo de su vida se ha formado una opinión muy poco agradable de
las personas en general, pero tú le brindaste amistad y honestidad, vio en ti lo que siempre ha
creído que no existe, de modo que si
algo te sucediese no se lo perdonaría nunca, y en nuestras condiciones nunca, puede ser un tiempo demasiado
largo.
Y ciertamente Dylan pensaba igual,
porque en su cabeza se repetía una y otra vez que tal vez nunca podría acercarse a Sophie, y ese nunca se le hacía un tiempo inaceptable y dolorosamente largo.
No había podido comentar ya que en el movil se me complica...
ResponderEliminarQue cambio tomo la historia y sobre todo el de Dylan hasta siento feo que no pueda ver a Sophie como antes :(.
Besos
Buenas noches Erika...
EliminarNo te preocupes entiendo eso y más hoy q estuve sin conexión todo el día...
pues sí, dije en la presentación que a partir de ahora tomaba un giro "algo" diferente... y sí, es una pena q ahora sea un problema hasta que se le acerque :-/...
gracias Erika... nos leemos en el siguiente... kisses...
Estoy esperando con ansias el siguiente capítulo....
ResponderEliminarBuenas noches Natalia...
Eliminarlamento mucho la espera pero como te dije por g+ estaba sin conexión en mi ordenador y no había podido actualizar, lo bueno será q mañana podrás leer dos capítulos de una vez :-)...
aunque no habías comentado, aprovecho la oportunidad para agradecerte la lectura... nos leemos en una próxima oportunidad... kisses...