Mientras Lucien esperaba el
regreso de Itlar, sus pensamientos vagaron al pasado. El había sido un niño alegre y normal, y aunque en aquel tiempo no
estaban rodeados de los lujos que fueron añadiéndose con el avance de las civilizaciones,
al ser el hijo menor del Hlavary [1]
recibía el tratamiento correspondiente, era cuidado por sus hermanos y su
madre, respetado por todos y simplemente adorado por su padre.
Cuando Iziaslav no estaba en
campaña pasaba mucho tiempo con él, solía llevarlo de paseo y sostenían largas
charlas. Desde la perspectiva actual las mismas no podrían se consideradas las
más aptas para ser sostenidas con un niño, ya que versaban más que todo acerca
del arte de la guerra y la expansión territorial pero era lo que se
acostumbraba. Por otra parte y aunque normalmente eso habría sido trabajo de
Janos que era el encargado de la enseñanza de los niños, fue Iziaslav quien lo
enseñó a manejar las armas de la época, a cazar y a montar.
Cuando les fue impuesta la
maldición, la relación se distanció un tanto, porque si bien Lucien adoraba a
su padre, daba la vida por su madre, y siendo que Gianna había perdido su alegría
a raíz de aquello, Lucien naturalmente culpaba a su padre de ello. Sin embargo,
y a pesar del distanciamiento siguió queriéndolo y respetándolo.
A sus hermanos y a él se les
permitía jugar con los otros niños, pero solo los hijos de los Levjaners eran
aceptados en su círculo más cercano, es decir, solo a ellos se les permitía
comer con los príncipes o ir a su avari. De modo que Lucien no tuvo amigos
verdaderamente cercanos y de su edad, porque los únicos hijos de Levjaners más
o menos cercanos en edad y que habían sobrevivido a la maldición eran los
Korsacov y Misha, y de ellos el que siempre estaba con Lucien era Istval pero
el aykeri era doce años mayor que él y parecía más su guardián que otra cosa.
Sin embargo, con el tiempo tanto Iyul como él aprendieron a verlo como un
verdadero amigo, ya que no solo pasaba mucho tiempo con ellos, sino que su
natural simpatía y desenfado los divertía. Años más tarde nació Itlar y poco
después Aleksèi, y como el desarrollo de los chicos parecía haberse detenido en
el momento de la maldición mientras que la primera etapa de los mydevrigs
seguía el curso normal de desarrollo, cuando Itlar y Aleksèi llegaron a los
quince años parecían sus contemporáneos, y un poco más tarde nació Yvaylo que
se uniría al grupo años después.
Cuando tuvo lugar la trágica
muerte de Gianna, Lucien había enloquecido de dolor y en honor a la verdad había
un vacío en sus recuerdos del tiempo posterior. Cuando había recuperado de
nuevo el control de sus actos y la consciencia plena, ya habían transcurrido muchos
años y fue cuando Iyul y Janos le contaron todo lo sucedido en ese tiempo
incluido el hecho de que Aleksèi estaba preso, quiso hablar con Iziaslav pero
Iyul y Janos le dijeron que ya lo había hecho aunque él no lo recordaba, y que
Iziaslav se había negado a dejarlo salir.
Sus hermanos y sus amigos
hacían todo lo posible por animarlo pero a pesar de haber recuperado la
cordura, Lucien seguía triste y deprimido, y a la pena de haber perdido a su
madre había ido a sumarse el hecho de que su amigo estuviese preso por su
culpa. De modo que sus hermanos y sus amigos fue muy poco lo que pudieron hacer
por él y quien más había resentido ese cambio había sido Iyul, ya que hasta el
momento de los hechos habían sido muy unidos y ahora Lucien parecía no querer
nada con nadie.
Por ese entonces aunque
Iziaslav iba a Illir asiduamente a verlos, vivía en otro lugar con la maldita vidmagy como siempre la llamó
Lucien. No obstante, durante todas sus visitas Lucien lo único que hacía era
pedirle la libertad de Aleksèi, pero él siempre se negó. De modo que el
resentimiento de Lucien fue creciendo conforme pasaba el tiempo hasta que
finalmente un día cualquiera después de una terrible discusión con Iziaslav
donde lo había acusado de asesino y demás calificativos insultantes, abandonó
el salón real y se fue a su habitación seguido por Iyul y por Janos pero
ninguno de los dos pudo hacer nada ni para evitar la destrucción general ni
para tranquilizarlo, y por último Lucien le había gritado a su hermano que a
partir de ese momento no tenía familia y no lo verían nunca más.
Cuando Iziaslav se había
enterado que el chico se había marchado, inmediatamente fueron convocados los
Levjaners y se ordenó la búsqueda, pero les llevó algún tiempo localizarlo,
después de lo cual Lucien había amenazado a cualquiera que se atreviese a
ponerle una mano encima, de modo que Iziaslav fue advertido del paradero de su
hijo y él mismo fue por él pero con iguales resultados, porque Lucien le había
gritado que no regresaría por ningún motivo y que lo matase de una vez como había hecho con su
madre.
Aquel fue uno de los más duros
golpes para Iziaslav y evidentemente por muy autócrata que fuese, amaba mucho a sus hijos como para pensar en
algo así. De manera que se marchó pero ordenó que Lucien fuese vigilado sin que
se diese cuenta.
Ahora, cientos de años después
de todos aquellos trágicos sucesos, Iziaslav y Janos miraban a Lucien que
parecía no ser consciente de su presencia, porque se había perdido en los
recuerdos, mismos que los dos hombres no habían tenido ninguna dificultad en ver,
pero lo que ambos estaban pensando superando el malestar que le habían
producido los mismos, era que por mucho que Lucien se empeñase en decir que
estaba haciendo aquello por Dylan, ellos estaban seguros que no era así. Sin
embargo, no alcanzaban a entender el increíble hecho de que le interesase la
vida de una Saint-Claire.
Ambos sabían que Lucien habría
podido conseguir los servicios del mejor médico que existiese en el mundo sin
esforzarse mucho y con ello tranquilizar a Dylan. De manera que empeñarse
tercamente en que fuese un veldeky quien la atendiese, gritaba en forma
ensordecedora que tenía un interés mucho mayor del que decía o reconocía y
ellos se preguntaban cuál era. Descartaron el amor porque al menos Iziaslav
había sido testigo de lo que sentía su hijo en presencia de aquella mujer, así
que estaba muy lejos de ser eso. Si bien Lucien no era una mala persona,
tampoco la compasión formaba parte de su comportamiento habitual hacia la
humanidad en general, así que no era esto tampoco. No obstante, tuvieron que
suspender sus elucubraciones cuando sintieron la presencia que se acercaba.
Lucien que también había
sentido una presencia que llevaba años sin sentir pero que no había olvidado,
se puso de pie de inmediato y unos segundos después se abrió la puerta dando
paso a Itlar en compañía de un hombre que aparentaba una edad similar a la de
Lucien, tenía los cabellos negros pero había algunos hilos de plata en ellos,
tenía los ojos azules y exhibía la misma estatura aunque no la misma
complexión, posiblemente debido a los años de encierro, mala alimentación y
falta de ejercicio.
-
¡Aleksèi! -- había exclamado Lucien
Sin embargo, el sujeto apenas entró había doblado la rodilla y bajado
la cabeza.
-
Dhakvrevit sozdatel
-
Puedes levantarte Aleksèi -- dijo Iziaslav
-
Dhavjà sarì -- agradeció
Lucien había avanzado hacia él
pero en cuanto estuvo a solo unos pasos, Aleksèi dobló ambas rodillas y agachó
aun más la cabeza.
A pesar de que Lucien estaba
acostumbrado a ser tratado con el mayor respeto, aquella muestra de innecesario
arrepentimiento, ya que en su opinión Aleksèi había sido encerrado injustamente
y solo por intentar ayudarlo, le produjo un enorme malestar. De modo que se
inclinó y sujetándolo por los hombros lo hizo poner de pie.
-
Si alguien aquí debe pedir perdón soy yo amigo, porque soy el único
responsable de que hayas tenido que vivir en ese infierno durante tantos años
Acto seguido lo abrazó
mientras Aleksèi cerraba fuertemente los ojos y las lágrimas se escapaban de
ellos.
Itlar que a diferencia de
Istval observaba las formas, había tenido verdaderas dificultades para sacar a
Aleksèi de Zatvor, porque si bien había sido debidamente informado de su
indulto, el sujeto se negaba a salir y no precisamente porque le interesase de
manera especial la salud de los allí recluidos, sino porque él mismo no podía
perdonarse el haberle causado un daño a Lucien. No obstante, el único modo de
quedarse había sido ofreciéndose a servir de guardián de la salud de los presos
y de los Lovets que prestaban servicio en Zatvor.
-
He venido a sacarte de aquí -- le
había dicho Itlar después de saludarlo
-
No tengo derecho a salir -- le
había contestado Aleksèi
-
Se te concedió el indulto y lo
sabes hombre
-
Iziaslav puede haberme
perdonado pero yo no lo haré nunca, así que no pierdas tu tiempo
-
No seas necio Aleksèi, sabes
que…
-
¡Lo único que sé, es que
agredí a uno de mis príncipes, y no hay poder humano ni divino que pueda
suprimir esa culpa! -- lo había
interrumpido
-
Lucien quiere verte -- le
había dicho, pero lejos de alegrarse, Aleksèi había compuesto cara de horror
-
¡No! --
había exclamado -- No
podría mirarlo a la cara
-
Aleksèi, puedo obligarte pero
no quiero hacerlo -- y luego agregó -- Lucien te necesita
Al escuchar eso Aleksèi pasó
del horror a la angustia pensando que Lucien estaba enfermo, de manera que Itlar
aprovechó eso diligentemente y no le aclaró el punto.
-
¡Llévame con él! --
había dicho Alekesèi con urgencia y él lo había hecho
Itlar abandonó sus pensamientos
al escuchar a Lucien.
-
Acompáñame -- estaba diciendo y luego se volvió hacia su
padre --
Dhavjà sarì
-
Vanedharma syn -- le dijo y luego miró a Aleksèi --
Levyiram Aleksèi
A Iziaslav le había tomado
muchísimo tiempo superar su autocracia y entender que lo que había hecho
Aleksèi, lejos de ser un crimen había sido un acto de suprema lealtad y amor a
su hijo, ya que con ello había evitado que Lucien se convirtiese en el agresor
de su propio padre. De modo que estaba sinceramente complacido de que Aleksèi
hubiese abandonado Zatvor fuese por la razón que fuere, pero que a todas luces
seguía siendo por lealtad a Lucien.
Una vez en su habitación,
Lucien ordenó que les llevasen comida y mientras obligaba a Aleksèi a comer, él
le explicaba la situación desde cómo había llegado Dylan a sus vidas y todo lo
que había ocurrido desde entonces hasta lo que estaba ocurriendo en ese
momento.
-
¿Y qué es lo que quieres exactamente?
-
Quiero que vengas conmigo a Inglaterra, averigües qué es lo que tiene esa
mujer, le pongas remedio si lo tiene y si es necesario que te quedes para
atender el nacimiento -- expuso con claridad
-
¿Y te parece juicioso que yo haga eso?
-
Ya te dije que la maldición…
-
No es por eso sarì, entiendo que ya no podría hacernos daño, pero sigue siendo
una Siglair y sabes que puede reconocernos
-
En primer lugar y más importante que todo, si vuelves a llamarme sarì te enviaré de vuelta a Zatvor
grandísimo necio -- y tanto Aleksèi como Itlar sonrieron -- y
en segundo término, ésta es una Saint-Claire que si bien experimenta cierto
malestar en presencia de un Devrig, no tiene los conocimientos suficientes -- y
ahora Aleksèi lo miró con extrañeza
-
Esa es una información que hasta donde sabemos, la llevan en la sangre ¿no?
-
Pues por algún motivo ésta parece haber nacido sin ella
-
¿Puedo hacerte una pregunta sin que quieras quitarme la cabeza?
-
Adelante
-
Entiendo toda tu preocupación por Dylan, ya que sé de primera mano lo que
el dolor puede hacernos, pero pudiste recurrir a cualquiera ¿Por qué yo?
-
Ya te lo dije, es una Saint-Claire y no podía pedírselo por ejemplo a Haris
-
No, pero pudiste haber recurrido a una Leychitkar
[3]
de las suyas
-
Ya no las llaman así Aleksèi --
dijo Itlar con una sonrisa
-- Ahora son hombres y son
llamados médicos
Esta información causó cierta
sorpresa en Aleksèi, porque aparte de su propia raza, para los demás la
sabiduría y las artes curativas eran manejas por las mujeres, pero él había
pasado tanto tiempo encerrado que se había perdido de algunas cosas. No
obstante, hizo eso a un lado y se concentró en lo que le interesaba.
-
Bien, pero aun así -- dijo mirando a Lucien --
¿Por qué tiene que ser un Devrig?
-
Porque no confío en esos individuos
-- contestó Lucien en tono neutro
-
Claro -- dijo Aleksèi en forma decididamente irónica,
pero como Lucien no dijo nada, agregó
-- Te conozco desde hace
demasiados años Lucien y si tienes alguna esperanza de que haga esto, me dirás
la verdadera razón ahora mismo.
Itlar pensó que después de
Istval y ahora Dylan, el único que podía atreverse a hablarle así a Lucien solo
podía ser Aleksèi y no se equivocó, porque el malcriado príncipe no reaccionó
como cabría esperar tratándose de otra persona.
-
Creo que ese niño es un… mydevrig
-- y Aleksèi abrió los ojos en
forma desmesurada -- Ese niño puede ser hijo de Dylan
Una vez aclarado esto y aunque
Aleksèi en principio dudaba mucho que fuese así, porque en primer lugar todos
sabían lo difícil que resultaba a los Devirgs engendrar por mucho amor que
hubiese de por medio, y segundo porque aquella era una Siglair y aunque él
había estado encerrado entonces, igual había sido informado de la maldición y
que esta exoneraba a los descendientes Siglair de contraerla, igual aceptó ir
con Lucien y hacerse cargo del asunto.
Cuando llegaron a Inglaterra, Lucien
encargó a Itlar mientras él hablaba con Dylan, que se hiciera cargo de proveer
a Aleksèi de la indumentaria adecuada de la época y por otra parte que le
diesen libros para que aprendiese a toda prisa el idioma. Una de las ventajas
de ser un Devirg era la velocidad a la que podían leer y asimilar, de modo que
esto último no representó un gran problema. Dylan fue presentado a Aleksèi y en
cuanto éste último estuvo debidamente preparado para mantener una conversación
en inglés, cosa que le tomó un par de días aunque aún conservaba un fuerte
acento, Dylan envió a Yvaylo a Darnley con el fin de traer a Kendall.
-
Kendall debido a lo que me dijiste, me tomé la libertad de hacer venir a un
joven pero eminente médico ruso y espero que aceptes sus servicios --
habían decidido obviar la apariencia para tener menos inconvenientes con
los Saint-Claire -- Si lo haces, no solo
examinará a tu esposa sino que permanecerá en Livingstone el tiempo que sea
necesario para atender el nacimiento de tu hijo si tú lo apruebas
Obviamente Kendall aceptó sin
necesidad de que Dylan hiciese uso de su habilidad, porque estaba realmente
desesperado, de modo que Aleksèi fue presentado a Kendall y marchó con éste a
Darnley. Todo el tiempo que Aleksèi demoró en regresar, Dylan estuvo paseándose
de un lado a otro del salón en un desesperante estado de nervios pero
decidieron dejarlo en paz.
Sophie experimentó el mismo
malestar que había sentido en presencia de Dylan y de Lucien aunque menos
acentuado que con éste último, pero como ese día había amanecido más débil que
de costumbre, no le prestó mucha atención y se limitó a agradecerle su
presencia y a dejarse examinar. Mientras que Derek no necesitó de ningún lapso
de tiempo para estar seguro que aquel sujeto era de la misma clase que los
demás pero se guardó muy bien de demostrar absolutamente nada y si podía ayudar
a su madre, era todo lo que le interesaba de momento.
-
No debe preocuparse Lady Arlingthon
-- dijo Aleksèi una vez
finalizado el examen -- la razón para que esté usted sintiéndose así
es muy sencilla, su hijo tiene un gran tamaño y está demandando más esfuerzo de
su parte. También es lógico que sienta poca necesidad de alimento, ya que el bebe
está presionando su estómago pero igualmente los necesita, de modo que adoptará
la costumbre de comer algo cada pocas horas en lugar de hacer solo las comidas
a las horas acostumbradas. Le dejaré esto
-- dijo mostrándole un frasco que
había preparado de acuerdo a los síntomas que Dylan le había descrito que
presentaba -- y debe tomar una cucharada cada seis horas,
le aseguro que no tiene mal sabor
-- le dijo con una amable
sonrisa
Sophie le agradeció y él
abandonó la habitación con Kendall con quien habló brevemente tranquilizándolo,
pero luego miró a Derek y preguntó si le permitían examinarlo a él, a lo que
accedieron de inmediato.
-
No debe estar tan preocupado milord
-- le dijo al chico mientras lo
examinaba porque ya había llegado a la conclusión que lo suyo era pura angustia
-- su madre va a estar bien
-
Se lo agradezco mucho -- Aleksèi sonrió y se volvió hacia Kendall
-
Si no le incomoda vendré en la tarde de nuevo, pero si llegan a necesitarme
por cualquier motivo, Lord Danworth ha dado órdenes de que un sirviente se
quede aquí con el único fin de avisarme en caso de necesidad
Kendall se mostró igualmente
agradecido pero cuando quiso pagar por sus servicios Aleksèi lo rechazó
diciéndole que solo le hacía un favor a un amigo. Se despidió y se marchó.
-
¿Y bien? -- preguntó Dylan en cuanto llegó
Aleksèi les explicó que en
verdad estaba muy desmejorada pero que no era como para preocuparse y que le
parecía francamente una necedad enorme de los fulanos médicos no haber notado lo obvio.
-
Entonces va a estar bien ¿no?
-- preguntó Dylan
-
Por supuesto sarì, no te preocupes
Lucien había escuchado en
silencio y más tarde fue a la habitación de Aleksèi.
-
¿Todo lo que dijiste es cierto?
-
¿Me estás llamando mentiroso?
-- preguntó en tono divertido
ganándose una mirada asesina de parte de Lucien
-- Claro que es cierto --
agregó
Después de eso Lucien se
permitió tranquilizarse porque confiaba en Aleksèi, pero una vez que éste
estuvo a solas y recordando lo que le había dicho Lucien, pensó que sin duda
ese niño tenía que ser hijo de Dylan, porque recordó el especial don del sizvitel
y si alguien podía determinar esa paternidad sin haber visto al bebe, ese era
Lucien. Pero también comenzó a plantearse las posibles consecuencias de todo
aquello, porque él había pasado mucho tiempo encerrado y aunque los Lovets le
daban algunas noticias, no sabía a ciencia cierta cómo estaba el mundo en
general. De modo que se hizo el propósito de en los próximos días, documentarse
acerca de los sucesos acaecidos tanto en su mundo como en el del resto de los
humanos, porque si aquel nacimiento interesaba tanto a Lucien, debían estar
debidamente preparados para el futuro.
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