Bodas de Sangre

Bodas de Sangre
Una vez superados los obstáculos ayudado en su mayor parte por Dylan, Kendall logró finalmente contraer matrimonio con Sophie. Después de la boda, Dylan emprenderá un nuevo, inesperado e insólito camino a través de un mundo del que no tenía ni idea de su existencia, mientras que la nueva pareja parte rumbo a Inglaterra para dar comienzo a un matrimonio que todos se preguntan cómo va a terminar siendo que dio inicio con unas Bodas de Sangre

viernes, 20 de junio de 2014

Cap. 10 Salida y viejos conocidos…



Una mañana Dylan se sintió indispuesto apenas despertó. Intentó incorporarse pero le resultó del todo imposible, de modo que volvió a recostarse pero unos minutos después se sintió alarmado. Él había aprendido y de manera muy dura, a controlar el asunto de las temperaturas, pero en ese momento sentía mucho frío, de modo que se arrebujó más en las mantas pero el dolor de cabeza lo estaba matando. Cerró los ojos y perdió la noción del tiempo. En algún momento escuchó que alguien decía su nombre y con dificultad, porque sentía que los párpados le pesaban, abrió los ojos.

-         ¡Dylan!  --  estaba diciendo Janos  --  ¿Dylan qué tienes?  --  estaba preguntando con preocupación
-         No lo sé… pero…  --  en ese momento comenzó a toser  --  tengo mucho… frío Janos

El hombre se acercó más y colocó su mano en la frente notando que el chico tenía fiebre. Dylan había cerrado los ojos de nuevo y cuando los volvió a abrir, notó que la habitación estaba en penumbra, escuchó voces pero se sentía cansado, le dolía la cabeza y el pecho, así que volvió a cerrar los ojos.

-         ¿Cómo sigue?  --  estaba preguntando Iziaslav a Janos
-         La fiebre ha cedido un poco, Zinatnè dijo que debía tomar esto  --  dijo señalando un frasco  --  y  descansar un par de días, después de eso él dice que estará bien.

Iziaslav se acercó a la cama, colocó la mano sobre la frente de Dylan para cerciorarse de lo que Janos le había dicho y éste lo miró con curiosidad. Janos Dvòrak era uno de los Devrigs más antiguos del Clan Yaroslávich y había pasado casi toda su vida al lado de Iziaslav. Había sido amigo, consejero y detractor, y si había sobrevivido era porque si algo apreciaba y respetaba aquel extraño sujeto eran tres cosas, el valor, la lealtad y la honestidad.

Con el tiempo, le había sido confiada la educación de los príncipes y se había dedicado a ello con el mayor esmero. Pero cuando Iziaslav mató a Gianna y después de ayudar a los príncipes a superar el dolor, había abandonado Illir. Por supuesto, siendo Iziaslav el autócrata que era, nadie lo abandonaba sin su consentimiento, de modo que lo había hecho perseguir como a un vulgar Kraviacik [1], pero aquello no le había servido de nada, porque cuando sesenta años después habían logrado atraparlo y llevarlo ante él, le dijo que igual podía matarlo pero que no se quedaría allí, porque él lo había decepcionado al cometer semejante acto de barbarie  en contra de la madre de sus hijos. Iziaslav había enfurecido y la había emprendido a golpes contra él, pero finalmente lo había dejado marchar.

Janos había tardado casi cuatrocientos años en regresar al lado de Iziaslav, y lo hizo cuando Mikha y Andrei dos de sus hijos, habían resultado muertos. Para entonces Iziaslav estaba emocionalmente destruido, había visto morir a los hijos que había engendrado con Seren y a dos de los príncipes herederos. Iyul fue quien buscó a Janos y le pidió regresar diciéndole que si realmente había sido su amigo, no lo abandonase en aquella situación. En aquel momento lo que había convencido a Janos de volver, no había sido el posible sufrimiento de Iziaslav, porque al fin y al cabo en su opinión se lo tenía bien merecido, sino la lección que le había dado el chico, porque si Iyul que era el hijo de la mujer a la que Iziaslav le había quitado la vida había podido perdonar, quién era él para no hacerlo.

Y así había sido como Janos había regresado a su lado y no había vuelto a marcharse nunca más. Todos los miembros del Clan sabían que si había alguien después de los príncipes, con quien no debían meterse nunca, era con Janos. Él era uno de los pocos Devrigs que podía decir que conocía bien a Iziaslav y era por esa razón que ahora veía con cierta preocupación a Dylan Danworth.

Hacía muchísimo tiempo que Iziaslav no se preocupaba por nadie excepto claro está, por sus hijos. Así que aquel repentino interés en este rybik que inicialmente él había pensado que se debía a que era el Djali de Lucien, algo ya de por sí insólito, comenzaba a mortificarlo, porque eso podía traducirse en la desgracia de Dylan, ya que era demasiado joven para sobrevivir a la ira de individuos como Loran Hársady, Igor Hossa o Gregory Massarik. Eso por un lado, y por el otro, que Iziaslav se encariñase con alguien aparte del ya mencionado peligro, preocupaba a Janos que ese alguien no correspondiese del mismo modo. Una de las grandes desventajas de un Devrig era que su capacidad de amar u odiar eran igualmente intensas y podían despertar con sorprendente rapidez, razón por la cual especialmente los más antiguos se esforzaban por controlar sus sentimientos tanto como era posible para no colocarse en situaciones difíciles que los hiciesen sufrir, ya que el sufrimiento era simplemente tan atroz que solo deseaban poder morir. Sin embargo, de momento no podía hacer nada más que ver cómo se desarrollaban los acontecimientos.

De lo que sí estaba seguro, era de que el interés de Iziaslav era auténtico, porque  desde que el rybik había enfermado, había estado entrando y saliendo de aquella habitación a todas horas, e incluso la primera noche cuando la fiebre lo había atacado con mayor intensidad, no se había movido de allí, algo que no sucedía desde que los príncipes habían crecido,  y había insistido en que solo Zinatnè su Lijenik [2] personal y nadie más, fuese quien lo atendiese. En vista de todo lo anterior y si las cosas eran como se las estaba imaginando, aquel rybik iba a ocasionarle muchos dolores de cabeza.

Un par de días más tarde, Dylan abrió los ojos y lo primero que vio fueron los de Janos. Parpadeó varias veces hasta lograr enfocar bien.

-         ¿Cómo te sientes?
-         Como si me hubiesen apaleado  --  dijo él y Janos sonrió
-         Bueno, como llevo seis días, siete con hoy vigilándote atentamente, puedo asegurarte que nadie lo ha hecho
-         ¿Siete días?  --  preguntó con incredulidad  --  ¿Pero… por qué? ¿Qué me sucedió?
-         Has estado bastante delicado, en principio pensábamos que se trataba de un fuerte resfriado, pero en realidad algo no andaba bien con tus pulmones  --  Dylan abrió mucho los ojos y recordó a su padre  --  Te recuerdo que no puedes.
-         ¿Y entonces?
-         El hecho de que no puedas morir no evita que puedas enfermar como lo acabas de comprobar, y como parece que tienes mala memoria, debo recordarte de nuevo que todo, lo bueno y lo malo, lo experimentamos de forma más intensa.
-         ¡Demonios! ¿Y no hay forma de evitarlo?  --  preguntó con fastidio, haciendo que Janos riera
-         Bueno, si consigues cómo evitar algo que nadie sabe por qué sucede, me avisas  --  le dijo riendo aún  --  Ahora que ya estás despierto, debes alimentarte
-         No tengo hambre, solo…
-         No te pregunté si la tenías, he dicho que debes hacerlo
-         ¿Sabes lo pesado que puedes ser?  --  le preguntó mirándolo mal
-         Sí, me lo han dicho algunas veces  --  le dijo mientras se dirigía hacia la pared para tirar del cordón

Dylan tomó el desayuno con la peor de las caras, la fruta podía tolerarla pero la avena era algo que nunca había apreciado mucho y ahora francamente la detestaba, pero Janos insistió en que debía comérsela y él lo hizo cual niño malcriado protestando con cada cucharada. Apenas había terminado, entró un sujeto al que no conocía.

-         Kasny din [3]   --  saludó el sujeto
-         Buenos días Zinatnè
-         ¿Y cómo amaneció el Malyy [4]  hoy?  --  Dylan miró en forma inquisitiva a Janos
-         Él es el señor Zinatnè, es un Lijenik  --  Dylan lo saludó pero aquello no le decía mucho

Sin embargo, cuando el individuo comenzó a examinarlo, entendió que Lijenik debía ser médico.

-         Bien  --  dijo el hombre  --  si te sientes lo bastante bien como para estar de pie, recomiendo que salgas a tomar un poco de sol
-         De acuerdo  --  dijo Dylan que ya quería levantarse
-         Todo marcha como es debido, si me necesitas avísame  --  dijo el hombre mirando a Janos
-         Gracias Zinàtne

Apenas abandonó la habitación, Dylan retiró las sábanas y se incorporó pero todo comenzó a girar muy de prisa y cayó hacia atrás.

-         Sugiero que lo hagas con un poco más de calma

Dylan obedeció y se incorporó más despacio, se quedó sentado un momento y luego Janos lo ayudó a ponerse de pie.

-         ¿Mejor?
-         Sí, gracias

Comenzó a caminar hacia el baño y en ese momento se abrió la puerta.

-         ¿Qué crees que haces?  --  escucharon la voz atronadora de Iziaslav
-         Zinàtne dijo que ya podía levantarse y salir al jardín  --  informó Janos

Iziaslav lo miró con sospecha pero no dijo nada más. Un rato más tarde caminaban por el jardín. Aquella fue una de las extrañas ocasiones en las que hablaron de él y a Dylan lo asaltó una vieja curiosidad, pero no estaba muy seguro de cómo plantear la pregunta aunque aquello era del todo innecesario, porque un segundo después Iziaslav sonrió.

-         No hay porque suelen ser un problema, pero si deseas una solo tienes que pedirla  --  le dijo
-         No lo decía por eso, es solo que me extraña que no haya ninguna en el Dvorets
-         Las Ledzidar [5] siempre serán nuestra perdición Rybik   --  y después de un momento agregó  --  al menos fueron la mía, a causa de una perdí a casi toda mi familia, le causé el mayor dolor a mis hijos y uno de ellos me odia.
-         ¿Pero no le parece injusto culparla solo a ella?

Fue evidente para Dylan que aquello no le había sentado nada bien a Iziaslav, porque su expresión cambió y el brillo de sus ojos se tornó peligroso.

-         ¿Cómo te atreves?  --  exclamó con ira
-         Puedo disculparme por haberlo molestado pero no por pensar del modo que lo hago  --  y como él no decía nada Dylan agregó  --  Es posible que no diga todo lo que pienso, pero nunca me traicionaré a mí mismo diciendo lo contrario señor

Tal vez el largo tiempo que llevaba Iziaslav en el ejercicio de controlarse, o tal vez la ruda franqueza de Dylan, lo hicieron apaciguarse.

-         Respeto la honestidad Rybik, pero no siempre es agradable. Desde la perspectiva de tus pocos años y dada tu escasa experiencia de vida, quizá te resulte muy sencillo juzgar los hechos, pero con el tiempo aprenderás que muchas cosas pueden parecer pero no ser, y que otras muchas pueden ser sin parecer.   
-         Quiero que sepa que en verdad lamento haberlo molestado  --  dijo Dylan
-         No fuiste tú sino la verdad que has dicho y como ya te lo mencioné en otra ocasión, la verdad solo nos molesta cuando no somos capaces de aceptarla, y esta es una verdad que aun me pesa demasiado  --  caminaron un rato en silencio y luego volvió a hablar  --  Controlar las emociones en nuestras condiciones no es nada sencillo, me tomó muchos años lograrlo y aun hoy en ocasiones mis emociones me traicionan. Amar es una de las emociones más sublimes que posee el ser humano, pero en nuestro caso el amor está condenado por la maldición que pesa sobre nosotros y puede volverse tan destructivo como el odio.
-         Pero eso no es propiedad exclusiva de los Devrigs, porque a los seres humanos en general puede ocurrirles lo mismo.
-         Es cierto, he sido testigo presencial de cómo se destruye en nombre del amor bien sea a la tierra que te vio nacer, a un Jhain [6] o a una Ledzidy, pero si cualquier ser humano puede comportarse con suprema barbarie por esas causas, ya puedes ir  haciéndote una idea de cómo lo haremos nosotros. Somos capaces de amar hasta la agonía, pero también de odiar hasta la cruel destrucción 

Dylan se quedó pensativo un rato, porque había cosas que no podía compaginar y finalmente decidió preguntar

-         ¿Cómo se puede odiar a quien se ama?
-         Teorizar sobre los sentimientos es un error, primero porque no son tangibles, no son un traje o una silla con tamaño y medida y cada quien los experimentará de manera distinta. Lo que sí es un hecho es que tanto el odio como el amor son una fuerza poderosa. No sé como será para los demás, pero en mi caso nunca he odiado a quien amo
-         Pero entonces…
-         Nunca odie a Gianna, así como tampoco odie a Seren, lo que odiaba era no poder seguir amándolas  --  en forma automática Dylan se preguntó por qué las había matado entonces  --  No las maté porque las odiase, esos fueron actos de furia incontrolada en el caso de Gianna, porque a mi juicio de entonces interfería en mi relación con Seren. Y en el de Seren, porque consideré un acto de suprema maldad lo que en realidad fue un acto de amor.
-         No entiendo
-         Seren me conocía y sabía que si me molestaba lo suficiente la mataría.
-         ¿Quiere decir que quería morir?
-         En cierta forma. Ella sabía que no podía hacer nada para cambiar nuestro destino, porque nuestra maldición es irreversible, pero decidió hacer algo para cambiar el de nuestra descendencia. De modo que pactó con Maikata Priroda, su vida a cambio de la de nuestros hijos.
-         Pero ellos murieron ¿no? ¿Cómo puede ser ese un acto de amor?
-         Te estás dejando llevar por lo que parece y no estás viendo lo que es. Piensa Rybik ¿quién querría a consciencia una vida como la nuestra? Con su muerte ella aseguró la normalidad de nuestra descendencia y los hizo invulnerables a nuestra maldición, ningún Devrig puede hacer daño a un descendiente de Seren sin  asegurar su propia muerte en el proceso. De modo que fue un acto de supremo amor.

Aquella sería una de las conversaciones que Dylan más recordaría siempre, tal vez porque Iziaslav se había mostrado honesto, no había visto al déspota y autoritario jefe supremo del Clan, sino al hombre que había sufrido y seguía sufriendo por sus actos y que no había intentando justificarlos, sino que había reconocido sus errores aunque estos ya no tuviesen remedio.


Un par de días después y para sorpresa de Dylan, Janos le dijo que cenarían fuera, de modo que Dylan estuvo listo a la hora pautada.

-         ¿Puedo preguntar a dónde iremos?
-         Atendemos una invitación en la casa de una Condesa  --  le dijo Janos, con lo cual no satisfacía la curiosidad de Dylan pero él entendió que no le diría nada más

Sin embargo, las sorpresas no habían finalizado, porque la casa de la tal Condesa estaba en Francia, lugar que Dylan reconoció enseguida y que no le traía los mejores recuerdos. No obstante, exhibió sus refinados modales de siempre y en breve vino a su memoria lo que le había dicho Iyul con respecto al aspecto físico, porque si antes Dylan había despertado el interés de las féminas, ahora esto sería un auténtico problema, especialmente en lo tocante a maridos celosos.

Un rato después, se encontraba rodeado de un grupo de señoras cuando repentinamente su cuerpo se tensó, recordó que Luciano le había dicho que su instinto siempre le alertaría de la presencia de otro Devrig y ciertamente no podía tratarse de Janos porque su presencia ya la tenía identificada. De modo que prestó atención, un momento después lo ubicó con total precisión y al minuto siguiente una ira visceral lo invadió. Sin embargo, echó mano del tan practicado autocontrol y siguió conversando con las damas pero habría sido mucho esperar que las cosas fuesen tan fáciles.

-         ¡Vaya, vaya! Pero mira nada más a quien tenemos aquí, el escurridizo y misterioso Duque de Livingstone.
-         Montreuil  --  dijo Dylan por todo saludo
-         ¡André querido!  --  exclamó una de las damas con las que había estado conversando Dylan  --  ¡Que sorpresa!
-         Madame Lemoine  --  dijo André inclinándose ante la mujer y llevando la enguantada mano de ella hasta sus labios
-         Veo que ya conoces al Duque
-         Así es, tuve el placer de conocerlo hace unos años 

Mientras André hablaba, Dylan se había dedicado a detallarlo. Ciertamente seguía viéndose igual que unos años atrás, su apariencia no había variado en nada, lo cual habría sido extraño tratándose de un Devrig, se reprendió Dylan. Pero de forma automática sus ojos buscaron las manos de André y lo localizó. Un zafiro, lo que lo identificaba como un miembro del Clan Lothian. Aunque nunca se lo preguntó a Luciano y ya sabía que en el Clan Yaroslávich había individuos tan desagradables como André, siempre estuvo seguro que éste tenía que ser un enemigo declarado, lo que Dylan no recordaba era que Luciano se lo había dicho, solo que lo había hecho el mismo día que le había informado de su nueva condición y francamente ese día él no estaba en las mejores condiciones y no lo había registrado en su memoria.

Unos minutos después las damas comenzaron a dispersarse y a Dylan no se le escapó que eso había sido obra de André, pero como él no tenía el mismo interés que aquel desgraciado parecía tener en él, dio la espalda para marcharse.

-         ¿Por qué tanta prisa Danworth?  --  lo escuchó
-         El escoger a quien dedico mi tiempo es un privilegio al que no he renunciado  --  dijo con la mayor frialdad
-         Cuanta arrogancia, es posible que ser el juguete de nuestro príncipe de hielo te haya dado una falsa impresión de seguridad, pero yo en tu lugar tendría más cuidado en cómo trato a algunos individuos.
-         Y es posible que tú no le tengas el suficiente aprecio a tu cabeza, de modo que te sugiero lo mismo

Dylan vio con claridad formarse tanto la ira como las palabras de aquel infeliz y sintió deseos de reír, al mismo tiempo qué se preguntaba cuántos años tendría André para que él pudiese ver con tanta facilidad lo que estaba pensando.

-         Escúchame niño estúpido  --  estaba diciendo André  --  Ya te atravesaste una vez en mi camino y no lo he olvidado
-         Lo supongo, pero ese es tu asunto y no el mío  --  dijo Dylan con tranquilidad y André exhibió su fría sonrisa
-         Si crees que tu recién adquirida condición te vuelve invulnerable, estás lamentablemente equivocado, porque si tu Izbretel no te lo dijo, cosa muy posible ya que el príncipe malcriado  probablemente ya se cansó de ti, porque veo que no llevas ni siquiera una triste Slabira [7] que te identifique, entonces te informo que yo tengo más años que tú  y puedo hacerte polvo antes de que lo notes  --  dijo en forma venenosa
-         ¿Ya terminaste?  --  pero André lo miró en forma amenazante  --  Veamos, normalmente no me muestro tan paciente y mucho menos generoso, pero en primer lugar estoy perfectamente al tanto de que soy tan vulnerable como Tú. En segundo, yo en tu lugar escogería con cuidado la forma en la que hablas de Luciano, suponiendo que te interese mantenerte vivo. Y por último, yo no tengo la culpa de que seas un imbécil y no te hayas fijado en que llevo identificación  --  y movió la mano en forma ostensible, con lo que André abrió mucho los ojos  --  Y como ya me cansé de tu dudosamente agradable compañía, con tu permiso

Sin embargo, André había salido de su sorpresa y recuperado su mal humor, de modo que lo asió por un brazo.

-         Como de costumbre molestando a los miembros de la familia equivocada André  --  escucharon una voz fría a su lado

Dylan y André giraron la cabeza, pero mientras André obviamente conocía al sujeto Dylan no, y el hecho de que André lo soltase de inmediato lo hizo preguntarse quién sería aquel. De forma automática miró su mano izquierda y vio el anillo de los Yaroslávich.

-         Esto no es asunto tuyo Edin, y no estoy haciendo nada malo  --  dijo André
-         A ver, a ver  --  dijo el tal Edin  --  por definición molestar es malo, y si a quien molestas es a un miembro de Mi familia, eso lo convierte en crimen, así que desaparece André, antes de que decida enviarte a Zatvor.

André los miró con odio manifiesto, les dio la espalda y casi choca con Janos, pero aunque era obvio que se conocían ninguno de los dos se molestó en saludarse.

-         Mal sujeto  --  dijo Janos, y luego saludó al recién llegado  --  ¿Cómo estás Edin?
-         Intentando que la basura no nos ahogue, como siempre, y tratando de que esa basura en particular no molestara a Lord Danworth  --  dijo él y Dylan lo miró con cierta sorpresa
-         Dylan, él es  Edin Dòmine  --  dijo Janos a modo de presentación
-         Un placer Lord Danworth  --  dijo él extendiendo la mano y Dylan se la estrechó mientras lo detallaba

Era un individuo que no aparentaba más de veinte años, tenía el cabello rubio clarísimo, los ojos tan azules como un cielo despejado y sonrisa infantil, pero cuando terminó su examen, él ya se estaba marchando.

-         ¿Quién es?  --  preguntó Dylan  --  ¿Y cómo es que sabía quien era yo?
-         Como ya dije, su nombre es Edin Dòmine y si sabía quién eres es porque su trabajo es saberlo todo
-         ¿Disculpa?  --  y Janos rió
-         Edin es un Lovet  

Pero Dylan había dejado de prestarle atención y se la dedicaba a una hermosa señorita que ciertamente le dedicaba toda la suya a él. Janos siguió la dirección de su mirada y sonrió burlón.

-         Como ya has estado en Francia antes, asumo que sabes quien es la criatura  --  le dijo
-         Pues no, no lo sé
-         Bien pero si prestaras atención lo sabrías de igual modo
-         No es una Devrig  --  dijo él
-         No, no lo es
-         ¿Y entonces?
-         Vamos Rybik, afina tus sentidos   --  dijo Janos con fastidio, y después de unos minutos de atenta observación Dylan elevó las cejas y Janos volvió a reír 
-         Bueno mi suerte mejora, porque una cortesana es mejor compañía que el imbécil de André
-         Eres un Devrig Dylan, puedes aspirar a algo mejor que una simple Mahyla [8]  
-         Vamos hombre que no la quiero para casarme  --  dijo Dylan riendo y alejándose

Janos meneó la cabeza y pensó que los rybiks siempre serían iguales, pero siendo que la orden de Iziaslav había sido que lo llevase a divertirse, entonces dejaría que lo hiciera a su modo.



[1] Kraviacik: Criminal
[2] Lijenik: Médico
[3] Kasny Din: Buenos días
[4] Malyy: Enfermo
[5] Ledzidy/Ledzidar: Mujer/Mujeres
[6] Jhain: Dios
[7] Slabira: Cadena identificativa de los Nyas
[8] Mahyla: Prostituta

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