Bodas de Sangre

Bodas de Sangre
Una vez superados los obstáculos ayudado en su mayor parte por Dylan, Kendall logró finalmente contraer matrimonio con Sophie. Después de la boda, Dylan emprenderá un nuevo, inesperado e insólito camino a través de un mundo del que no tenía ni idea de su existencia, mientras que la nueva pareja parte rumbo a Inglaterra para dar comienzo a un matrimonio que todos se preguntan cómo va a terminar siendo que dio inicio con unas Bodas de Sangre

sábado, 28 de junio de 2014

Cap. 19 Los Savaresce…



El día comenzaba a clarear cuando Edin entró a Levzheir. Caminó a toda prisa por los pasillos hasta llegar a donde se encontraba Istvan.

-         Algo temprano ¿no?  --  dijo Istvan sin volverse

-         Para lo mucho que duermes, no creo que te moleste una visita a estas horas

-         No dije que me molestase  --  le contestó volviéndose

Edin por lo general era un individuo de talante bromista, de modo que aquella actitud sorprendió a Istvan, porque por algún motivo su compañero estaba molesto y alterado.

-         ¿Qué sucede Edin?

-         Que soy el mayor de los necios, porque sabiendo que los designios de Maikata Priroda permanecen inalterados a través de los tiempos, cometí un grave error de juicio y…

-         Edin  --  lo interrumpió Istvan  --  tienes la suficiente preparación como para controlarte. Equilíbrate y luego dime qué es lo que está sucediendo.

Edin asintió y después de unos minutos en los que pareció estar acompasando su respiración, volvió a hablar.

-         Vengo de ocuparme del cuerpo de Stella Montini

Istvan registró rápidamente esa información. Stella era una predvary nya, con relativamente muy poco tiempo de antigüedad, un tanto díscola pero nunca había dado mayores problemas hasta hacía muy poco cuando nadie sabía por qué había decidido matar a su esposo. A partir de ese momento y luego de ser reprendida y castigada por ello, se le había asignado cierta vigilancia para asegurarse de que no cometiese ninguna barbaridad. De modo que la noticia de su muerte sorprendió a Istvan, así que prestó atención a lo que decía Edin.

-         Estaba siendo más vigilada últimamente, porque esta tonta criatura se fijó en el sujeto equivocado, nada más y nada menos que en un Saint-Claire

Istvan se alarmó al escuchar aquello, pero tenía el suficiente control y experiencia como para no sacar conclusiones a priori y definitivamente no había modo de que Edin la hubiese matado por eso.

-         En cuanto fui advertido fui a hablar con ella y le ordené alejarse de él, pero siendo como era una predvary con poca experiencia y menos cerebro, habría sido mucho esperar que me hiciese caso. No obstante, se intensificó la vigilancia pero ayer cometió el peor y último error de su vida cuando atacó a la hija de Saint-Claire y ya sabes con qué consecuencias.

Istvan había cerrado los ojos por un momento preguntándose por qué razón a aquellos seres les costaba tanto entender que lo que se les decía era verdad y por su propio bien, y aunque ya no importaban mucho las razones, igual quiso saberlo.

-         ¿Por qué atacó a una Saint-Claire?

-         Según el informe de Pierre y como era lógico y predecible, la identificó como una vidmagy y supuso que estaba en peligro.

-         ¿Y por qué Pierre no lo impidió?

-         No hubo tiempo, al parecer Stella quiso atacar al marido de la chica y ésta se interpuso, con lo que resultó herida.

-         ¿Herida? Es decir que ella aun no lo sabe

-         No, pero dudo que esa ignorancia se prolongue demasiado después de lo sucedido.

Istvan se llevó la mano a la sien y pensó con desánimo que habían sorteado con éxito a las últimas generaciones Siglair, pero ésta iba a darles muchos dolores de cabeza.

-         Ordena una vigilancia estrecha sobre todos y cada uno de los Saint-Claire desde ahora hasta el momento en el que dejen de existir.

-         Bien  --  dijo Edin  --  Ahora debo ir a hablar con Avitzedek

-         Yo me ocuparé de eso

-         Puedo hacerlo Istvan

-         Lo sé, pero ya tenemos resuelto el asunto de Biaggio y es preciso que hable con Savaresce


-         ¿Alguna novedad importante?

-         No, solo un reducido grupo de nyas.

Se despidieron y cada uno partió en diferente dirección. Istvan se detuvo y contempló las hermosas arenas del desierto de Kalahari, lugar donde había establecido su hogar Avitzedek Savaresce. Después de unos minutos de contemplación, se dirigió hacia el Saray [1]  y encontró a Avitzedek mirando por una de las ventanas.

-         Buongiorno Avitzedek  --  lo saludó Istvan en su idioma

-         Lachós chibeses  --  correspondió el hombre en el idioma materno de Istvan  --  ¿Iziaslav no los deja ni dormir?  --  preguntó volviéndose

-         Vengo por dos asuntos importantes

-         Si uno de ellos es la Evesbriel, no he olvidado que somos sus títeres y no se nos permite negarnos.

-         No se trata de eso. Primero debo decirte que lamento tener que informarte acerca de la muerte de una de tus Predvary, Stella Montini

-         ¿Stella?  --  preguntó con extrañeza  --  ¿Qué pudo haber hecho esa tonta criatura como para merecer ser sacrificada?

-         No te equivoques Avitzedek, no la mató ningún Lovet. Tu Predvary se involucró con un Saint-Claire e intentó lastimar a su hija.

Los ojos de Avitzedek adquirieron un brillo tormentoso y no le resultó difícil a Istvan ver con claridad lo que estaba pensando. Como la mayoría de los Devrigs, culpaba a Iziaslav de aquella maldición, y aunque no les faltaba razón, con mantenerse alejados de todos los Saint-Claire habría sido suficiente para evitar catástrofes.  Sin embargo, y como no dijo nada más, Istvan prosiguió.

-         El otro asunto es con mucho, más delicado  --  dijo y el hombre fijo sus ojos en él  --  Se trata de Biaggio

Avitzedek sujetó sus pensamientos, pero aquel hombre nunca había contado con su especial agrado y había advertido a Giorgio en infinidad de ocasiones que les traería más problemas que beneficios. Pero de sus tres hijos, Giorgio era el menos propenso a obedecer. De modo que se preparó a escuchar algo que con toda seguridad no iba a gustarle.

-         ¿Qué pasa con él?

-         Anoche fue trasladado a Zatvor

-         ¿Por qué?  --  preguntó sin dejar traslucir emoción alguna

-         Por espionaje e intento de sedición  --  en ese momento la expresión de Avitzedek sí varió en forma evidente

-         Escúchame bambino, llevo muchos más años de los que tú tienes peleando con Iziaslav, y nunca me he rebajado a algo como eso, así que si estás sugiriendo…

-         No estoy sugiriendo nada  --  lo interrumpió Istvan  --  y para tu información, Iziaslav tampoco piensa que tú estés involucrado, pero lo que sí voy a sugerir, es que hables con tus hijos, porque en el momento que alguno sea señalado como autor de esto no va a ser juzgado con misericordia, y asumo que tienes claro cómo terminará.

-         Estoy seguro que ninguno de ellos está involucrado en esto  --  dijo él

Pero Istvan sabía tan bien como lo sabía él, que eso no era cierto, solo que de momento no podía demostrarlo.

-         Bien, debo marcharme

-         ¿Van a matar a ese infeliz?

-         No, pero lo mantendremos guardado por un buen tiempo y quizá se avenga a contarnos por qué, para qué y por órdenes de quién hacía lo que hacía.

-         De acuerdo, pero cuando decidas cortarle la cabeza no es necesario que te molestes en participármelo  --  dijo con supremo desprecio

-         Adebel Avitzedek  --  se despidió Istvan

Antes de que Avitzedek pudiese contestar ya Istvan había desaparecido, de modo que éste se volvió, tiró de un cordón y un momento después apareció un hombre.

-         Aviram, quiero ver a mi hijo

-         ¿A cuál?

-         A Giorgio, y date prisa

El hombre se inclinó y desapareció mientras Avitzedek se paseaba por la estancia con impaciencia. Si bien era cierto que él nunca había sido un padre especialmente cariñoso, a su modo amaba a sus hijos, pero no era menos cierto que el menor de los varones había sido un dolor de cabeza y había estado a punto de matarlo él mismo en más de una ocasión. Giorgio era tan cruel y salvaje como él, con muchos menos escrúpulos y un total irrespeto por todo y por todos. Era un verdadero misterio cómo era que había logrado sobrevivir hasta ahora; teniendo en cuenta su afición desmedida a la sangre y siendo quien era, los Lovets podían haberlo sacrificado en cualquier momento y sin embargo seguía vivo.

Avitzedek se volvió en cuanto los sintió acercarse y se preparó para hacer frente a aquel portento de irreverencia.

-         Padre  --  escuchó

-         Te advertí que te deshicieras de Biaggio

El chico se había sentado en un sillón y lo miraba con supremo fastidio, mismo que  se reflejó en su voz al contestar.

-         Padre, estaba en medio de…

-         ¡Me importa un demonio dónde estabas!  --  lo interrumpió  --  ¡Istvan Korsakov acaba de estar aquí!  --  en ese momento los ojos de Giorgio adquirieron una expresión alerta y se puso de pie --  ¡Ah! Ahora sí cuento con tu atención

-         ¿Qué buscaba ese miserabile infelice qui?

-         Ese miserable infeliz  como lo llamas con tanto desprecio, es el que puede clavar un Dykari en tu cuello de forma legal, y es lo que pareces estar buscando

-         ¿Padre, a qué viene todo esto?

-         Te queda muy mal hacerte el desentendido, tu amigo Biaggio está en Zatvor y dudo mucho que no sepas por qué, así como dudo que vuelvas a verlo, lo que en mi opinión es afortunado. Pero la cuestión es que aun está vivo y aun puede hablar  --  hizo una pausa y como Giorgio no dijo nada, agregó  --  Te lo digo por última vez Giorgio, deja a los Yaroslávich en paz

Pero evidentemente aquel sujeto tenía intenciones de cualquier cosa, menos de obedecer a su padre.

-         Si tú has renunciado padre, yo no. Si los años te han convertido en un cobarde, a mí…

No obstante, acababa de cometer un terrible error, porque los ojos de Avitzedek se tornaron rojos y con una velocidad de vértigo en una fracción de segundo estaba sobre su hijo aferrándolo por los cabellos y apuntándolo con su Dykari.

-         ¡Avitzedek!  --  exclamó una voz femenina a sus espaldas  --  Suéltalo por favor

Aun tardó varios segundos en hacerlo pero finalmente lo soltó.

-         Lo que intentaste hacer fue indigno y cobarde, algo inaceptable en un hijo mío porque los Savaresce peleamos dando la cara y no sobornando sucios traidores

-         Al menos yo estoy intentando recuperar lo que nos robaron, mientras que Gianfranco y tú…

-         ¡No nos robaron nada niño estúpido!  --  lo interrumpió Avitzedek  --  ¿Cuándo entenderás que yo perdí? Un verdadero guerrero debe saber reconocer cuándo ha perdido la batalla.

-         Padre tenemos hombres, tenemos fuerza, aun podemos…

-         No seas iluso Giorgio, abre los ojos. Podemos fastidiarlos mucho pero los Yaroslávich tienen el poder indiscutible.

-         ¿Y entonces qué? ¿Te sentarás a tomar el té con Iziaslav? El iluso eres tú si crees eso, porque si tú has olvidado convenientemente que fue TU padre, quien violó, asesinó y luego le envió la cabeza de Anitchka Yaroslávich en una bolsa a su familia, te aseguro que Iziaslav no lo ha olvidado.

-         Tampoco yo, y sé que siempre seremos enemigos, pero entre nosotros hay un código de conducta y no voy a permitir que ningún hijo mío lo viole solo porque es un idiota

Giorgio lo miró con ira manifiesta pero sabía que no obtendría nada parecido a la comprensión de parte de su padre, de modo que le dio la espalda y la mujer que había permanecido en silenciosa espera intentó detenerlo.

-         Giorgio…

-         ¡Suéltame!  --  dijo con rabia  --  No necesito que ninguna donna me defienda  --  dicho esto desapareció y la mujer se volvió hacia el otro

-         ¿Avitzedek?

-         Olvídalo Zharià, vuelve a tus habitaciones

-         bayim [2]  --  dijo la mujer agachando la cabeza y se retiró


Esa noche en un salón de Milán y mientras Dylan conversaba con un grupo de señoras, sintió la presencia y se concentró en ubicarla. Tardó unos minutos pero finalmente lo hizo y arrugó la frente.

-         ¿Dije algo inapropiado milord?  --  preguntó la mujer que había estado hablando y Dylan se reprendió a sí mismo por el descuido

-         Por supuesto que no mi lady, y merezco ser azotado por causar semejante impresión en usted  --  se disculpó exhibiendo una sonrisa que desarmaba

Unos minutos después se excusó con las damas y se volvió para dirigirse hacia Luciano pero fue interceptado por Gianfranco.

-         Buona sera milord  --  lo saludó

-         Vizconde  --  respondió Dylan con poco entusiasmo

-         ¿Aun resentido?  --   preguntó Gianfranco con evidente regocijo

-         ¿Por tan poca cosa?  --  preguntó Dylan a su vez  --  En realidad debo estarle agradecido, ya que se quedó usted con lo que no valía la pena dándome oportunidad de algo mucho mejor

Gianfranco acusó el golpe pero siendo como era un avezado cortesano, se limitó a dedicarle una fría sonrisa.

-         Veo que se ha acostumbrado a nuestra tierra

-         Sí, es un lugar agradable aunque particularmente prefiero Rusia  --  dijo con total intención

-         No puedo creer que un caballero inglés prefiera la compañía de semejantes salvajes. No tienen idea ni de las más elementales normas sociales, por no hablar de su ridícula vestimenta y su decadente cultura.

-         Creo que es un error juzgar a los miembros de otra cultura solo porque no la entendemos, con ello solo exhibimos el mismo desconocimiento de los que se les acusa lo que nos convierte en seres mucho más mezquinos, ya que ellos no nos juzgan a nosotros desde una intelectualidad egoísta.

-         ¿Confraternizando con el enemigo hermano?  --  preguntó otra voz

Dylan gimió internamente, porque si a Gianfranco con esfuerzo podía soportarlo, definitivamente su hermano era diez veces más desagradable según lo que le había dicho Luciano.

-         No seas necio Giorgio, el Duque no es nuestro enemigo  --  dijo Gianfranco

-         No es eso lo que dice el anillo que lleva en su mano  --  replicó Giorgio con acidez

Gianfranco miró a su hermano con preocupación, porque si bien era cierto que Giorgio no era conocido por su simpatía, tampoco era lo usual que se comportara de aquella forma, por lo que concluyó que estaba molesto por algo y como habitualmente lo que molestaba a su hermano se apellidaba Yaroslávich, decidió que para evitar males mayores lo mejor era llevárselo de allí. Sin embargo, antes de que pudiese hacer nada y para empeorar la situación, se presentó Luciano.

-         Gianfranco  --  saludó ignorando a Giorgio

-         ¡Vaya,  vaya su Altezza se digna saludar!  --  exclamó Giorgio

-         Buonasera Luciano  --  saludó Gianfranco intentando desviar la atención de Luciano de Giorgio --  Si nos disculpan, debo hablar con mi hermano  --  y aferró a Giorgio por un brazo alejándose de ellos  --  ¿Qué demonios te sucede infeliz?

-         ¡Déjame en paz! ¿Ahora tú también serás amigo de esos…?

-         ¡Giorgio!   --  lo interrumpió  --  Por si no lo notaste es Luciano quien está aquí ¿Quieres terminar con un Dykari en tu cuello?

-         Papá y tú son iguales  --  dijo con sumo desprecio y se marchó

Gianfranco lo miró alejarse y volvió a preguntarse la razón del mal humor de Giorgio. No era que a él le simpatizase mucho más ningún Yaroslávich y Luciano en particular solía ser bastante irritante, porque a diferencia de Iyul, el menor de los príncipes perseguía con ahínco a todo aquel Devrig que en su opinión estuviese transgrediendo las normas, pero en lo personal nunca habían tenido problemas. Sabía que Luciano sentía la misma aversión hacia él que él le profesaba y las veces que coincidían se mostraba distante, frío y arrogante pero no pasaba de allí. Sin embargo, Giorgio era otro asunto, su hermano menor se esforzaba en molestar hasta un punto casi suicida tratándose de Luciano, y por un momento tuvo la absurda idea de que Giorgio estuviese involucrado de alguna manera en lo sucedido recientemente con el príncipe, pero así como lo pensó lo desechó, porque los Lovets eran extraordinariamente buenos en lo que hacían aunque le pesase reconocerlo, y si la habían emprendido contra los Lothian era porque tenían pruebas suficientes en contra de aquellos desgraciados. Pero aun así, siguió preocupado por su hermano, ya que su padre había advertido que una más y él mismo le clavaría su Dykari en el cuello, y Gianfranco no tenía ninguna duda de lo capaz que era de hacerlo.

Miró hacia donde seguían conversando Luciano y Dylan, y se preguntó qué demonios sucedía allí. Gianfranco no era tan brillante ni tenía la mente criminal de Giorgio, pero los años aportaban experiencia y él tenía muchos. Había sido un secreto a voces la relación de Dylan Danworth con Emiliana, por lo que a Gianfranco no le cabían dudas que había sido ella quien lo había transformado, ya que si por algo se distinguía Luciano era por su negativa a aquella práctica, pero entonces ¿Por qué todos decían que Dylan era su djali? ¿Por qué Dylan portaba un anillo siendo un nya? Y más importante aun ¿Sería cierto que había sido invitado a Illir y había hablado personalmente con Iziaslav? Y si era así ¿Qué interés podía tener Iziaslav en un nya?  Pero él sabía que no estaba ni cerca de obtener respuestas para aquellas preguntas, porque si los mismos Yaroslávich sabían poco, él tenía mucha menos oportunidad.

Giró la mirada buscando a Giorgio y se tranquilizó al verlo conversando animadamente entre un grupo donde se encontraba su futura esposa, de modo que caminó en dirección opuesta pensando que quizá estaba exagerando influido por las advertencias de su padre. Sin embargo, pronto cambiaría de opinión al darse cuenta que no debió descuidar a Giorgio, porque a la mañana siguiente Gianfranco recibió la visita del furioso padre de su futura esposa

-         ¿Dónde está? – gritó el hombre nada más entrar

Gianfranco no necesitó de más explicación para saber de qué estaba hablando, pero no tenía tiempo para perderlo en inútiles explicaciones, de modo que haciendo uso de sus habilidades ordenó al sujeto volver a su casa y olvidarse del asunto. Pero en cuanto se deshizo del hombre fue a buscar a su hermano y como suponía, encontró a la chica en su habitación.

-         ¡Eres un desgraciado hijo de perra!

-         Non credo che la nostra madre, è molto d'accordo con quello  --  dijo Giorgio con la mayor desvergüenza mientras deslizaba un dedo por la espalda desnuda de la chica

En un segundo Gianfranco estuvo al lado de Giorgio, lo tenía sujeto por los cabellos y su Dykari apuntaba a su cuello. Sin embargo, Giorgio sonreía de forma burlona

-         Andiamo fratello, singolo fare [3]

En ese momento despertó la desventurada mujer que yacía en la cama y lanzó un grito. No entendía nada de lo que estaba sucediendo, empezando por el hecho de estar desnuda en una cama con Giorgio en las mismas condiciones.

Gianfranco soltó a su hermano y lanzándole una mirada de profundo desprecio caminó hacia la puerta.

-         ¿Sabes cuál es la diferencia entre tú y yo?  --  preguntó Giorgio, y sin esperar respuesta agregó  --  Que yo sí lo habría hecho

Pero antes de que Gianfranco llegase hasta él de nuevo ya Giorgio se había puesto de pie y sostenía su Dykari en la mano.

-         La próxima vez que me amenaces asegúrate de matarme o yo te mataré a ti… hermano

Aquello por supuesto tuvo un final trágico para la desgraciada prometida de Gianfranco, porque su hermano no se conformó con lo que había hecho sino que encima de todo se fugó con la chica, desatando un escándalo en Milán que terminó con la sorpresiva boda entre Giorgio y la prometida de su hermano. Dicha boda finalizó muy pronto, ya que a los pocos días de la misma, Catalina fue hallada destrozada en el bosque aledaño a la Villa de los Rospigliosi con signos de haber sido atacada por un animal salvaje. Para la sociedad de Milán fue un hecho trágico, lamentable y sin explicación, y aunque algunos murmuraban justicia divina por lo que consideraban una traición de parte de la chica, Gianfranco sabía perfectamente quién lo había hecho, al igual que lo sabían Dylan y Luciano, pero  los dos últimos no podían demostrarlo y lo único que sabían era que la historia de los Savaresce continuaba escribiéndose con sangre.



[1] Saray: Palacio en turco
[2] Bayim: Mi señor
[3] Andiamo fratello, singolo fare: (Itl) Vamos hermano, solo hazlo 

No hay comentarios:

Publicar un comentario