El día 20 de diciembre mientras Dylan se
preparaba para marchar a Yaroslavl, recordaba la cena del día anterior. Durante
la última semana, Luciano había estado irritable e irritante más de lo
habitual. Sin embargo, Dylan lo había dejado tranquilo porque sabía que aparte
de estar preocupado por su hermano, a quien recientemente habían emboscado y
gracias a la rápida reacción tanto del mismo Iyul como de los Lovets que lo
custodiaban no había sucedido nada lamentable, estaba también el hecho de la
cercanía de la Evesbriel
y Luciano parecía no haber tomado aun una decisión.
La pasada noche Dylan había decidido no
salir, porque ya que Luciano no iba a hacerlo prefirió quedarse a hacerle
compañía, pero mientras cenaban repentinamente Luciano lanzó el cubierto a un
lado y lo miró con ira.
-
¿Qué? --
preguntó él sorprendido
-
Sé
lo que estás pensando, crees que no soy más que un niño malcriado, pero mira a
tu alrededor, él es el culpable de
todo lo que está sucediendo. Esa pobre mujer no merecía morir como lo hizo y no
habría sido así de no ser quienes somos, si no pesara esta maldición sobre
nosotros esa chica habría tenido un futuro ¡una vida! --
Dylan guardó silencio y lo dejó continuar -- Hace
unos días casi matan a Giulio y siempre tendremos que vivir con esa amenaza. Te
dije que esto sucedería, que los Lothian no se quedarían en Inglaterra porque
no están habituados a vivir fuera de sus tierras, pero el señor todopoderoso tenía que agregar mayores
males a los ya existentes.
Después de unos minutos de silencio,
Dylan colocó los cubiertos con delicadeza al lado de su plato y miró a Luciano.
-
Vamos
por partes Luciano. Para empezar, mi apreciación acerca de tu infantil
comportamiento no tiene nada que ver con los hechos recientes y que lamento
tanto como tú. Pero eres muy injusto al culpar solo a… -- iba
a decir tu padre pero lo pensó
mejor --
Iziaslav, porque él no es el único responsable de la maldición, no fue
él el único que enfureció a la naturaleza y si bien es cierto que está muy
lejos de ser inocente, no es menos cierto que en la medida de sus posibilidades
ha intentado reparar los daños, que no siempre esté acertado es otro asunto, y
por lo menos deberías reconocerle el mérito de intentarlo. En cuanto a la
chica, es cierto, tal vez habría tenido la posibilidad de una vida si no se
hubiese topado con los Savaresce, pero tal vez no, de no haber sido Giorgio
Savaresce el que le quitase la vida, podía haber sido cualquier otro si ese era
su destino, porque en el mundo siempre habrá bondad y maldad, la una no puede
subsistir sin la otra, porque es el equilibrio natural de la vida. Y con
respecto a Iyul, también es cierto que tanto tú como él siempre serán víctimas
de persecución e intriga ¿Pero realmente crees que son los únicos? ¿Crees que esto
les sucede por ser lo que son? Porque si es así estás tristemente equivocado y
ahora soy yo quien te pide que mires a tu alrededor. Todos aquellos que portan
una corona o que tienen algún derecho a ella, están en constante peligro porque
siempre habrá quien se crea con más derechos o más aptos para gobernar, y no
todos los que nacieron príncipes o los que se convirtieron en unos, lo desearon
en algún momento. Despierta Luciano, ustedes son príncipes te guste o no por
designios de un poder muy superior a ti y a cualquiera de nosotros ¿Quién eres
tú para constituirte en juez de Iziaslav? Quizá yo no sepa mucho pero hasta
donde sé, muchos de los errores de Iziaslav han sido cometidos por amor, y sé
de hecho que esta orden que afecta a los Lothian y que tanto te preocupa, fue
dada por amor a TI. Piensa un poco
hermano, ya que no puedes hacer nada para evitar ser quien eres, entonces
intenta hacer algo para que las cosas funcionen de la mejor manera posible.
Asiste mañana a la Evesbriel ,
por una vez ve y habla con tu padre sin que él te ordene presentarte. Tú puedes
cambiar las cosas Luciano.
Luciano miraba a Dylan con fijeza pero
era difícil saber con exactitud qué estaba pensando. Los dos sujetos que observaban desde
posiciones indetectables, sonrieron con satisfacción mientras que un tercero se
hizo escuchar.
-
Si
después de todo lo que acaba de decirte Dylan no cambias de actitud, puedo dar
mi viaje por perdido -- escucharon a Iyul
Sin embargo, no hubo tiempo para nada
más, porque en ese momento los tres se tensaron al sentir una presencia
extraña.
-
Señor --
dijo el mayordomo que entró unos segundos después y dirigiéndose a
Dylan --
El señor Vasile Virta, pide hablar con usted --
Dylan miró a Luciano pero quien contestó fue Iyul, porque Luciano
parecía perdido en sus pensamientos
-
Hazlo
pasar --
dijo Iyul
Un momento después entró un individuo de
escasa estatura, cabello negro y ojos del mismo color, y que en apariencia no
tendría más de treinta años pero era algo a lo que ya Dylan se había
acostumbrado. En sus manos no había ningún anillo pero portaba una Slabira cuya
piedra verde relucía contra su pecho.
-
Kasny
dunheit, Virta -- saludó Iyul
-
Traigo
un mensaje del Sozdatel’ para el Duque de Livingstone
-
¿Es
un asunto confidencial? -- preguntó Iyul
-
No larsèvirier --
Iyul miró a Dylan y este asintió
-
Entonces
te escucho -- dijo Dylan
-
Dim
Sozdatel’ le recuerda que mañana es la Evesbriel y desea que usted asista como
invitado de la familia real
-
Bien,
gracias -- dijo Dylan, pero el hombre lo miró con
incomodidad e Iyul sonrió con diversión
-- ¿Qué? --
preguntó Dylan -- ¿Hay algo más que deba decirme? --
preguntó
-
En
realidad es usted quien debe decirme a mí, milord --
dijo el hombre apenado
-
Dylan,
ser un invitado de la familia real significa que tienes derecho a ciertos
privilegios, entre ellos a decir si quieres llevar a alguien contigo
-
O
cualquier otra cosa que se te antoje, por absurdo que tu deseo pueda ser --
agregó Luciano con acidez
-
Pues
no, no deseo nada y no llevaré a nadie
-- dijo mirando a Virta
-
Muy
bien milord -- y luego miró a Iyul --
Permiso para retirarme larsèvirier
Iyul asintió y luego de una ligera inclinación,
el individuo se marchó. Casi inmediatamente Luciano se puso de pie y sin decir
nada abandonó el comedor.
Ahora mientras Dylan terminaba de
vestirse para marchar, se preguntaba si Luciano estaría aun molesto con él,
porque después del precipitado abandono del comedor, él se había quedado
hablando con Iyul y Luciano no había vuelto a aparecer.
-
¿Listo? --
preguntó Iyul en cuanto lo vio entrar al salón
-
Sí,
pero aun no me has dicho por qué debemos irnos a esta hora tan inapropiada si
las reuniones por lo general son en la noche
-
Vamos --
dijo Iyul con una sonrisa enigmática, pero…
-
Después
de haber estado haciéndome la vida miserable durante los últimos días, lo menos
que podrían hacer por decencia es esperarme, par de infelices --
dijo Luciano
-
Lo
haríamos si te hubieses dignado decir que vendrías --
dijo Iyul disimulando con mucho éxito su alegría, pero Dylan no se
molestó en hacerlo y avanzó hacia Luciano
-
No
sabes cómo me alegro de que vengas
-- dijo palmeándole el hombro y
sonriendo con amplitud
-
¡Ah,
no fastidies Dylan! -- dijo él
-- Y vámonos de una vez, porque
supongo que no querrás llegar tarde a tu primera Evesbriel
-
¿Tú
sí me dirás por qué es importante llegar tan temprano?
-
No,
eso arruinaría la sorpresa y te impediría disfrutar apropiadamente de este circo
-- dijo Luciano
Los tres partieron y Dylan seguía sin
saber el por qué de tener que ir a esas horas cuando el sol apenas comenzaba a
asomarse en el horizonte. Se detuvieron con brusquedad y Dylan casi chocó
contra ellos, pero no habría podido decir nada porque perdió el aliento ante la
visión.
Estaban ante unas rejas de hierro
forjado que se abrieron en cuanto ellos se detuvieron dando paso a un largo
camino flanqueado por altos pinos, en cuyas ramas podían verse los pequeños
copos de nieve que habían caído la noche anterior, y al final del mismo, se
alzaba la imponente estructura de un auténtico palacio que parecía hecho de
cristal. Justo en aquel instante, en sus altas torres coronadas con cúpulas de un
espectacular verde esmeralda, y salpicadas de brillantes estrellas doradas,
eran bañadas por los primeros rayos del sol del nuevo día.
-
Bienvenido
al Kaislyn Asaly [2]
Yaroslávich -- dijo Iyul sacando a Dylan de su abstracción
-
Es…
hermoso -- logró decir
-
Nos
alegra que te agrade -- sonrió Iyul
Apuraron el paso hasta llegar a las
escalinatas frontales de la entrada principal, al final de las mismas dos
guardias se inclinaron ante sus señores y abrieron las puertas. El interior era
tan esplendoroso como cabía esperar, los pisos eran de mármol pero era la
primera vez que Dylan veía mármol verde y que guardaba mucha semejanza con el
color de los ojos de ambos hermanos. Aunque se veía mucho oro la decoración no
resultaba recargada ni había la explosión de colores que a Dylan tanto
disgustaba.
-
¡Rybiks! --
escucharon exclamar a una voz y todos se giraron, pero el primero en
reaccionar fue Iyul
-
¡Janos! --
exclamó acercándose al hombre y abrazándolo
-
¡Me
alegra verte de nuevo Janos! -- dijo Dylan de seguido abrazando al sujeto
también, y luego Janos se acercó a Luciano que se había quedado atrás
-
Lucien
-
Dhavjà
Janos
A Dylan le resultaba sumamente extraño
escuchar a Luciano hablar en aquella lengua, ya que por sistema rechazaba todo
lo que tuviese que ver con sus orígenes, pero por algún motivo del mismo modo
se sentía muy contento.
Janos los condujo hasta un desayunador
que parecía un jardín de invierno. Allí Dylan vio varios rostros conocidos pero
todos habían interrumpido sus conversaciones y tenían expresión de asombro,
aunque rápidamente parecieron recordar quiénes eran los que acababan de entrar
y se inclinaron respetuosamente ante los Yaroslávich.
-
Dhakvrevit
iuv larsèvirieris
Aunque todas las miradas se centraban en
Luciano, éste los ignoró a todos y se dirigió hacia uno que Dylan no conocía.
-
¡Itlar! --
dijo acercándose al individuo
-
Dhakvrevit
nym sarì [6]
-- contestó el sujeto inclinando la
cabeza
-
Vamos
hombre, que no voy a morderte -- dijo Luciano
Mientras decía aquello le estrechaba la
mano y palmeaba su hombro, en tanto que los presentes intentaban disimular la
risa ante la incomodidad del tal Itlar. Dylan captó un par de pensamientos muy
parecidos, al parecer en opinión de los dos dueños de los mismos, el príncipe
Lucien seguía siendo el mismo rybik irreverente de siempre.
Dylan estaba por acercarse a saludar a
Istvan cuando todos quedaron inmóviles y se hizo el silencio. Iziaslav acababa
de aparecer en la puerta y los presentes en su totalidad se inclinaron.
-
Dhakvrevit
Sozdatel’ -- se escucharon varias voces
Iyul se acercó a Iziaslav y dobló la
rodilla a tierra en respetuoso saludo.
-
Kasny
din Svaralnik
-
Te
he dicho que no hagas eso syn -- dijo colocando una mano sobre la cabeza de
Iyul, pero su mirada estaba fija en su otro hijo
Aunque Dylan al igual que todos seguía
en la misma posición ya que Iziaslav parecía haberse olvidado de todo lo que no
fuese Luciano, no se le escapó que su amigo había respirado profundo y había
avanzado hacia su padre, pero a diferencia de Iyul, Luciano solo se detuvo a
unos metros de Iziaslav pero no se inclinó ante él.
-
Dhakvrevit
sarì --
saludó e inclinó levemente la cabeza
Antes de que Luciano pudiese decir nada,
Iziaslav lo estrechó entre sus brazos y aunque Luciano no correspondió al
abrazo, tampoco lo rechazó como solía suceder, algo de lo que se enteraría Dylan
más adelante. De modo que todos soltaron el aliento y tanto Janos como Iyul
tenían una sonrisa en los labios.
Después de esto Iziaslav les dirigió un
saludo general a los presentes pero se acercó a Dylan y para sorpresa de
algunos, también le dio un abrazo.
-
Levyiram
Rybik, me alegra que estés aquí
-
Gracias
señor --
Iziaslav miró a Janos con una sonrisa burlona idéntica a la de Luciano
-
Tus
clases no lograron penetrar ese terco cerebro ¿no?
-
Hice
mi mejor esfuerzo, pero si no lo conseguí con el ruso, me temo que nuestra
lengua es caso perdido sarì
De haberse tratado de otro individuo tal
vez se habría sentido apenado, pero no era el caso de Dylan, y como ya en una
ocasión Iziaslav lo había autorizado a hablar en su propia lengua, en aquellos
ya algo más de cinco años, no se había preocupado por aprender con verdadero
interés, entendía ya muchas palabras y algunas frases pero no mucho más.
Después de los saludos tomaron asiento.
La mesa era al igual que en Illir redonda, aunque algo más pequeña. Iziaslav se
sentó y luego Iyul ocupó un lugar a su derecha mientras que Luciano lo hacía a
la izquierda y Dylan se sentó al lado de Luciano. De los aproximadamente
treinta Devrigs presentes, Dylan conocía a Janos, Istvan, Edin, Zinatnè, los
dos consejeros Mirsad y Goran, y a Haris, y suponía que el sujeto sentado al
lado de él debía ser su padre o su hermano, porque el parecido era notorio. Del
resto no conocía a nadie más aunque le parecía haber visto a algunos, y como de
costumbre no había ninguna mujer.
Dylan sentía mucha curiosidad pero sujetó
sus pensamientos tanto como le fue posible, ya que estaba rodeado de individuos
que le llevaban una enorme cantidad de años y no quería que nadie se sintiese
ofendido con su curiosidad. A pesar de que prestó la mayor atención, de la
conversación general entendió poco, aparte de que estaba muy ocupado intentando
determinar si lo que había en su plato le resultaría medianamente agradable, ya
que no tenía idea de qué demonios estaba comiendo. En un momento determinado
estaba mirando con aprensión una especie de pastel, cuando escuchó la risa
ahogada de Luciano.
-
Yo
en tu lugar no comería eso -- le dijo y Dylan enseguida retiró el cubierto
-
No
es que tenga especial interés, pero por qué
-
No
te gusta la carne de ningún ave y eso es Kòek
da òrdak
-
Luciano --
dijo molesto y el otro se limitó a emitir su característica risa burlona
-
Algo
así como pastel de pavo
Dylan miró el contenido de su plato con
decidido asco provocando la hilaridad de varios de los presentes.
-
Hamid --
llamó Iziaslav y uno de los sirvientes se acercó --
Retira eso y trae algo que el Rybik pueda comer
-
Ak Sozdatel’
-- asintió el hombre y unos
segundos después el plato de Dylan había sido sustituido por otro más de su
agrado
Según lo que Dylan pudo entender de la
conversación, ésta giraba en torno a las diferentes actividades de los Devrigs
presentes. Se enteró que había tenido razón y el sujeto que se sentaba a la
izquierda de Haris era su padre aunque él seguía imaginándoselo como su hermano,
su nombre era Haliq Shahim y según entendió tenía el mismo oficio que su hijo,
es decir, era un Veldeky también.
La conversación derivó hacia un tema más
escabroso en opinión de Dylan y muy inapropiado para una comida, ya que alguien
mencionó la reciente muerte de la esposa de Giorgio Savaresce. Dylan miró de
inmediato a Luciano pero como de costumbre su expresión era impenetrable. Sin
embargo, Dylan lo conocía lo suficiente como para saber que estaba molesto y
sin duda Iziaslav lo conocía mucho más, porque con la mayor habilidad cambió de
tema.
Después del desayuno Dylan fue con Iyul,
Luciano y Janos a recorrer el palacio. Aparte de ser una indiscutible joya
arquitectónica, Iyul le dijo que había sido su primer hogar y aunque luego se
trasladaron a Illir, aquel lugar seguía siendo oficialmente el Palacio Real.
En uno de los pasillos había muchas
pinturas colgadas de las paredes, y por los distintos niveles de parecido,
Dylan concluyó acertadamente que eran ancestros. Se detuvo ante la pintura de
una mujer de belleza serena, tenía los cabellos negros y los mismos ojos azul
medianoche de Iziaslav y se preguntó si sería su madre.
-
No --
dijo Janos -- ese es un retrato de Anitchka, la hermana de
Iziaslav
Dylan registró con rapidez la
información y su cerebro le envió la que ya poseía. Luciano le había contado lo
que los Savaresce le habían hecho a aquella chica y al mirar de nuevo la imagen
sintió una enorme ira. Miró a Iyul y a Luciano pero ambos tenían expresión
serena, en cambio Janos tenía una de profunda tristeza. Dylan entendió con
rapidez la diferencia, los chicos no la habían conocido mientras que Janos sí.
Avanzaron por el pasillo y los hermanos
se detuvieron frente a otra pintura, ésta Dylan la reconoció enseguida, porque
era muy similar a la que estaba en el Dvorets de Luciano, pero el artista que
había realizado la que contemplaba en ese momento, le había impreso vida a esa pintura, ya que daba la
sensación de que la retratada en cualquier momento iba a hablar. Dylan la miró
en todos sus detalles y como ya había concluido antes, a pesar de que sus dos
hijos habían heredado sus ojos y la expresión de picardía, ambos a quien se
parecían más era a su padre. También recordó lo que le había contado Luciano
acerca de su madre y no podía compaginar una cosa con la otra, pero le pareció
inapropiado preguntar. Sin embargo, no fue necesario.
-
Cuando
los guerreros de Iolan Yaroslávich, nuestro abuelo, invadieron las tierras de
Europa occidental, dentro del botín de guerra venía nuestra madre --
dijo Iyul -- Era una niña entonces, y al igual que todos
los capturados fue llevada con los esclavos. Iolan murió y nuestro padre
continuó su reinado de terror. Un tiempo después, no sabemos muy bien cómo,
conoció a nuestra madre. Ella había crecido entre los esclavos pero nunca fue tratada
como tal, porque sabían quién era. Iziaslav perdió la cabeza por ella y la hizo
su esposa. Unos años después de eso sucedió lo que ya sabes, la maldición se
hizo efectiva. El dolor por lo sucedido y el miedo por nuestro futuro, casi
enloqueció a nuestra madre y con mucha ayuda y esfuerzo fue que logró
mantenerse durante los primeros años, pero nunca perdonó a Iziaslav por lo que
nos había hecho.
La mente de Dylan repentinamente se
volvió caótica, había asuntos que no le cuadraban y no sabía cómo…
-
Pero
entonces… ¿Iziaslav los transformó a todos?
-- preguntó Dylan
Iyul y Janos se miraron mientras que
Luciano permanecía inmóvil y mirando la pintura de su madre con expresión de
ausencia.
-
Cuando
la maldición fue lanzada -- dijo ahora Janos -- ésta
alcanzó a los parientes más cercanos en línea ascendente o descendente de los
que habían sido malditos, es decir, padres, hijos, hermanos y para desgracia de
ellas, sus mujeres.
-
Pero
entonces ustedes… -- dijo mirando a los hermanos, pero sin saber muy
bien lo que quería decir -- No habían nacido para entonces ¿o sí? --
preguntó confuso
-
Sí,
ya habíamos nacido -- respondió Iyul
Dylan se sujetó a la pared y todo lo que
había conversado con ellos antes se enredó de forma indescriptible, porque si
ya ellos habían nacido y si todo aquello había tenido lugar antes de la era
actual, entonces…
-
No
quisimos mentirte Dylan -- dijo Iyul
-- Solo quisimos hacerte menos
violento el conocimiento
-
¿Menos
violento?
-
No
estuve allí -- intervino Janos -- pero
imagino que no sería nada sencillo para ti aceptar tu nueva condición, de modo
que los rybiks solo se ubicaron en un tiempo que tú fueses capaz de entender y
aceptar, porque para los humanos siempre es menos complicado aceptar aquello que
tiene una imagen correspondiente en sus cabezas.
Aunque aun no estaba muy seguro de
entender, Dylan lo que sí entendió fue que en realidad él aun no podía hacerse
a la idea de que Iziaslav viniese de una época de la que él no tenía ni la más
mínima idea. Con dificultad podía imaginar los primeros siglos de su era, ya no
digamos una época anterior.
-
¿Cuánto
años tienen en realidad? -- fue lo único que se le ocurrió preguntar
-
Lo
que te dije en la anterior oportunidad que me lo preguntaste es cierto, para
entonces no se llevaban registros exactos de las fechas de nacimientos, los
eventos se medían por el cambio de las estaciones, las épocas de recolección en
verano y de hambre en el invierno
-- le dijo Iyul --
Pero creo que podemos establecer una fecha aproximada en unos tres mil
años más o menos.
Dylan se sintió mareado, aquello tenía
que ser una broma ¡Tres mil años!
-
¿Lo
ves? --
preguntó Janos -- Aun ahora no puedes hacerte una idea
-
Me
dijiste que eran Mydevrigs -- dijo mirando a Luciano que seguía abstraído
-
No
quise contradecirlo en ese momento
-- dijo Iyul -- ya
sabes cómo reacciona ante todo lo relativo a nuestro origen, pero en realidad
somos Devrigs primigenios.
-
Un
momento -- dijo Dylan
-- Aquí hay algo que no está
bien --
y casi rió él mismo de esa frase ¿algo?
Nada estaba bien -- Aceptando todo eso, no hay modo que ustedes
fuesen más que unos niños pequeños cuando todo eso sucedió ¿cómo es entonces
que pudieron crecer? ¿no se supone que los Devrigs primigenios se quedaron en
la edad de su transformación?
-
No
sabemos exactamente por qué, pero en este caso suponemos que igual alcanzarían
la edad de su progenitor, aunque aun ahora no estamos muy seguros de eso, ya
que ambos deberían haber alcanzado ya la misma apariencia de su padre --
dijo Janos. Después de unos segundos, Luciano pareció salir de su
abstracción y miró a Dylan
-
¿Crees
que tengo motivos para sentirme orgulloso o agradecido?
Y dicho esto les dio la espalda y
desapareció. Dylan intentó ir tras él pero los otros se lo impidieron.
-
Déjalo,
él ha aprendido a vivir con lo que es pero nunca lo aceptará del todo -- le
dijo Iyul
-
Rybik,
lo que ahora sabes no cambia en nada la situación, seguimos siendo las mismas
personas que conoces, solo que con un poco más de años de los que pensabas
Dylan lo pensó un momento y concluyó que
Janos tenía razón, pero seguía sintiendo que le faltaba mucha más información.
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