Bodas de Sangre

Bodas de Sangre
Una vez superados los obstáculos ayudado en su mayor parte por Dylan, Kendall logró finalmente contraer matrimonio con Sophie. Después de la boda, Dylan emprenderá un nuevo, inesperado e insólito camino a través de un mundo del que no tenía ni idea de su existencia, mientras que la nueva pareja parte rumbo a Inglaterra para dar comienzo a un matrimonio que todos se preguntan cómo va a terminar siendo que dio inicio con unas Bodas de Sangre

domingo, 22 de junio de 2014

Cap. 12 Culpables…



Un rato después Luciano comenzó a moverse e Iziaslav abandonó la habitación, pero eso no evitaba que lo escuchase gritar y con cada quejido de Luciano, la ira de Iziaslav crecía. Dylan prestó atención cuando escuchó voces afuera.

-          ¿Cómo pudo suceder esto?  --  preguntaba Iziaslav  --  ¡Hay un maldito ejército que se supone debería impedir estas cosas!

-          Ningún ejército por grande que fuese, podría impedir que Lucien besase a una mujer, Svaralnik  --  dijo Iyul

-          ¿Qué?

-          Haris dijo que el veneno le fue transmitido de esa forma, se encontraba en la desgraciada sustancia que utilizan las ledzidar para colorear los labios y finalmente eso la mató a ella también  --  aclaró

Ciertamente en aquel momento a Iziaslav le importaba poco la suerte de la pobre desdichada que había sido utilizada para aquello, y lo único que quería era saber quién lo había hecho.

Fueron las horas más largas que Dylan recordaba haber vivido y también las más dolorosas, porque el sufrimiento de Luciano fue tan inhumanamente brutal, que casi habría preferido que pudiese morir. Hacia la medianoche comenzó a convulsionar y Haris abandonó la habitación para hablar con Iziaslav.

-          Sarì, solicito tu permiso para practicarle una Sangría*, de ese modo podremos deshacernos del veneno con más rapidez.

-          Haz lo que sea necesario pero que deje de sufrir  --  le dijo él, Haris iba a volver pero fue detenido por Janos

-          Haris, sé que eres un gran Veldeky [1] pero es un príncipe, de modo que espero que recuerdes que es sangre real la que vas a derramar y si algo sale mal, personalmente me encargaré de hacértelo pagar

El hombre asintió en señal de haber comprendido y volvió dentro para atender a Luciano.


A mucha distancia de allí, Edin y un grupo de Havariks [2] rodeaban una aldea. Como era su costumbre, se habían acercado con el mayor sigilo y sin ser notados.

-          Lavny [3]  --  dijo uno de los Havariks acercándose  --  Todos están en posición y esperando sus órdenes

-          Debemos esperar a Istvan  --  dijo Edin, pero no había terminado de decirlo cuando éste se presentó

-          ¿Y bien?  --  preguntó el ruso y a Edin no se le escapó que su compañero venía del peor humor

-          El sujeto está allí como dijiste  --  le informó Edin  --  ¿Pero por qué el despliegue? ¿Qué hizo la criatura?

-          No creerás lo que hizo este infeliz  --  le dijo Istvan destilando veneno

-          Istvan, llevo muchos años en este oficio, así que estoy dispuesto a creer cualquier cosa de estos Kraviaciks 

-          Mandó a envenenar al príncipe Lucien

Era posible que como había dicho Edin estuviese dispuesto a creer cualquier cosa de aquellos a los que consideraba criminales sin remedio, pero de ahí a contemplar la posibilidad de que alguien, cualquiera en el mundo de los Devrigs, se atreviese a hacer semejante barbaridad en contra de Lucien Yaroslávich, había una enorme diferencia. De modo que aunque los Lovets eran sujetos sumamente controlados, la ira de los que estaban allí fue casi palpable y entendieron a la perfección por qué Istvan que era uno de los individuos más alegres y desenfadados que existían, estuviese en aquel estado.

-          Voy a ir por él, pero una vez que me lo lleve nadie debe moverse ni hacer nada hasta que yo regrese ¿entendido?

-          Ak Lavny  --  dijeron los Havaricks

-          Iziaslav quiere que lo lleve ante él  --  dijo Istvan mirando a Edin  --  y aunque sabemos como va a terminar esto, no podemos proceder hasta que él no de la orden

-          Entiendo  --  dijo Edin y realmente entendía, porque era posible que Iziaslav se preocupase poco por los procedimientos ordinarios para la captura de los criminales comunes, pero aquel sujeto se había metido con la persona más equivocada del mundo y todos sabían que no había ni la más remota posibilidad de que Iziaslav se sentase a ver y dejase aquello en manos de los Lovets, ya que atentar contra su hijo menor no era solo un crimen de lesa majestad sino que a sus ojos era un crimen de la peor especie que tendría un costo sumamente alto

-          Bien, vamos  entonces por este Misbar  --  dijo Istvan

Los dos Lovets se movieron en la oscuridad y unos segundos después estaban en el interior de algo que estaba a medio camino entre una taberna de mala muerte y una hostería aun peor. En la estancia podían verse algunas mesas y algo que podía ser o no una barra. En la parte más alejada y en la superior, se distinguían alrededor de media docena de catres cubiertos con mantas mugrientas y definitivamente habría que ser muy valiente para dormir en ellos.

Una mujer que ni en sus mejores días debió ser agraciada, colocaba unos cazos de madera contentivos de una sustancia que ostentosa e inmerecidamente llamaban alimento ante dos sujetos de aspecto tan deprimente como todo el lugar y sentados en la mesa más próxima a la puerta. Las otras mesas estaban ocupadas por individuos que bebían de unos tarros cuyo contenido con toda seguridad era de muy dudosa procedencia. Dos de los catres del fondo estaban ocupados y en los de arriba no se veía nadie.

Istvan y Edin avanzaron hacia el mesón que hacía las veces de barra y donde se sentaban tres sujetos pero ellos ignoraron a los dos de la derecha y se dirigieron hacia el que se sentaba en el extremo izquierdo. Se pararon a cada lado del hombre que debía ser y de eso tenían pocas dudas, uno de los Devrigs menos talentosos de la tierra, porque ni aun cuando estuvieron a su lado se enteró de su presencia.

-          Nell  --  dijo Istvan tocando el hombro del sujeto con un dedo

-          ¡No me toques!  --  reaccionó de pronto

-          Créeme que no hay nada que desee menos  --  dijo Istvan con el mayor desprecio

-          ¡Déjame en paz desgraciado!  --  escupió el hombre

-          Eso no se va a poder, y yo en tu lugar elegiría con más cuidado los calificativos  --  dijo Edin y el tal Nell giró la cabeza

-          ¿Y tú quién demonios eres niño?

-          Alguien que puede hacerte la vida aun más miserable de lo que ya es  --  le dijo él

Mientras esto tenía lugar, los otros dos hombres que estaban en la barra habían comenzado a moverse. Istvan sonrió y se volvió mientras Edin discutía con aquel borracho asqueroso.

-          Si dan un paso más, es posible que sea el último que den  --  les dijo Istvan

Pero definitivamente la inteligencia fue un don que les fue negado a aquellos sujetos, porque se llevaron las manos a las sucias chaquetas y extrajeron unas dagas que Istvan no tuvo ninguna dificultad en reconocer como Nelegasis [4]. Aparte de que tenían un pésimo acabado y los mangos eran de tosca madera, era seguro que ninguno de aquellos individuos habría conseguido jamás que se le otorgase el permiso para portar un Dykari

-          Denme eso, ahora  --  les dijo casi con amabilidad

-          Escucha niño, nos iremos en paz y ustedes terminen su asunto con Nell  --  dijo uno de ellos

-          He dicho que me den eso, ahora  --  repitió Istvan y esta vez su tono era extremadamente frío

-          Si quieres uno, consíguete el tuyo muchachito  --  dijo el otro

-          Están en muchos problemas ya, no los aumenten  --  le dijo Istvan y abriendo su capa levantó el brazo  --  ¿Reconocen esto?

Los hombres abrieron desmesuradamente los ojos, porque una de las primeras cosas que aprendían todos los Kraviacik como aquellos era a identificar el uniforme de los Lovets y por supuesto sus Bislyk [5], eso les indicó que aquel sujeto era uno, de modo que ciertamente estaban en muchos problemas. Después de eso Istvan no tuvo que hacer mucho esfuerzo para quitarles los Nelegasis.

-          Ahora siéntense y no se muevan  --  les ordenó y se volvió hacia Nell  --  Tenemos prisa, así que andando

-          No pienso ir a ninguna parte  --  porfió el individuo

Por supuesto esto no le sirvió de nada, porque Istvan lo tomó por un brazo y al minuto siguiente habían desaparecido.



Después que Haris había practicado la sangría a Luciano y aunque Dylan no estaba muy seguro que aquello fuese lo más indicado, éste había vuelto a caer en el mismo estado de letargo del que había estado entrando y saliendo, pero al menos no se estaba quejando.

-          Debes salir un momento  --  le dijo Iyul a Dylan
-          ¿Por qué?
-          Solo hazme caso

Dylan siguió a Iyul fuera de la habitación y una vez allí Iyul le dio un vaso con un líquido color ámbar y le ordenó beber. Si Iyul había hecho esto, era porque había visto el aspecto que presentaba Dylan y consideró que necesitaba abandonar la habitación un rato y beberse algo fuerte. Unos minutos después entró el mayordomo y se dirigió a Iyul.

-          Altezza la signorina Massera pregunta si puede ver al príncipe  --  Iyul miró a su padre y éste hizo un gesto negativo

-          Ahora no Bernardo, dígale a la signorina que más tarde hablaré con ella

-          È bene Altezza  -- dijo el hombre haciendo una reverencia y se retiró

A Dylan le causó cierta extrañeza que Bernardo se dirigiera a Iyul y no a Iziaslav, pero luego recordó que a aquel sujeto eran pocas las personas que lo conocían y ciertamente allí sería uno de los lugares donde menos iría.  No habían pasado más que unos minutos cuando se presentó Istvan

-          Sarì

-          ¿Y bien? Supongo que lo tienes  --  dijo él en tono amenazante

-          Está afuera

-          Tráelo

Solo transcurrieron unos segundos entre la desaparición de Istvan y su regreso, pero ahora en compañía de un individuo repulsivo en todos los aspectos posibles. Sus ropas eran un desastre, tenía el cabello enmarañado, una barba de varios días y apestaba a alcohol, pero por muy borracho que estuviese aun no era ciego y en cuanto vio a Iyul sus ojos se dilataron.

-          ¡No es posible!  --  dijo intentando retroceder, aunque Istvan se lo impidió  --  Tú deberías estar…

-          No irás a decir que muerto infeliz, o serías aun más estúpido de lo que supongo  --  dijo Iyul con ira contenida

La confusión del hombre era lógica, porque aparte de la borrachera que llevaba encima, el parecido entre los hermanos era enorme, pero lo importante de todo esto era que su actitud equivalía casi a una confesión firmada.

-          Dime una cosa misbar  --  dijo Iziaslav con voz peligrosamente calmada  --  ¿Sabes quién  es el hombre al que mandaste a envenenar?

-          Luciano Franceschi  --  contestó él

-          ¿Y estás consciente que Luciano Franceschi es en realidad Lucien Yaroslávich?

-          Sí, lo sé  --  dijo el hombre con expresión de desprecio

Iyul y Dylan reaccionaron de la misma manera, porque en forma automática se llevaron la mano al bolsillo de sus chaquetas impelidos por el mismo odio visceral, pero a Iyul lo detuvo Janos, y a Dylan Istvan.

-          ¿Por qué?  --  preguntó Iziaslav

-          Porque me lo ordenaron

-          ¿Quién?  --  preguntó en forma casi innecesaria

-          Mi señor 

Aquello en realidad no decía mucho, o al menos no a Dylan, pero cuando Iziaslav le preguntó quién le había dado la orden, Dylan enseguida miró las manos del hombre pero no había ningún anillo. Iziaslav miró a Istvan y este soltó a Dylan y se acercó al sujeto abriendo su chaqueta. Contra su mugrienta camisa destacaba una Slabira, pero Istvan tuvo que girarla hasta que fue visible el pequeño zafiro.

-          Lothian  --  murmuró Istvan

-          ¡Quítame las manos de encima!  --  se sacudió el hombre y miró a los Yaroslávich  --  Cuando mi señor acabe con ustedes, volveremos a tener el mundo que merecemos y todos en mi aldea solo esperan sus órdenes para… 

-          ¿Sabes a quién le estás hablando?  --  lo interrumpió Iziaslav

-          No importa quién seas, todos los de tu clan son lo mismo, unos mal nacidos, dictadores…

Dylan pensó que aquel sujeto realmente era muy estúpido o sufría de algún tipo de delirio, porque aun suponiendo que no supiese quien era aquel individuo, aun subsistía el hecho de que estaba rodeado de miembros del mismo clan, pero obviando eso Dylan vio el cambio que se operó en Iziaslav al escucharlo, su rostro se distorsionó y sus ojos adquirieron un peligroso color rojo que Dylan no había visto antes

-          ¡Pues interesa que sepas quien va a matarte y por qué Nekasny! [6]  --  dijo con voz atronadora y extrayendo su Dykari  --  ¡Ese al que envenenaste, es MI hijo!

Es posible que en aquellos pocos segundos el individuo sintiese miedo por primera y última vez, porque justamente en ese momento Luciano había empezado a gritar de nuevo por el dolor lo que fue aun peor para Iziaslav que sujetó al hombre por el cabello hundiendo el Dykari en su cuello pero no conforme con eso, Dylan vio con asombro cómo sin mucho esfuerzo le arrancaba la cabeza lanzándola a un lado, se agachó, cogió la Slabira y miró a Istvan mientras el cuerpo del desgraciado aquel se desangraba por todas partes incluidos los ojos, los oídos, la nariz y la boca de la cercenada cabeza.

-          ¡Llévame a la Derevnya [7]  de este misbar!  --  ordenó

A Dylan nadie le dijo que pudiese ir pero ciertamente sentía la misma ira que todos ellos en ese momento, de modo que fue tras ellos. Llegaron a las afueras de una pequeña aldea y Dylan vio a Edin y a muchos Devrigs más que vestían en forma similar pero no prestó atención a eso, porque apenas llegaron Istvan no tuvo ni tiempo de dar la orden de ataque. Dylan tuvo una rápida visión de la actividad de la aldea, aquellos salvajes vivían como animales, todo parecía estar sucio y descuidado, y en una especie de granero encontraron a muchos de ellos literalmente devorando personas.

En cuestión de segundos arrasaron con todo ser viviente en aquel desgraciado lugar y de una forma por demás sangrienta. Dylan sintió que alguien lo sujetaba y una mano sobre su frente, un momento después pareció recuperar la calma y miró a su alrededor. Él nunca había estado en una zona de guerra, pero después de la masacre que acababan de protagonizar se imaginó que así debía lucir una. Había cuerpos ensangrentados por todas partes, hombres y mujeres habían sido destrozados, de modo que no había quedado ni un solo Devrig con vida.

-          ¡Quémenlo todo!  --  ordenó Iziaslav  --  ¡Que no quede ni un solo recuerdo de este lugar!

A continuación desapareció y Janos, Iyul, Dylan, Istvan y Edin lo siguieron, pero en lugar de volver a la villa como había pensado Dylan, de pronto se encontró en un lugar que reconocería hasta con los ojos cerrados, porque estaba en su tierra. De modo que le quedaron pocas dudas de a donde se dirigían, pero aun no se había llevado la mayor de las sorpresas.

No estaba muy seguro de donde estaban pero por el paisaje casi podría asegurar que estaban en Hampshire. Sin embargo, no tuvo mucho tiempo para distraerse en eso, porque al minuto siguiente estaban en un salón lujosamente amueblado y decorado con grandes pinturas y muchas estanterías con diversos adornos.

-          ¡Swaney!  --  gritó  Iziaslav

Un individuo se puso de pie y fue cuando verdaderamente Dylan se sorprendió. El hombre al que Iziaslav había llamado Swaney, era Lord Andrew Keith, Conde de Dunkeld y uno de los individuos más poderosos del reino, de manera que Dylan no podía estar más confundido, pero casi de inmediato escuchó un susurro a su lado aunque no estaba muy seguro de a quién pertenecía aquella voz.

-          Controla tus pensamientos Rybik  --  de inmediato alzó la barrera y se dedicó a escuchar.

-          Iziaslav  --  dijo Swaney ignorando a los hombres que lo acompañaban

-          ¡Hore njè misbar nekasny! [8]

-          ¿Por qué entras a mi casa con tanta violencia?  Y te agradecería que me hablases en mi idioma  --  dijo con la flemática actitud típicamente inglesa

-          ¡Eres un bastardo desgraciado en cualquier idioma!  --  exclamó Iziaslav  --  ¡Hasta ahora he perdonado tu miserable vida, pero si vuelves a atentar contra mi sangre te juro que arrasaré a tu Clan hasta no dejar ni uno solo vivo y personalmente te hundiré mi Dykari en el cuello! 

-          No entiendo por qué me estás diciendo todo esto, hasta donde sé tenemos una tregua ¿no?

-          Eres despreciable y además estúpido, deja de fingir que no lo sabes  --  dijo lanzándole a la cara la Slabira que había arrancado del cuello del otro infeliz  -- Llevas años intentando destruirme y te he soportado honrando el juramento que hice de mantener la paz, pero esta vez te metiste con quien no debías y vas a pagar por ello.

-          ¿Y te estás basando en una Slabira para acusarme?

-          No tengo por qué darte explicaciones, pero el imbécil que enviaste aparte de haber confesado, sabes bien que no necesitaba escucharlo para saber lo que había en su cabeza, pero aun suponiendo que mintiese, es TU responsabilidad que tus hijos se comporten como deben. De ahora en adelante tienes prohibido abandonar tu tierra, si eres visto en el continente serás enviado a Zatvor y tienes veinticuatro horas para hacer que todos los miembros de tu clan regresen a tu isla, porque después de eso serán cazados como animales por todos los Lovets que existan y serán exterminados.

Dicho esto le dio la espalda para marcharse pero aquel individuo debía estar tan loco como el otro, pensó Dylan.

-          No puedes hacer eso  --  le dijo, Iziaslav se detuvo, se giró y caminó hacia él

En ese momento todos los presentes amigos o enemigos contuvieron la respiración e incluso Dylan tuvo el deseo de detener a Iziaslav al ver sus enrojecer de nuevo como cuando le había arrancado la cabeza al otro idiota.

-          Escúchame bien mahylsyn [9]  --  dijo aferrándolo por el cuello con una mano y con la otra poniéndole su Dykari en el cuello  --  No solo puedo sino que ya está hecho y te recuerdo que soy el Sozdatel’ de todos los Devrigs quieras o no, de modo que puedo hacer lo que se me de la gana. Siempre me han acusado de dictador ¿no? Pues ahora tendrás verdaderos motivos para sustentar tu acusación. Ya lo sabes Swaney, veinticuatro horas, ni un minuto más.

Dylan escuchó al sujeto emitir un quejido y cuando Iziaslav lo soltó, Dylan vio una herida sangrante en la mejilla de Swaney. Después de eso todos abandonaron el lugar y regresaron a la villa de Luciano. Cuando llegaron Iziaslav preguntó por él y Haris le dijo que estaba en la fase final, es decir, si fuese un ser humano normal moriría en cuestión de minutos, pero no siendo así, comenzaría la recuperación.

Cuando comenzó a asomarse el sol en el horizonte, Dylan pensó que había sido uno de los días más intensamente difíciles que había vivido. Había sufrido el dolor de su amigo, el de Iyul y el de Iziaslav. Se había enfurecido, había sentido un odio visceral hacia quien había provocado todo aquello, había matado a docenas de Devrigs sin ningún remordimiento y aun ahora no lo sentía. Lo que no sabía aun, era que su lealtad se había definido, había sido probada ese día y se había recibido con honores. Lo que sí sabía era que los culpables habían sido castigados y le había quedado muy claro que Lucien Iziaslav Yaroslávich era intocable para todo aquel que quisiese conservar la vida.
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* Sangría: Este arcaico procedimiento era muy utilizado en la antigüedad para tratar diversas dolencias como fiebres altas, por ejemplo. Consistía en la extracción de sangre desde una vena periférica, o mediante la utilización de sanguijuelas. A pesar de los riesgos y de carecer casi siempre de verdaderos efectos curativos, este procedimiento se siguió utilizando hasta muy avanzado el siglo XIX




[1] Veldeky: Una combinación de mago-científico-alquimista
[2] Havariks: Soldados
[3] Lavny: Jefe – comandante de un grupo
[4] Nelegasi: Dykari ilegal
[5] Bislyk: Esclava (pulsera) que identifica a los Lovets
[6] Nekasny: Infeliz
[7] Derevnya: Aldea
[8] Hore njè misbar nekasny: Eres un bastardo desgraciado
[9] Mahylsyn: La traducción más aproximada sería hijo de perra  y todas las acepciones sumamente groseras  que indiquen procedencia dudosa 

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