Iyul y Dylan entraron al Dvorets,
entregaron sus capas al mayordomo y luego de saludar el hombre se dirigió Iyul.
-
Larsèvirier,
nym Sozdatel’ lo espera en su cámara particular
Iyul asintió y caminó hacia las
escaleras. A Dylan le agradó el hecho de
que los colores allí parecían ser menos explosivos
que en los otros Dvorets. En las paredes había algunas pinturas, pero casi
total ausencia de los recargados mosaicos bizantinos. Lo que si notó en gran
cantidad fue porcelana china, o al menos se le hacían muy parecidas a las
piezas que había visto cuando estuvo en ese país.
Llegaron ante una puerta de doble hoja
sumamente ornamentada con lo que a Dylan le pareció filigranas de oro macizo.
Los dos guardias que estaban ante la puerta hicieron la misma inclinación y le
dirigieron a Iyul el mismo respetuoso saludo que le había dado el mayordomo y
Dylan se preguntó que querría decir Larsèvirier,
pero tendría que esperar para preguntárselo luego.
-
Espera
un momento aquí -- le dijo Iyul y él asintió
Dylan se volvió sin siquiera mirar el
lugar por donde había desaparecido Iyul y se dedicó a mirar la decoración. Sin
embargo, casi inmediatamente sintió que se abrían de nuevo las puertas y
escuchó.
-
Puedes
pasar
De modo que Dylan traspuso el umbral y
se encontró en una estancia tan enorme como todo lo demás. Había sillones,
mesas de distintos tamaños con muchos adornos y de pie cerca de la ventana
estaban tres hombres, Iyul y dos más. Sin embargo, antes de que pudiese tomar
una decisión acerca de quién podía ser Iziaslav, escuchó la orden y no le quedó
duda.
-
Déjanos
Goran --
y uno de los sujetos abandonó la estancia por otra puerta --
Acércate -- y Dylan obedeció
-
Sozdatel’ --
saludó inclinándose a la manera cortesana
Pero siendo curioso como era, una vez
que se incorporó de nuevo miró con detenimiento al individuo. Era tan alto como
sus hijos, con el cabello negro azulado y bastante más largo de lo que Dylan
hubiese esperado. Tenía los ojos que según le pareció a Dylan, eran de un azul medianoche
pero para su mayor asombro y mientras lo miraba éstos cambiaron a un azul
bastante más claro. Tenía largas y rizadas pestañas y una barba al ras de la
piel, pero aparte de todo esto, Dylan
pensó que casi parecía hermano de Iyul.
-
Spasivo Sozdatel’
-- agradeció Dylan suponiendo que
aquello sería alguna clase de aludo de bienvenida
El sujeto sonrió y ahora Dylan sí se
sorprendió, porque con la sonrisa se hacía notorio el parecido con sus hijos y
aunque el mismo no era tan marcado como el que existía entre Iyul y Luciano,
sin duda lo había. Sin embargo, y aun sabiendo que aquel era el padre de sus
amigos, a Dylan se le dificultaba mucho verlo como tal debido a que aquel individuo
se había quedado en la treintena si mal no recordaba lo que le había referido
Iyul, de manera que como había pensando apenas verlo, más parecía el hermano de
éstos que su progenitor.
-
Gracias
Syn, ahora déjanos solos -- dijo Iziaslav mirando a su hijo y sacando a
Dylan de sus pensamientos
Aunque a Iyul no le parecía tan buena
idea hacerlo le era imposible negarse, de modo que hizo una inclinación de
cabeza y se retiró.
-
Siéntate -- le
ordenó Iziaslav pero como Dylan estaba bien instruido en asuntos de protocolo
esperó a que él lo hiciese y luego lo hizo él
-
Había
olvidado que eres un Lord inglés
-
Bueno
al menos lo era -- dijo Dylan con su natural franqueza
-
Lo
sigues siendo y lo seguirás siendo toda tu vida priyatel -- y
Dylan volvió a preguntarse qué significaría aquello
-
Lo
más aproximado sería amigo --
dijo Iziaslav y Dylan se dijo que era un imbécil y debía tener
cuidado -- No te serviría de nada, no conmigo --
siguió él -- En cuanto a lo que querías saber, larsèvirier
significa Alteza -- y de
nuevo Dylan se sorprendió, porque ciertamente lo había pensado pero estaba al
otro lado de la puerta y a bastante distancia
-- Eso carece de importancia
Dylan siempre había sido un sujeto
práctico y directo toda su vida, de modo que ahora lo era mucho más, así que
dejó de preocuparse por lo que pensaba, porque si de cualquier manera él iba a
saberlo entonces no tenía caso preocuparse, y en ese momento Iziaslav sonrió de
nuevo, con lo que Dylan se reafirmó en su idea de que Luciano tenía la misma
sonrisa.
-
¿De
veras te lo parece?
-
¡Oh
sí señor! -- dijo él
-
Te
llevas bien con él según entiendo
-
Bueno,
la verdad es que puede llegar a ser un cretino muy irritante, pero en líneas
generales sí -- Iziaslav rió al escuchar aquello
Dylan no era consciente de que por mucho
menos de lo que él acababa de decir, muchos Devrigs habían terminado muertos.
-
Me
gustaría que pasases unos días aquí
-- dijo Iziaslav después de un
momento
-
Se
lo agradezco -- dijo, pero en forma automática se preguntó la
razón
-
No tengo
mucha compañía, o al menos ninguna que me agrade de manera especial, así que si
no te importa
Dylan pensó que aunque le importase no
estaba en posición de negarse.
-
No,
pero me gustaría que fuese porque quieres hacerlo --
dijo Iziaslav
-
Bueno,
supongo que esta es una forma tan buena como cualquier otra de morir --
dijo Dylan decidiendo que no valía la pena quedarse callado --
porque sin duda terminará hundiendo un Dykari en mi cuello, ya que soy
bastante bueno para decir lo que pienso y aunque no lo dijese usted igual lo
sabría, pero aun así, sí quiero quedarme.
Ahora Iziaslav rió con ganas y pensó que
iba a divertirse mucho con aquel chico.
Se puso de pie y tiró de un cordón que estaba cerca de la pared.
-
Ve
a descansar un rato y nos veremos a la hora de la cena, puedes solicitar lo que
necesites a cualquier sirviente
-
Gracias
señor… disculpe Sozdatel’ -- se corrigió
-
Descuida,
puedes hablar en tu idioma
-
Pero
no significa lo mismo
-
En
realidad un título no hace diferencia
En ese momento entro un hombre y se inclinó
ante Iziaslav en cuanto llegó hasta ellos.
-
Conduce
a Lord Danworth hasta su habitación, encárgate de que tenga todo lo que
necesite y dile a Janos que venga
-
Enseguida
sarì [2] --
dijo el hombre, hizo una inclinación y miró a Dylan -- Por
aquí Lord Danworth
Dylan fue conducido a otra ala del
Dvorets pero cuando entró a la habitación concluyó con rapidez que se
encontraba en una de las torres, porque la estancia era circular. El sirviente
le preguntó si necesitaba algo pero él negó y se acercó a la ventana. Apenas
quedaba una fina línea de luz en el horizonte y las sombras ya se extendían
sobre la superficie del lago. Dylan se preguntó qué estaba haciendo allí y
enseguida se respondió que no tenía alternativa, pero al mismo tiempo descubrió
que quería quedarse. Pensó en Luciano y lamentó que no estuviese allí, pero las
diferencias entre él y su progenitor parecían insalvables, el rencor de su
amigo era mucho y si en todo aquel tiempo no había cedido, no creía que eso
fuese a variar.
Fue sacado de sus pensamientos por unos
golpes en la puerta, intentó recordar lo que debía responder pero no fue
necesario, porque ésta se abrió dando paso a un hombre. Mientras éste se
acercaba, Dylan lo detalló. Era alto y fuerte como casi todos los habitantes de
aquellas latitudes, aunque en ese momento se preguntó dónde estaba, porque ese
era un detalle que Iyul no le había dado. Continuó con su examen, el sujeto
tenía el cabello castaño, los ojos oscuros y aparentaba unos cuarenta años a lo
sumo.
-
Buenas
noches milord -- saludó en un correctísimo inglés sin acento,
lo que sorprendió a Dylan -- Mi nombre es Janos y he venido a ponerme a su
servicio
Aunque Dylan estaba acostumbrado a tener
un ejército de personas a su servicio, no esperaba que en aquel lugar le
asignasen a alguien en forma exclusiva.
-
Gracias
Janos --
dijo mientras estudiaba al hombre
Había algo en él que lo hacía diferente
al resto de los sirvientes que había visto hasta el momento. Por ejemplo, no
llevaba la librea que vestían los demás con los colores verde y dorado
distintivo de los Yaroslávich, pero más importante que esto, no exhibía la
actitud de servilismo que les era común a los otros. Y pensó también con cierta
diversión, que algo en su aspecto lo hacía pensar en un maestro de escuela.
Mientras él lo estudiaba, Janos hacía lo
propio y llegó a varias conclusiones rápidas. La primera que aquel chico era
astuto y hábil, y con un poco del entrenamiento adecuado en breve nada se
escaparía a aquellos inquietos ojos verdes. Sin duda Lucien había hecho un gran
trabajo, aunque veía mucho de Iyul en él pero sin duda era hechura de Lucien, y
si alguien podía determinar eso con precisión, era él. Sin embargo, aun era
transparente, lo que le dio una pista acerca de las posibles razones de
Iziaslav para retenerlo allí y su interés en que él se pusiese a su servicio.
-
Milord,
en breve le traerán ropa y una serie de artículos para su uso personal, si
desea algo en especial me gustaría que me lo hiciese saber para que se sienta
más cómodo durante su estancia
-
Gracias
de nuevo pero… -- se interrumpió al escuchar que se abría la
puerta
-
¡Janos! --
exclamó Iyul que era quien acababa de entrar
-
¿Cómo
estás Iyul? -- lo saludó él con más serenidad, pero Iyul le
estaba dando un abrazo lo que extrañó en grado sumo a Dylan, porque hasta donde
había podido ver, si él era frío, Iyul lo era diez veces más
-
Veo
que ya conociste a Dylan
-
En
efecto, estaba poniéndome a las órdenes de Lord Danworth
-
Vaya
hombre, estás muy ceremonioso Dylan es…
-
…
un invitado de tu padre y recibe el trato correspondiente tanto a su posición como
a su situación -- lo interrumpió Janos
-
¡Dyweles! [3]
No importa cuánto tiempo pase me sigo sintiendo como cuando eras mi tutor --
dijo Iyul para sorpresa de Dylan
-
Supongo
que porque lo que se es nunca se deja de ser
De modo que en cierta forma había tenido
razón, pensó Dylan, porque aquel sujeto de algún modo era un maestro.
-
Espero
que no te dejes engañar Dylan, a pesar de que parece desagradable no lo es --
dijo Iyul
Iyul ya había sido informado que Dylan
permanecería en Illir por algún tiempo, y aunque no dejó de sorprenderse siendo
que no podía ni oponerse ni opinar, decidió tomarse las cosas con calma como
era su costumbre y ver qué ocurría a continuación, pero sabía que Lucien no
estaría precisamente feliz.
A la hora de la cena Dylan notó que no
eran muchos y no había ninguna mujer presente. Estaban Iziaslav que presidía la
mesa, Iyul que se sentaba a su derecha, Goran a quien ya había visto cuando
llegó, otro sujeto que le fue presentado como Mirsad, Janos y él mismo a quien
se le indicó sentarse a la izquierda de Iziaslav.
Goran le pareció un sujeto serio y
formal que hablaba poco, mientras que Mirsad parecía más extrovertido y
sociable aunque conservaba la distancia con Iziaslav.
-
¿De
dónde proviene tu nombre? -- le preguntó Iziaslav a Dylan
-
No
tengo la menor idea -- dijo él
-- Solo sé que uno de mis abuelos
lo llevaba.
-
Es
un nombre débil -- dijo Iziaslav
-
Pues
es una pena que no le guste, porque es el único que tengo.
Goran y Mirsad parecían a punto de
atragantarse, mientras que Iyul disimulaba con poco éxito la sonrisa y Janos ni
siquiera se molestó en disimularla, pero unos segundos después Iziaslav sonrió
también con lo que Goran y Mirsad parecieron haber recibido la orden de
respirar de nuevo.
-
Esperaré
a conocerte un poco más para saber qué nombre te viene mejor --
dijo Iziaslav
-
¿Es
una obligación tener otro nombre diferente al que me dieron mis padres?
-
No,
pero como ya lo dijiste no me gusta a mí y no te llamaré de un modo que no me
guste
-
Entiendo,
pero imagino que es consciente de que llevo alrededor de treinta años
atendiendo por ese nombre y es posible que no preste la debida atención si me
llaman por otro, así que probablemente me está condenando a incurrir en su ira.
Goran y Mirsad miraban a Dylan
boquiabiertos y pensaban que aquel muchachito debía tener muchos deseos de
morir, y ni aún el hecho de ser el Djali de Lucien iba a salvarlo de la ira de
Iziaslav. Por un momento Iyul también se lo planteó, mientras que el único que
parecía estar disfrutando de todo el asunto era Janos.
-
Descubrirás
que treinta años no son nada en comparación con lo que te queda por vivir rybik
-- Dylan se preguntó qué significaba rybik y casi de forma inmediata le llegó la información niño, aunque no supo quién se la dio
Durante los próximos días, Dylan se
levantaba temprano y ya Janos lo estaba esperando para bajar a desayunar,
generalmente lo hacían ellos dos solos, porque al día siguiente de su llegada cuando preguntó
por Iyul, Janos le dijo que se había marchado, y a Iziaslav nunca lo veía a esa
hora.
Dylan pronto se dio cuenta que Janos a
pesar de haberse presentado como un sirviente, estaba muy lejos de serlo, y en
sus largas conversaciones con él aunque al principio no lo notó, estaba
recibiendo instrucción.
Durante una de sus conversaciones, Dylan
se había interrumpido y había cerrado su mente en forma automática dada la
naturaleza del tema que estaban tratando, pero una vez que el motivo de la
interrupción que había sido la entrada de un sirviente se hubo marchado, Janos
le dio otra información que no poseía.
-
Es
un buen hábito que mantengas tu mente cerrada, pero en el caso de los
sirvientes de esta casa nunca invadirán tus pensamientos
-
¿Por
qué?
-
Para
eso se necesita un entrenamiento que ellos no reciben, nuestros sirvientes son
creados a partir de otro Predvary que haya desempeñado su mismo oficio y son de
naturaleza leal, sumisa y de escasa habilidad. Pero sería un error pensar que
todos lo son, porque es arrogante suponer que tenemos control absoluto sobre
todas las criaturas. Sin embargo, cuando se dan casos en los que desarrollan
por cualquier motivo esa habilidad, son suprimidos.
Dylan abrió mucho los ojos ante aquello,
ya que consideraba monstruoso deshacerse de las personas solo porque eran diferentes a lo que se esperaba.
-
Ten
en cuenta dónde y quién
vive en este lugar, es un lujo que no puede darse
-
Pero
aun así es…
-
Es
como debe ser, y aunque tal vez no lo comprendas ahora, con el tiempo lo harás.
Dylan lo dudaba pero sabía que no
adelantaría nada con discutir. Otra cosa que aprendió durante el tiempo que
permaneció allí, fue el Código de Conducta que regía a los Devrigs, o al menos
tuvo las nociones básicas del mismo.
-
Hacia
el año 500, se estableció la prohibición de la transformación indiscriminada, y
todo Devrig que efectúe una debe hacerse responsable por su Djali, orientarlo,
educarlo y evitar que cometa actos de barbarie. Por supuesto y como toda norma,
es en muchos casos incumplida, pero cuando se tiene noticia de ello, el
responsable puede terminar en Zatvor
que es la prisión de los Devrigs.
-
¿Y
cómo saben cuándo sucede?
-
Por
los Lovets que son una especie de cazadores, se dedican a vigilar a la
población de Devrigs que hay en el mundo, de modo que cuando encuentran un Nya
sin Izbretel, lo notifican y si se sabe quién fue se le castiga y se le asigna
el Nya a otro Devrig que recibe el nombre de Zsameni, que podría traducirse como sustituto.
Las conversaciones con Iziaslav giraban
más que todo en torno a su propia vida, parecía muy interesado en su familia,
en lo que había hecho y los lugares que había visitado. Pero de ellas Dylan
también aprendió mucho, especialmente acerca de
historia, porque aquel sujeto parecía haber vivido todas las épocas importantes
de la misma, aunque Dylan nunca se animó a preguntarle su edad y a pesar de que
estaba seguro que él conocía su curiosidad, tampoco se lo mencionó.
Ocasionalmente hablaba de sí mismo o de sus hijos, pero era muy extraño que lo
hiciese.
-
¿Crees
que no sé la opinión que sustenta Lucien de mí?
-- le preguntó en una ocasión en la
que él había estado pensando en ello e intentó sacar eso de sus pensamientos
-
Lo
lamento
-
No
tienes por qué, no es inmerecido
-
Aun
así no quise causarle una molestia
-
Solo
nos molesta la verdad cuando nos negamos a aceptarla, y ese es un acto de
cobardía que intentamos hacérselo pagar a otros, Rybik.
Ya Dylan se había acostumbrado a que Iziaslav
lo llamase de ese modo y suponía que desde la perspectiva de sus años, siempre sería para él un rybik.
-
¿Dónde
estamos? -- preguntó Dylan en otra ocasión en la que
miraban un atardecer -- Es decir, sé que la isla se llama Illir pero…
-
Sé
lo que quieres decir -- lo interrumpió él --
Estamos en el Lago Baikal, en Sibír*.
Es un lugar inexplorado aun por el hombre, pero pronto dejará de serlo, lo cual
es una pena porque perderá su belleza.
-
No
tiene que ser así
-
No,
pero será. Los hombres somos depredadores, solo servimos para destruir aquello
que deberíamos apreciar.
-
Lo
siento pero no estoy de acuerdo.
-
No
tienes que estarlo para que sea verdad. Destruimos todo a nuestro paso
-
Pero
también construimos
-
¿Ah
sí? --
dijo en tono burlón -- Acompáñame Rybik
Obviamente no podía negarse ni tenía
razones para ello, de modo que fue con él. Unos minutos después estaban en un
lugar desconocido para Dylan pero que sin duda demostraba lo que acababa de decir,
porque frente a sus ojos había imponentes construcciones.
-
Te
parecen hermosas ¿verdad?
-
Así
es
-
Pues
te aseguro que el paisaje anterior al que ves, lo era mucho más y fue destruido para construir lo que ahora ves.
-
De
acuerdo, pero fue hecho para mejorar
-- dijo con su habitual
terquedad -- Además, hay muchas personas
que se dedican a sanar en lugar de dañar, a embellecer y no…
-
Rybik,
la naturaleza nos proveyó de todo cuanto nos era necesario. No puede ser más
agradable vivir presos en hermosos Dvorets, cuando podemos hacerlo
al aire libre rodeados de la belleza natural de la tierra. No son más hermosas
las flores en un jarrón, de lo que son decorando un prado. No puede ser más
hermosa una criatura cargada de pesadas telas que le son ajenas, de lo que es
vestida con su propia piel y exhibiendo la perfección de la naturaleza humana.
En cuanto a los que se dedican a sanar en lugar de dañar, es más de lo mismo,
no sería necesario sanar sino nos empeñáramos en dañar. Los hombres caminamos hacia
nuestra propia destrucción y lo sé porque lo viví, fui partícipe y actor
principal de la destrucción desmedida, y ahora a diferencia del humano común,
tendré toda la vida para ver como lo destruyen todo, seré testigo de guerras
fratricidas por el control de la tierra y sus habitantes, porque ese es mi
castigo, verlo sin poder detenerlo.
Aunque hubiese podido estar de acuerdo
con algunas cosas, lo último le pareció una actitud derrotista.
-
Cuando
hayas vivido tanto como yo, entenderás que la diferencia entre el optimismo y
el pesimismo es la experiencia. Es parte de la naturaleza humana creerse superior
a todo solo porque tenemos la dudosa habilidad de pensar, pero créeme Rybik, es
más feliz el ignorante que el erudito, porque el primero no tiene las
preocupaciones del segundo
Cada vez que Dylan hablaba con Iziaslav,
se preguntaba cómo era que aquel sujeto podía ser el salvaje que todos decían
cuando sustentaba ideas como aquellas, pero pronto descubriría que los seres
humanos pueden ser muchas cosas, porque no son objetos inanimados y siempre
reaccionarán de acuerdo a las circunstancias y a su propia naturaleza.
__________________________
* Sibír: Siberia. Para el momento en el
que se desarrolla la historia, este territorio como digo en boca de Iziaslav,
aun no había sido explorado. Fue hacia 1643 que Kurbat Ivanov se convirtió en
el primer ruso que vio el lago Baikal. Esta belleza natural está ubicada en la
región sur de Siberia, y con sus 1.680 m de profundidad es el lago más profundo
del mundo. Esta joya de la naturaleza fue declarada Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO en 1996.
N/A Por supuesto la
isla de Illir que menciono en la historia no existe, y es completamente
responsabilidad de mi imaginación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario