Bodas de Sangre

Bodas de Sangre
Una vez superados los obstáculos ayudado en su mayor parte por Dylan, Kendall logró finalmente contraer matrimonio con Sophie. Después de la boda, Dylan emprenderá un nuevo, inesperado e insólito camino a través de un mundo del que no tenía ni idea de su existencia, mientras que la nueva pareja parte rumbo a Inglaterra para dar comienzo a un matrimonio que todos se preguntan cómo va a terminar siendo que dio inicio con unas Bodas de Sangre

martes, 24 de junio de 2014

Cap. 14 Lealtad…



A pesar de lo mal que se había visto Luciano, en opinión de Dylan se recuperó rápidamente, y aunque durante los primeros días había estado más irritante de lo normal, pronto recuperó su natural simpatía y su incansable conversación.

Aunque Dylan no esperaba que su amigo se mostrase curioso con respecto a su estadía en Illir, supuso que al menos comentaría algo así solo fuese en términos sarcásticos o directamente desagradables, pero no, simplemente pareció borrar de su memoria el tiempo que Dylan estuvo fuera.

Una asidua visitante de la villa era Anastasia, y aunque Dylan ya sabía que era una Devrig y sabía igualmente las especiales condiciones que los afectaban, eso no impidió que reanudara su vieja broma con respecto a la relación entre Luciano y ella. Dylan había aprendido hacía mucho tiempo que a Luciano le gustaban todas, especialmente si había un anillo de bodas en sus dedos, porque según él eran más seguras y no intentarían neciamente cazarlo; a pesar de que ahora Dylan sabía que aquello en realidad no habría representado un problema para él, ya que ciertamente nadie habría podido obligarlo a nada, Luciano respetaba a las jóvenes solteras y procuraba con ahínco no acercarse a ellas.

Siendo que Luciano se había recuperado con extrema rapidez, pronto volvió a los salones y a su vida normal, y fue en una de esas veladas que se enteró de la orden girada por Iziaslav con respecto a los Lothian.

-         Tenemos compañía  --  dijo Dylan interrumpiendo de pronto la charla que mantenía con Luciano y con Anastasia

Luciano prestó atención y se sorprendió de que Dylan lo hubiese notado primero que él, pero en efecto había otro Devrig en el salón y unos minutos después el mismo se hizo presente.

-         ¿Disfruta de la velada Altezza?  --  preguntó una voz a espaldas de Dylan

Anastasia colocó una mano sobre el brazo de Luciano cuya expresión que hasta  hacía un momento había sido alegre, había variado en forma notoria y Dylan pensó que aquel sujeto fuese quien fuere debía tener muchos deseos de morir o era simplemente estúpido, porque recordó lo que Iyul le había dicho y lo que él mismo sabía en cuanto a la aversión de Luciano por esa clase de tratamiento.

-         Lo hacía hasta hace unos segundos  --  dijo Luciano con voz helada

-         Me alegra verte restablecido  --  dijo el hombre ignorando el comentario  --  Nos tuviste muy preocupados a todos

-         Sí, imagino lo preocupados que estarían


Dylan buscó con la vista el anillo del sujeto pero tenía la mano en la espalda, de modo que no podía verlo. Sin embargo, dudaba mucho que un miembro del Clan Lothian que no hubiese abandonado el continente se arriesgase a dejarse ver públicamente y justamente por Luciano. De modo que concluyó que este hombre fuese quien fuere, no podía ser un Lothian. Su atenta observación fue interrumpida cuando los ojos oscuros se volvieron hacia él después de saludar a Anastasia.

-         Y este debe ser el famoso Duque de Livingstone  --  dijo el hombre

A Dylan aquello le sonó más a insulto que a simple afirmación, pero su expresión no varió.

-         Dylan, este caballero es Biaggio Menotti, Conde de Brescia

Dylan se limitó a una ligera inclinación de cabeza ahorrándose cualquier otra fórmula de cortesía, porque si de algo estaba seguro, era de que por las venas de aquel sujeto no había corrido nunca ni una sola gota de sangre noble, y ese título viniera de donde viniese, era tan falso como la sonrisa de su ilegítimo portador.

-         De pocas palabras nuestro amigo  --  dijo Biaggio, pero la mirada de Dylan dejaba claro que estaba muy lejos de considerarse su amigo  --  Tenía muchos deseos de conocerlo  --  continuó el sujeto y Dylan se limitó a elevar una ceja  --  en los últimos tiempos se habla mucho de usted en nuestro círculo, pero imagino que eso ya lo sabe, porque ser un invitado de La Isla es una cuestión muy poco común

La expresión de Dylan seguía siendo de total hermetismo, pero sí notó que las cejas de Anastasia se juntaban hacia arriba y al mismo tiempo notó que Luciano le ordenaba a la sorprendida chica que se controlase.

Biaggio por su parte no estaba prestando ninguna atención ni a Anastasia ni a Luciano, sino que toda la tenía concentrada en el joven Duque. Inicialmente y siendo que Biaggio era uno de los Devrigs que se dedicaba a perseguir a Luciano, solo había sabido que Dylan Danworth era amigo del príncipe y que había mantenido una larga e inestable relación con Emiliana, pero cuando se enteraron de la transformación y una vez superada la sorpresa, había intentado dar con aquel sujeto pero parecía que se lo había tragado la tierra. Aquello le había valido un severo castigo, porque se suponía que él debía estar perfectamente al tanto de todo lo que concernía Lucien Yaroslávich. De modo que se dedicó a investigar todo cuanto hubiese que saber de Dylan.

En principio se había sorprendido por  la amistad entre Lucien y Dylan,  porque todos sabían que el príncipe no tenía amigos. Biaggio descartó de plano que pudiese tratarse de una relación amorosa porque conocía bien a Lucien, y si bien era cierto que era bastante común entre la nobleza esta clase de relaciones, el príncipe por muy acostumbrado que estuviese a tener lo que quisiera y por muy mimado que fuese, él sabía bien que no tenía esos gustos. Pero pronto encontró otro motivo para la mencionada amistad, y era que el joven caballero inglés era el amante de Emiliana, hasta ahí la información era congruente. Sin embargo, cuando se supo que el desdichado había sido transformado en Devrig, la situación cambió. Las preguntas comenzaron a amontonarse y necesitaban urgente respuesta o le costaría muy caro como en efecto sucedió. ¿Quién era en realidad aquel sujeto? ¿Desde cuándo un Yaroslávich de sangre real iba por ahí transformando a nadie?  Y menos aun Lucien Yaroslávich que era tan molesto como un Lovet, pero cuando las alarmas se  dispararon en el cerebro de Biaggio fue cuando se enteró que aquel chico había sido llevado a La Isla. A partir de ese momento se hizo mucho más urgente averiguar quién demonios era aquel niño.

Sin embargo, y aunque Biaggio disponía de excelentes espías a su servicio, penetrar la fortaleza de La Isla eran palabras mayores, y si bien se había enterado del asunto de la visita gracias a los espías que vigilaban a los principales miembros de la odiada familia, ellos mismos tampoco parecían saber mucho. Había intentado acercarse a Hársady y a Massarik pero fuera de los insultos usuales, no había logrado obtener nada más, aunque suponía que aquellos dos ya estaban planeando cómo deshacerse del infortunado muchachito.

De modo que cuando lo vio esa noche, sonrió para sus adentros diciéndose que había llegado su oportunidad, con lo que no contó Biaggio fue con la sólida barrera con la que se encontró, algo que de paso era insólito. Aquel chico era un simple predvary y no se suponía que pudiese ofrecer esa clase de resistencia ¿O sí? ¿Qué estaba sucediendo? ¿Este niño era quien decía ser o había más de lo que él sabía? Porque una observación más atenta, le indicó con claridad que había un inusual parecido entre el supuesto Duque y Luciano, un parecido que iba más allá de lo físico y que solo era susceptible a darse entre parientes de sangre.

Sin embargo, Biaggio llevaba demasiado tiempo ejerciendo su oficio como para desanimarse o hacer las cosas en forma descuidada, de manera que fingió desinteresarse en el Duque y volvió su atención a Lucien.

-         Creo que esta vez nuestro Sozdatel’ se extralimitó  --  le dijo y siendo que Luciano evitaba el tema de su padre tanto como podía, no hizo comentario alguno, de modo que Biaggio prosiguió  --  Por ahí se dice que es muy inconsecuente con su doctrina el haber llevado a cabo semejante masacre, demostrando así un salvajismo que nos prohíbe a los demás y un acto de extrema injusticia el haber expulsado a todos los Lothian del continente, porque…

Si Dylan no lo hubiese visto con sus propios ojos, no lo habría creído posible pero  Biaggio no pudo terminar de  hablar, porque Luciano lo aferró por el cuello…

-         ¡Estás hablando de tu Sozdatel’, y lo estás haciendo frente a tu Sizvitel [1] ,  misbar nekasny!  --  exclamó con ira

-         Scusi Altezza  --  se disculpó Biaggio con rapidez

-         Desaparece de mi vista y asegúrate de que no vuelva a verte muy pronto, o podría decidir que no vale la pena que sigas respirando  --  le dijo retirando su mano del cuello

-         Altezza…

-         ¡Largo!

Luciano le dio la orden y en cuanto Biaggio comenzó a caminar, él  dio la espalda y comenzó a alejarse también. Anastasia tenía expresión angustiada mientras que Dylan se repuso de su sorpresa y miró a la chica.

-         Ve con él  --  le dijo, ella asintió y fue tras Luciano

Dylan se sintió complacido y preocupado a partes iguales. Complacido porque en ningún caso hubiese esperado que Luciano reaccionase de aquella forma, que si bien no era una defensa a ultranza de su padre, había dejado claro que aunque él podía pensar o decir lo que se le antojase, en su presencia nadie podía hablar mal de  Iziaslav, y debía estar en extremo furioso para expresarse utilizando palabras en su lengua y que por lo general evitaba. Y preocupado porque aquel sujeto se le antojó en extremo peligroso, y si se atrevía a hablar de aquel modo de Iziaslav en presencia no solo de su hijo, asumiendo que la desavenencias entre padre e hijo eran del dominio público, sino en presencia de otros dos Devrigs del mismo Clan, era porque por alguna razón era o se creía invulnerable. Sin embargo, Dylan hizo a un lado sus pensamientos y siguió al sujeto, afortunadamente la sorpresa por la reacción de Luciano había evitado que se desatase un incidente muy desagradable, porque de manera inconsciente e impulsado por la furia, en cuanto Biaggio había comenzado a hablar cuestionando lo hecho por Iziaslav, Dylan se había llevado la mano al bolsillo y ya estaba aferrando su Dykari cuando Luciano había intervenido, pero aún no se le había pasado la molestia.

Biaggio por su parte si bien se había alejado de Luciano, no había abandonado el lugar y cuando vio a Dylan avanzar hacia él con paso decidido, sonrió internamente pensando que su suerte mejoraba, pero no sabía lo equivocado que estaba, porque fuesen cuales fueren sus pensamientos no estaban ni cerca de los de Dylan.

-         Mi lord que…

-         Escúchame bien infeliz, no sé quién eres ni me importa en realidad, pero si aprecias tu vida te sugiero mantenerte alejado de Luciano, y sobre todo tener mucho cuidado con lo que dices acerca de Iziaslav

-         ¡Vaya! Para ser un predvary se comporta de manera muy osada con alguien que le lleva mucha ventaja Lord Danworth, y por su propio bien le aconsejo le pregunte a… nuestro sizvitel, lo peligroso que eso podría ser para su salud. Sería en extremo infortunado que algo le sucediese.

Pero si Biaggio esperaba causar algún temor en Dylan, no solo se equivocó tristemente sino que le fue mucho peor de lo que habría podido esperar, porque Dylan tenía una sonrisa maligna en aquel momento.

-         No sé en que dirección irán tus talentos suponiendo que tengas alguno, pero evidentemente no en la de juzgar adecuadamente a las personas  -- la pálida sonrisa de Biaggio desapareció de sus labios y miró a Dylan con rencor

-         Escúchame bambino, ciertamente no sabes quién soy ni de lo que soy capaz, y si piensas que ser el Djali del príncipe te confiere alguna ventaja, podrías descubrir más pronto de lo que piensas que no es así. Tal vez de forma inmediata no pueda hacer nada, pero he aprendido a tener paciencia y tengo excelente memoria, de modo que no voy a olvidar esto.

-         Y espero que no lo hagas, porque sí lo haces yo me encargaré de recordártelo. Por lo pronto recuerda algo más importante, y es no acercarte a Luciano y mantener tu sucia boca cerrada antes de decir algo que podría costarte muy caro

-         ¿Te atreves a amenazarme?

-         No, no es una amenaza payaso, es la afirmación de un hecho  --  dicho esto le dio la espalda y comenzó a alejarse, pero se detuvo y con una sonrisa perversa agregó  --  Y puedes ir a decirle al mal nacido de tu jefe, que éste predvary nunca traicionará a ningún Yaroslávich.

Dylan casi soltó la carcajada cuando vio a Biaggio abrir los ojos con desmesura, pero no había podido resistirse a decirle aquello que había visto con toda claridad y después de eso se alejó.

Biaggio en cambio se quedó clavado en el sitio preguntándose de nuevo quién demonios era aquel desgraciado, porque de una cosa estaba seguro, no podía ser un nya, porque sin duda alguna ningún nya habría podido ver lo que él estaba pensando y salvo por la persona interesada, nadie sabía lo que el muchachito aquel le había dicho. En ese momento se planteó por primera vez la posibilidad de que Iziaslav estuviese jugando con cartas escondidas y un sudor frío recorrió su espina dorsal al imaginar que ese individuo estuviese al tanto de sus actividades, porque de ser así, era hombre muerto.

No muy lejos de allí, un hombre había estado observando toda la situación desde el inicio. Había pensado en intervenir cuando el príncipe Lucien había agarrado por el cuello al infeliz de Biaggio, pero decidió no hacerlo y se mantuvo a la expectativa, primero porque habitualmente Lucien era bastante capaz de manejar a aquellos títeres de salón, y segundo porque tenía órdenes específicas y mientras Lucien no estuviese de veras amenazado por algo serio, debía mantenerse al margen. Luego al escuchar a Dylan Danworth había sonreído complacido, pero al final se había mostrado preocupado por lo que escuchó,  ya que las implicaciones de aquello de ser cierto, podían ser en verdad peligrosas. De modo que se movió con celeridad, le dio una orden a otro sujeto y volvió al salón. Sin embargo, cuando lo hizo notó que Luciano y Dylan estaban retirándose. Buscó con rapidez a otro individuo a quien dio otra orden y luego se dispuso a seguir a Luciano.

Luciano no dijo ni una sola palabra durante el viaje hasta la casa de Anastasia, se despidieron de ella y una vez solos en el carruaje se volvió hacia Dylan.

-         ¿Qué demonios hizo esta vez?   

Dylan pensó que era estúpido fingir ignorancia, de modo que decidió contarle lo sucedido a raíz de su envenenamiento. Si bien era cierto que ellos no habían hablado de eso, Dylan había estado en la creencia de que Iyul lo habría hecho aunque obviamente no era así.

-         Luciano, primero cálmate porque no hay motivo para que estés en ese estado

-         ¿Que me calme? ¿Acaso no escuchaste a ese desgraciado?

-         Tan bien como tú, pero ese no es motivo…

-         ¡Dylan! ¿Masacre?  --  exclamó con alteración

-         Escúchame, primero fuimos a ver a la chica con la que estuviste pero era demasiado tarde, cuando llegamos ya estaba muerta

-         Igual no habría hecho nada y hasta la habría matado él mismo --  dijo Luciano pero Dylan lo ignoró

-         Después de ver que nada podía hacerse envió a Haris contigo y luego de hablar con Istvan fuimos a la villa y te encontramos…  --  hizo una pausa porque aun recordaba los gritos de Luciano  --  … literalmente estabas muriendo, ya sé que no es posible pero estabas pasando por la misma agonía y ya sabemos que en nuestro caso es mucho peor  --  Luciano tenía un recuerdo borroso de todo eso, de modo que no dijo nada  --  Luciano, no pretendo decirte si está bien o mal lo que sientes o piensas, pero al menos debes entender que ese hombre bueno o malo es tu padre, y verte en esas condiciones le resultó terriblemente duro. Sé de forma personal lo que es el dolor de perder a un padre pero no puedo imaginar lo que sería el dolor por perder un hijo y en nuestras condiciones mucho menos. En realidad estaba destrozado al verte sufriendo del modo que lo estabas haciendo  --  Luciano seguía en obstinado silencio, de modo que Dylan prosiguió  --  Cuando Istvan llegó con el miserable que había inducido a la chica a envenenarte y dijo toda la sarta de barbaridades que dijo, Iziaslav perdió la paciencia, pero el control lo perdió justamente en el momento en el que comenzaste a gritar de dolor de nuevo. De modo que después de matar al sujeto, fuimos a su aldea y arrasamos con todo.

-         ¿Tú estuviste allí?  --  preguntó con horror

-         Sí, estuve y no me arrepiento de haberlo hecho

-         Pero Dylan…

-         ¡Atentaron contra tu vida hermano!  --  lo interrumpió él  --   Ya sé que no ibas a morir pero lo que cuenta es el daño que te hicieron y sabemos que de haber podido te habrían matado.

-         No debieron llevarte, no…

-         Nadie me obligó Luciano, fui porque quise. Lamento si te sientes decepcionado pero volvería a hacerlo sin pensarlo por cualquiera de ustedes.

Hicieron silencio durante unos minutos durante los que Dylan casi pudo ver el conflicto interno de Luciano, entre el agradecimiento por lo que consideraba un acto de lealtad y la rabia por lo que habían hecho.

-         ¿Y qué es eso del exilio de los Lothian?  --  preguntó después de un momento llevándose la mano a la sien

-         Después que dejamos la aldea fuimos a ver a Lothian  --  Luciano levantó la vista con asombro pero no dijo nada  --  Él individuo intentó negar su participación, algo muy estúpido en mi opinión y creo que fue más su actitud de indiferencia por lo sucedido que lo que dijo lo que impulsó a Iziaslav a tomar esa decisión. Le dijo que él y los suyos tenían prohibida la entrada al continente y le dio veinticuatro horas para sacarlos a todos o comenzarían a cazarlos.

-         ¡Pero eso es una locura!  --  dijo Luciano  --  ¿Sabes lo que va desatar esto?

-         No, no tengo idea pero…

-         Pues yo sí. Por empezar es imposible sacar a todos los Lothian y pretender confinarlos en Inglaterra, la mayoría de ellos son de origen francés o italiano, no serán capaces de vivir allá te lo aseguro, de modo que volverán y serán asesinados. Y por otra parte, si ya era difícil la convivencia en las condiciones en las que estábamos, imagina lo que será ahora.

Dylan lo miró durante unos segundos y aunque sabía desde hacía mucho tiempo que Luciano era alguien muy especial, en ese momento creció su admiración por él, porque a otro lo habría traído sin cuidado la suerte de los Lothian, especialmente sabiendo que lo querían muerto. Sin embargo, él estaba preocupado porque no podrían adaptarse a una vida lejos de su tierra y serían asesinados si volvían.

-         Lo que mi padre ha hecho con esto es abrirle la puerta a otra guerra, porque como dije volverán, y para poder sobrevivir intentarán matar a cualquier Yaroslávich con el que se encuentren por temor a ser denunciados.

Dylan entendió la lógica del razonamiento, pero no se le escapó que por primera desde que lo conocía, Luciano llamaba a Iziaslav mi padre, y pensó a toda velocidad que tal vez…

-         Luciano, entiendo todo eso y entiendo aún más tu preocupación, pero quizá tú seas el único que pueda evitarlo  --  le dijo

-         ¿A qué te refieres?

-         Iziaslav estará en Yaroslavl en unos días, puedes hablar con él y…

-         No

-         Escúchame, si le dices todo esto que me acabas de decir a mí pero se lo dices tú, no enviando a nadie sino tú mismo, es posible que él reconsidere y entones quizá pueda hacerse algo para evitar un mal mayor

-         No lo conoces Dylan, es un autócrata que no acepta que nadie le diga que está equivocado.

-         Luciano, tú eres un sujeto inteligente y no vas a llegar a echarle en cara que está equivocado. Vas a plantearle tu punto de vista justo como me lo has dicho a mí, y aunque es posible que no quieras escuchar esto igual te lo voy a decir, tu mayor ventaja radica en que Iziaslav te ama y a ti va a escucharte.

Luciano no dijo nada en ese momento, sino que se quedó pensando en que tal vez Dylan tuviese razón, quizá debía deponer su orgullo en beneficio del resto de su familia y de aquellos pobres desdichados a los que les esperaba una muerte horrorosa o con mucha suerte dependiendo de quien los encontrase, un futuro encerrados en Zatvor.

El coche se había detenido hacía mucho rato y ellos no lo habían notado, pero finalmente bajaron y se retiraron a sus habitaciones. Antes de meterse en la cama, Dylan pensó que tal vez todavía había una oportunidad para ellos.
  



[1] Sizvitel: Príncipe

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