Dylan fue conducido hasta sus
aposentos por uno de los sirvientes, y mientras caminaba iba pensando en todo
lo que le habían dicho, pero Janos tenía razón, eso no cambiaba en nada las
cosas. Se detuvieron ante una puerta, el hombre la abrió y le preguntó a Dylan
si se le ofrecía algo pero él negó, el sirviente se inclinó respetuosamente y
desapareció. En cuanto Dylan entró a aquel enorme lugar lo primero que vio
fueron unas botas subidas a una mesa frente a un sillón, pero no veía al dueño.
Se acercó con cautela y sonrió.
-
Istvan, no tuve… -- pero se detuvo y miró bien
Sus ojos lo engañaban o algo
iba mal con su instinto, porque aunque estaba viendo a Istvan, estaba seguro
que ese individuo no era Istvan. Sin
embargo, al segundo siguiente…
-
Deberías dejar de hacer eso
Dylan abrió los ojos en forma
desmesurada y ahora estuvo seguro que algo de lo que había comido o bebido
contenía alguna sustancia alucinógena, porque tenía ante sí a dos Istvan. El Istvan que había
permanecido sentado se puso de pie y sonrió con picardía mientras se acercaba
al aun sorprendido Dylan con la mano extendida.
-
Zdravi priyatel, tenía muchas ganas de conocerte --
dijo mientras estrechaba su mano y Dylan seguía mirándolos a los dos en
forma alternativa -- Yo soy la parte agradable y divertida de este
sujeto y mi nombre es Istval -- y en ese momento Dylan comprendió
-
Lo lamento Rybik, pero mi hermano no se caracteriza por su cordura -- le
dijo Istvan
Después de eso Dylan miró con
mayor atención intentando buscar las diferencias, porque estaba seguro que así
como Iyul y Luciano se parecían mucho entre sí hasta el punto de poder ser
confundidos, si se observaba con atención podían encontrarse las diferencias y
en estos dos debía ser igual. Pero después de varios segundos de atenta
observación, solo dos cosas encontró distintas. Una, que Istval tenía la sombra
de una barba que no lucía en el rostro de su hermano, y la otra, algo que no
podía verse y solo era posible percibirlo, la esencia, pero por lo demás eran
exactos hasta en el último de los detalles.
-
¿Qué sucede? -- preguntó Istval con una sonrisa burlona --
Parece que nunca hubieses visto a unos Aykeris [1]
--
pero luego arrugó la frente
-- No me digas que sustentas las
mismas opiniones absurdas con respecto a los que son como nosotros
-
¿Aykeris? -- preguntó Dylan
-
Istval deja de decir necedades, estamos en el siglo XVII -- lo
riñó Istvan y luego miró a Dylan -- Significa gemelos, Rybik
Dylan asintió pero no entendió
del todo lo que había dicho Istval. Sabía que el asunto de los gemelos era algo
un tanto misterioso pero nada más.
-
Lo que sucede es que para algunas culturas
-- explicó Istvan al ver la
confusión de Dylan -- los Aykeris somos la representación del mal y
acarrea la desgracia de la desdichada que los tenga siendo acusada desde
adulterio hasta pactar con las fuerzas oscuras de la naturaleza
-
¡Vaya! -- exclamó Dylan
-
Afortunadamente en nuestra sociedad se nos considera una especie de semidioses --
dijo Istval con diversión
-
¡Istval! -- exclamó su hermano mientras el otro reía -- No
le hagas caso Rybik, como ya te dije, este sujeto no es especialmente cuerdo
-
¿Sabes lo odioso que resulta que te llamen Rybik cuando no lo
eres? --
preguntó Istval a su hermano
-
Lo cual no es tu caso, porque seguirás siéndolo toda tu vida --
dijo Istvan ganándose una mirada de reproche de su hermano
-
Descuida, no me molesta -- se apresuró a decir Dylan
-
Pues si no protestas ahora, te quedarás así para siempre --
insistió Istval
La extraña conversación quedó
suspendida cuando entró Luciano e Istval recuperó su buen humor.
-
¡Lucien! -- exclamó avanzando hacia él -- ¡Kicyk Dywel! [2]
¿Cómo has estado? -- preguntó y sin darle tiempo a nada, ya lo
estaba abrazando
-
¡Zdravi Istval! -- lo saludó Luciano con entusiasmo
Dylan observó la escena con
satisfacción, al menos había visto que Luciano se había alegrado de veras al
ver a dos personas aquel día, de modo que quizá las cosas no fuesen tan mal,
aparte de que no era del todo cierto lo que Luciano le dijese una vez acerca de
que no tenía amigos, porque desde luego a Istval y a Itlar, parecía apreciarlos mucho.
-
No estás listo aún -- dijo Luciano sacando a Dylan de sus
pensamientos
-
No es su culpa Sizvitel -- intervino Istvan --
nosotros lo entretuvimos
-
No me llames así -- dijo Luciano con mala cara y Dylan tuvo
deseos de golpearlo
-
¡Por todos los cielos Istvan!
-- exclamó Luciano con
exasperación -- Deja de comportarte como si fuese a atacarte
en cualquier momento hombre.
Dylan decidió dejarlos e ir a
cambiarse mientras Istvan se disculpaba de nuevo e Istval reía de forma poco
compasiva. Cuando estuvo listo y salió, Istval y Luciano conversaban
alegremente pero Istvan se había marchado.
Dylan pensó que se dirigían al
comedor, pero en lugar de ello salieron a una especie de jardín cubierto donde
había una actividad frenética, pero lo que más sorprendió a Dylan fue la
presencia de mujeres. Éstas, con la ayuda de varios sirvientes, parecían estar
preparando el lugar para un gran acontecimiento. Iban de un lado para otro
arreglando mesas con toda clase de frutas, o bien adornando con muérdago toda
el área.
Caminaron hacia una mesa donde
se encontraban varias fuentes con comida y había platos apilados en un ángulo
de la misma, por lo que Dylan entendió que podían servirse lo que quisiesen
ellos mismos. Algunos de los alimentos expuestos los conocía y otros no, por lo
que decidió no arriesgarse.
-
Nunca serás más fuerte de lo que eres ahora, si sigues alimentándote de ese
modo --
escuchó una voz a sus espaldas y se giró al igual que Istval y Luciano
-
Pues no veo que usted coma mucho más
-- le dijo a Iziaslav
-
Yo tengo muchos más años que tú Rybik
-- y ambos escucharon una risita
burlona, lo que hizo que Iziaslav mirase hacia el lugar de procedencia de la
misma
-
Dhakvrevit Sozdatel’ -- saludó Istval
-
¿Por qué no asististe al desayuno misbar nekasny?
Dylan reconoció el insulto y
miró a Istval, pero a aquel sujeto parecía no afectarle en lo más mas mínimo.
-
Nym vycenniani Sozdatel’, pero tengo un vicio que no he logrado corregir
-
Los Lovets no tienen vicios layàri [4]
Dylan se sorprendió al
escuchar que Istval era un Lovet, porque si Istvan no tenía aspecto de serlo,
su hermano mucho menos.
-
¡Hore njè kicyk nicabek! [6]
-- dijo Iziaslav y soltó una carcajada,
después de la cual miró a Dylan -- Rybik, espero que si decides seguir los pasos
de alguien, sean los de Istvan y no los de este nicabek
Ahora fue el turno de Luciano
de mirar con sorpresa a su amigo y por primera vez pensó que había sido un
necio, ya que era a eso a lo que
obedecía el interés de su padre en Dylan. Lógicamente a él no le habían pasado
inadvertidas las cualidades de Dylan y habría sido iluso suponer que
precisamente a Iziaslav iban a escapárseles, pero lo sorprendente era que se lo
hubiese dicho, o al menos tan pronto.
Iziaslav se alejó de los más
jóvenes aun riendo y ellos caminaron hacia otro lugar. Dylan miraba la
actividad a su alrededor y sintió curiosidad. Tuvo intención de acercarse a una
de las chicas, pero Luciano lo detuvo.
-
No lo hagas
-
¿Por qué? -- preguntó con sorpresa
-
Son Byzlikis [7]
y no pueden hablar con nadie -- le dijo Istval
A Dylan le extrañó mucho
aquello, tanto el concepto como el hecho de que se les prohibiese hablar.
-
Es otra de sus muchas manías --
dijo Luciano en forma desagradable
-- En su opinión, toda mujer es
una amenaza.
Dylan recordó lo que le había
dicho Iziaslav en una oportunidad anterior, pero aun así no imaginaba que el
asunto llegase tan lejos.
-
Teniendo en cuenta los hechos recientes, especialmente en tu caso, yo me
mostraría más inclinado a estar de acuerdo
-- escucharon que decía Janos que
se había acercado
-
¡Vamos Janos, eso es injusto!
-- exclamó Luciano -- No
todas son iguales y esa chica estoy seguro que fue utilizada. Además, también
podía haberlo hecho un hombre
-
Lo dudo -- ahora fue Iyul el que habló acercándose
también -- Por empezar no te imagino besando a un
individuo -- agregó con una sonrisa burlona
Los demás rieron del
comentario mientras Luciano miraba mal a su hermano. Iyul lo ignoró y se dedicó
a bromear con Istval. Como Dylan entendía poco de lo que hablaban, se volvió
hacia Janos y este sonrió.
-
Habría sido beneficioso si hubieses prestado atención al idioma -- le
dijo
-
Bien, pero no lo hice y ahora quiero saber otro asunto --
replicó Dylan con su habitual desvergüenza -- Pensé
que la Evesbriel
era una reunión como cualquier otra, pero veo que no es así
-
No, no lo es -- convino Janos
-- La Evesbriel en principio
es nuestra celebración del Solsticio de Invierno, que es una antigua tradición.
-
¿Y qué es lo que celebran exactamente?
-
Como te dije, es una celebración de vieja data. En la antigüedad no teníamos
un calendario como tal y mediamos el tiempo por el paso de las estaciones.
Durante los meses de primavera, verano y otoño, podíamos alimentarnos de los
frutos de la tierra y de los animales que podíamos cazar. Posteriormente,
cuando dejamos de ser nómadas y construimos los primeros asentamientos,
comenzamos a practicar la siembra organizada y a criar animales. Todo iba bien
durante las estaciones que te mencioné, pero una vez llegado el invierno,
teníamos unos meses muy difíciles, no había cosecha ni pasto para alimentar a
los animales, de manera que aprendimos a organizarnos y a guardar el grano, a
reconocer las frutas y hortalizas que sobrevivían al invierno y aquellas que solo
se daban en esa fecha, al mismo tiempo que se decidió sacrificar a las bestias,
ya que era imposible alimentarlos si escasamente alcanzaba para nosotros,
aparte de que podían servirnos de alimento por algún tiempo con el tratamiento
adecuado para su conservación.
Dylan pensó que todo eso
estaba muy bien pero no explicaba lo que había preguntado, pero antes de que
pudiese hacérselo notar a Janos, hubo gran movimiento hacia el centro del
jardín y éste lo empujó hacia allá. Dylan vio que unos individuos estaban
colocando en el centro a un buey, después de esto otro individuo al que Dylan
reconoció como Haliq, el padre de Haris, se acercó al animal y colocó las manos
sobre la cabeza del mismo. Si Dylan no hubiese sabido que era un absurdo,
habría dicho que el sujeto estaba hablándole
al animal, pero aun suponiendo que eso fuese así, dudaba mucho que la pobre
bestia hubiese estado de acuerdo con lo que sucedió a continuación. Otro hombre
le alcanzó un mazo enorme con el que Haliq le asestó un solo golpe al buey en
medio de los ojos con el que no había posibilidad alguna de que hubiese quedado
vivo. En forma casi inmediata, otros sujetos le amarraron las patas y lo
suspendieron dejándolo de cabeza, después de lo cual Iziaslav se acercó y le
cortó el cuello con un enorme cuchillo.
Hariq y Haris recitaron algo
de cuyo significado Dylan no tuvo ni la menor idea, lo que si tuvo claro fue
que el apetito que nunca había tenido se esfumó por completo mientras veía al
animal desangrarse.
-
Ya te acostumbrarás -- dijo Janos a su lado
-
Lo dudo mucho - dijo él colocando el plato del que apenas si
había probado nada a un lado
-
Este ritual se ha venido practicando a través de los años, y aunque ya no
se sacrifica la mayor parte del ganado, pues las condiciones han mejorado,
siempre se sacrifica un buey blanco el día del solsticio que es el que marca lo
que podríamos llamar aunque no de forma del todo acertada, la mitad del
invierno y el inicio de las fiestas de Jul,
lo que para la mayoría de los occidentales es la navidad -- hizo
una pausa y luego agregó -- Rybik, no debes olvidar que procedemos de un
tiempo y de una raza donde se veneraba a la naturaleza y conservamos las mismas
costumbres de nuestra cultura.
-
No lo estoy criticando Janos -- dijo él
-- es solo que así como yo debo
recordar eso, tú debes recordar de dónde vengo yo, y no está siendo fácil
asimilar todo esto.
-
Lo entiendo Rybik, pero me alegra decir que lo estás haciendo muy bien --
dijo palmeándole la espalda
-- Ahora puedes venir a ver el
espectáculo.
Se desplazaron hacia otro
lugar donde había una especie de anfiteatro, ya había varios asientos ocupados
y Janos condujo a Dylan hacia la parte superior, donde se encontraban Iziaslav
e Iyul. Buscó con la mirada a Luciano pero no lo vio por ninguna parte.
-
Quizá no asista -- dijo Janos y aunque no sabía qué iba a ver, Dylan
lo lamentó igual -- Esta es una actividad en la que Gianna solía
participar de forma muy activa y él aun lo recuerda -- agregó
Janos mientras subían las gradas
Una vez que llegaron arriba,
Iziaslav le hizo señas para que se sentase a su lado y unos minutos después
comenzó el espectáculo. Se trataba de un número de cantos y baile, todos, según
lo que entendió Dylan, en honor a la naturaleza. Mientras observaba se hizo dos
preguntas. La primera, con relación a la madre de Luciano y en cómo participaba
ella en la actividad, y la segunda, con respecto al espectáculo en sí, ya que
le llamaba mucho la atención la participación de mujeres en el mismo.*
-
Gianna tenía una hermosa voz -- susurró Janos a su lado -- y
como verás, en nuestra cultura sí se les permite la participación a las
Ledzidar, pero exclusivamente a las Bizlykis. Gianna lo fue por algún tiempo y
una vez que Iziaslav la tomó por esposa, ella le pidió que la dejase continuar
participando en los festivales como lo había venido haciendo, y por amor él se
lo concedió.
Dylan pensó en lo difícil que
debía ser toda la situación, no solo para Iyul y Luciano, sino para el mismo
Iziaslav, porque aunque hubiese dejado de quererla, seguía siendo la madre de
sus hijos y había reconocido que su muerte había sido innecesaria y cruel.
El espectáculo fue muy variado
y se prolongó durante toda la tarde y parte de la noche, con ocasionales
recesos que eran utilizados para conversar o para acercarse a las mesas con
comida.
Luciano apareció poco después
de la medianoche después que el espectáculo había concluido en compañía de Itlar
y otros individuos a los que Dylan no conocía pero había visto esa mañana.
-
¿Disfrutaste de la Gèyzim ? [8]
--
le preguntó a Dylan
-
-
Sí, estuvo muy entretenida -- le contestó
Pero estaba mirando con
atención a los individuos que rodeaban a Luciano, fijándose mejor y aunque no
podía decir que los conocía, recordaba haber visto a algunos cuando Luciano había
estado mal.
-
Veamos -- dijo Luciano
-- éste es Itlar Drachavo, Dimitri
Debalovsk, Krasmir Isady, Adnan Kabir, e Yvaylo Sesviatsky, todos Lovets
Dylan les fue estrechando la
mano a cada uno y detallándolos bien. Itlar era un individuo alto de ojos y
cabello negro, una barba parecida a la
de Iziaslav y Dylan pensó que debía tener aproximadamente la misma edad que
Luciano. Dimitri era uno de los que había visto en la villa de Luciano, y a
pesar de tener un nombre típicamente ruso, tenía un aspecto más occidental. Su
cabello era castaño y ojos color miel, aunque tenía la misma elevada estatura
de todos aquellos sujetos. Krasmir era otro de los que había visto en la villa,
cabello oscuro y ojos azules. A Adnan recordaba haberlo visto brevemente, era
rubio y de ojos verdes a pesar de que su nombre indicaba una procedencia árabe
era también el menos alto de todos y el que aparentaba más edad aunque ya Dylan
sabía que eso era irrelevante. Y en el caso de Yvaylo, guardaba la misma
semejanza en edad de los demás, la misma elevada estatura y tenía el cabello
tan negro como el ala de un cuervo y los ojos azul claro.
Después de finalizadas las
presentaciones, Luciano le ofreció un vaso a Dylan y éste lo miró con
desconfianza causando la hilaridad de su amigo.
-
Vamos hombre que no voy a envenenarte
-- le dijo
-
Eso es discutible, porque lo que sueles beber está cercano al veneno --
dijo él sin animarse probar lo que le había dado y que tenía una idea
bastante cercana de lo que era
En su experiencia, lo único que
Luciano parecía apreciar de su tierra era aquella infame bebida incolora capaz
de despachar al más consuetudinario bebedor antes de que lo notase, y cuya
graduación alcohólica estaba muy por encima de lo aceptable. Mientras Dylan
decidía si beber o no ante la mirada divertida de los que lo rodeaban, se
acercó Iyul uniéndose a las burlas. Un momento después se sentaron alrededor de
una fogata y la conversación se hizo general mientras seguía sonando la música.
Dylan bebió con moderación y
se preguntaba de qué estarían hechos los estómagos de aquellos sujetos que
podían beber de la forma que lo hacían sin aparentes consecuencias. Siempre se
había hecho la misma pregunta con respecto a Luciano, y ahora se daba cuenta
que debía ser una condición genética de su raza.
Aun conversaban animadamente
cuando escucharon unas explosiones y Dylan volteó con rapidez, pero se trataba
de fuegos artificiales.
-
Vamos -- dijo Itlar poniéndose de pie --
debemos acercarnos al Dzedglì [9]
Dylan no tenía idea de lo que
era aquello pero igual se levantó. Sin embargo, y aunque a su juicio había
bebido muy poco en comparación con los demás, tuvo que esperar unos segundos a
que el mundo dejase de girar, y obviamente nada iba a salvarlo de Luciano.
-
¿Estás bien señorita? --
preguntó con malignidad
Él le envió una mirada
venenosa y asintió intentando ponerse en marcha junto con los demás. Yvaylo
caminó junto a él en previsión de que fuese necesario asistirlo, pero no fue
así y llegaron hasta el centro del patio donde ya se estaban concentrando
todos. Allí se alzaba una especie de monumento de piedra sobre unas lajas de
color negro que parecían pulidas. Dylan no pudo evitar preguntarse qué tenía de
interesante aquello y escuchó la voz de Yvaylo a su lado.
-
Quizá no lo hayas notado pero esta fue la noche más larga del año. Esta
celebración tiene el significado simbólico de rendir tributo al Sol Invictus [10]
que se levanta triunfante luego de la noche más larga demostrando así que la
luz siempre vencerá a la oscuridad
-- le dijo, y luego agregó -- No
pierdas de vista el piso
Dylan siguió la dirección de
su mano y aunque hacía un verdadero esfuerzo, apenas si escuchaba lo que decían
Haris y su padre, ya no digamos entenderles, pero sí notó que todos miraban con
atención hacia el lugar que le había indicado Yvaylo.
Haliq y Haris seguían
recitando en aquella extraña y desconocida lengua mientras el sol comenzaba a
despuntar en el horizonte, pero a medida que iba ascendiendo, Dylan vio que por
entre las piedras del monumento se colaba un rayo del astro rey e incidía
directamente y casi con precisión matemática, sobre el pulido piso de piedra
donde podía verse ahora como si millones de diminutas estrellas doradas
hubiesen sido esparcidas sobre el.
El espectáculo era hermoso y
aunque Dylan no tenía idea del cómo o el por qué de aquel efecto, estaba
hipnotizado mirando lo mismo que habían venido mirando con la misma admiración
miles de personas desde hacía cientos de años atrás.
____________________________
- En la antigüedad, las mujeres no
participaban en espectáculos públicos, no había ni cantantes ni actrices.
Los hombres con voces agudas, eran castrados antes del desarrollo para que
conservasen la voz, y en las obras de teatro todos los roles eran
desempeñados por hombres.
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