Diez años no es un lapso de
tiempo muy largo para un Devrig, pero para Dylan que aun podía considerarse en
período de adaptación, era una eternidad. Siendo que nunca había sido
especialmente afecto a socializar y aunque ahora lo hacía mucho más que antes,
pronto se aburrió de la vida que llevaba Luciano, que por el contrario parecía
disfrutar mucho de aquello. De modo que comenzó a visitar con frecuencia a
Iziaslav o a Istvan. Sus largas conversaciones con el primero, en las que en
muchas ocasiones contaban con la presencia de Janos, siempre eran en extremo
instructivas y poco a poco fue comprendiendo mejor el mundo al que ahora
pertenecía y aprendiendo sobre las costumbres y la historia del mismo.
En una de esas muchas visitas,
se encontró con un Janos especialmente triste que luego de saludarlo se excusó
y se marchó.
-
¿Janos se encuentra bien? -- le preguntó sinceramente preocupado a
Iziaslav
-
Hoy no es un buen día Rybik
Eso sin duda alguna era obvio,
pero no sabiendo si sería oportuno preguntar había decidido guardar silencio.
-
No está enfermo, al menos no físicamente, su enfermedad es del alma
Dylan siguió en silencio pero
su mente trabajaba a toda marcha. Siempre había pensado que algo en el pasado
de Janos lo atormentaba y mucho, pero siendo que todos aquellos sujetos tenían
un muy largo pasado y habían llevado una vida en extremo salvaje al menos
durante mucho tiempo atrás, no tenía ni la más mínima idea de qué podía
tratarse, y como Janos a pesar de ser un excelente conversador y una fuente
inagotable de conocimientos e información, nunca hablaba de su vida personal.
-
Tienes razón en todo eso, por supuesto
-- dijo Iziaslav --
pero aunque no hable de ello, también tiene o más bien tuvo, una vida
personal
Aunque Dylan había aprendido y
tenía muy claros los beneficios de la prudencia, eso no significaba que
sintiese menos curiosidad y en ese momento Iziaslav sonrió.
-
Lo sé Rybik, y aunque en algunos aspectos aun sigues siendo impulsivo, me
alegra ver que has fortalecido la prudencia
-- después de un breve lapso de
tiempo en silencio y en el que Dylan aquietó sus pensamientos, Iziaslav volvió
a hablar -- Sabes que anteriormente no nos fijábamos
mucho en las fechas de manera específica, pero podemos situar en este mes un
aniversario que para él representa el momento en el que su vida se hizo
pedazos.
Por un momento Dylan pensó que
se trataba del momento en el que se había convertido en un Devrig, pero
rápidamente fue sacado de su error cuando Iziaslav le refirió la historia de
Anitchka en todos sus detalles, desde los más insignificantes hasta los más
crudos, haciendo que Dylan pasase por todos los estados de ánimo posibles y al
final de la historia estaba emocionalmente agotado.
Janos estaba emparentado por
línea materna a Iziaslav, pero ni siquiera él mismo estaba muy seguro de en qué
grado era el parentesco, porque del mismo modo que no prestaban mayor atención
a las fechas, tampoco a los parentescos que no obedeciesen directamente al de
padres, hijos y en algunos casos hermanos, ya que cuando las mujeres pasaban a
manos del marido perdían casi todo contacto con sus familias, ya que a pesar de que su sociedad era tribal,
muchos de estos individuos se desprendían de su tribu y formaban las propias o
simplemente ya pertenecían a otra.
Iziaslav tuvo dos hermanos y
seis hermanas, de los cuales Anitchka y él eran los menores, y tanto ellos dos
como otro de los hermanos, eran hijos de la segunda esposa de su padre ya que
la primera había muerto. Sus dos hermanos mayores murieron en batalla, a dos de
sus hermanas no las volvió a ver una vez que fueron entregadas a sus maridos,
otras dos fueron utilizadas por Iolan como moneda de intercambio e Iziaslav
estaba positivamente seguro que habían muerto, otra murió en un invierno
especialmente crudo y solo quedaron Anitchka y él.
Janos había crecido con ellos
y aunque era tres años mayor que Iziaslav, fue más un hermano mayor que los
propios, ya que ellos estaban muy ocupados disputándose la sucesión de la
jefatura de la tribu aun cuando su padre seguía vivo. Como era de suponer, para
lo único que eran entrenados era para guerrear y ambos resultaron salvajemente
buenos para aquello.
Cuando Anitchka tuvo su
primera menstruación, las mujeres encargadas de cuidar a los hijos de Iolan le
informaron que ya estaba lista para ser entregada a un marido. Cuando Iziaslav
escuchó aquello sintió pánico, porque con sus otras hermanas no había tenido la
misma relación de cercanía que tenía con Anitchka y no le había importado mucho
cuando se habían marchado, pero no podía aceptar la idea de que a ella se la
llevasen y no volver a verla, de modo que salió a toda carrera pensando en qué
hacer para evitarlo. Pasada la medianoche, Janos extrañado de no haberlo visto
a la hora que se reunieron para comer, salió a buscarlo y lo encontró sentado a
la orilla del río. Después de escuchar lo que preocupaba al chico, le dijo que
no se preocupara porque él se encargaría de todo. Lo que Iziaslav no sabía en
ese momento, era que su amigo estaba enamorado de la niña de las largas trenzas
y solo había estado esperando el momento en que se anunciase que ya estaba apta
para ser tomada como esposa.
Iolan no puso objeciones,
después de todo Janos era uno de sus mejores guerreros y todo lo que le
interesaba en vista de que las hijas no eran especialmente apreciadas por ser
consideradas una carga, era deshacerse
de aquella última responsabilidad. Todo marchó bien, se realizó la ceremonia de
compromiso que dejaba establecido que Anitchka pertenecía a Janos y nadie podía
acercársele, y solo restaba esperar a la primavera cuando se llevaría a cabo el
matrimonio.
Llegó la primavera y se
efectuó la boda, pero tres días después entraron en conflicto con los Savaresce
y mientras ellos se peleaban a unas cuantas millas del asentamiento, éste fue
atacado por otro grupo de los mismos individuos. El lugar fue arrasado, mataron
a todos los niños y a la mayoría de las mujeres, quemaron las tiendas y mataron
al ganado.
Cuando ellos volvieron se
encontraron con el aterrador espectáculo, por supuesto Iziaslav y Janos lo primero que
hicieron fue buscar frenéticamente a Anitchka pero su cuerpo no estaba entre
los cadáveres y pronto llegaron a la conclusión de que se la habían llevado
junto con otro grupo de mujeres jóvenes a las que no vieron nunca más, y pocos
días después recibieron la cabeza de Anitchka.
-
¿Cómo es posible que les haya permitido seguir respirando? --
exclamó Dylan con suprema indignación una vez que encontró de nuevo su
voz
-
Tranquilízate Rybik -- le dijo Iziaslav, pero Dylan estaba muy lejos
de eso -- Créeme, pasé muchos más años de los que puedo
recordar persiguiendo y matando a todos y cada uno de ellos, y personalmente
maté al padre de Avitzedek ante sus propios ojos. Y en el caso de Janos, arrasó
casi con toda su familia él solo, pero eso no nos devolvería a nuestra kandly.
Los que lo hicieron pagaron por ello con sus vidas, pero el dolor de no tenerla
sigue y seguirá intacto y no por matar a todos los Savaresce culpables o no, va
a aminorar o a desaparecer.
Sin duda después de aquello,
Dylan nunca vería con los mismos ojos a ningún Savaresce, aunque probablemente
ninguno de los actuales tuviese que ver con lo que le hicieron a Anitchka. Del
mismo modo que Janos había adquirido una dimensión más humana a sus ojos y
definitivamente ahora entendía la profunda tristeza que en algunas ocasiones
había visto en sus ojos, incluido el día de su primera Evesbriel, cuando se
habían detenido ante la pintura de Anitchka. Dylan entendió que el dolor de
aquel hombre debía ser enorme para que siendo un Devrig con tantos años y en
perfecto dominio de sus emociones, él pudiese haberlo percibido con tanta
claridad.
-
La amábamos y aun la amamos Rybik
-- dijo Iziaslav con enorme
dolor, lo que solo contribuyó a aumentar la ira de Dylan --
Pero me llevó mucho tiempo entender que la venganza no nos la
devolvería, así que mantén tu premisa de no hacer tuyos los odios ajenos, eso
solo envenenará inútilmente tu alma
-
Posiblemente señor, pero dígame ¿qué hago con el dolor que siento? ¿qué
hago con este sentimiento de impotencia? No la conocí pero me parece
tremendamente injusto lo que le sucedió, y si bien ella ya no sufre, los que la
sobrevivieron sí, y aunque no se por qué, es un dolor sordo que tengo clavado
aquí --
dijo señalándose el pecho
Iziaslav se puso de pie y se
acercó a él que se paseaba de un lado a otro y lo detuvo.
-
Rybik, eso solo pone de manifiesto tu parte humana y una lealtad que ya has
demostrado de diversas maneras. Pero aunque Janos y yo difícilmente podamos
perdonar, tú no…
-
Lamento si esto lo decepciona señor, pero tampoco me siento especialmente
inclinado a perdonar algo que es injusto por donde quiera que se lo mire
Iziaslav no encontró más qué
decir y solo abrazó al chico e hizo todo cuanto estuvo en su mano para que
tranquilizase antes dejarlo marchar.
Las visitas a Istvan aunque
también disfrutaba mucho de su conversación, fueron más instructivas en otro
sentido, porque de forma velada fue entrenándolo en el arte de sobrevivir
rodeado de enemigos. Sus sentidos se agudizaron de forma sorprendente y ya le
era posible percibir hasta el más mínimo de los sonidos e identificarlo de
forma inmediata. Su vieja habilidad para detectar cuando se aproximaba una
tormenta, se volvió un asunto en extremo preciso, de modo que sabía con mucha
antelación no solo si se avecinaba una, sino que podía ubicarla en tiempo y
espacio con absoluta precisión, lo que hizo concluir a Istvan que aquel
jovencito había sido dotado con las habilidades del elemento agua y aire aunque
no se lo dijo.
Cuando según sus cuentas ya
llevaba diez años siendo un Devrig, se percató de algo y decidió preguntárselo
a Istvan en lugar de a Luciano como habría sido lo normal, porque en esta
ocasión su amigo estaba directamente involucrado en el asunto.
-
Istvan, sé que aun hay muchas cosas en las que no soy muy hábil, pero creo
que soy bastante bueno para bloquear mis pensamientos.
-
Lo eres -- reconoció él --
¿Qué te preocupa?
-
Dos cosas. La primera y sin duda la más importante, que algo debe estar
sucediéndole a Luciano, porque he notado que puedo saber exactamente lo que está pensando o
lo que está sintiendo, y sabemos que él me lleva mucha ventaja en ese aspecto.
Y la segunda, que precisamente con él no tengo el mismo éxito que con los demás
para bloquearle el acceso ¿Es por ser quien es? Es decir, por ser hijo de Iziaslav
Istavan lo miró un momento y
entre las cosas que pensó, destacaba el hecho de que aquel chico
definitivamente no era nada egoísta, porque ponía primero lo que consideraba un
problema de Lucien, antes de algo que era de su interés personal.
-
No, no es por eso y creo que ya es tiempo de que lo sepas -- le
dijo Istvan -- Pero primero quiero que entiendas que Lucien
es un sizvitel, lo que lo hace orgulloso y
arrogante, de modo que no le gusta tener debilidades y menos aun
reconocerlas. Así que si no te lo ha dicho él mismo, no es porque no confíe en
ti, sino porque lo ve como una debilidad personal cuando no lo es.
Dylan lo miró con aprensión y
pensó que si aquello iba a acarrearle un problema con Luciano, quizá era mejor
no saberlo.
-
No tiene que ser así, y en todo caso quien se buscaría el problema con el
sizvitel sería yo -- le dijo
-
No quiero que los tengas tú tampoco
-
Descuida, no será así -- y aunque Dylan no estaba muy convencido se
dispuso a escuchar -- Lucien es tu Izbretel, y a pesar de que sabes
eso, creo no estás muy consciente de lo
que eso significa, así que comenzaremos por el principio. Un Izbretel es el
creador de un Devrig, cuando esto sucede se establece un lazo entre ambos cuya
fortaleza dependerá más del Izbretel que de su Djali. Al momento de la
transferencia ya en su sangre van muchas de las características del Izbretel en
cuestión, especialmente aquellas que atañen al aspecto físico, es decir, todo
aquello que convertirá en un Devrig a quien él decida, pero es en su esencia
donde van implícitas las características que afectan el carácter y la
personalidad -- Dylan ya sabía todo aquello, pero no había
nada qué hacer, Istvan era metódico en grado de exageración -- La
mayoría de las transformaciones se llevan a cabo y como ya te lo mencioné antes
en medio de enfrentamientos, de modo que no podemos decir que sean precisamente
perfectas y los que las efectúan tienden al descuido, por lo que sus Djalis si
bien tendrán muchas de sus características, conservaran muchas propias en el
aspecto psico-emocional. Pero en el
caso de una transformación como la tuya el asunto varía sensiblemente, porque
entre otras cosas Lucien se caracteriza por ser obsesivo en todo lo que hace,
de modo que aparte de emplear el mayor cuidado
a lo hora de tu transformación, tuvo que aplicarse mucho con lo que
corrió un enorme riesgo, para extraer todo lo que hubiese de Emiliana en ti y
sustituirlo con su propia esencia, y como es lógico, de esta manera se creó un
lazo especialmente fuerte entre ustedes
-- hizo una pasusa y esbozó una
sonrisa -- Posiblemente lo que voy a decirte no te
resulte muy grato, pero ya ustedes guardaban mucha semejanza desde antes,
naciste rodeado de lujos y fuiste criado para ostentar un poder y una posición
destacada en las altas esferas de tu sociedad, de forma que ya por tus venas
corría la arrogancia y la nobleza propias de tu cuna, y con tu transformación
todo esto se potenció.
-
Comprendo todo eso, pero…
-
Normalmente el lazo que se crea entre un Izbretel y su Djali, hará que el
primero siempre tenga el poder de ver y percibir los pensamientos y
sentimientos de su Djali, algo que puede reforzarse o perderse dependiendo del
contacto posterior, pero en rarísimas oportunidades sucede lo contrario, es
decir, que el Djali pueda percibir de igual forma los de su Izbretel. Pero en
este caso, aparte de todo lo que te he explicado anteriormente, al concentrarse
tanto en hacer las cosas bien para no perderte, Lucien también te transfirió muchas
de sus propias habilidades, y de ese modo te hizo hábil para percibir tanto sus
pensamientos como sus estados de ánimo, algo que obviamente se ha visto
incrementado por el contacto diario y directo que mantienen.
-
¡Demonios! -- exclamó Dylan
Y ciertamente entendía el por
qué Luciano no se lo había dicho, siendo tan condenadamente independiente y
poco afecto a hacer partícipe a nadie de lo que hacía o pensaba, no podía
hacerle ni la menor gracia que Dylan estuviese al tanto de todo aquello, y como
dijo Istvan y conociéndolo como lo conocía, no le cabía la menor duda de que lo
consideraba una debilidad de groseras proporciones.
Sin embargo, Dylan poseía algo
de lo que Luciano carecía, discreción. Y
mientras a Luciano le divertía fastidiar al prójimo, Dylan solo lo hacía si
alguien lo molestaba mucho, y en conjunto era mucho más respetuoso con la
posible sensibilidad ajena. Dylan siempre había sido claro y directo, pero
nunca fastidió a nadie por el simple placer de hacerlo. Y aunque había notado
que después de su transformación era menos delicado que antes en ese aspecto, lo acababan de poner al corriente de la razón.
-
Todo tiene sus ventajas y sus desventajas Rybik, ahora simplemente te
pareces un poco más a él -- dijo Istvan sacándolo de su momentánea
abstracción
-
Sí, aunque en este caso no se si es más lo segundo que lo primero --
dijo mientras Istvan sonreía --
Por fortuna no tengo que ir por ahí con su aspecto físico también --
dijo con acidez
-
Pues eso es según
-
¿Qué? -- preguntó el chico abriendo los ojos con
desmesura -- No me irás a decir ahora que terminaré
pareciéndome al muy cretino
-
Ya se parecen Rybik, ambos poseen una elevada estatura, cabellos negros y
ojos verdes, de modo que con toda facilidad podrías pasar por un Yaroslávich
-
Lo que mencionas es más característico de los Franceschi que de los
Yaroslávich, porque si bien Iziaslav es alto y tiene el cabello negro, tiene
los ojos azules -- porfió él
-
Pero siendo que posees las mismas características de nuestros sizvitels,
siempre podría ser posible -- finalizó Istvan con una sonrisa burlona, más
propia de su hermano que de él.
Sin embargo, lo dicho por
Istvan en broma, se convertiría casi en una realidad pero por distintos motivos
y con muy serias implicaciones.
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