Poco más de veinte días es un
tiempo que medido desde la perspectiva de longitud de vida de un Devirg, sería
prácticamente insignificante. No obstante, y dado el inexplicable hecho que
había protagonizado Dylan, todos tenían verdadera urgencia por encontrarlo y
era por esta razón por la que a todos, como le sucede a cualquier mortal común,
hay momentos que por cortos que sean parecen eternos.
Iyul había estado atormentado
pensando que todo el asunto era ya de por sí inexplicable y eso lo había
llevado a sustentar la idea de que tal vez Dylan simplemente había muerto con cierto
retraso. Lucien en cambio sostenía que estaba vivo, porque él habría sentido si
hubiese sucedido lo contrario. Y en el caso de Iziaslav, también estaba positivamente
seguro que estaba vivo y tenía buenas razones para creerlo, pero necesitaba
verlo con sus propios ojos.
Durante los primeros días los
Lovets habían cubierto la zona adyacente al Loch Tay, pero se fueron alejando a
medida que pasaban los días. Sin embargo, Istval estaba seguro que después de
una caída como aquella, por fuerza debía haberse roto algo y eso haría
imposible un desplazamiento veloz y por tanto que lo alejase mucho de las
márgenes del lago. Y si bien estaba en lo cierto, en primer lugar habían
buscado en la dirección equivocada, y en segundo término no habían contemplado
la posibilidad de que hubiese sido ayudado por nadie. Y aun hubo una tercera
alternativa con la que no contaron hasta que Istvan se los hizo notar, y era el
hecho de que Dylan pudiese estar sin conocimiento.
Si bien los Devrigs en general
tenían sus sentidos muy desarrollados, los Lovets lo tenían mucho más, lo que
les permitía rastrear con bastante éxito casi a cualquiera y en el caso de los
Levjaners como Itlar, Misha, Yvaylo, Edin e Istvan y su gemelo, aunque este
último no fuese un Levjaner, contaban con algo que no es considerado un sentido
como tal, la alta capacidad para percibir la energía. El asunto es que si ésta
está en reposo es más difícil de detectar, y fue esto lo que retrasó de manera
considerable lo que en otras condiciones les habría tomado mucho menos tiempo.
De modo que cuando Istvan les
hizo ver esto, volvieron a las zonas más cercanas al lago y recomenzaron la
búsqueda. Lamentaron que Yvaylo no estuviese con ellos, porque después de un
año manteniendo una relación tan estrecha con Dylan, a él le habría resultado
mucho más fácil rastrearlo, pero afortunadamente contaban con Iyul y con Lucien
que aparte de la mencionada cercanía que era mucho mayor al ser su Izbretel,
poseía el don de la percepción y por muy poco que se hubiese preocupado en
desarrollarlo, era una cuestión innata, lo que finalmente había resultado
decisivo.
Cuando decidieron reemprender
la búsqueda desde el punto cero, zona que no habían cubierto ni los hermanos ni
Istval ya que se habían integrado a la búsqueda un tiempo después que esta
comenzara, calcularon hacia dónde podía haber sido arrastrado por la corriente
teniendo en cuenta la dirección del viento y la temperatura del agua, que en
aquella época estaba por debajo de los 10º, lo que por fuerza hacía el
desplazamiento más lento debido a su densidad. Recorrieron la orilla hasta que
finalmente dieron con el punto de extracción y a partir de ahí, Istval que era
un excelente rastreador trazó las posibles direcciones que habían podido tomar
las personas que lo habían sacado del lago y procedieron al rastreo.
A pesar de que su sentido del
oído estaba tremendamente desarrollado, en descampado era un poco más difícil
captar voces, especialmente porque había otros muchos sonidos que interferían y
la dirección del viento podía desplazar el sonido hacia diversos puntos, pero
finalmente Lucien había percibido con claridad la energía de Dylan y comenzaron
a desplazarse en la dirección que él indicó y cuando estaban aproximadamente a
un kilómetro empezaron a escuchar las voces. Al principio fue solo un murmullo,
pero Lucien estaba seguro que se trataba de Dylan y así fue como finalmente lo
hallaron. Aunque estaban bastante seguros que no había peligro inminente, los
Lovets recibieron la orden de primero rodear el perímetro antes de que ellos
entrasen por Dylan.
Después de esos días de tensa
angustia en los que habían estado demasiado concentrados en encontrarlo
olvidándose momentáneamente de lo sucedido, ahora las obvias preguntas de cómo y por qué volvían a salir a flote, y al menos en el caso de los
príncipes, necesitaban tanto como Dylan una explicación.
Iziaslav había pensado mucho
en cómo afrontar aquello, las palabras de Seren se habían estado repitiendo en
forma constante en su cerebro durante todos aquellos días, y aunque no tenía
motivos para dudar de ellas y por el contrario nunca nada de lo que ella había
dicho se había encontrado en contradicción con los hechos, todavía se resistía
a creerlo.
Había hecho todo lo posible
por proteger a los suyos y hasta lo imposible por proteger a sus hijos; había
peleado muchas batallas ganando unas y
perdiendo otras, pero pensaba que había llegado el momento de pelear la batalla
final y esperaba que ésta trajese el tan anhelado equilibrio con el que se
había atrevido a soñar y que sus hijos así lo entendiesen. De modo que con un
suspiro resignado, se dispuso a hablar.
-
Rybik, ya conoces la mayor parte de nuestra historia, o al menos lo más
relevante, de modo que no invertiremos tiempo en ello. En esta ocasión voy a
hablarte de mí y de lo que me atañe en forma directa. Cuando conocí a Seren
literalmente perdí la cabeza por ella
-- en este punto Lucien compuso
la peor de las caras -- Había sido feliz con Gianna y aunque habíamos
tenido que llorar la pérdida de tres hijas que nunca lograron ver la luz ya que
murieron poco antes de nacer, también me había dado cuatro hijos de los que me
sentía sumamente orgulloso, pero aunque la quise, cuando apareció Seren lo que
se despertó en mí no tenía punto de comparación, aquello no era simplemente
amor, era necesidad era… dolor, porque simplemente me dolía hasta respirar si
ella no estaba junto a mí -- si había alguien en esa sala que podía
entender sin mucha explicación aquello, ese alguien era Dylan, mientras que
Lucien se sentía casi enfermo -- No voy a mentir diciendo que en algún momento
luché contra eso, en aquel entonces yo aun era demasiado egoísta y si bien llegó
un momento en el que estuve dispuesto a hacerme matar por aquella mujer, no lo
estuve en nunca a renunciar a ella
-- en aquel punto sí diferían,
puesto que Dylan no solo había luchado sino que ahora estaba dispuesto a
renunciar -- Inicialmente ella se negó a todo, y aunque
evidentemente yo podía obligarla, no era así como quería tenerla, porque la
amaba de verdad, pero finalmente quedó demostrado que podemos ser fuertes,
poderosos, hábiles y casi invencibles, pero el amor es lo único que puede vencernos
y en algún momento lo hace -- algo que Dylan acababa de comprobar
recientemente -- y Seren no estaba exenta de ello, porque al
final tuvo que rendirse ante lo que sentía. Sin embargo, después de eso quiso
alejarse para no hacer daño a mi familia pero ciertamente yo no estaba
dispuesto a permitirlo. En un inicio conversábamos mucho y fue cuando se enteró
de mis deseos de acabar con las guerras interminables en las que había vivido y
que ahora no se trataba de riquezas, territorios o poder, sino en contra de los
otros Devrigs que estaban asolando al mundo. Yo había vivido eso, yo también
actué como ellos al principio de mi transformación, pero luego fui entendiendo
que atentábamos contra todas las leyes naturales y que justamente eso era lo
que nos había convertido en lo que éramos, y con ayuda de los Levjaners y
aunque me había costado muchos años y esfuerzo, había logrado entenderlo y
ahora quería detenerlo. Fue entonces cuando Seren me proporcionó el arma para
hacerlo creando un metal capaz de sesgar la vida de los Devrigs
-
Un momento -- dijo Dylan a quien aquello había llamado
especialmente la atención -- ¿Dijo que ella había creado el metal?
-
Así es -- y Dylan miró con asombro a Iyul que era quien
le había referido aquella parte de la historia
-
Pero… pero tú me dijiste que ese metal se encontraba en los Montes Altai,
entonces cómo es que…
-
Es allí donde se encuentra -- lo interrumpió Iziaslav --
pero solo desde que Seren hizo aparecer esa veta. El Daearprin no era un
metal existente, por lo tanto no era conocido y sigue sin serlo para aquellos
que no sean Devrigs -- sin embargo, la mente lógica de Dylan se
negaba a aceptar que alguien pudiese crear de la nada algo que no existe -- Rybik,
Seren no era cualquier mujer, era una vidmagy poderosa que contaba con todos
los dones de Maikata Priroda, así que le era dado hacer muchas cosas de las que
quizá no tenemos ni idea -- Dylan asintió aunque seguía sin poder creerlo
pero descartándolo de momento por irrelevante para lo que en realidad le
interesaba, de modo que Iziaslav continuó
-- Lo importante de esto es que
ella lo hizo porque confió en mí, algo que no debió hacer, porque yo aun no
estaba listo para afrontar el ostentar ese clase de poder. De modo que cuando
nuestro amor se consumó y ella decidió marcharse porque la culpa la atormentaba,
yo cometí el primer asesinato por el que nunca podré perdonarme. Por egoísmo y
en beneficio de mi propia felicidad le quité la vida a la madre de mis hijos.
En ese momento eran tres los
que tenían un pésimo aspecto. Janos que nunca había podido perdonar del todo
aquel acto, Iyul a quien lógicamente seguía doliendo la muerte de su madre, y
el peor de todos era Lucien a quien no solo le dolía por haber sido el más
unido a Gianna tal vez por ser el más pequeño, sino a quien el recuerdo de lo sucedido
al parecer lo perseguiría a lo largo de toda su existencia independientemente
de cuánto durase ésta, porque él había presenciado el asesinato. Pero aunque
Dylan era consciente del malestar de ellos, especialmente del de Lucien, se
obligó a prestar atención porque Iziaslav seguía hablando.
-
En ese momento no lo pensé y todo lo que me importaba era retener a Seren a
mi lado, con lo que no conté fue con que ella enfurecería y se iría de igual
modo aunque en ese momento ya llevaba a nuestro primer hijo en su vientre.
Cuando me di cuenta que se había marchado, no pensé en mis hijos, no pensé en
mi pueblo ni en nada que no fuese encontrarla y a eso me dediqué, y para cuando
lo hice ya Aled nuestro primer hijo
había nacido pero ella seguía sin querer nada conmigo. Me llevó algún tiempo
convencerla, lo que finalmente conseguí más por el amor que ella me profesaba
que por mí habilidad, pero lo importante era que la tenía de nuevo aunque se
negó a volver conmigo a Illir. De modo que nos trasladamos a Azykh en la región
del Cáucaso. Allí nacieron nuestros otros dos hijos Brieg y Enour. En el
tiempo siguiente intenté convencerla para que me dejase transformarla, pero ella
se negó de forma sistemática y con el tiempo
mi temor a perderla ya que sabía que en algún momento iba a morir, se
transformó en rabia. Comencé a fijarme en otras mujeres con lo que le hice un
enorme daño, y aparte de ello si bien hice fabricar Dykaris con los que dimos
muerte a muchos Savaresce y casi extinguimos a los Lothian, también acabé con muchos
humanos inocentes. Durante mucho tiempo me justifiqué ante mí mismo diciéndome
que había actuado impelido por la ira y la frustración de no poder convencerla
de que aceptase la transformación, pero en realidad simplemente aun no había
alcanzado un adecuado nivel de consciencia, de manera que mi sangriento y atroz
comportamiento nada tenía que ver con su negativa y el caótico estado de mi
vida y de mis sentimientos. Seren era una vidmagy poderosa pero también seguía
siendo un ser humano, de modo que aquel estado de cosas la llevaron a la
decepción y finalmente a tomar la decisión que tomó.
-
¿Quiere decir que después de todo, fue ella quien dejó de amarlo al
sentirse decepcionada? -- preguntó Dylan
-
No Rybik, ella me amó hasta su último aliento
-
¿Cómo puedes decir eso? -- estalló Lucien -- ¡Nos
cargó con otra maldición como si no fuese suficiente con lo que ya éramos!
-
Te equivocas syn, porque si bien es cierto que yo merecía ser castigado, lo
que ella hizo no lo hizo para castigarme, sino para proteger a nuestra
descendencia, aunque sabía que esto sería otra maldición porque conocía al ser
humano y sabía que a la larga lo utilizarían en nuestra contra. Sin embargo, me
amó tanto que me dejó una puerta abierta, una oportunidad de revertir las
cosas.
Llegados a este punto, Janos
que si bien le había quedado claro lo sucedido con Seren, algo que hasta la
fecha nunca había podido entender, a partir de ese momento estaba en la misma
situación de Istval y de los Rybiks, de modo que todos miraban a Iziaslav con la
misma curiosidad y sorpresa.
-
¿Cómo has dicho? -- preguntó Iyul
-
Yo nunca renuncié a transformarla, a pesar de mi ira seguí intentándolo y
ella siguió negándose, de modo que la última vez ella me lanzó a la cara su
decepción haciendo un cruel recuento de todo lo que yo había estado haciendo
durante aquellos sangrientos años, yo me
dejé engañar por lo que creí odio sin ver más allá -- y
en ese momento miró a Dylan -- En una oportunidad te dije que nunca la odie
y lo que odiaba era no poder seguir amándola ¿recuerdas? -- y
el asintió -- El miedo a perderla y lo que en ese momento
juzgué un acto de suprema maldad de su parte al lanzar otra maldición sobre mi
raza, fue lo que me llevó a quitarle la vida. No me estoy justificando, actué
de acuerdo a mi naturaleza y eso no tiene justificación posible, pero…
Iziaslav cerró los ojos y
sorpresivamente todos tuvieron acceso al recuerdo. De entrada no fue una imagen
agradable, porque lo primero que vieron fue a Iziaslav hundiendo el puñal en el
pecho de Seren y para Dylan fue doblemente impactante, porque estaba seguro de estar
mirando la cara de Sophie, pero también fueron conscientes de que no había
terminado de hacerlo cuando ya se estaba arrepintiendo. Vieron que tuvo la
intención de sacar el puñal y que sus intenciones eran claras, quería completar
la transformación pero ella se lo impidió, y mientras agonizaba en sus brazos
sus últimas palabras fueron:
-
Voch Iziaslav… -- dijo sujetando la mano de él sobre el
puñal -- seirvi ev dam jezkiev… biagyzlim advi dhazshlivi
Todo el dramatismo de la
escena y la intensidad de los sentimientos de Iziaslav, impidieron que Dylan
entendiese lo que ella había dicho, pero Istvan se encargó de hacérselo saber
al escuchar claramente: No Iziaslav… ve a
la cueva… perdóname pero te amo.
-
Si bien me dijo que todas las mujeres que llevasen su sangre, a partir de
aquel momento podrían reconocernos y sabrían como exterminarnos y que nuestros
hijos morirían al alcanzar mi edad, no me dijo que con su muerte se sellaba y
hacía efectivo ese pacto.
Se hizo un pesado silencio en
el que los que no tenían conocimiento de las circunstancias de la muerte de
Seren, estaban lidiando con sus sentimientos y con los que acababan de percibir
de Iziaslav.
-
Svaralnik, lamento mucho todo eso pero aun no veo cómo… --
estaba diciendo Iyul aunque se detuvo cuando Iziaslav levantó la mano
-
Istvan -- dijo Iziaslav y el Levjaner se acercó y le
entregó una especie de carpeta de piel
-- Un momento antes de morir ella
me pidió que fuese a la cueva, y la razón para ello era que allí me había
dejado un mensaje -- dijo esto y colocó las manos sobre la carpeta
que le había entregado Istvan -- Lo que
van a escuchar es la transcripción del mensaje de Seren, que al igual que todo
lo dicho o escrito por ella, se conserva en las arcas de Levzheir al cuidado
del Ledviacir, pero en el caso de ustedes
-- dijo mirando a sus hijos --
pueden verificarlo con solo ir a las cuevas de Azykh.
Aunque en un principio Dylan
no estaba entendiendo todo eso de la cueva
y por qué dejarle un mensaje en un oscuro pasadizo de roca en lugar de
entregárselo directamente, después cayó en la cuenta de que estaban hablando de
una época muy remota donde el papel tal
vez no existía, pero dejó eso y prestó atención porque Iziaslav había comenzado
a leer.
-
Iziaslav: Tú y yo estamos y
estaremos siempre unidos por el indestructible lazo del amor, y todo el que
lleve nuestra sangre también lo estará. Tu egoísmo y tus actos de barbarie y
crueldad es lo que nos ha separado, el amor
para que sea amor, ha de ser incondicional y es algo que aun debes aprender.
Pero un día, cuando seas capaz de encontrar la luz de la razón, volveré. Tu
sangre y mi sangre se unirán de nuevo bajo el manto del amor real, consolidando
el doble linaje que sellará la alianza extinguiendo mi maldición de nuestros
descendientes directos. Cuando el día más largo del año toque a su fin y las
hogueras estén ardiendo, una doble estela de luz surcará los cielos rindiendo
tributo y otorgando su energía pura a los príncipes de la alianza que serán los
encargados de mantener el equilibrio y proteger a las criaturas del universo de
los peligros de una raza maldita. Es tu derecho y es tu deber, garantizar y
proteger las vidas que el universo te confía con el fin de redimir tus culpas,
aligerar la carga de tu consciencia y tener la oportunidad de volver a amar y
ser amado sin esperar nada a cambio.
Si bien habían entendido todo
lo dicho, especialmente Dylan en cuyo beneficio se había leído en su idioma, no
estaban muy seguros de qué interpretación darle, de modo que aun estaban bastante
lejos de entender realmente lo que aquello significaba o lo que podía
significar.
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