Bodas de Sangre

Bodas de Sangre
Una vez superados los obstáculos ayudado en su mayor parte por Dylan, Kendall logró finalmente contraer matrimonio con Sophie. Después de la boda, Dylan emprenderá un nuevo, inesperado e insólito camino a través de un mundo del que no tenía ni idea de su existencia, mientras que la nueva pareja parte rumbo a Inglaterra para dar comienzo a un matrimonio que todos se preguntan cómo va a terminar siendo que dio inicio con unas Bodas de Sangre

viernes, 18 de julio de 2014

Cap. 34 Unos y otros…



En cuanto Phillipe había llegado a Francia, Madeleine lo había puesto al tanto de todo, momento que decidieron aprovechar para poner al corriente también a Maurice y el pobre sujeto había quedado a medio camino entre la incredulidad y la ira. Lo primero obedecía a lo fantástico de todo aquello e incluso llegó a  pensar que tanto su hija como su hermano sufrían un severo trastorno mental, pero una vez que le demostraron con hechos toda aquella locura, tuvo que rendirse a la evidencia, pero al mismo tiempo lo invadió la ira.

Maurice era ordinariamente un sujeto tranquilo, no le gustaba ni buscar problemas ni verse envuelto en ellos pero seguía siendo un Saint-Claire, por lo tanto cuando se molestaba podía ser extremadamente peligroso y en este caso su ira estaba lógicamente dirigida a aquellas diabólicas criaturas que habían sesgado la vida de Jacques y hundido a su hija en aquel dolor, porque aunque Madeleine sobrellevaba la pérdida de su esposo con enorme fortaleza, tanto Maurice como Phillipe sabían que estaba hecha pedazos.

Le llevó un buen tiempo a Phillipe calmarlo, algo del todo insólito porque generalmente era al revés, pero en esta ocasión Phillipe veía las cosas de distinto modo, sobre todo después que Madeleine le refirió la conversación con Istvan.

-         ¿Qué opinas?  --  le preguntó a su sobrina

-         ¿Qué opino de qué?

-         Del sujeto ese, por supuesto  --  dijo él  --  ¿Crees que es sincero? ¿Se puede confiar en él?

-         ¿Estás loco?  --  gritó más que preguntó Maurice

-         No lo sé tío  --  dijo Madeleine  ignorando la indignación de su padre  --  Estaba alterada en ese momento, acababa de…

-         Entiendo linda  --  dijo él abrazándola  --  Pero me dijiste que te había dejado las señas de uno de ellos ¿no?  --  y ella asintió

-         ¡Phillipe Saint-Claire!  --  exclamó de nuevo Maurice  --  Espero que no estés pensando hacer lo que creo, porque…

-         Maurice hazme el favor de calmarte  --  dijo perdiendo la paciencia  --  Yo también quería a Jacques y lamento su muerte tanto como tú, pero eso ya no tiene remedio y creo que lo más sensato es asegurarnos de las intenciones de estos… sujetos   --  finalizó no muy seguro de que fuesen personas  --  Si lo que le dijeron a Madeleine es cierto, concuerdo con ellos en que no hay motivos para enfrascarnos en una absurda guerra que…

-         ¿Absurda?  --  lo interrumpió Maurice  -- ¡Son monstruos Phillipe!

-         Yo no lo veo así, o al menos…

-         Phillipe escúchame, me costó mucho aceptar todo esto pero siendo que es cierto, nosotros podemos acabar con ellos

Adrian y Mijail que escuchaban a distancia para evitar ser descubiertos por Madeleine, se miraron con preocupación, porque si Maurice convencía a su hermano las cosas podían ponerse muy mal, ya habían vivido ese tipo de persecuciones antes y nunca habían terminado bien.

-         Maurice, si lo que ese hombre le dijo a Madeleine es cierto, no hay necesidad de algo así

-         Phillipe no seas necio, es lógico que le dijera eso  --  insistió Maurice  --  ¿Acaso no lo ves? Tienen miedo porque somos los únicos que podemos acabarlos.

Phillipe se quedó en silencio un rato y los que miraban a lo lejos si bien tuvieron alguna dificultad lograron saber algo de lo que estaba pensando. Phillipe pensaba que por una parte era posible que su hermano tuviese razón pero también cabía la posibilidad de que estuviese equivocado y al final todo se sustentaba en la opinión de Madeleine y ella no estaba segura de nada.

-         ¿Madeleine?  --  volvió a preguntar

-         Ya te lo dije tío Phillipe, no lo sé

-         Bien, entonces creo que lo mejor será hablar con ese sujeto, y ahora que estás más tranquila quizá…

-         ¡Phillipe eso es una locura a menos que me digas que vas clavarle una daga al muy desgraciado!

A pesar de lo que decía Maurice, al menos de momento no había nada más lejos de los pensamientos de Phillipe, circunstancia que tranquilizó en algo a los dos Lovets. No obstante, consideraron oportuno avisarle a Edin.

Un par de días después y una vez que Phillipe se hiciera cargo de algunos asuntos pendientes, decidiría ir a ver a Edin, visita para la que ya éste estaría preparado, porque en cuanto Adrian le avisó acerca de las intenciones de Phillipe, él se fue a ver a Istvan.

-         No tienes que hacerlo Edin  --  le dijo Istvan después de escuchar los pormenores de la conversación entre los Saint-Claire

-         Por supuesto que debo hacerlo  --  dijo él  --  Te comprometiste con Madeleine.

-         Exacto, “yo” me comprometí, no tú  --  aclaró él  --  Yo me haré cargo

-         Istvan puedo hacerlo, conozco a Phillipe y…

-         Conociste a Phillipe Saint-Claire, ya no es el jovencito al que trataste y tú mismo nos dijiste que era un sujeto peligroso

-         Pero aun así estoy seguro que no me haría daño  --  insistió Edin

-         Edin, por empezar no eres lo que él creyó que eras, eres un Devrig y él es un Saint-Claire en posesión del conocimiento de lo que eso significa, y como no estamos seguros de qué quieren o cómo van a reaccionar,  no puedo ponerte en riesgo   --  hizo una pausa y agregó  --  Cualquiera de ellos podría decir atacarte y aun suponiendo que te vieses en la necesidad de desaparecer a toda velocidad, seguiría siendo un riego, porque no sabemos qué puede hacer Madeleine Saint-Claire para impedírtelo.

-         Pero lo mismo aplicaría a ti

-         Así es, pero yo he vivido mucho más que tú y estoy preparado para dejar de hacerlo  --  dijo él con tranquilidad para enorme consternación de Edin

En términos generales aquello era cierto, Istvan habían vivido muchísimo más que Edin pero esto no hacía que él se sintiese mejor pensando que pudiese morir en su lugar.

-         Istvan, no solo eres nuestro Lavny, eres el Aridmi [1]  del Ledviacir [2]

-         Y si yo falto habrá otro preparado para sustituirme, de modo que no hay más discusión, es una orden Edin  --  dijo en tono que no admitía réplica, pero luego agregó en forma más suave  --  En cuanto recibas el aviso de que los Saint-Claire van a verte, házmelo saber

-         Sarì, al menos déjame estar presente

-         Solo con una condición  --  dijo después de pensarlo un momento  --  Los recibiré yo en primer término, y si veo que no hay peligro podrás salir, pero si luego ves que cualquiera de ellos se muestra agresivo, desaparecerás en forma inmediata

-         De acuerdo  --  dijo Edin

-         Necesito algo más que eso

-         Ja dum isieram nym sarì [3]

-         Bien, entonces esperaré a que me avises


Entre tanto, las cosas en el universo de los Devrigs se habían puesto muy tensas, porque cuando se dio a conocer la decisión de Iziaslav con relación al nuevo estatus de Dylan y que debía recibir el mismo trato que Janos por parte de todos los Devrigs, por un lado despertó la ira de muchos y la curiosidad de otros. Comenzaron a tejerse toda clase de hipótesis en torno a aquel meteórico ascenso de Lord Danworth, y unas más descabelladas que otras. Entre las más absurdas, destacaba la que sostenía que Dylan era hijo de Iziaslav y que lo habían mantenido oculto para protegerlo. Los defensores de la misma que en su mayoría ni siquiera conocían a Dylan y se basaban en las palabras de los habladores de oficio que decían que era exactamente igual a los otros dos príncipes. Esto por supuesto era una verdad a medias, porque si bien Dylan era de estatura elevada, cabello negro y ojos verdes; en primera instancia el color de sus ojos no se correspondía con el de los hermanos Yaroslávich, porque mientras los de ellos eran brillantes esmeraldas, los de Dylan eran tan verdes como la hoja de un olivo, y segundo, Iyul y Luciano eran muy parecidos a su padre, ciertamente Dylan no guardaba ningún parecido de rasgos con ellos.

Pero mientras el grueso de la comunidad Devrig se entretenía en tejer los más improbables orígenes para Dylan, los que sí lo conocían y sabían de hecho que había sido un humano tan normal como cualquier otro hasta hacía dieciséis años atrás, no podían sentirse más indignados, lo que desató una ola del más supremo odio hacia Dylan Danworth.

Avitzedek Savaresce que conocía bien a Iziaslav hizo su cólera a un lado y comenzó a pensar en las posibles razones que lo habían llevado a tomar una decisión de aquella naturaleza. Él estaba perfectamente al tanto del por qué Janos Dvòrak ocupaba el lugar que ocupaba en la familia Yaroslávich, pero el pequeño Lord inglés estaba muy lejos de esa circunstancia, de modo que tenía que obedecer a otra cosa. Mientras que su hijo Giorgio sostenía una teoría mucho más sórdida y en perfecta consonancia con su desquiciada mente.

-         Bueno, parece que nostro sovrano infelice, finalmente está demostrando lo que es

-         ¿De qué hablas ahora Giorgio?  --  preguntó Gianfranco con fastidio

-         Andiamo fratello, todo el mundo sabe que Iziaslav odia a las donne, de modo que si las odia a ellas, por fuerza debe amarlos a ellos ¿no?

-         Estás loco Giorgio

-         ¿Ah sí? Piensa un poco Gianfranco, este tipo de locuras solo las comenten los soberanos por amor, así que…

-         Escúchame idiota, yo no quiero a ese hombre más que tú, pero conozco a Dylan Danworth y puedo asegurarte que no van en esa dirección sus gustos

-         Posiblemente, al fin y al cabo todo Milán estaba al tanto de su relación con Emiliana, pero no dije que fuese él el interesado, y sabemos que Iziaslav puede hacer lo que se le antoje con quien se le antoje y sin su concurso.

-         Estás enfermo Giorgio  --  concluyó Gianfranco y se marchó


Pero si los Savaresce se contentaban con sacar conclusiones, aunque posiblemente Giorgio planease algo más que sacar conclusiones, Swaney Lothian estaba a punto de morir envenenado por su propia ira. En su caso aparte de que consideraba aquello un acto de suprema arrogancia por parte de Iziaslav y en ningún caso estaba dispuesto a dispensar un trato semejante al desgraciado de Danworth, estaba enfrentando problemas más serios en ese momento, porque la pasada noche había recibido la muy desagradable visita de Istvan Korsacov. Swaney ya estaba acostumbrado a que eventualmente algún Lovet, usualmente Adrian Brander o Patrick Bride le dispensasen corteses visitas con el único fin de recordarle que estaban allí y que él no debía hacer tonterías, pero una visita de Istvan Korsacov eran problemas mayores como de hecho había sido.

-         Kasny dunheit Swaney

-         Korsacov  --  fue todo el saludo de Swaney  --  ¿Qué estás haciendo en mi propiedad?

-         He venido a ordenarte que rompas el compromiso entre Victoria y Lord Arlingthon

-         ¿Y desde cuándo tienen ingerencia en las relaciones de los Devrigs?

-         La tenemos cuando hacen estupideces, y vamos a ahorrarnos la parte donde me dices que no sabes de qué te estoy hablando, porque sabes perfectamente que Lord Arlingthon padre, esta casado con una Saint-Claire

-         Pero no es la madre de Brian Arlingthon

Istvan lo miró durante unos segundos en los que Swaney puso todo su empeño en velar sus pensamientos. Sin embargo, Istvan no era un Lovet cualquiera y él lo sabía.

-         Olvídalo Swaney, por tu propio bien no sigas adelante o no solo nos obligarás a sacrificar a Victoria sino que tú vas a pagarlo muy caro. No le des otro motivo a Iziaslav para quitarte tu estúpida cabeza, porque ya has acumulado muchos y no sabes cuál podría ser el último. Tienes setenta y dos horas para anular el compromiso o nosotros nos haremos cargo. Envíala lejos de Arlingthon, finge su muerte y resuelve esto antes de que te cueste más de lo que estás dispuesto a pagar.

Dicho esto desapareció dejando a Swaney con un ataque de ira violenta que costo la vida a tres de sus sirvientes, pero finalmente había tenido que aceptar que no podía hacer nada y tendría que modificar sus planes, pero en ningún caso lo haría como Istvan había sugerido, e inmediatamente puso en marcha otro de sus desgraciados planes y una sonrisa se dibujó en sus labios.

-         Veremos como te sienta perder a tu juguete nuevo Iziaslav  --  dijo y empezó a reír como lo que era, un demente

Dylan había tardado un par de días en recuperar la consciencia, y tal como dijo Haris su convalecencia no iba a ser sencilla ni agradable. Luciano e Iyul prácticamente no habían dejado la habitación de Dylan en esos días, mientras que Iziaslav si bien no dejaba de ir a verlo varias veces al día, procuraba no permanecer mucho tiempo para no incomodar al pequeño e irascible Lucien. De modo que cuando Dylan recuperó la consciencia plena, lo primero que vio fueron los ojos de Luciano.

-         Buon mezzogirono  --  lo saludó Luciano y miró a Haris al ver que Dylan quería hablar

-         Ak sarì, ya puede intentarlo  -- dijo Haris

-         ¿Cómo te sientes?  --  le preguntó

-         No… estoy… seguro  --  contestó Dylan haciendo una mueca de dolor  --  La… garganta

-         Tranquilo, no te esfuerces

En ese momento llegó Iyul y se alegró sinceramente de verlo despierto. Entre ambos le contaron a Dylan cómo habían estado las cosas pero omitiendo las noticias de Inglaterra. Esa noche y cuando ya estaba más lúcido, Dylan mostró curiosidad por el lugar donde se encontraba, ya que estaba seguro que no estaban en el Chateau de Luciano.

-         Estamos en Illir  --  dijo Luciano y Dylan no pudo ocultar su sorpresa  -- Iziaslav ordenó a los Lovets traernos aquí después del ataque

Una vez superada la sorpresa de que Luciano no se hubiese opuesto a permanecer allí, miró con detenimiento a su alrededor y como ya había estado en Illir muchas veces antes a lo largo de los últimos diez años, también estuvo seguro que aquella no era su habitación.

-         Pues acostúmbrate, porque aparte de que Lucien literalmente destrozó la tuya, nami Svaralnik ordenó traerte a esta  --  le dijo Iyul, y luego le contó acerca de la decisión de Iziaslav

-         ¿Y por qué hizo eso?  --  preguntó él con evidente sorpresa

-         Pues…

-         En primer lugar porque quise, y en segundo porque te lo mereces, y como asumo que estás al tanto que no puedes discutir una orden de tu sozdatel’, harás que tu desvergonzada lengua permanezca quieta  --  escucharon que decía Iziaslav que venía entrando en ese momento

-         Bueno gracias… supongo  --  dijo Dylan haciendo que Iziaslav riera, aunque él particularmente no le veía lo gracioso a algo que lejos de mejorar su vida podía complicársela mucho más de lo que ya era

-         ¿Cómo te sientes Rybik?

-         Mucho mejor señor, gracias

-         Me alegra saberlo, pero las gracias debo dártelas yo a ti. Ese Dykari estaba dirigido a mí y tú te interpusiste demostrando con ello un valor y una lealtad que no tienen precio. Dhavjà Rybik  --  le dijo colocando una mano sobre su cabeza y luego se marchó


Los próximos días y mientras duró la convalecencia, Haris no tuvo problemas con el tratamiento en sí, porque Dylan no oponía ninguna resistencia a beberse lo que él le daba, el problema estuvo como de costumbre con la comida, porque si en condiciones normales Dylan era extraordinariamente necio con aquello, hacerlo comer por esos días resultó una tarea ímproba y todos terminaron perdiendo la paciencia con excepción de Janos.

Pero definitivamente la tranquilidad parecía no haberse hecho para aquellos individuos, porque apenas estaba saliendo del asunto cuando recibirían una noticia que altearía mucho el curso de los acontecimientos.


Entre tanto en Inglaterra, una noche estaba Sophie por cambiarse para meterse en la cama después de darles las buenas noches a los niños, cuando escuchó voces y pasos apresurados, de modo que salió a toda prisa de su habitación para encontrarse con Brian, pero el chico en lugar de saludarla igual que siempre, pasó directo a su habitación. Sophie iba a seguirlo cuando vio a Kendall.

-         ¿Kendall qué…?

-         Siento que te hayamos asustado Sophie, pero Brian insistió en venir a casa de inmediato.

-         ¿Pero qué sucedió?

-         Acaba de anularse el compromiso con Lady Collingwood  --  dijo Kendall en un tono cargado de ira

Sophie se llevó las manos al pecho y corrió hacia la habitación de su hijo mientras que Kendall se fue a la suya mucho más molesto de lo que había estado en mucho tiempo. Sophie entró y encontró a Brian sentado en su cama y con la cabeza entre sus manos, de modo que se acercó y se sentó a su lado.

-         ¿Por qué mamá?  --  preguntó el chico con abatimiento  --  ¿Por qué tenía que sucederme esto a mí?

-         Brian, no sé qué pudo haber sucedido pero…

-         ¡Se fue con otro, madre!  --  exclamó el chico poniéndose de pie mientras Sophie intentaba recuperarse de la impresión  --  ¡Pero te juro que si algún día lo encuentro, voy a matar al muy desgraciado!

Aquella afirmación impresionó a Sophie mucho más que la desastrosa noticia de la fuga de la chica. Brian siempre había sido un ser dulce y tranquilo, pero Sophie estaba perfectamente al tanto que algo como lo que le acababa de suceder no era fácil de asimilar, y por muy tranquilo que fuese por fuerza aquello tenía que alterarlo mucho, porque  Brian se había enamorado sinceramente, de modo que aparte del lógico dolor, aquello era un duro golpe para su orgullo y algo muy difícil de tragar. De manera que la quizá dormida arrogancia de su apellido estaba despertando del modo más inconveniente y podía resultar muy perjudicial para los implicados.

Sophie hizo todo cuanto le fue posible por calmar a su hijo y darle algún tipo de consuelo, pero estaba consciente que era algo bastante difícil de conseguir en las presentes circunstancias, y durante los próximos días Brian cayó en un estado de depresión que finalmente lo tumbó en una cama para consternación de Sophie y para suprema furia de Kendall. Sin embargo, aquello solo sería el inicio de una cadena de desgracias que nunca se habrían esperado.


Cuando Franz Ehrlich avisó a Istvan de la ruptura del compromiso y aunque Istvan tenía un supremo dominio sobre sus emociones, reaccionó en forma muy violenta. Aquello no era lo que le había ordenado a Swaney, le había dicho claramente que fingiese la muerte de Victoria, porque si bien eso sin duda afectaría al joven Lord Arlingthon, habría estado muy lejos de causar el dolor que con toda probabilidad había causado lo sucedido, y que más seguro estaba aun, desataría el odio y el resentimiento de los Arlingthon, lo que los llevaría a buscar venganza. Venganza ésta que a su vez los llevaría directo al desastre y a su propia muerte.



[1] Aridmi: Jefe del circulo mayor de los Levjaner

[2] Ledviacir: Círculo mayor de los Levjaners
[3] Ja dum isieram nym sarì: Te lo juro mi señor

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