Después que Istvan había
hablado con Iziaslav y éste a su vez había ordenado a Iyul regresar, se habían
reunido con el sorprendido príncipe.
-
Svaralnik -- saludó inclinándose ante su padre
-
Levántate syn -- dijo acercándose a él --
¿Cuántas veces tendré que repetírtelo?
Aunque ciertamente Iziaslav la
mayor parte del tiempo le decía que no hiciese aquello, Iyul lo hacía más por
instinto de conservación que por otra cosa, y siendo que no sabía a qué
obedecía el urgente llamado de su padre y no sabiendo de qué humor se lo iba a
encontrar, no iba a dejar de hacerlo justamente ese día.
-
Siéntate
Iyul obedeció y esperó
pacientemente a que su padre dijese lo que tenía que decir, pero en ese momento
llegó Istvan en compañía de Misha y tomaron asiento también. Iziaslav se llevó
la mano a la frente con evidente cansancio antes de mirar a su hijo.
-
No me gusta hacer esto pero tienes prohibido volver a Inglaterra
-- dijo sin rodeos
-
¿Y tengo permiso para preguntar la razón?
-
Sabías que no debías acercarte a ella
-
Y no pensaba hacerlo, de hecho intenté…
-
Por eso es por lo que no volverás
-- lo interrumpió Iziaslav
-
Haryk te prometo no volver a…
-
He dicho que no -- lo interrumpió de nuevo aunque luego suavizó
el tono -- Sé que no tenías ni tienes intención de
incumplir tu promesa, pero no nos es posible combatirlas Iyul, y no voy a
arriesgar a otro hijo mío por ello.
-
Pero es que yo no…
En esta ocasión se interrumpió
él mismo y miró a Misha quien le hizo un gesto afirmativo. Iyul abrió
desmesuradamente los ojos y pensó que no podía ser, al menos de forma
consciente él no había registrado nada. Sin embargo, sabía que si Misha lo decía
no había lugar a ninguna duda. De forma inevitable recordó a Andrei y el terror
lo invadió. Realmente acababa de estar a punto de ser víctima de una
Saint-Claire y ni cuenta se había dado, lo que lo llevó a pensar que aunque lo
sabía, en realidad aquellas mujeres eran una verdadera maldición para ellos.
-
Dhavjà Misha
-
Vanedharma Iyul, solo cumplía con mi deber
-
Dum horiani haryk -- se disculpó mirando a Iziaslav
-
No es tu culpa, lo importante es que no te le vuelvas a acercar
-
No lo haré, no te preocupes
Después de aquella
conversación, Iyul recibió el permiso para ir a donde quisiese menos a
Inglaterra. Iziaslav por su parte seguía en la misma actitud silenciosa y así
como él se había preocupado por su hijo, Janos lo estaba por él.
Unos días antes de la Evesbriel , Istvan
recibió dos visitas y ninguna de las dos le trajo buenas noticias. La primera
había sido la de Adrian Brander, el Lovet que vigilaba a Phillipe.
-
Kasny din sarì -- saludó el Lovet
-
Kasny din Adrian -- saludó a su vez Istvan --
¿Sucede algo con Phillipe Saint-Claire?
-
Voch sarì -- negó Adrian
-- De hecho prácticamente no
abandona su residencia. Estoy aquí por otro motivo, Mijail y yo estamos muy
preocupados por Edin
Ciertamente aquello sorprendió
a Istvan y a menos que le dijesen que Edin había contraído alguna enfermedad y
lo estuviese pasando especialmente mal en aquel momento, no veía otro motivo
para la preocupación de los Lovets que estaban bajo sus órdenes. Pero lo que no
se habría esperado jamás, fue lo que escuchó a continuación.
-
Pensamos que Edin se está interesando
demasiado en madame Germain -- estaba diciendo Adrian y pasó a contarle las
muchas veces que Edin había estado en el Chateau
Saint-Claire y sus cada vez más largas conversaciones con Madeleine
A pesar de estar escuchándolo
Istvan se negaba a creer en las posibles implicaciones de aquello. Edin era un Devrig
con demasiada experiencia y dominio de sí mismo como para caer en eso, y aunque
en mayor o menor medida todos ellos eran Yaroslávich, estaban muy lejos de los
Yaroslávich primigenios como para sufrir del mismo mal que ellos con respecto a
las Saint-Claire. Su mente estaba trabajando a toda marcha buscando posibles
razones que justificasen ese acercamiento pero no había ninguna. Para empezar y
aunque Edin había decidido poner una guardia en los alrededores del Chateau Saint-Claire, a él no le
correspondía efectuar esa guardia, eso sería trabajo de un havarik o cuando
mucho de un Lovet con menos antigüedad pero en ningún caso a él que tenía otros
asuntos de los cuales ocuparse. Edin no solo era un Lovet Mayor, sino que era
un Levjaner, el más joven de todos pero si había llegado a Levjaner era porque
estaba preparado para ello y por tanto a Istvan se le hacía muy difícil digerir
aquello. Finalmente había agradecido a Adrian la información y le había
autorizado a retirarse, pero un par de días después y antes de haber tomado una
decisión en ningún sentido, se presentó Edin con otro asunto quizá mucho peor
de cara al futuro próximo.
-
Zdravi Istvan -- saludó apareciendo de improviso en su
despacho
A Istvan no lo sorprendió
tanto la visita a tan avanzada hora, porque después de todo los kraviacik solían
perpetrar sus fechorías de noche, de modo que era habitual recibir informes muy
tarde con extremada frecuencia. Lo que realmente sorprendió a Istvan fue el
estado en el que venía Edin, pues estaba todo manchado de sangre
-
No es mía -- aclaró Edin al ver la mirada de Istvan -- pero
no va a gustarte de igual modo, Alain Aubriot acaba de morir
Y en realidad a Istvan no
podía gustarle menos, porque aparte de que no era usual recibir la noticia de
la muerte de un Lovet, de uno tan antiguo y hábil mucho menos.
-
¿Cómo sucedió tal cosa?
Edin decidió ahorrarse el
relato permitiéndole ingresar en sus pensamientos pero la primera reacción de
Istvan fue de incredulidad, porque al ver el cadáver de Alain no le quedó
ninguna duda de que había muerto por causa de un o una Saint-Claire y en
Francia solo había tres posibilidades.
-
¿Quién?
-
Ninguno de los que estás pensando y te sugiero sentarte para escuchar esto
-
Edin…
-
Hay otra Saint-Claire de la que
no sabíamos nada
-
¿Sker? -- preguntó Istvan con incredulidad -- Eso
no es posible, estamos al tanto de todos los nacimientos y…
-
Sabes que no es así -- lo interrumpió Edin -- ¿Has
olvidado a Claude Saint-Claire?
-
¿Es el mismo caso?
-
Sin duda
-
¡Ilè holls dumi Jhains! [2] --
exclamó Istvan y cayó sentado llevándose las manos a la cabeza --
¿Quién es el padre?
-
Phillipe
-
¿Lo sabe?
-
No
-
¿Estás seguro?
-
Absolutamente. La madre es Susette Viel, una cortesana con la que Phillipe
mantuvo relaciones hace aproximadamente dieciséis años, aparentemente la mujer
en cuestión deseaba tener un hijo y una vez logrado su objetivo se retiró al
campo. Según lo que pude constatar está en buena posición así que no necesitaba
que el padre de la criatura aportase nada más allá de lo estrictamente
necesario, de modo que nunca hizo partícipe a Phillipe de que tenía una hija. La
niña lleva por nombre Aureliè y el apellido de la madre. Alain llevaba algún
tiempo viendo a esta mujer y hoy estando en su residencia la chica se cortó,
Alain quiso socorrerla y en cuanto la sangre de ella tocó su piel, él cayó.
Cuando llegamos tanto la madre como la hija tenían un ataque de nervios, de
modo que no tuvimos que esforzarnos mucho en explicar nuestra presencia y menos
aun en obtener toda la información.
Una de las mejores cosas de
Edin Dòmine era su precisión a la hora de rendir un informe, y la total
carencia de sentimientos en el relato podían inducir a pensar que se trataba de
un sujeto frío aun cuando no era así, simplemente se esforzaba en presentar los
hechos con la mayor claridad.
-
¿Qué ordenas?
-
Por lo pronto vigilancia -- dijo pensativo --
¿Cómo es que Alain no notó que era una vidmagy y más específicamente una
Saint-Claire?
-
Con respecto a eso solo puedo conjeturar, porque cuando llegué ya estaba
muerto por supuesto, apenas alcanzó a transmitir su posición y situación y
sabemos que eso ya fue mucho teniendo en cuenta las razones de su muerte. Sin
embargo, asumo que era la primera vez que la veía ya que como dije, Susette
Viel posee una propiedad en el campo y su hija vive en ella. No obstante, está
a punto de cumplir quince años, por lo que fue llevada a París hace solo unos
días.
-
Entiendo -- dijo Istvan
-
Istvan, solicito tu permiso para hablar con Phillipe de esto
-
¿Por qué?
-
Primero porque creo que tiene derecho a saber que tiene otra hija, y
segundo, porque el futuro de la misma siendo hija de quien es, dudo que tenga
muchas posibilidades de ser distinto al de la madre.
Si bien el trabajo de los
Lovets estaba en la práctica más orientado a mantener el orden y el equilibrio
entre sus congéneres, no era menos cierto que no solo recibían muy avanzados
estudios según iban alcanzando los distintos niveles de aprendizaje con
relación al cosmos en general, sino que también cultivaban el amor y el respeto
hacia el prójimo y hacia toda criatura viviente. De manera que siempre que podían hacer algo
en beneficio de los seres humanos y que no atentase contra las leyes naturales,
estaban dispuestos a hacerlo. Así que a
Istvan no le extrañó la preocupación de Edin por el futuro de la chica, pero sí
le preocupó la posible reacción de Phillipe.
-
Quizá Phillipe Saint-Claire no se muestre muy dispuesto a creerte
-
No importa que tan dispuesto esté a creerme a mí, porque no hay forma de
que no crea a sus propios ojos y te aseguro que en cuanto la vea no le quedará
ni la más mínima sombra de duda con relación a su paternidad.
-
Aun así no creo prudente de momento hacerlo partícipe de esto --
Edin discutió el asunto pero al final se dio por vencido y estaba por
retirarse cuando Istvan lo detuvo
-- Edin hay otro asunto del que
quería hablarte. Se trata de Madeleine Saint-Claire
-
¿Qué sucede con ella?
Istvan había puesto la mayor
atención tanto a lo visible como a lo que no lo era en el momento de mencionar
a Madeleine, pero ni el estado emocional de Edin ni el físico, sufrieron la más
mínima alteración. Sin embargo, como era consciente que él al igual que
cualquiera podía equivocarse, decidió continuar.
-
¿Puedo preguntar a qué obedece tanto interés?
-
Aparte de la natural compasión por el sufrimiento ajeno, a que me recordó a
mí mismo, ya que es posible que haya aprendido Istvan pero antes de ser lo que
soy tenía una vida, y no he olvidado el dolor que me produjo perder a mi
familia y que si no hubiese contado con tu apoyo y con el de Istval, tal vez no
habría podido superarlo.
-
De acuerdo y confieso que es un alivio saberlo --
reconoció él
-
¿Alivio? -- preguntó con extrañeza, pero a continuación
abrió los ojos con sorpresa -- ¡Istvan Korsacov, soy un Levjaner!
-
Dum horiani Edin -- se disculpó
-- Advi sacyvi höi njè klavièk [3]
A Edin no le hacía ninguna
gracia que Istvan pensase de aquella manera, porque no había pasado una enorme
cantidad de años en un duro entrenamiento como para no ser capaz de notar algo
así, y más aún para evitarlo. Gracias a ese mismo entrenamiento logró dominar
su ira y entender a Istvan, pero ya quería marcharse.
-
¿Tengo tu permiso para marcharme?
-
Lo tienes
Un segundo después ya había abandonado
el despacho de Istvan y éste se sintió mal, pero era su deber velar por la
seguridad de todos ellos.
Ese año al igual que todos los
anteriores Dylan estaba disfrutando mucho de la Evesbriel , y para su
sorpresa aunque Lucien no había vuelto a una desde la primera de Dylan, parecía
estarlo pasando bien. Sin embargo, Dylan no podía estar más equivocado, porque
si Lucien estaba allí y fingía convenientemente un entusiasmo que estaba lejos
de sentir, era con el único propósito de hacer lo que fuese para que él no
volviese a Inglaterra.
Después de conversar un rato
con Iziaslav, Dylan se dirigió hacia donde estaba Iyul pero se detuvo
repentinamente al tropezar con unos ojos azules que lo miraban con atención. Se
trataba de una extraordinariamente hermosa criatura cuya piel parecía de
porcelana y sus cabellos eran de un rubio platino resplandeciente. Si Dylan
hubiese tenido unos seis u ocho años, habría jurado que se trataba de un ser
sobrenatural, y aunque por definición todos ellos lo eran, el aspecto de
aquella mujer se correspondía plenamente con la que su desbocada imaginación –
como solía decir Iziaslav – le habría dado a una diosa.
-
Algo bastante aproximado según la creencia de su pueblo, aunque si me
preguntas, bastante inconveniente también
-- escuchó la voz burlona de
Istval
-
¿Quién es? -- preguntó él pero Istval rió
-
En realidad lo que quieres preguntar es qué
es, así que contestaré primero eso. Como dije a pesar de que su pueblo la
consideraba una especie de diosa, es una Devrig como tú y como yo y no tiene de
diosa más que su propia arrogancia. Y contestando a tu otra pregunta, su nombre
es Eldir de Breizhlander, hija de Klyzeir jefe de la tribu Breizhlander de los
Krasyvy, asentada en la meseta de Valdái justo donde nace el río Dnieper.
Mientras Istval le decía todo
esto Dylan seguía mirando a la mujer, pero aunque le estaba prestando atención,
de todo lo que acababa de decir solo le resultaba vagamente familiar el nombre
del lugar, así que ni se molestó en preguntar de qué época le estaba hablando.
-
Dijiste que su pueblo la consideraba una diosa, pero no dijiste por qué
-
Porque según su orgulloso y altanero progenitor, él mismo era descendiente
de Zoria y Danica.
-
¿De quién? -- preguntó Dylan totalmente perdido
-
Dos de nuestras deidades -- aclaró Istval
-
¡Vaya! -- exclamó Dylan recordando que la mayor parte
de la cultura de los Yaroslávich era eslava, y después de un momento
agregó -- También dijiste que era inconveniente ¿Por qué?
-
Es orgullosa, altanera y arrogante como lo fue su padre, algo que
obviamente creció de manera alarmante con su transformación.
-
Es una Yaroslávich, supongo
-
En mi opinión eso podría ser discutible
Dylan lo miró confundido,
porque en la suya tal cosa no podía ser discutible. Sin embargo, esperó a que Istval
le aclarase el punto.
-
Fue víctima de Avitzedek y según los que estuvieron presentes en el ataque
a su tribu, posiblemente al verla quiso quedarse con ella, de modo que
pretendió transformarla seguramente con la intención de llevársela a su Saray,
pero estando en medio de una batalla no pudo concluir el proceso de
transformación. Lo más probable habría sido que la última princesa Breizhlander
muriese de no haber sido porque Ioan
Hibsä, un havarik de la época ahora Lovet, se ocupó de completar la transformación
-
Pero entonces… -- comenzó Dylan aun confundido
-
Cuando Ioan la encontró estaba a un paso de morir desangrada, de modo que
él hizo lo que correspondía para salvarla, pero más adelante Avitzedek
pretendió reclamarla como suya diciendo que él le había dado su sangre, el
asunto es que como no era algo susceptible a ser probado y teniendo en cuenta
que Ioan también lo había hecho y había sido quien completase la transformación,
Iziaslav decidió que el reclamo de Savaresce no era procedente. Así que
oficialmente es una Devrig de nuestro clan.
-
-
Llevo once años asistiendo a las Evesbriel y nunca la había visto
-
-
¡Ah! Eso es porque iuv larsèvirier
asaly [4]
siendo una ledzydi no es invitada con frecuencia. Dhavjà ev dumi Jhains [5] --
dijo Istval con diversión
-
-
Bueno, veamos si su alteza real
se aviene a concederme un minuto de su tiempo y tal vez un baile -- y
en esta ocasión Istval rió con absoluto descaro
-
-
Sin duda lo hará, no eres cualquier Devrig, pero me permito sugerirte
andarte con cuidado si lo que quieres es algo más que un baile y estás pensando en llevarla a tu cama, porque la dulce criatura no solo te lleva unos
cuantos años lo que se traduce en un posible perjuicio para tu integridad
física, sino que además es en extremo hábil y peligrosa.
-
-
De acuerdo te lo agradezco, pero tengo un defecto genético que la
transformación no logró corregir, me gusta el peligro.
Istval seguía riendo mientras
lo veía alejarse en dirección a Eldir y enseguida escuchó la voz Krasmir a su
lado.
-
Le apuesto cualquier cosa a la encantadora damita
-
¿Cualquier cosa? ¿Estás seguro?
-
Vamos Istval, llevamos demasiado tiempo conociéndola, nuestro kicyk Lord no
durará ni cinco minutos
-
Bien, cincuenta Dravyas [6]
aquí y ahora y tu pagas la próxima salida
-- dijo Istval
-
Hecho -- aceptó Krasmir mientras Istval sonreía con
malignidad
Entre tanto Dylan había
llegado hasta su objetivo y estaba siendo objeto de una mirada glacial.
-
Kasny dunheit zhytsanì -- dijo haciendo una inclinación ante ella --
Posiblemente estoy cometiendo una terrible impertinencia, pero estoy
igualmente seguro que alguien que está tan cercano a los dioses será poseedora
de la suficiente bondad como para concederme el perdón
-
Puedes ahorrarte el esfuerzo de aquello para lo que no naciste Lord Danworth -- y
él la miró con cierta sorpresa
-
¿Sabe quien soy?
-
Sé que nos consideran criaturas poco inteligentes, pero aun suponiendo que
fuese así, creo que no hay nadie en el mundo de los Devrigs inteligente o no,
que no sepa quién eres Rybik --
dijo acentuando la última palabra y por primera vez en dieciséis años a
Dylan le molestó el término pero lo disimuló muy bien
-
Me siento honrado y desdichado al mismo tiempo -- y
ahora fue ella la que lo miró con curiosidad
-- Honrado de que sepa quien soy,
y desdichado por no haber tenido yo ese placer. Sin embargo, y aunque sé que
tengo tantas posibilidades de ser merecedor de su atención como de tocar el sol
con los dedos, me atrevo a solicitar me conceda el próximo baile
-
Con una condición
-
Solo dígalo y estoy dispuesto a ello
-
Que cierres la boca y dejes de decir necedades Rybik
Aunque a Dylan seguía sin
gustarle que lo llamase así, sonrió complacido y extendió su mano. Al mismo
tiempo y más allá, Istval hacía lo mismo pero con otra intención.
-
¡Vermalik nekasny! -- exclamó Krasmir -- No
llevo tanto dinero encima
-
Bien, pero me la debes -- dijo Istval mientras se alejaba riendo
-
Nycabek
-
Te escuché Krasmir
-
Lo sé pero eso no cambia mi opinión.
En otro lugar del amplio
salón, Avitzedek conversaba con Gianfranco cuando fueron interrumpidos por la
presencia de Giorgio y por la sonrisa que traía si no estuviesen donde estaban,
habrían jurado que acababa de matar a alguien.
-
Nuestro nuevo príncipe --
dijo en forma irónica -- tiene
gustos dignos de la realeza
-
Giorgio…
-
Si miras hacia las parejas que están danzando -- lo
interrumpió él -- verás algo que sin duda va a encantarte padre
Tanto Avitzedek como
Gianfranco giraron las cabezas y no tardaron nada en localizar la fuente del
regocijo de Giorgio. Pero aun cuando Avitzedek estaba furioso, sabía que nada
podía hacer.
-
Nuestro sozdatel’ debe estar desmedidamente satisfecho de su nuevo juguete para concederle esa clase de caprichos
-
Cierra la boca Giorgio -- susurró Gianfranco
-
Oh vamos fratello, no veo por qué
mostrarse tan quisquillosos, sin duda alguna el picolo Lord Danworth debe estar desempeñando muy bien su cometido,
sea este el que sea, si le permiten llevarse a la cama a…
Un segundo después Giorgio se
vio aferrado por el cuello por su furioso padre, pero casi al mismo tiempo dos
fuertes brazos lo apartaron de él.
-
Personalmente estoy de acuerdo contigo y pienso que su cabeza es un
aditamento que le es del todo inútil, pero si vas a arrancársela hazlo en tu
Saray y no aquí, a menos que quieras terminar tus días en Zatvor -- le
advirtió Edin
Después de eso lo soltó y se
alejo pensando que era una verdadera pena no poder dejar que aquellos infelices
se matasen entre ellos ahorrándose así una indebida cantidad de problemas.
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