Bodas de Sangre

Bodas de Sangre
Una vez superados los obstáculos ayudado en su mayor parte por Dylan, Kendall logró finalmente contraer matrimonio con Sophie. Después de la boda, Dylan emprenderá un nuevo, inesperado e insólito camino a través de un mundo del que no tenía ni idea de su existencia, mientras que la nueva pareja parte rumbo a Inglaterra para dar comienzo a un matrimonio que todos se preguntan cómo va a terminar siendo que dio inicio con unas Bodas de Sangre

martes, 15 de julio de 2014

Cap. 31 Descubiertos…



Iziaslav y Janos iban camino al comedor cuando Patrick se presentó ante ellos.

-         Vycenniani Sozdatel’  --  se disculpó por la abrupta aparición  --  Me envía Itlar

Aquello le bastó a Iziaslav para prescindir de toda delicadeza, y siendo que Patrick no tenía intenciones de ocultar nada, no opuso ninguna resistencia.

-         ¡Condúceme allá!

Le pareciese conveniente o no dadas las circunstancias, Patrick Bride era lo bastante inteligente como para saber que ni le correspondía poner objeciones ni conseguiría nada con ello, de modo que se pusieron en marcha de inmediato.


Mientras Dylan había estado discutiendo con los demás, Jacques había recuperado el conocimiento y  a pesar del lamentable estado en el que se encontraba, prestó atención y entendió enseguida lo que sucedía. Después del episodio con la desdichada condesa, Phillipe y él se habían dedicado durante algún tiempo a investigar junto con Madeleine en los libros y viejos pergaminos de Sara, hasta que habían dado con lo que se habría podido tomar como una vieja leyenda, y de hecho Phillipe hasta ese momento había pensado que así era, porque hacía parte de las historias que su abuela le había contado de niño. Si hubiesen sido Jacques o Madeleine quienes hubiesen encontrado el escrito tal vez no lo habrían entendido, ya que estaba redactado mitad en forma de gráficos y mitad en lenguaje metafórico, pero para buena fortuna de todos, quien lo había hecho había sido Phillipe y se encargó de ponerlo en palabras sencillas y de fácil comprensión, pero eso no lo hizo menos aterrador.

Según lo que les había explicado, existían en el mundo unas criaturas que habían sido malditas por la naturaleza, y aparte de todos los detalles que les proporcionó acerca de las características de las mismas, le informó también que una mujer llamada Seren y que era la que había dado origen a su estirpe, había agregado otra maldición sobre aquellas criaturas que consistía en que toda mujer por cuyas venas corriese su sangre serían las únicas capaces de identificarlos y las únicas humanas con el poder suficiente para exterminarlos. También había una explicación gráfica de la muerte de ésos seres y que se correspondía plenamente con lo que habían visto le sucedió a la condesa. Sin embargo, había unas partes que ni Phillipe logró descifrar y aunque Jacques y Madeleine lo habían intentado durante mucho tiempo, finalmente habían llegado a la conclusión de que faltaba una parte del escrito, pero por mucho que habían buscado no la habían hallado. De modo que al escuchar hablar a Dylan y a sus amigos, Jacques entendió la mayor parte de lo que decían y dedujo lo demás.

-         Dylan…

Dylan, Iyul y Luciano se agacharon enseguida mientras Edin y los Lovets vigilaban que los que estaban atacando no pudiesen acercárseles.

-         Jacques no…

-         Escucha… yo sé lo… que son y… Madeleine… también  --  pero si estaban sorprendidos aun no lo estaban lo suficiente  --  hay… uno muerto… arriba

Uno de los Lovets que escuchaba recibió una orden perentoria de Edin y desapareció mientras Jacques seguía hablando.

-         Madeleine… lo vio… a… anoche

-         Jacques déjame…  --   comenzó Dylan y Luciano le aferró el brazo en señal de advertencia

-         No… no quiero… él tiene… razón… solo… solo prométeme… que no le… harán daño

-         Es una Saint-Claire Jacques  --  le dijo Iyul  --  no podríamos, tú lo sabes

Mientras Jacques hablaba, tanto Iyul como Luciano habían saqueado sus pensamientos y sabían todo lo que había que saber. Pero la pérdida de sangre por una herida causada en la yugular o en la femoral era violentamente rápida, de modo que a Jacques ya comenzaba a nublársele el sentido y era posible que no hubiese comprendido e insistió.

-         Prométeme que… la protegerás…

-         Te lo prometo  --  dijo Dylan para consternación de Luciano que consideraba las promesas algo de la mayor importancia y a lo que Dylan se estaba comprometiendo era algo que podía costarle la vida

-         Maurice está… herido

Luciano e Iyul se miraron preguntándose cómo y por qué había sucedido todo aquello, aunque el por qué posiblemente obedeciese a lo que había dicho Jacques antes en relación a que Madeleine había reconocido a un Devrig la noche pasada.

-         Dylan… Sophie no…

Pero no alcanzó a completar la frase porque en ese momento percibieron el último latido de su corazón. Ninguno de los tres se había percatado de la llegada de Iziaslav ni de la furiosa batalla que tenía lugar en los jardines. Sin embargo, una vez que Jacques dejó de respirar todo el horror de la situación pareció caer a plomo sobre Dylan, mientras que Iyul y Luciano fueron conscientes de nuevo de lo que sucedía en su entorno, y aunque posiblemente no estuviesen experimentando el mismo dolor que Dylan, ya que aquella muerte significaba cosas diferentes para él, sin duda si compartían la misma ira. De modo que en cuanto Dylan le cerró los ojos a Jacques, los tres se levantaron y se metieron de lleno en la pelea.

Iziaslav tuvo la intención de detenerlos, pero sabía que tenían que darle salida a lo que estaban sintiendo, de modo que no se interpuso y por el contrario decidió ayudar a acabar con los causantes de aquel desastre.

La principal tarea de Itlar y Misha era proteger a los sizvitel en medio de aquel caos, pero Iziaslav seguía siendo padre y al ver amenazado a Iyul se movió con rapidez hacia él,  en ese mismo momento Dylan también captó la amenaza y se lanzó en la misma dirección. Pero tanto Dylan como Iziaslav lo que hicieron fue interponerse en el camino de los Lovets con la resultante de que el Dykari destinado en principio a Iyul que habría alcanzado a Iziaslav al este interponerse, terminó en el cuello de Dylan al atravesarse en la trayectoria del mismo.

Una pelea entre Devrigs era una cuestión que la decidía no solo la fuerza sino también la velocidad, y Lucien poseía ambas cosas, de modo que había arrancado cabezas con una rapidez pasmosa que justificaba la bien ganada fama de peligroso, pero del mismo modo sus otros sentidos por fuerza debían mantenerse alertas, y cuando vio lo sucedido por un momento sintió que era su corazón el que había dejado de latir, había llegado hasta ellos solo unos segundos después que Dylan y lo vio caer en brazos de Iziaslav.

-         ¡Dylan!  --  exclamaron los dos hermanos abalanzándose hacia él


El Lovet al que Edin había enviado a verificar lo dicho por Jacques, había entrado con la mayor celeridad y sigilo a la vivienda, comprobando lo dicho por Jacques y más aún. Maurice Saint-Claire estaba tirado en el piso del estudio con una herida en el hombro, y a pocos pasos yacía el cuerpo de Peter Murray, un Lothian. En vista de que uno estaba muerto y al otro no podía tocarlo, salió de allí y recorrió la vivienda con rapidez pero con cautela en busca de Madeleine Saint-Claire. La encontró en el piso del salón principal a pocos metros del cuerpo que identificó como el de Henry Toureain, otro Lothian. Se acercó con precaución y vio que Madeleine tenía una daga en la mano, pero ella no parecía herida.  Se aproximó más con el fin de identificar el arma, y una vez que hizo esto, abandonó la vivienda y fue en busca de Edin, pero se encontró con que aun no habían finalizado con el enfrentamiento, de modo que antes de dar su informe a Edin, se enfrascó en la lucha.

Iziaslav después de empujar a Iyul se había vuelto solo con tiempo suficiente para sujetar a Dylan, pero mientras lo tendía en el piso ya tenía a Lucien e Iyul prácticamente encima. Extrajo el Dykari del cuello de Dylan y trató de tranquilizarse.

-         Resiste Ryblik, tú puedes con esto  --  y luego miró a Janos  --  ¡Llévatelo!

Janos obedeció de forma inmediata y a continuación la mirada de Iziaslav se volvió tan roja como la de sus hijos. Istvan y los demás Levjaner ya habían determinado que aunque les pareciese increíble, aquello tenía un solo fin, pero intentar detener a cualquiera de aquellos tres sujetos en ese momento habría sido suicida. De modo que hicieron lo único posible y era mantenerse lo más cerca posible de ellos para evitar más desastres.

Aunque Lucien se había sentido horrorizado cuando se había enterado de lo que habían hecho en la Derevnya del hombre que había ordenado su ejecución, calificándolo de masacre, él no estaba procediendo de forma muy distinta en aquel momento, porque aunque los Lovets estaban haciendo su trabajo, el salvajismo de los tres Yaroslávich quedó demostrado en toda su extensión.

Después de unos minutos, Istvan consideró que ya le había dado tiempo suficiente a Iziaslav para desahogar su rabia, de modo que se acercó y lo detuvo.

-         Sozdatel’, deben marcharse  --  dijo después de tranquilizarlo

Iziaslav miró a su alrededor y aunque por lo general después de algo como aquello solía experimentar remordimiento, porque había luchado mucho por el control de sus emociones, en este caso al igual que años atrás cuando el atentado a Lucien, no sintió ni el más mínimo arrepentimiento. Con una rápida mirada ubicó a sus hijos y luego se volvió hacia Istvan.

-         Sáquenlos de aquí y llévenlos directo a Illir. Después deshazte de la basura

Aquello era todo cuanto Istvan necesitaba, y una vez recibida la autorización de Iziaslav, transmitió la orden a Itlar y a Misha que sin mediar palabra sujetaron a los sizvitels y los sacaron de escena.

En cuanto ellos tres desaparecieron, Istvan procedió a ordenar el desastre. Lo primero era darles una muerte rápida y piadosa a los desdichados que habían sido víctimas de los Devrigs, y después ordenó que fuesen llevados hacia el bosque para que pareciese que habían perecido en el incendio. Con el único que procedieron de distinta manera fue con Jacques, a quien después de limpiar sus heridas  dejaron en el interior del Chateau.

Edin había puesto al tanto a Istvan de lo que habían escuchado de labios de Jacques y fue por esta razón que hicieron las cosas de aquella forma. Una vez hecho aquello venía lo más difícil, enfrentarse a Madeleine Saint-Claire.

Istvan había enviado a Patrick en busca de un médico después que limpiaron la zona, y ahora esperaban a que el hombre terminase de atender a los Saint-Claire. Le habían dado órdenes de que si Maurice despertaba fuese sedado, mientras que a Madeleine no.

-         Istvan…

-         Es lo que hay que hacer Edin

-         Pero estás consciente de que es posible que no se muestre muy inclinada a confiar en ninguno de nosotros al enterarse que su esposo está muerto ¿no?  --  dijo Yvaylo

-         Lo sé, pero igual es necesario hablar con ella

En ese momento llegó Istval y las noticias aunque podían considerarse buenas, no los harían especialmente felices.

-         Tengo a Pierre Chifflet en Zatvor

-         ¿Por qué?

-         Es el instigador de todo esto

Los tres miraron a Istval con cierto grado de asombro y no era que les sorprendiera mucho que Pierre estuviese involucrado, ya que nunca había sido un buen sujeto, lo que los sorprendía en realidad era que ya Istval lo hubiese atrapado. Si bien Yvaylo y Edin podían no estar muy seguros de que Istval hubiese estado presente en el reciente enfrentamiento, Istvan sí lo estaba, de modo que pensó que a su hermano le había llevado un tiempo sorprendentemente corto primero averiguar que se trataba de Pierre, y debía estar razonablemente seguro para haberlo encerrado en Zatvor, y segundo haber dado con él casi de inmediato.

-         Bien nos ocuparemos de eso después  --  dijo Istvan  --  ya el médico va a salir

-         Como asumo que no es buena idea que esta vidmagy nos vea a ambos, yo me marcho  -- pero antes de irse se volvió  --  ¿Cómo está Lucien?

-         No lo sé, pero presumo que mal, está en Illir

Istval asintió y se marchó solo unos segundos antes de que el médico abriese la puerta de la habitación.

-         ¿Cómo está madame Germain?

-         No tiene daños físicos, se golpeó la cabeza al caer lo que produjo el desvanecimiento pero nada más. En cuanto a la parte emocional, está muy afectada pero serena

-         Merci monsieur Girard  --  agradeció Edin y el hombre se retiró

Yvaylo y Edin miraron a Istvan y éste asintió estirando la mano para abrir la puerta, de modo que con un suspiro de resignación, los otros se dispusieron a entrar con él.

La reacción de Madeleine al verlos fue inmediata, se incorporó en la cama y ellos percibieron la sensación de mareo.

-         No se asuste madame Germain, no venimos a hacerle ningún daño, sabe bien que no podríamos  --  le dijo Istvan

Sin embargo, no era exactamente miedo lo que sentía Madeleine, aunque lógicamente y teniendo en cuenta que hacía poco una de aquellas criaturas había intentado atacarla, era de esperarse esa reacción.

-         No fue eso lo que me pareció y Jacques…  --  pero fue incapaz de continuar

-         Aunque es posible que no nos crea, lamentamos mucho lo sucedido y ciertamente nos habría gustado poder impedir la innecesaria muerte de su esposo

-         ¿Por qué nos están haciendo esto?

Aquella era una pregunta difícil y para la que Istvan no tenía una respuesta, al menos no una que le gustase. Hicieron una rápida revisión de lo que la mujer sabía, a fin de no hablar en exceso y no decir nada inapropiado aunque no fue fácil tratándose de una Saint-Claire, pero hallándose tan alterada esto les permitió lograrlo.

-         Madame, no puedo decir qué motivos tuvieron los que hicieron esto, pero sí puedo darle mi palabra que los responsables pagaran por ello. Sé que eso no va a restituirle su pérdida, pero espero que el saber que se hará justicia le proporcione algo de tranquilidad.

-         ¿Qué están haciendo ustedes aquí? Es decir…

-         Sé lo que quiere decir, usted nos ve como sus enemigos naturales, pero le aseguro que no lo somos. Si bien en el pasado no hemos tenido las mejores relaciones, solo deseamos modificar esa conducta

-         Pero no todos parecen pensar lo mismo

-         Madame, en todas las sociedades hay individuos anárquicos y poco dispuestos a vivir de forma civilizada, y la nuestra no se diferencia en eso de la suya. No obstante, le aseguro que hacemos nuestro mejor esfuerzo para evitarlo  --  como Madeleine no dijo nada más Istvan continuó  --  Le repito que nuestra intención no es hacerle ningún daño ni a usted ni a su familia, no solo por lo que ya sabe, sino porque nuestro soberano desea que esta enemistad termine. Estamos conscientes que nuestra maldición nos impide acercarnos a ustedes, pero al menos aspiramos a no hacernos daño.

Istvan había evitado cuidadosamente acercarse a ella y toda la conversación se había sostenido a distancia, pero en ese momento dio un paso hacia delante.

-         Madeleine, no puedo asegurarle que no haya más desquiciados que intenten acercarse a usted y no con las mejores intenciones, pero sí puedo prometerle que intentaremos por todos los medios a nuestro alcance impedirlo. Sé y entiendo que no tiene usted motivos para confiar en nosotros, pero aun así, voy a dejarle las señas de dónde puede ponerse en contacto con este caballero  --  dijo señalando a Edin y él hizo una inclinación de cabeza  --  su nombre es Edin Dòmine y si en algún momento se siente en peligro o  amenazada por alguien, no dude en acudir a él.

Aquello era completamente innecesario, porque ya hacía tiempo que él había ordenado la vigilancia de todos los Saint-Claire, y a pesar de no haber podido evitar la muerte de Jacques, gracias a esa vigilancia habían podido presentarse tan pronto como había comenzado el ataque, y aunque sabían que ningún Devrig podía hacerle verdadero daño a ninguno de ellos, consideró una muestra de buena voluntad ofrecerle la posibilidad de comunicarse con Edin. Después de eso, colocó un trozo de papel en una mesa cercana a la puerta y se marcharon.

-         ¿Crees que sirva de algo?  --  preguntó Yvaylo

-         No lo sé, ella parece más inteligente que muchas de sus antecesoras, pero aunque no lo sea, siempre tendremos que seguir intentándolo.

Una vez que Istvan y los demás abandonaron la habitación, Madeleine cerró los ojos y repasó los acontecimientos de las últimas horas. La noche pasada después de hablar con su padre y con Jacques y no habiendo obtenido ninguna información importante, se dedicó a pensar en el extraño comportamiento de las personas mientras ella había estado intentando llegar hasta su padre. Paseó la mirada por el salón mirando a cada una de las personas que la habían detenido y de nuevo pensó que allí había algo mal.

Sin embargo, antes de decirle nada a Jacques, sus ojos tropezaron con los de un hombre e inmediatamente sintió que un escalofrío recorría su espina dorsal. No fue consciente de haberse acercado a él o si había sido al contrario, lo cierto fue que un momento después lo tenía parado frente a ella.

-         Madame Germain  --  saludó Pierre haciendo una ligera inclinación

-         Disculpe pero…  --  comenzó ella con intención de disculparse alegando no conocerlo y alejarse lo antes posible

-         ¿De veras?  --  preguntó Pierre

Madeleine estuvo segura de dos cosas. La primera que aquel sujeto era la misma clase de criatura que había sido la condesa. Y la segunda, que representaba una amenaza. De modo que prescindiendo de cualquier fórmula de cortesía, se alejó a toda prisa y aferró el brazo de Jacques que por fortuna estaba a pocos pasos.

-         ¡Madeleine!  --  exclamó él al verle la expresión alterada

-         Vámonos Jacques

-         ¿Te sientes indispuesta?

-         Solo vámonos  --  repitió ella

Jacques miró en dirección a donde había estado su mujer y captó la mirada fría de Pierre, pero de inmediato él se volvió hacia otro hombre que le hablaba y según le pareció a Jacques, no estaba muy contento de verlo.

Jacques le avisó a Maurice que se marchaban y como él sabía que su hija no disfrutaba especialmente de aquellas veladas, no puso objeciones pero él se quedó. Cuando se subieron al carruaje, Jacques seguía queriendo saber qué había alterado tanto a Madeleine.

-         Ese hombre es un… ¿Devrig?  --  dijo ella aun con incredulidad

-         ¿Qué?  --  preguntó a Jacques con la mayor sorpresa

-         Yo tampoco podía creerlo, pero sin duda es uno  --  insistió ella

-         ¡Madeleine!  --  exclamó muy alarmado unos segundos después  --  Acabamos de dejar a Maurice allí y…

-         Si debemos creer a la abuela, y estoy dispuesta a hacerlo, no pueden hacerle nada


No obstante, y a la luz de los hechos, Madeleine ya no estaba muy segura de nada. Su padre estaba herido y Jacques… todo el horror de lo sucedido cayó sobre ella en forma inmisericorde y comenzó a llorar. Sin importar lo que le acababa de decir el otro hombre y al menos en ese momento, estaba segura que aquellas criaturas solo podían traerles desgracias.

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