Cuando Lucien había despertado
esa mañana sintiéndose tan mal, lo primero que había hecho Itlar era enviar por
Haris. Aunque imaginaba que se trataba solo de un resfriado, decidió ponerle
urgente remedio sabiendo lo mal que podía sentirse. Haris había confirmado lo
que imaginaban y se abocó a remediar en lo posible la situación.
Como era usual, Lucien se
había quejado en todos lo tonos y se había puesto difícil a la hora de ingerir
las medicinas, pero el malestar que sentía lo convenció de que era lo mejor que
podía hacer. No obstante, Haris soportó con paciencia las quejas del sizvitel y
gracias a su indiscutible habilidad, la fiebre había cedido y en la tarde
Lucien presentaba un mejor aspecto.
Sin embargo, alrededor de hora
y media después que Dylan se había marchado, experimentó una extraña sensación
de ansiedad y se preguntó qué estaría sucediendo y si los chicos estarían bien.
Mientras Yvaylo conversaba con
Christopher acerca del conflicto que tenía lugar en ese momento en Europa y que
en apariencia tenía muy preocupado al chico, no dejaba de mirar con atención a
Derek que se había subido a un árbol y permanecía en precario equilibrio sobre
una de sus ramas.
-
Pero no entiendo -- estaba diciendo Chris -- ¿Qué
puede importarles a los demás la fe que profesen los habitantes de otros
países?
Aunque en teoría la respuesta
lógica habría sido nada, no era tan
sencillo, porque había muchos otros asuntos en juego y que no tenían nada que
ver con la fe. No obstante, Yvaylo hizo su mejor esfuerzo por explicar la
situación general al chico, que aparte de eso seguía mostrándose preocupado por
la cantidad de muertes resultantes del conflicto.
-
Sin embargo, es posible que el asunto esté por terminar --
estaba diciendo Yvaylo -- porque con la catastrófica derrota del
ejército protestante en Bílá Hora, el
tratado firmado entre el Príncipe de Transilvania y el Emperador, y las últimas
derrotas de Mannheim, Heidelberg y Frankenthal de momento los protestantes
tendrán que darse por vencidos
-
¿Pero y si no es así? -- insistió Chris --
¿Crees que Inglaterra entre en el conflicto?
-
No te preocupes por eso ahora
-- le dijo --
Seguramente eso no va a afectarte a ti
Pero Yvaylo vio que el chico
no estaba preocupado por él sino por su hermano mayor, de manera que siguió
conversando y tranquilizándolo al respecto, y fue por este motivo que no prestó
mayor atención a Dylan que había desaparecido de su vista pensando que
simplemente se habría tirado un poco más allá como solía hacer cuando no estaba
de ánimo para conversar. Sin embargo, pasado un buen rato comenzó a preocuparse,
porque ni lo veía ni lo escuchaba, de manera que les dijo a los chicos que
regresaba en un momento y comenzó a rastrearlo. Cuando dio con él las alarmas
se encendieron en su cerebro pero al mismo tiempo notó que si bien Dylan se
sentía mal, no exhibía la desesperación de ocasiones anteriores en presencia de
Lady Arlingthon más no tuvo ocasión para cuestionarse las razones, porque
recibió la orden perentoria de suprimir los recuerdos recientes de la mujer y
aunque vio alguna dificultad en ello tratándose de quien se trataba, no estaba
en posición de desobedecer una orden que no atentaba contra la seguridad de
Dylan. De modo que caminó con decisión hacia ella y en cuanto Sophie se dio
vuelta al sentir su presencia, actuando con la mayor celeridad Yvaylo la hizo
perder el sentido para luego esforzarse al máximo en implantar la orden a su
subconsciente de olvidar lo sucedido fuere esto lo que fuere.
Luego de ello y al recibir una
nueva orden en el sentido de que se ocupase de los chicos, Yvaylo tuvo la
intención de protestar, ya que no le parecía sensato dejar a Dylan en compañía
de aquella mujer aunque ésta estuviese sin sentido, pero lo que percibió en él suprimió
las protestas y se dio la mayor de las prisas en hacer que los Arlingthon
volviesen a su casa. Una vez que los dejó en la entrada de Darnley, se apresuró
en alcanzar a Dylan.
Después que Dylan salió de
Darnely se dirigió a toda prisa hacia Livingstone, pero en el trayecto y aunque
se había preguntado una y otra vez las posibles razones para aquella mentira,
no encontraba ninguna y su ira había ido en aumento conforme se acercaba a su
casa.
Entró como un vendaval y subió
directo a la habitación de Lucien y antes de que nadie se diese cuenta, lo
había sujetado con tanta violencia que el trozo de tela quedó en sus manos.
-
¡Dylan! -- exclamaron Itlar e Yvaylo que entró unos
segundos después que él
-
¿Por qué? -- estaba preguntando o más bien gritando él
Lucien intentó ver a qué se
refería pero los caóticos pensamientos de Dylan no le permitieron llegar a una
conclusión clara.
-
Dylan si te tranquilizas y me dices qué…
-
¡Me dijeron que no podía acercarme a ella! ¡Me aseguraron que si la tocaba
moriría sin remedio! -- vociferó sin soltar a Lucien
Pero así como Dylan estaba
furioso, tanto Lucien como los otros tres hombres que observaban la escena,
primero se sintieron alarmados pero de la alarma pasaron a la incredulidad, ya
que ninguno podía albergar dudas de a quién se estaba refiriendo.
Itlar e Yvaylo se miraron por
una fracción de segundo y una misma idea cruzó por sus mentes, pero decidieron
asegurarse primero antes de sacar apresuradas conclusiones. Y en el caso de
Lucien simplemente se había quedado en la incredulidad, porque si Dylan estaba
diciendo aquello, sin duda no estaba hablando de haberle dado la mano a Lady Arlingthon, y sin embargo, aquello no podía ser
cierto, ya que él había sido testigo de la muerte de sus hermanos por esa
causa. De modo que Lucien estaba muy lejos de poder darle una respuesta a
Dylan.
-
Dylan…
-
¡Yo creí en ustedes, creí en ti!
-- siguió él --
¿Por qué me mentiste? ¿Qué necesidad había de ello?
-
Dylan te juro que no lo hice
-
¡Escúchame cretino infeliz! -- dijo mirándolo de manera decididamente
peligrosa -- Acabo de estar tan cerca de ella como podría estarlo y si te das cuenta aun estoy
¡Vivo!
En este punto ya a nadie le
quedó duda alguna de lo que estaba hablando y en cualquier caso ya Itlar e
Yvaylo habían saqueado los recuerdos de Dylan confirmando el asunto, pero
mientras Yvaylo se movió en dirección a Dylan para tranquilizarlo, Lucien estaba
en franco estado de shock e Itlar había tomado una decisión y sujetando al
desprevenido Haris por un abrazo lo sacó de la habitación.
Yvaylo logró tranquilizar a
Dylan, de modo que sus ojos dejaron de brillar y retornaron a su color habitual
mientras se dejaba caer en el sillón que estaba al lado de la cama de Lucien.
-
¿Por qué Luciano? -- preguntó de nuevo -- He
confiado en ti, has sido mi amigo, mi hermano
-- pero Lucien no estaba
escuchándolo
Entre tanto Itlar había sacado
a Haris de la habitación con dos objetivos diferentes y en ese momento estaba
exponiendo ambos.
-
Haris, lo que acabas de escuchar no puedes repetirlo nunca a nadie --
enfatizó
-
Entiendo -- dijo el Veldeky
-
Espero por tu propio bien que sea así, o de lo contrario aunque te respeto
y admiro tu trabajo, no dudaré en matarte ¿está claro?
-
Está claro Itlar -- dijo con calma
-
Ahora vuelve dentro y dale algo a Lucien que lo haga dormir por varias
horas
-
¿Vycenniani? -- dijo con extrañeza
-
Solo has lo que te estoy ordenando
Haris asintió aun sin
comprender, pero sabía que no estaba en posición de discutir las órdenes de un
Levjaner, de modo que volvió a la habitación, empujó a Lucien hasta hacerlo
quedar recostado y dejó caer unas gotas de un líquido púrpura en su boca. Unos
segundos después Lucien caía en un sueño profundo.
-
Rybik… -- comenzó Itlar
-
¡No soy un maldito Rybik, así que déjenme en paz! -- exclamó
él y levantándose abandonó la habitación
Ambos Levjaners salieron tras
él y lo vieron entrar a la suya azotando la puerta con tanta violencia que ésta
se resquebrajó.
-
Todavía no puedo creerlo -- dijo Yvaylo
-
Yo tampoco pero es un hecho, de modo que voy a buscar a Istvan y…
Sin embargo, antes de que
terminase de hablar ambos se tensaron y corrieron hacia la habitación de Dylan,
pero en cuanto entraron vieron que éste había desaparecido.
-
Encuéntralo -- dijo Itlar con urgencia, y mientras Yvaylo salía
a toda prisa, Itlar lo hacía en dirección a Levzheir
Dylan había saltado
imprudentemente por la ventana y había abandonado su propiedad sin un destino,
solo corrió con deseos de alejarse de todo. Sus sentimientos estaban en
conflicto aunque no estaba muy seguro qué era lo que lo hacía sentir peor.
Pensó que si hubiese sido un hombre normal nada de aquello habría ocurrido,
primero porque a esas alturas posiblemente se habría olvidado de Sophie, y
segundo porque sino hubiese sido así, su lealtad hacia Kendall lo habría
obligado a mantenerse lo más lejos posible de ella.
Inmediatamente lo atacó de
nuevo la culpa, había traicionado a su mejor amigo y no había vuelta atrás,
tendría que vivir con ese peso en su consciencia el resto de su vida. Aunque luego
lo invadió la ira al recordar que Kendall la tenía y sin embargo la estaba
haciendo sufrir, pensamiento éste que despertó el deseo salvaje de destrozarlo.
Y para rematar aquel revoltijo
de emociones, se hizo presente la decepción ¿Por qué todos le habían mentido?
Le habían dicho con toda claridad que prácticamente todo en ella le resultaría
perjudicial. Que su saliva lo debilitaría y su sangre lo mataría, pero no
sucedió ni lo uno ni lo otro, ya que el besarla no lo debilitó en lo más mínimo y aunque se había
controlado tanto como le había sido posible, estaba bastante seguro de haber
causado cierto nivel de daño y no le cabía ninguna duda en cuanto a que en un
momento determinado ella se había mordido el labio hasta hacerse sangre pero él
había seguido besándola y era obvio que no lo había matado
¿Entonces por qué le habían
dicho todo aquello? ¿Para que se mantuviese alejado de ella? ¿En qué podía
beneficiarlos eso? Porque estaba seguro que no obedecía al interés por el
estado de su consciencia.
Llegó a la cima de una montaña,
emocionalmente agotado y deseando poner fin a todo se dejó caer al vacío.
En las tres primeras salidas
que efectuó Phillipe en compañía de Brian, el chico tuvo la acogida que cabía
esperar habiendo sido introducido como nieto de éste, pero contribuyó mucho el
buen ánimo de Brian, su inteligente conversación y su simpatía innata. Sin
embargo, la otra razón que había llevado a Phillipe a abandonar su Chateau, no se había hecho presente en
ninguna de las oportunidades.
La cuarta noche y poco después
de llegar al Chateau Vernet, Phillipe
se apartó de Brian pero antes de llegar a donde se dirigía sintió que algo sujetaba su brazo.
-
No muestres sorpresa y sal a
la terraza --
escuchó cerca de su oído
Habiendo identificado la voz,
tomó una copa y se dirigió a las puertas que daban a la terraza.
-
Bonsoir Phillipe --
saludó Edin -- lamento que tenga que ser así pero preferimos
no ser vistos
-
¿Vistos por quién?
-
Por algunos sujetos nada recomendables y es precisamente por ello que me
permito sugerirte marcharte lo antes posible
-
Etienne acabo de llegar y sería sumamente grosero marcharme en este momento
-
Supongo que dada su lamentable actuación de hace unos años, no has olvidado
al Duque de Armagnac
-
¿Cómo sabes tú eso? -- preguntó Phillipe con extrañeza, porque fuera
de su familia y de Lord Danworth, nadie había sabido aquello
-
Sabemos muchas cosas Phillipe, especialmente si están relacionadas con tu
familia -- le aclaró Edin
-
De acuerdo -- aceptó él
-- ¿Pero te estás escondiendo del
Duque? ¿Esta aquí? -- preguntó más interesado
-
En primer lugar no es que me esconda de él, lo vigilo, pero para hacerlo
mejor prefiero que no me vea si no es necesario. Y sí, llegó un poco antes que
tú.
-
¿Lo vigilas? ¿Por qué razón? -- preguntó aunque imaginaba la respuesta
-
Porque es un Devirg
-
¡Lo sabía! -- exclamó y ahora fue el turno de Edin de
sorprenderse -- Maurice se lo encontró hace unos días y por
lo que me dijo comencé a sospechar --
pero se detuvo bruscamente y lo miró
-- No me dirás que…
-
No -- lo interrumpió Edin al ver hacia donde
apuntaban sus pensamientos -- su padre no lo era y en el caso del joven Pierre,
es lo que llamamos un Nya, es decir un Devrig recién transformado.
-
¿Y por qué me pides que me vaya? Ya te di mi palabra de que no iba a
perseguirlos y solo quería asegurarme de que mis sospechas eran ciertas.
-
Phillipe, ya te explicamos en la anterior ocasión acerca de los Clanes ¿lo
recuerdas? -- y él asintió
-- Pues bien, el Duque fue
transformado por un individuo peligroso perteneciente al Clan Lothian. Alguien
a quien no dudo que conozcas también, su nombre es André de Montreuil
Efectivamente Phillipe conocía
al sujeto en cuestión y lo que más recordaba del mismo aparte de que nunca le
había resultado agradable, era su amistad con el anterior Duque. Pero la revelación de que también era un
Devrig no podía haberlo sorprendido más. También hacía algún tiempo que no
escuchaba hablar de él y pensaban que había abandonado Francia.
-
Te aseguro que no lo ha hecho, solo que ahora se presenta como Michel de
Montreuil Marqués de Clermont
-
Y su familia… es decir… ¡diablos!
-
No, no es igual a mi caso, en el suyo fue él quien los mató a todos -- y
Phillipe abrió con desmesura los ojos
-- Como dije, es un individuo
peligroso Phillipe, mantente alejado de él, porque si bien sabemos que nada
puede hacerte sin correr el riesgo de morir, sí puede fastidiarte mucho la vida
y no dudes que lo hará si tiene la oportunidad.
-
Gracias Etienne
-
Olvídalo, solo cuídate
-
Lo haré
Se despidieron y Phillipe
volvió al salón, localizó a Brian que en ese momento hablaba con un grupo de
jóvenes y tan amable y discretamente como le fue posible lo apartó de allí y le
informó que se marchaban. Brian mostró su extrañeza pero como no iba a discutir
con su abuelo, lo aceptó sin más trámite.
En otro lugar del salón se
encontraba el objeto de discusión de Phillipe y Edin en compañía de sus
inseparables amigos.
-
¿Aceptas la apuesta? -- estaba preguntando en aquel momento Louis a
Pierre
-
Espero que tu bolsa se encuentre bien provista --
dijo el más joven
-
Bueno, tú te estás encargando de que sea así --
dijo Louis riendo y Pierre lo miró mal
-
Bien, pero personalmente encuentro mucho más atractiva a mademoiselle
Janot --
dijo Pierre
-
Demasiado importante, y teniendo en cuenta tu record, es del todo inconveniente
-- dijo Michel
-
Y yo en su lugar procuraría disminuir el número de víctimas --
escucharon una voz y giraron las cabezas
-
¿Qué sucede Emerick? ¿Ahora van a castigarnos por unos cuantos humanos
muertos? -- preguntó Louis con ira
-
En mi opinión todos ustedes deberían estar en Zatvor por todo lo que han
hecho
-
Pero no puedes acusarnos de y los deseos no son hechos, así que… --
estaba diciendo Michel
-
Así que yo escucharía a Damien, especialmente en tu caso André, que te has
dedicado a coleccionar errores -- intervino Edin
-
Michel, si no te molesta --
dijo el aludido con los dientes apretados
-
La pena es que te moleste a ti André --
agregó Edin con una sonrisa perversa
-
¿Quines son estos payasos? -- preguntó Pierre y ambos Lovets lo miraron
casi con conmiseración
-
Los que podemos aligerar el peso de tu cuerpo suprimiendo tu cabeza en
forma legal, enfant idiot [1] --
dijo Edin acercándose a él
En otras circunstancias y tratándose
de otro sujeto, éste habría tenido todas las posibilidades de morir, ya que
Pierre de Buoisson había sido educado como correspondía a su cuna, de manera
que difícilmente había sido tratado de aquel modo por nadie y era algo que no
estaba en sus planes aceptar. De forma inmediata se había llevado la mano al
bolsillo pero fue detenido por Louis ante la mirada divertida de Edin.
-
No hagas tonterías Pierre, son Lovets
-- susurró
-
¿Lovets? -- y ahora Edin miró a André elevando una ceja
-
No le tienes mucho aprecio a tu Djali por lo visto, porque si es así, me
permito sugerirte educarlo mejor,
suponiendo que no desees que termine
con un Dykari en su cuello.
Dicho esto tanto Edin como Damien
desaparecieron de su vista dejando a André hecho una furia.
-
¿A qué se debe la presencia de tantos Lovets? --
preguntó Louis con curiosidad
-
Posiblemente a que Phillipe Saint-Claire y Brian Arlingthon estaban
aquí --
escucharon la voz de Henry a sus espaldas
-
¿Saint-Claire y Arlingthon? -- preguntó Pierre olvidándose de los otros dos
sujetos
-
Cálmate Pierre -- ordenó André
-- Todo a su tiempo --
agregó con una sonrisa maligna
Una de las cosas en las que
André más se había esforzado, era en inculcar el odio por aquellos dos
apellidos en Pierre, y era casi tan intenso como el que sentía por Dylan
Danworth, ya que André se había encargado de informar al chico que Lord
Arlingthon le había robado el amor de
su vida a Jean Pierre, que la señorita en cuestión era una Saint-Claire, pero
que había sido Dylan Danworth quien matase a su padre. De modo que en aquel
joven había una enorme concentración de odio hacia aquellos tres apellidos, algo
que André pensaba aprovechar muy bien.
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