Bodas de Sangre

Bodas de Sangre
Una vez superados los obstáculos ayudado en su mayor parte por Dylan, Kendall logró finalmente contraer matrimonio con Sophie. Después de la boda, Dylan emprenderá un nuevo, inesperado e insólito camino a través de un mundo del que no tenía ni idea de su existencia, mientras que la nueva pareja parte rumbo a Inglaterra para dar comienzo a un matrimonio que todos se preguntan cómo va a terminar siendo que dio inicio con unas Bodas de Sangre

viernes, 25 de julio de 2014

Cap. 43 Entre Inglaterra y Francia…



Por mucho que Lucien lo intentó no pudo cambiar la decisión de Dylan y ni siquiera consideró  seguir el consejo de Italr quien le dijo que acudiese a su padre, porque  él sabía que eso no iba a favorecerlo o al menos estaba bastante seguro de eso. La razón para esto era que estaba perfectamente al tanto de lo sucedido cuando Yvaylo le refirió a Iziaslav los pormenores de la visita hecha por Dylan a Swaney.

-         Sarì primero que nada quiero decirte que aunque estoy muy honrado por tu decisión al encomendarme la seguridad del Rybik,  entenderé si no me consideras apto para desempeñar lo que me has encomendado

Istvan había mirado a Yvaylo con curiosidad, mientras que Iziaslav tuvo deseos de reír, y si no conociese tan bien a aquellos sujetos, habría dicho que por algún motivo Yvaylo tenía miedo. Sin embargo, se guardó sus pensamientos y esperó. A continuación Yvaylo le había hecho un detallado relato de la visita efectuada por Dylan a Lothian, sin omitir ni el más insignificante de los comentarios. Pero mientras los consejeros tenían expresión de horror, Istvan de decidida preocupación y Janos se limitaba a pensar que el Rybik tal y como lo había pensado el día que lo había conocido, era una hechura de Lucien, Iziaslav había soltado una sonora carcajada.

Sin embargo, la mayoría de los presentes parecía no compartir el regocijo de su señor, porque los consejeros ya se veían teniendo que lidiar con las incontables cartas de indignación de los Devrigs del Clan Lothian, a Istvan solo le preocupaba la cada vez más precaria seguridad de Dylan, mientras que Janos si por un lado estaba preocupado por Dylan, por el otro se alegró de ver reír a Iziaslav, ya que llevaba días viéndolo cabizbajo y taciturno.

-         Bueno, si de algo nadie podrá acusarlo nunca es de ser un cobarde  --  dijo al final Iziaslav y se puso de pie dando por finalizada la entrevista

Por este motivo, Lucien dudaba mucho que pedirle a Iziaslav que le prohibiese algo a Dylan fuese a dar algún resultado, aunque Itlar seguía pensando que si se lo pedía él, sin duda Iziaslav se lo concedería. No obstante, Lucien era lo bastante terco como para no hacerlo, así que después de la Evesbriel partieron nuevamente para Inglaterra.

Apenas llegaron, Lucien se puso en contacto con Patrick y le dio una orden que fue ejecutada en un brevísimo lapso de tiempo, de modo que un par de días después de su llegada, Patrick se presentó en su habitación.

-         Kasny dunheit sarì

-         Buona sera Patrick  --  saludó a su vez  --  ¿Qué averiguaste?

-         Lord Arlingthon se ha distanciado de la dama en cuestión, algo que si me permite acotar, es lo normal ya que estamos en invierno y Lord Arlingthon está en Darnley. No obstante, en los últimos días no se ha cursado correspondencia entre ellos

-         Estás seguro de eso ¿no?

-         Sí señor

-         Bien, gracias Patrick pero necesito que lo mantengas vigilado y me hagas saber cualquier novedad en ese sentido.

-         Sí señor

Si al Lovet le pareció extraña la orden, no lo exteriorizó de ninguna manera y se limitó a seguir las órdenes que se le habían dado asignando a un havarik para la vigilancia de las actividades de lord Arlingthon.


El invierno llegó a su fin dando paso a la primavera. Dylan había manejado sin problemas el inconveniente de las invitaciones de Kendall y cada vez que su amigo pensaba invitarlo a casa, él se las arreglaba para que cambiase de parecer.

-         Comienza la temporada social Dylan, ven conmigo a Londres  --  le dijo unos días antes de partir

-         Sabes que eso no es lo que más llama mi atención Kendall

-         ¿Sabes?  --  preguntó de pronto deteniendo el caballo  --  Estoy preocupado y quiero que me digas la verdad Dylan  --  él se puso alerta y lo miró  saqueando a toda velocidad sus pensamientos  --  ¿Estás enfermo?

-         ¿Qué?  --  preguntó con cierta sorpresa porque ocupado como estaba buscando otras cosas, no reparó en ese pensamiento en particular

-         Si es así puedes decírmelo, somos  amigos ¿no?

-         Veamos Kendall ¿qué te hace pensar que puedo estar enfermo?

-         Varias cosas, primero viniste a casa sin un motivo aparente, porque eso de que tenías asuntos que atender nunca me convenció del todo. Segundo, llevas seis meses en Inglaterra y desde que te marchaste, es el período más largo de tiempo que pasas aquí. Y tercero, no pareces especialmente interesado en nada.

Si Kendall estaba pensando todo aquello, era porque aparte de todo lo que había dicho, no había olvidado que Joseph Danworth había muerto relativamente joven a causa de una afección pulmonar y sabía que esas cosas se heredaban. Sin embargo, Dylan después de soltar el aire, había sonreído.

-         Te agradezco tu preocupación pero te aseguro que estoy perfectamente sano

-         Dylan…

-         ¿Crees que si estuviese muriendo estaría aquí tan tranquilo? Vamos hombre, mínimo estaría buscando una cura en cualquier lugar del mundo  -- le dijo y rió de nuevo

Kendall se olvidó del asunto pero siguió dándole la lata con la cuestión del viaje a Londres hasta que Dylan se hartó y suprimió aquel pensamiento también.


Con la primavera también se habían reanudado los paseos de los niños y aunque Lucien no lo reconociese, Dylan no necesitaba que lo dijese para saber que se alegraba de verlos de nuevo. Ambos habían crecido mucho en los últimos meses, o al menos eso les parecía y aunque ambos se parecían mucho a Kendall, sin duda Derek era su misma imagen, mientras que siempre que Dylan veía a Chris veía los ojos de Sophie.

Los niños sin duda disfrutaban mucho de la compañía de Dylan y de Lucien, el último era una inagotable fuente de información al igual que sus otros dos amigos – Itlar e Yvaylo – que estaba contribuyendo mucho en la formación académica de ambos, y por lo menos el tutor de Christopher estaba especialmente satisfecho de los avances del chico, lo que no sabía era que no podía adjudicarse todo el mérito, mientras que el de Derek seguía teniendo problemas con él, pero no había nada que preocupase menos al niño y aunque no decía nada a su tutor ciertamente había asimilado, clasificado y almacenado todo cuanto Lucien les había contado.

Otra cosa que adquirieron a raíz de su extraña amistad con ellos, fue una gran destreza en equitación y esgrima, aunque esta última era practicada con sumo cuidado y siempre con floretes de punta roma, y notaron  que Derek era especialmente hábil en esto, por lo que no tuvieron dudas que Phillipe Saint-Claire tenía mucho que ver en ello.


Dos hechos vinieron a complicar la tranquilidad de los días en Livingstone. El primero, una nota de Kendall donde le pedía a Dylan que fuese a Londres para su cumpleaños, y después de pensarlo un poco Dylan accedió a ir. Y la otra, se presentó un día antes del mencionado cumpleaños con la visita de Patrick.

-         ¿Y bien?

-         La nueva distracción de Lord Arlingthon es Lady Anne Warwick

Lucien maldijo por lo bajo y aunque sabía que aquello iba a ocurrir tarde o temprano, le fastidiaba mucho que fuese justo cuando Dylan iba a encontrarse con Kendall.

-         ¿Ordenas algo?  --  preguntó el Lovet

-         De momento no, gracias Patrick

-         Vanedharma sarì

Al día siguiente salieron para Londres, el día anterior se habían despedido de los niños que por cierto no se habían mostrado muy contentos con su partida.

-         Pero dijiste que no te gustaba ese circo  --  había protestado Derek mirando a Dylan en forma acusadora, mientras Lucien ahogaba la risa

-         Derek, un caballero debe cumplir con sus obligaciones, no fastidies  --  lo había reprendido Chris

-         ¡No fastidies tú!

El chico había pasado ese día de un humor negro, lo que le había impedido disfrutar del paseo. Ahora cuando estaban a punto de salir para Londres, Dylan recordó lo que le había prometido a Derek cuando se despidieron.

-         Estaremos de vuelta en un par de días a lo sumo, Derek

-         ¿Lo prometes?

-         Te doy mi palabra

En ese momento sonrió y echándose la capa sobre los hombros, salieron. Llegaron a la casa de Dylan en Londres pero Lucien no quiso quedarse encerrado, de modo que salió a dar una vuelta. Como Inglaterra nunca había sido un lugar que llamase su atención, hacía muchísimos años que no visitaba Londres y ciertamente había cambiado mucho desde entonces. No regresó hasta muy tarde cuando ya Dylan se estaba preguntando dónde diablos se había metido.

Lo primero que hizo Luciano al llegar a la reunión de Kendall fue ubicar a  Lady Warwick, y a partir de ese momento acaparó la atención de la damita, con lo que el ánimo de Kendall desmejoró mucho. Sin embargo, Kendall era un hábil cortesano y disimuló muy bien su malestar, lejos estaba de saber que la joven no volvería a prestarle ni la más mínima atención nunca más.

Lucien por su parte, estaba consciente que no podía convertirse en el “niñero” de aquel infeliz, pero al menos de momento había conseguido su objetivo y Arlingthon no podría “presumir” ante Dylan, con lo que por muy molesto que estuviese Kendall, podía sentirse  agradecido.


Por supuesto la pequeña maniobra de Lucien tuvo efecto en el momento, pero Kendall  no tardaría en encontrar otra distracción. Sin embargo, estando en Londres y Dylan en Livingstone, Lucien juzgó que no habría problemas, pero no podía haber estado más equivocado.

La primavera tocó a su fin y llegó el verano que se fue también con excesiva rapidez. Dylan estaba sorprendido de la velocidad a la que crecían los niños y Lucien se burlaba diciéndole que ciertamente ya no eran niños. Una tarde de finales de otoño, los chicos se bañaban en el río a pesar de que tanto Dylan como Lucien les habían recomendado no hacerlo debido a las bajas temperaturas que ya se sentían, y quedó demostrado que tenían razón cuando Christopher sufrió un repentino calambre precisamente por el frío. Lucien no lo pensó y sin darle tiempo a Itlar para detenerlo, se lanzó al agua. No representó un mayor inconveniente sacarlo y afortunadamente el asunto no pasó del susto. Chris se sacó las ropas mojadas, Dylan le colocó su chaqueta y cuando se le pasó el calambre los regresaron a Darnley dejándolos como de costumbre en la entrada del Castillo, los jóvenes Arlingthon hacía mucho que habían dejado de pedirles que entrasen, así que se despidieron y marcharon a Livingstone.

Pero si bien para Chris el incidente no tuvo consecuencias, para Lucien sí, porque al día siguiente despertó sintiéndose fatal. Aunque todo indicaba que se trataba de un simple resfriado ya que había permanecido mucho tiempo con las ropas mojadas, la palabra “simple” no aplicaba a nada que los afectase, de modo que Itlar envió por Haris de manera inmediata y antes de que las cosas se complicaran.

Ese día por supuesto Lucien no estaba en condiciones de ir a ninguna parte, pero se empeñó en que Dylan no hacía nada allí encerrado y no sabía en ese momento lo mucho que iba a arrepentirse por eso.


Edin había insistido con Istvan en la cuestión de informar a Phillipe acerca de la existencia de su otra hija, pero Istvan había argumentado que no debían intervenir, que si los designios de Maikata Priroda eran que Phillipe se reuniera con su hija, eso sucedería tarde o temprano.

Sin embargo, Edin era obstinado y si bien no contravino las órdenes de Istvan, si manejó la situación para asegurarse que el destino de la chica no fuese el mismo de la madre. Por otra parte, continuó con sus esporádicas visitas a Madeleine lo que contribuyó en gran medida no solo a distraerla sino a hacer más llevadera su pérdida, y poco a poco fue disminuyendo el resentimiento.

Hacia finales de la temporada social, una noche Maurice regresó inusualmente temprano y venía de un humor asesino. Madeleine que se encontraba en el estudio junto con Phillipe como casi siempre, se tensó al escuchar el ruido de cristales rotos. Ella y su tío se miraron por unos segundos pero inmediatamente se levantaron y corrieron hacia el salón.

-         ¿Maurice?  --  dijo Phillipe al ver a su hermano

-         ¿Papá estás bien?  --  preguntó a su vez Madeleine al verlo consumir de su solo golpe el contenido de una copa

-         Maurice…

-         Acabo de tropezarme con Su Señoría el nuevo Duque de Armagnac

Aunque todos sabían de la existencia del hijo de Jean Pierre de Bouisson, era algo de lo que se habían olvidado, pero al mismo tiempo Phillipe se preguntó la razón de la ira de su hermano.

-         De acuerdo  --  dijo Phillipe con cautela  --  ¿Pero hizo algo que te ofendiese de algún modo?

-         ¿Acaso has olvidado lo que ese desgraciado le hizo a Sophie?

Phillipe y Madeleine se miraron sin poder ocultar su extrañeza, porque no era propio de Maurice comportarse de aquel modo y por fuerza tenía que haber una razón mejor que esa.

-         Por supuesto que no lo he olvidado Maurice, pero lo hizo el anterior duque, este…

-         ¡Este es la misma clase de sabandija que fue su padre!  --  escupió él con rabia

-         Papá es solo un muchacho, no puedes…

-         Créanme, este muchachito no va a resultar mejor que el cretino del padre, y desde luego en compañía de sujetos como Louis Buoicicault, Henry D’Albret y Michel de Montreuil, este último nuevo Marqués de Clermont y supongo que no han olvidado la clase de joya que fue su tío André, está clarísimo cuál va a ser el futuro de este joven individuo.

Phillipe concordaba con Maurice que al menos en el caso de los dos primeros, difícilmente podrían calificarse como caballeros de bien, por lo que sabía de ambos y a pesar de la cuna noble donde habían nacido, se habían esforzado mucho por labrarse una fama nada halagadora. En cuanto al Marqués de Clermont, había oído poco acerca de él aunque no había olvidado el aura de decidida maldad que rodeaba a André de Montreuil y ciertamente era un sujeto que nunca le cayó bien a Phillipe, faltaba ver cómo sería el hijo de su hermano.

No obstante, pensaba que Maurice estaba exagerando en su reacción, después de todo nada los obligaba a estar en contacto con aquella nueva generación de posibles dolores de cabeza y ni siquiera tenían que preocuparse por jóvenes damitas Saint-Claire, porque ni Madeleine ni Sophie tenían hijas. De modo que decidió olvidarse del asunto por el momento, pero algo que dijo Maurice despertó su inquietud.

-         Te juro que me sentí enfermo cuando Madame Lemoine me lo presentó, y te aseguro que antes de escuchar sus nombres, ya el instinto me había hecho reaccionar mal

En este punto Phillipe prestó la mayor atención a lo que estaba diciendo su hermano y las alarmas se dispararon en su cerebro, porque lo que estaba describiendo Maurice ya él lo había experimentado antes y no le gustaba la posible razón para ello. De modo que al final de la temporada social, Phillipe decidió deponer su  exilio de los salones franceses y averiguar quién  era en realidad el joven Duque.

A Madeleine que no se le había escapado el repentino cambio de actitud de su tío,  una vez que estuvieron solos se enfrentó a él.

-         ¿Y bien?

-         Es posible que esté obsesionado Madeleine, pero también lo es que esté en lo cierto y me propongo averiguarlo  --  le dijo luego de exponerle su idea

-         Déjame ir contigo, yo tengo más posibilidades…

-         No  --  la interrumpió él  --  recuerda lo que te dijo el amigo de Etienne, así como tú puedes reconocerlos ellos también a ti, y si se dan cuenta que sabes  qué son, eso podría traernos  problemas, así que no vale la pena correr riesgos.

Sin embargo, Phillipe podría haberse ahorrado las molestias de haber sabido que su sobrina seguía en contacto relativamente frecuente con Edin. Y en el caso de la misma Madeleine ni siquiera lo había pensado, porque de haberlo hecho habría recordado que una de las actividades de aquellos sujetos era estar al tanto de la población Devrig.

Y de hecho éstos lo sabían y no les había gustado nada cuando se enteraron. Edin siempre sospechó de aquel interés de André en el desquiciado Duque de Armagnac, porque si había algo que André no necesitaba eran sus propiedades o su título. Sin embargo, no tardaron en notar que las intenciones de André eran de orden político, ya que estaban en los primeros años de lo que se conocería más adelante como la Guerra de los Treinta Años, y aunque inicialmente las motivaciones de la misma eran de orden religioso, pasaría luego a convertirse en un conflicto político que terminaría con la supremacía de la Casa de Habsburgo, la descentralización del Sacro Imperio Romano Germánico y disminuiría notablemente el poder y la influencia de la Iglesia Católica.  De modo que André lo que buscaba con aquella transformación, era asegurarse que alguien de sangre mucho más noble que la suya y por tanto con más influencia política en la corte, estuviese en sus manos y poder mover los hilos a su antojo, o más bien al de Swaney Lothian. Sin duda Armagnac sería un excelente aliado, porque desde los tiempos de la Guerra de los Cien Años cuando la Casa de Armagnac se enfrentó a la Casa de Borgoña, todos sabían que constituían una fuerza de considerable peso en Francia.

Los miembros del Clan Yaroslávich procuraban con ahínco mantenerse al margen de los problemas políticos y de los conflictos bélicos, y su contribución a la humanidad consistía en intentar que los Devrigs de los otros dos clanes que por el contrario disfrutaban enormemente de esto, interfirieran lo menos posible y no incitaran a las cabezas coronadas a inmiscuirse en lo que terminaría en innecesarios derramamientos de sangre. Pero como había dicho Iziaslav en una oportunidad, por mucho que lo intentaran, el hombre estaba destinado a ser instrumento de su propia destrucción. No obstante, ellos continuaban en la lucha y siempre esperando lo mejor.

A la mañana siguiente de su conversación con Maurice, los Saint-Claire recibieron una inesperada visita. Maurice estaba como de costumbre riñendo a Phillipe por causa de su encierro sin saber que su hermano se preparaba para volver a los salones, cuando el mayordomo entró al estudio.

-         Un caballero solicita verlo señor  --  dijo dirigiéndose a Phillipe

-         ¿Y ese caballero tiene un nombre?  --  preguntó él sin levantar la vista de lo que hacía

-         Sí, y uno que espero recuerdes

Phillipe levantó la cabeza de golpe, Maurice se giró con tanta violencia que se hizo daño en el cuello, mientras que Madeleine lanzaba un grito.

-         ¡Brian!  --  exclamó ella que había sido la primera en reaccionar y había corrido a abrazarlo

-         Me alegro mucho de verte tía  --  dijo él besándola

-         ¡Vaya sorpresa hombre!  --  exclamó Phillipe mientras lo abrazaba después de apartar a Maurice

-         Abuelo esa barba te sienta terrible  --  dijo el chico en tono jocoso

-         Igual que el encierro  --  agregó Maurice

-         ¿Encierro?  --  preguntó Brian  --  No estarás enfermo ¿verdad?  --  agregó sinceramente preocupado

-         Por supuesto que no, no le hagas caso a Maurice  --  dijo lanzando a su hermano una mirada de reproche  --  Tiene tendencia a la exageración


A pesar de que la temporada social tocaba a su fin, París era París y Phillipe Saint-Claire uno de sus hijos predilectos, de manera que fue recibido con mucha alegría por la sociedad parisina y a partir de ese día arrastró a Brian a sus salones donde fue recibido con el mayor entusiasmo, y paralelamente siendo que Phillipe era un individuo de ideas fijas, procuró con el mayor ahínco coincidir con el Duque de Armagnac, algo que a la larga seguramente lamentaría mucho.

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