Habían transcurrido diez días
desde que Dylan recuperase el conocimiento y durante ellos a través de las
conversaciones sostenidas con su nuevo y pequeño amigo, se había enterado que
las cosas no iban bien para su familia. Dylan no era una mala persona, pero
debido a su posición nunca se había preocupado por las vidas de personas como
aquellas. No obstante, tuvo oportunidad de ver muy de cerca las precarias
condiciones de las mismas y por un lado se sintió mal al sentir que estaba siendo
una carga muy pesada para ellos y por el otro sintió indignación, porque en su
opinión nadie debería vivir de aquella manera. Según lo que le contó Tommy,
aquellas tierras pertenecían al Clan MacNab y su padre era un campesino libre
que trabajaba para ellos a cambio de la vivienda y una pequeña parte de la
cosecha. Aquella era una práctica común y en la mayoría de los casos injusta,
pero era la realidad de la época.
También se enteró que había
tenido un hermano que había muerto un par de años atrás, aunque al parecer Tommy
no estaba muy claro en la razón del deceso. Otro asunto que parecía preocupar a
los Stuart era que su hija se acercaba a los dieciséis años y debían buscarle
un marido, pero al parecer aquello tampoco iba a resultar sencillo teniendo en
cuenta la situación familiar que hacía casi imposible la cuestión de la dote.
Dylan había comenzado a salir
una vez que se sintió lo bastante bien y acompañaba a Thomas al campo aunque en
aquella época en realidad iba solo por costumbre, porque como resultó claro para
Dylan había poco qué hacer, de modo que solo lo ayudaba a cortar madera con el
fin de aprovisionarse para el invierno.
En una de esas salidas Dylan
notó que Thomas estaba preocupado por Mary, ya que el invierno anterior había
estado muy enferma a causa de las bajas temperaturas, su salud se había resentido
quedando bastante delicada y temía que al igual que su otro hijo muriese a
causa de ello, con lo que quedó aclarado el asunto de la muerte del hermano
pequeño de Tommy.
A todo esto había venido a
sumarse el inicio del invierno y el techo estaba en pésimas condiciones pero no
tenían recursos para repararlo.
Siendo que el ánimo de Dylan
no estaba precisamente bien, todo este conjunto de calamidades solo hicieron
que se deprimiese aun más pero también notó que a pesar de la vida que se veían
obligados a llevar, los Stuart parecían felices en medio de sus desgracias, y
Tommy siempre estaba sonriente a excepción de los momentos en los que su madre
decidía tirar de sus orejas. De modo que ante ese panorama Dylan tomó una
decisión, aquella gente merecía una vida mejor y él se encargaría de que así
fuese.
El día de navidad a pesar de
tener muy pocos alimentos sobre su mesa, reinaba un ambiente festivo en la
humilde vivienda e incluso se hicieron sencillos obsequios. Mary que era una
hábil costurera, les había hecho unas camisas a su esposo y a su hijo, y un
sencillo pero bonito vestido a Elizabeth. Thomas le había regalado unas guirnaldas de flores a su esposa e hija y
había tallado un barco de madera para Tommy. Y para mayor sorpresa de Dylan que
se sintió sumamente apenado con ellos, Mary y Elizabeth habían bordado su
inicial en unos pañuelos y Tommy le había dado un tosco soldadito de madera que
había tallado él mismo. Así que Dylan
aunque había decidido que primero iría a su casa y enviaría a Hegel a hacer los
arreglos pertinentes, cambió de opinión y decidió hablar con Thomas esa misma
noche.
-
Thomas hay un asunto que quería conversar contigo antes de partir
-
¿Partir? -- preguntó Tommy en tono horrorizado
-
Silencio Tommy -- ordenó su padre
-
Sí Tommy, ustedes han sido muy amables y nunca podré agradecerles bastante
lo que han hecho por mí, pero ya es hora de volver a casa aunque espero que nos
volvamos a ver pronto si tu padre acepta lo que voy a proponerle -- y
ahora miró a Thomas que lo miraba a su vez con curiosidad -- Poseo
algunas propiedades, de modo que estoy en posición de ofrecerte un lote de
tierra para que las trabajes
-
Dylan te lo agradezco mucho pero soy un hombre libre y…
-
No te estoy pidiendo vasallaje Thomas, seguirás siendo un hombre libre pero
con más oportunidades de progresar
-
Sabes que no es así, porque si tú eres vasallo de algún noble entonces
todos los que trabajen para ti también lo serán
-
Thomas mi única sujeción es al rey
-- y el hombre se sorprendió de
escuchar aquello, porque para que eso fuese cierto sería necesario que Dylan
ostentase algún título muy poderoso que lo situase muy alto en la pirámide
feudal
-
¿Dónde exactamente están tus propiedades?
Pero antes de que Dylan
pudiese contestar, todos vieron que su expresión variaba y había girado la
cabeza hacia la puerta aunque ellos no habían escuchado nada, pero un par de
segundos después escucharon que llamaban y Thomas se puso de pie para ir a
abrir.
-
Buenas noches señor, lamentamos interrumpir pero buscamos a aquel
caballero -- dijo Iyul
-
Ya me preguntaba cuándo vendrían por mí
-- dijo Dylan conteniendo una emoción que no se imaginaba
que iba a sentir al escuchar aquella voz
La situación se tornó tensa y
extraña para los Stuart, porque en realidad no sabían prácticamente nada de
Dylan y aunque al menos Thomas estaba pensando que podía ser un alto noble
inglés, también podía tratarse de algún criminal a pesar de no parecerlo.
-
¡Él no ha hecho nada! -- dijo Tommy poniéndose de pie al parecer
pensando de forma parecida a su padre
-
Está bien Tommy -- dijo Dylan con tranquilidad
-
¿Puedo saber quiénes son ustedes y para qué lo buscan? --
preguntó Thomas
-
Somos los hermanos de ese individuo
-- dijo Lucien apartando a Iyul y
Dylan sintió verdadera alegría al verlo, pero Iyul más formal que su hermano
decidió presentarse con corrección
-
Mis disculpas caballero, mi nombre es Iyul Yaroslávich, este es mi hermano
Lucien y ese sujeto -- dijo señalando a Dylan -- es nuestro hermano menor --
agregó acentuando cada palabra
La sorpresa de los Stuart no
podía ser mayor, pero Thomas se obligó a prestar atención porque uno de ellos
volvía hablar.
-
¿Sería tan amble de permitirnos pasar?
-
Claro -- dijo Thomas
Lucien casi atropelló a Thomas
en su prisa y caminó directo hacia Dylan que ya se había puesto de pie.
-
¡Eres un maldito desgraciado!
-- exclamó, pero acto seguido le
dio un abrazo
-
Señora, señorita -- dijo Iyul inclinándose ante Mary y su hija y luego
se volvió hacia a Dylan -- Dhavjà ev dumi Jhains dyrthàir [1] -- y
lo abrazó también
Mientras esto sucedía los
Stuart miraban sin saber qué pensar, porque sin duda aquellos hombres por sus
nombres y el lenguaje que acababa de utilizar uno de ellos eran extranjeros,
mientras que Dylan parecía un caballero inglés, aunque bien mirado guardaban
mucha semejanza entre ellos. Dylan por su parte había visto a Istval recostado
al marco de la puerta con su habitual sonrisa burlona y al cruzarse sus miradas
el Lovet le hizo un gesto con la mano.
-
Zdravi Rybik --
dijo acentuando el calificativo
De todos los Yaroslávich con
excepción de Lucien claro, Istval era el único que nunca lo había llamado así,
de modo que era su manera de transmitirle su fastidio por su desaparición.
-
¿Rybik? -- preguntó Tommy que era el único que parecía
no haber tenido dificultad en encontrar su lengua y miró a Dylan --
Dijiste que tu nombre era Dylan
-
Le has estado contando mentiras a estas buenas personas --
dijo Istval con sonrisa traviesa y miró a Tommy -- Él
es nuestro Rybik Yaroslávich -- continuó el muy payaso -- ¿No
es así alteza? -- agregó mirándolo con suprema satisfacción al
ver su cara de horror
Dylan tenía verdaderos deseos
de ahorcarlo, en tanto que los Stuart tenían cara de haber sido golpeados por
un rayo.
-
No le hagan caso a ese payaso, es…
-- pero Iyul sujetó su brazo
-
Es nuestro amigo Istval Korsacov
-- dijo Iyul
Istval le dio la mano a Thomas
y al aun sorprendido Tommy, y luego se inclinó cortésmente ante las damas que
parecían a punto de desmayarse.
-
Bueno -- dijo Lucien
-- ¿Ya podemos marcharnos?
-
No seas descortés Lucien -- dijo Iyul
-- no podemos marcharnos sin
agradecer apropiadamente a estas personas
-
Y yo aun tengo una conversación pendiente con Thomas --
agregó Dylan
Aunque los Stuart no tenían
idea de cómo actuar, Thomas acercó unas sillas y se las ofreció a los
inesperados visitantes. Una vez que habían tomado asiento Dylan se dirigió a
Thomas.
-
¿Y bien Thomas, qué me dices?
-
Milord…
-
¡Oh vamos hombre! Ya habíamos superado eso ¿no? --
dijo Dylan con fastidio y escuchó a Istval ahogar la risa
-
Sí pero no sabía que usted era…
-
Sigo siendo el mismo individuo al que sacaste del lago y con el que has
estado compartiendo tu casa, tu comida y tu amabilidad, así que olvídate de
todo lo demás.
-
Bueno pero… ¿puedo preguntar dónde…?
-
Ah sí, es cierto -- lo interrumpió Dylan recordando la pregunta
que había quedado sin responder -- Puedes escoger, tengo propiedades en
Inglaterra, Francia e Italia
-
También en Kiev, Yaroslavl, Alemania y Austria --
agregó Iyul aunque no sabía exactamente de qué estaba hablando Dylan,
pero si estaba enumerando sus propiedades él consideró oportuno aclarar que las
tenía también en esos lugares y Dylan lo miró con extrañeza porque ciertamente
no las tenía pero no dijo nada sino que miró a los Stuart que lo miraban a su
vez con la boca abierta
-
Pero si me permites la sugerencia, yo me inclinaría por Italia o Francia
que poseen climas más benignos -- dijo con intención de recordarle la delicada
salud de Mary
-
Me sentiré muy honrado de…
-
Entonces no se hable más -- lo interrumpió Dylan -- en cuanto regrese a casa haré los arreglos
para que alguien venga por ustedes y una vez en Inglaterra me dirás a dónde
prefieres ir
Tommy no se aguantó y
derribando la silla en su agitación se lanzó al cuello de Dylan.
-
Gracias
-
¡Tommy! -- exclamaron el padre y la madre al mismo
tiempo
-
No, gracias a ti Tommy -- le dijo
Dylan
-
¿Amigo le molestaría si traigo algunas cosas a su mesa? --
preguntó Istval y Thomas lo miró con extrañeza
-
No, por supuesto que no -- le dijo
Istval salió y unos minutos
después regresó en compañía de Itlar y Misha cargados con un montón de comida y
muchas botellas. Si bien los Stuart se cuestionaron de dónde había salido todo
aquello, no lo expresaron en voz alta, aunque Dylan no tuvo dificultad en verlo
y ver además que pensaban que tratándose de personas de su importancia debían
viajar muy bien equipados. Pero Dylan estaba seguro que los Lovets habían
recibido una orden de Istval al llegar y acababan de hacerla efectiva.
-
¿En verdad es usted un príncipe?
-- le preguntó Tommy en voz baja
a Iyul un momento después
-
Sí, es verdad -- y el chico abrió mucho los ojos
-
Y si Dylan es su hermano, eso significa que él también lo es ¿no? -- e
Iyul sonrió
-
Así es amiguito
-
Yo no sé mucho de esas cosas así que… no sé cómo debo llamarlos
-
Pues mi nombre es Iyul y es así como me gusta que me llamen -- y
el chico sonrió aliviado
-
Su otro hermano no parece muy feliz
-- dijo el niño poco después
-
No te dejes llevar por su aspecto, en realidad normalmente es mucho más
simpático que yo, solo está… cansado, llevamos muchos días buscando a Dylan y
estábamos muy preocupados
-
Entiendo -- dijo el chico y tomó una decisión que lo
llevó a acercarse a Lucien -- Oiga
-- dijo plantándose frente a
él --
sé que debe estar usted muy cansado y aunque mi cama no es muy grande
quizá quiera dormir un poco
-
Te lo agradezco pero no estarían bien incomodarte -- le
dijo Lucien y por primera vez exhibió su sonrisa
-
De veras no hay problema, puedo dormir con mi hermana, en cualquier caso a
veces cuando hace mucho frío y no tenemos suficiente leña, duermo con ella
Lucien a diferencia de Dylan,
conocía bien las carencias de gente como aquella pero hacía mucho tiempo que
había decidido que no podía cambiar las cosas y se contentaba con que los que
estaban a su servicio no las sufrieran olvidándose de todo lo demás, pero en
aquel momento la vieja ira por la injusta repartición de la riqueza en el mundo
se hizo presente al enfrentarse de nuevo a esa situación. Miró al chico, le
sonrió, le alborotó el cabello y para cuando retiró su mano ya había suprimido
la idea de cederle su cama de la mente del niño.
Los Stuart habían comenzado a
protestar cuando ellos anunciaron su partida alegando que Dylan había estado
muy delicado y no les parecía conveniente que emprendiese un viaje a aquellas
horas, pero los Lovets se encargaron de
eso y Dylan comenzó a despedirse.
-
Mary, confío en verte pronto y siempre estaré agradecido por lo que has
hecho por mí -- le dijo Dylan besando
sus manos y haciendo que la mujer se sintiese muy avergonzada. Luego se giró y
tomó la de su hija -- Señorita Elizabeth, también a usted le estoy
muy agradecido por sus cuidados -- y la chica enrojeció hasta la raíz del
cabello. Después de eso se agachó ante Tommy
-- Voy a echarte mucho de menos
amigo, y te prometo que siempre voy a llevar esto conmigo --
dijo mostrándole el pequeño soldadito y a continuación lo estrechó entre
sus brazos mientras Tommy hacía furiosos esfuerzos por contener las
lágrimas -- Nos veremos pronto, te lo prometo -- y
por último se acercó a Thomas y estrechó su mano --
Gracias Thomas, por todo. Tan pronto como me sea posible enviaré por
ustedes
-
¡Oh por Dios! -- exclamó de pronto Mary y corrió hacia el
aparador de donde extrajo algo y volvió hacia Dylan --
Casi olvido devolverle sus cosas
-- dijo entregándole lo que
parecía una bolsa de tela
Dylan la abrió y ahí estaban
sus anillos, su Dykari y la cadena que a pesar de haberla llevado toda su vida
no la había echado de menos. Después de eso los Lovets se despidieron igual que
Lucien y por último lo hizo Iyul.
-
Nuestra familia ha contraído una enorme deuda de gratitud con todos ustedes
que nada podrá saldar, así que considérenme su amigo y su servidor por el resto
de sus vidas -- se inclinó ante las damas y estrechó la mano
de Tommy y de su padre
Después de eso se marcharon y mientras
los veían alejarse, Thomas pensó que sin duda aquel era un gran príncipe y
sería un excelente gobernante de su pueblo fuera este el que fuere.
Dylan fue conducido
directamente a Illir y en esta ocasión el que tenía cara de disgusto no era
Lucien sino él, ya que esperaba ir a su casa.
-
Iyul… -- pero éste no lo dejó terminar sino que se
acercó y colocó las manos sobre sus hombros
-
Prometo que no tendrás que quedarte si no quieres, pero él pidió verte para
asegurarse que estás bien
Dylan no discutió más y caminó
con ellos hacia el interior, quizá él no entendiese la necesidad de Iziaslav de
verlo pero los príncipes sí, ya que después de lo sucedido y luego de buscarlo
durante tantos días, era lógico que quisiese verlo con sus propios ojos. Durante
los días que lo habían estado buscando, Iyul
había comenzado a pensar que por
algún motivo el efecto Saint-Claire
hubiese actuado con retraso, mientras que Lucien insistía en que seguía vivo.
De modo que ahora que lo habían encontrado, se imponían muchas explicaciones
que aunque Dylan no lo sabía, ellos también estaban esperando.
Se habían dirigido
directamente a las dependencias reales ya que el mayordomo les indicó que
Iziaslav estaba allí y lógicamente a pesar de la avanzada hora, efectivamente
allí estaba en compañía de Janos.
-
Señor -- dijo Dylan doblando una rodilla al igual que
todos los que venían con él a excepción de Lucien, como de costumbre
Sin embargo, en esta
oportunidad Iziaslav ignoró a todos los demás y caminó directamente hacia
Dylan, lo sujetó por los hombros haciendo que se levantase y lo miró directo a
los ojos. Aunque estaba muy aliviado de verlo, tuvo que enfrentarse al reproche
de aquellos ojos verdes detrás de los cuales aparte del mencionado reclamo, se
percibía cierto grado de decepción al sentirse engañado.
-
Gracias a los dioses estás bien Rybik
-- le dijo --
Ahora es necesario que conversemos.
Les hizo un gesto a los demás
para que se pusiesen de pie y ellos comenzaron a alejarse, pero Iziaslav los
detuvo.
-
No, ustedes también vienen
Nadie dijo nada aunque Iyul y
Lucien se sintieron sorprendidos de que los Lovets también fuesen requeridos
para aquella conversación, pero aun así lo siguieron. Janos abrió la puerta que
daba a un salón contiguo y vieron que allí los esperaban tres personas y que se
pusieron de pie al verlos entrar. Entre los presentes se encontraba Haliq, el
padre de Haris, pero en realidad había más personas allí aunque no estaban
visibles. Los tres que sí lo estaban se inclinaron e Iziaslav se dirigió al
Veldeky.
-
Haliq -- y el hombre avanzó hacia Dylan
-
¿Me permites sarì?
Aunque Dylan no tenía idea de
qué se suponía debía permitirle, asintió y a continuación el sujeto acercó sus
manos a su rostro y se dedicó al parecer a examinarle los ojos con atención.
Después colocó ambas manos sobre su cabeza, luego trasladó una de éstas a su
pecho y por último comprobó su pulso. Finalmente dio un paso hacia atrás, le
sonrió y se volvió hacia Iziaslav.
-
Todo parece indicar que se encuentra bien sozdatel’
-
¿Parece?
-
No hay nada que me indique que no sea así sarì
Haliq se inclinó ante él y
luego caminó hacia la puerta y desapareció. Después de eso Iziaslav les indicó
tomar asiento y todos lo hicieron.
-
Rybik, sé que estás pensando que has sido engañado pero no es así. Sin embargo, entiendo que tienes derecho a
exigir explicaciones y es justamente lo que vamos a darte.
Hasta el momento Dylan no
había dicho ni una sola palabra, en primer lugar porque estaba seguro que
cualquier cosa que dijese iba a sonar mal, y en segundo porque pensaba que eran
ellos los que como acababa de decir Iziaslav le debían muchas explicaciones. Lo
que no sabía era que si hasta el momento no había hablado por voluntad propia,
luego de la mencionada explicación por un momento sentiría que no podría
hacerlo nunca más.
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