Bodas de Sangre

Bodas de Sangre
Una vez superados los obstáculos ayudado en su mayor parte por Dylan, Kendall logró finalmente contraer matrimonio con Sophie. Después de la boda, Dylan emprenderá un nuevo, inesperado e insólito camino a través de un mundo del que no tenía ni idea de su existencia, mientras que la nueva pareja parte rumbo a Inglaterra para dar comienzo a un matrimonio que todos se preguntan cómo va a terminar siendo que dio inicio con unas Bodas de Sangre

viernes, 25 de julio de 2014

Cap. 39 Los días siguientes…



Dylan estaba sorprendido y fastidiado de la cantidad de asuntos que requerían de su atención, era cierto que sus administradores llevaban alrededor de seis años reclamando su presencia por una cosa u otra y él siempre había pospuesto su visita, pero ahora que había venido y después de seis días atendiéndolos, ya estaba harto de todo aquello. Después de la muerte de Joseph, él había estado en Inglaterra solo una vez más y en oportunidad de la muerte del padre de Kendall, pero en aquella ocasión no se había visto inmerso en tal cantidad de asuntos pendientes.

-         No sé por qué te quejas tanto  --  dijo Lucien la mañana del séptimo día  --  Es lo que normalmente hacen los caballeros de tu posición y que ostentan unos títulos tan importantes como los tuyos.

-         ¡Al demonio con la posición y los títulos!

-         ¡Vaya!  --  exclamó Iyul que venía entrando  --  Parece que no estamos del mejor humor esta mañana.

-         A nuestro querido Lord le están resultando pesadas sus obligaciones  --  dijo Lucien en su habitual tono burlón

-         Quizá deberías divertirte un poco  --  opinó Iyul  --  es lógico que si te pasas  todo el día encerrado con aburridos individuos solo para escuchar cómo aumentan tus ganancias y se revalorizan tus propiedades, termines con ese lindo humor

Dylan no sabía si darles un golpe u olvidarse de ellos dos al tiempo que se preguntaba cómo hacían ellos, porque sabía de cierto que Iyul y Lucien tenían entre ambos muchas más propiedades que él y sin embargo, nunca los había visto ocuparse de nada que no fuese divertirse tanto como era posible, al menos en el caso de Lucien aunque suponía que Iyul hacía lo mismo. Pero luego recordó que aquellos dos individuos eran príncipes, de modo que nadie esperaba que se ocuparan de nada.

Después de un rato más de burlarse y fastidiarlo, Lucien se compadeció de él y decidió darle un buen consejo.

-         Escucha Dylan, no es como lo estás pensando. Nosotros tenemos las mismas obligaciones que tú, pero resolvimos eso hace mucho tiempo colocando todo en manos de un apoderado.  Eventualmente nos entrevistamos con él para aprobar algunos asuntos pero por lo demás, él se hace cargo de todo

-         Bueno, en resumidas cuentas es más o menos lo que estaba pensando, desde su posición cualquiera está obligado a servirles con lealtad so pena de perder la cabeza, pero en mi caso es diferente porque…

-         No, no lo es  --  lo interrumpió Iyul  --  Estás olvidando el pequeño detalle que ahora te deben la misma lealtad a ti, de modo que solo tienes que solicitarlo y de inmediato tendrás a un Devrig plenamente calificado para hacerse cargo de todos tus asuntos de ahora en adelante.

Dylan no sabía por qué pero no se le había ocurrido en ningún momento utilizar los servicios de un Devrig, de modo que por un lado le alegró que se lo hubiesen hecho ver, pero por el otro sintió de nuevo el deseo de golpearlos, porque llevaban más de una semana viéndolo pasarlo mal por causa de aquello y ninguno de los dos le había dicho nada.

Esa misma tarde llegó a Livingstone Franz Hegel, quien a partir de ese día se ocuparía de todos los asuntos de Lord Danworth tanto en suelo inglés, como en cualquier otro lugar donde los tuviese. Era un individuo que aparentaba unos treinta años, pero posteriormente Dylan se enteraría que tenía setecientos ochenta años de existencia. Su estatura era promedio, tenía cabello castaño y unos vivaces ojos color caramelo. Hablaba varios idiomas y tenía amplios conocimientos en administración, así como conocía perfectamente todas las leyes que regían las políticas comerciales de la época, y él en sí mismo era un hábil comerciante, lo que a la larga redundaría en beneficio de Dylan. 

Aunque Iyul no tenía ninguna duda que le habían enviado a un sujeto adecuado, igual escuchó con paciencia mientras les presentaba sus credenciales, en tanto que Lucien tenía expresión de mortal aburrimiento. Dylan que llevaba varios días enterrado en informes financieros, tenía deseos de decirle que ya estaba contratado pero que se callase de una vez, aparte de que le estaba costando un enorme trabajo entenderle, porque aunque Iyul le había pedido que hablase en inglés, la mayor parte del tiempo se había desviado hacia su propio idioma y Dylan pensó que aquello podía constituir una traba, aunque con el tiempo notaría que no sería así. No obstante, y a pesar de su fastidio, su buena educación vino en su ayuda y logró escuchar hasta el final.

-         Hegel, todo eso está muy bien y no tenía ninguna duda acerca de sus capacidades --  dijo Iyul  --  pero lo más importante de todo esto, es que tenga claro a quien sirve y que un solo error de su parte y terminará en Zatvor acusado de traición

Si bien Dylan estaba acostumbrado a dar órdenes y a ser obedecido, en ningún caso solía mostrarse tan desagradable como le parecía que se estaba mostrando Iyul, pero tratándose de quien se trataba, entendió que habría sido absurdo esperar otra conducta.

-         Ak larsèvirier  --  dijo Hegel haciendo una reverencia ante Iyul y luego mirando a Dylan agregó  --  Nym sarì, hor iuv…

-         En inglés Hegel  --  lo interrumpió Lucien que hasta el momento había permanecido en silencio y en su acostumbrada e indolente posición tirado en un sillón y con las botas sobre una mesa

Hegel se giró con rapidez hacia la voz y de haberse encontrado en otra situación posiblemente Dylan habría reído al ver la expresión de susto del hombre, mismo que al menos en opinión de Hegel estaba plenamente justificado, ya que no había absolutamente nadie en el mundo Devrig fuese del clan que fuese, que no  supiera que molestar a aquel individuo calificaba en el renglón de crimen.

-         Dum horiani sarì  --  se disculpó el susodicho y con un gesto de supremo fastidio Lucien le indicó que podía continuar, de modo que el hombre miró a Dylan de nuevo  --  Mi señor, soy su más humilde servidor, juro que protegeré sus intereses con el mayor celo y de no ser así está usted en libertad de disponer de mi vida.

Aunque Dylan estaba acostumbrado a ser tratado con respeto y en muchos casos con temor, aquel tratamiento excedía en mucho al habitual, de modo que se sintió incómodo y no muy seguro de cómo responder, pero Iyul que sí lo estaba se hizo cargo de la situación.

-         Mañana comenzará a reunirse con los administradores de las diferentes propiedades de Lord Danworth, quienes lo pondrán al tanto de todo. Ahora el mayordomo le mostrará sus habitaciones

-         Eso no será necesario sarì, puedo…

-         Sí, sí es necesario Hegel, y le sugiero no olvidar que va a desenvolverse como el administrador general de los bienes y propiedades de un Lord inglés, de modo que debe conducirse con la mayor naturalidad y según el estilo de vida de los ingleses ¿está claro?

-         Ak sarì

Después de eso Hegel se marchó en compañía del mayordomo y Dylan se volvió a Iyul.

-         ¿Qué?  --  preguntó éste

-         ¿Sabemos si este hombre tiene una familia?

-         No  --  contestó Iyul con indiferencia

-         Pues es posible que la tenga y si es así…

-         Dylan no seas necio  --  lo interrumpió Lucien  --  es un Devrig, de modo que eso descarta casi por defecto que tenga una, y en cualquier caso no veo por qué tendría que preocuparte.

El egoísmo era otra característica propia de los príncipes y en un Devirg esta se veía incrementada, de modo que Dylan decidió no discutirlo más, ya se enteraría por sus propios medios de si la tenía o no, y de existir alguien, proporcionaría al señor Hegel una vivienda adecuada para traerla.

Esa noche Iyul tenía una invitación de Kendall para asistir a una velada en casa de unos vecinos un poco más allá de Cleves, pero aunque también Dylan había recibido la invitación, ni Lucien ni él quisieron ir.

A la mañana siguiente mientras Dylan había salido a montar,  así que Iyul fue a la habitación de Lucien al ver que no había bajado a desayunar y lo encontró aun dormido. Se acercó a la ventana, descorrió las cortinas y se preparó para la protesta que no se hizo esperar.

-         ¡Desgraciado hijo de…!

-         ¡Ey!  --  lo detuvo  --  Recuerda que compartimos el mismo vientre

-         ¿No tienes nada mejor qué hacer?

-         No de momento

Lucien le lanzó lo primero que se le puso a mano y después de esquivarlo Iyul rió.

-         No creo que a Dylan le agrade mucho que destruyas su propiedad

-         Lárgate Giulio y déjame dormir en paz.

-         Eres el único Devrig que conozco que ame tanto una cama, si al menos estuviese un poco más concurrida lo entendería pero no siendo así…

-         ¡Lárgate infeliz!

-         No seas pesado Lucien, levántate de una vez y vamos a desayunar

-         Dame una buena razón para ello  --  dijo colocándose la almohada sobre la cabeza

-         Sabes lo mucho que me fastidia comer solo

-         ¿Y eso de algún modo es problema mío?

Pero tanto lo fastidió hasta que terminó por levantarse, después de lo cual tuvo que soportar una relación detallada de las personas a las que había conocido. Como ninguno de los dos había frecuentado con anterioridad la corte inglesa por razones obvias, no tenían muchos conocidos en ella, de modo que todo era novedoso.

-         Patrick tiene excelentes relaciones  --  estaba diciendo Iyul

-         Me lo imagino, es su trabajo ¿no?

-         En realidad no, Patrick es un Lovet y aunque debe estar bien informado, no necesariamente tiene  que tratar con todos, eso es más bien trabajo de nuestro Lord Stafford ilustre Duque de Lichfield  --  pero como Lucien no dijo nada continuó  --  Aparte de eso, conoce a muchas y muy encantadoras damitas

-         Por lo que es de suponer que amanecerías muy bien acompañado y no entiendo por qué tenías que venir a fastidiarme a mí  --   dijo Lucien

-         No me puedo quejar  --  dijo Iyul sonriente  --  aunque  tu amigo Arlingthon puede quejarse aun menos, ya que la señorita en cuestión…  --  pero Iyul fue interrumpido por Lucien

-         ¿Qué?  --  preguntó, pero como Iyul pareció no entender, agregó  --  ¿Estás diciendo que Kendall Arlingthon no regresó a su casa anoche?

-         No seas necio Lucien, por supuesto que lo hizo, a lo que me refiero es a que su amante es una hermosa mujer

Pero aquello pareció ser aun peor, porque en cuanto Lucien había escuchado a Iyul había soltado o se le había caído lo que tenía en la mano y lo miraba con los ojos muy abiertos.

-         ¿Sker advajèvka?

-         No es posible

-         ¿Lucien te sientes bien?

Sin embargo, Lucien no se molestó en contestar sino que se había levantado y miraba en forma distraída por la ventana, de modo que Iyul se puso de pie también y se acercó a él.

-         ¿Lucien?  --  pero habiendo alcanzado a ver retazos de sus pensamientos, compuso expresión de fastidio  --  Vamos hombre, no veo qué tiene de extraordinario ¿cuántos individuos casados conoces que no tengan una amante?

-         Se supone que Arlingthon ama a su esposa

-         Lucien te estás comportando como una monja  --  y rió con diversión  --  Escúchate, tú mejor que nadie sabes que el amor eterno dura aproximadamente unos tres meses o menos, así que lo que estás diciendo es la mayor necedad que has dicho nunca y mira que has dicho muchas  --  pero como Lucien seguía en silencio  --  No me dirás que ahora vas a preocuparte por Lady Arlingthon, porque si es así, déjame decirte que de veras necesitas distraerte urgentemente

-         Tenemos que largarnos de aquí lo antes posible

-         Lucien realmente…

-         Deja de decir y pensar idioteces Giulio  --  dijo volviéndose hacia él  --  ¿Es que no te das cuenta lo que podría suceder si Dylan se entera de esto? ¿Cuánto tiempo crees que sobreviva Arlingthon? En lo personal me importa poco su suerte, pero aun suponiendo que respete su vida, sabemos sin la menor sombra de duda  a dónde lo conduciría esto.

-         Entiendo, pero Dylan sabe que no puede tocarla

-         ¿Tengo que recordarte que Mika también lo sabía?

Mika Yaroslávich había sido el hijo mayor de Iziaslav y Gianna, y aunque tenía las mismas razones que todos ellos para odiar a todos los Saint-Claire, al igual que su padre había perdido la cabeza por una. Por extraño que aquello pareciese, por algún motivo que ya Iyul comenzaba  a preguntarse si no sería una maldición adicional, ninguno de ellos con excepción de Lucien, era capaz de odiarlos y en el caso de las mujeres Saint-Claire, ejercían una muy extraña e inexplicable atracción sobre ellos. Por supuesto esto no aplicaba a Lucien que era el único que seguía odiándolos en forma visceral fueran mujeres u hombres. El asunto es que Mika había hecho caso omiso de las advertencias y aunque la mujer en cuestión jamás se interesó por él, su hermano había cometido el enorme error de asaltarla y a pesar de que su intención estaba muy lejos de hacerle daño, aquello lo había conducido directo al desastre.

En el caso de Andrei, todo indicaba que la chica se sentía atraída por él pero del mismo modo y aun cuando a Iyul le constaba lo mucho que Andrei había luchado en contra de lo que sentía, igual terminó muerto en los brazos de ella. De modo que entendía la urgente necesidad de llevarse a Dylan de allí, tan lejos y tan pronto como fuese posible.

Pero mientras los hermanos sostenían esta conversación, Dylan sostenía una de naturaleza muy diferente con Yvaylo. Esa mañana cuando Dylan bajó y al notar que Lucien no estaba a la vista, decidió que era un buen momento para hablar con Yvaylo.

-         Yvaylo  --  llamó antes de entrar a la caballeriza

-         ¿Ak sarì?

-         Dado que estás y que yo lo sé, no veo la necesidad de que permanezcas invisible y en silencio

-         Dhavjà sarì, pero no deseo importunarte, solo cumplo con mi obligación

-         Espero que estemos de acuerdo en que estoy muy lejos de parecerme a Luciano  --  y una sonrisa asomó a los labios de Yvaylo

-         Sin duda alguna

-         Bien, entonces y como asumo que eres buen jinete, me gustaría que me acompañases

-         Si ese es tu deseo, cuenta con ello

Como ya el mozo tenía otra montura ensillada por si Lucien aparecía, no tuvieron que esperar y salieron inmediatamente.  Después de un muy breve tiempo de charla más que todo acerca de la propiedad, Dylan abordó lo que en realidad le interesaba.

-         ¿Yvaylo, estás de algún modo obligado a obedecerme?

-         Por supuesto, siempre y cuando tus órdenes no atenten contra la seguridad de la familia ni contra la tuya  --  aclaró Yvaylo

Yvaylo le llevaba a Dylan demasiados años de ventaja, aparte de haberse pasado media vida luchando contra las necedades de Lucien, de modo que estando seguro de a qué obedecía el repentino interés de Dylan en lo que podía o no podía ordenarle, decidió dejar bien claro el asunto.

-         Puedo entender tus motivos Rybik, pero si estás pensando en ordenarme dejarte ir solo a ver a Swaney, la respuesta es no  --  y como Dylan no dijo nada continuó  --  Como dije puedo entender tus motivos, pero me pregunto qué piensas lograr, porque sé que eres inteligente y sabes que aunque a Swaney le encantaría matarte solo por causarle dolor a Iziaslav, no es tan idiota como para hacerlo

-         Solo intento proteger a mis amigos Yvaylo, y aunque posiblemente tengas razón y él no se avenga a dejarlos en paz, al menos voy a intentarlo.

No hablaron más del asunto sino que en el camino de vuelta Yvaylo lo sorprendió con parte de la historia de su país que ni él mismo conocía.

Dylan estuvo ocupado durante la mañana hablando con el señor Hegel y luego con el administrador de Livingstone para informarle acerca de su decisión de poner todo en manos del anterior, algo con lo que el hombre no se mostró especialmente satisfecho y antes de que se enfrascase en una acalorada exposición de motivos, Dylan suprimió esos pensamientos y luego lo dejó en compañía de Hegel para que lo pusiese al tanto de todo lo necesario. En su conversación previa con su nuevo empleado, se había enterado que si bien no tenía hijos sí tenía una pareja, de modo que ordenó al administrador se le proveyera de una vivienda, algo por lo que Hegel se mostró sumamente agradecido.

Esa tarde recibieron la visita de Kendall y aunque estuvo toda la tarde con ellos, rechazó quedarse para la cena pero quedó con Dylan en que al día siguiente irían juntos a dar el habitual paseo matutino. Aquello encendió las luces de alarma en el cerebro de Lucien, porque como bien había dicho Iyul, el tener una amante no era nada considerado fuera de lo ordinario, de modo que Kendall podía en forma inadvertida hacer algún comentario acerca de la damita en cuestión y no porque se sintiese inclinado a hacer confesiones de aquel estilo, pero cualquier cosa que dijese despertaría la curiosidad de Dylan que no tendría inconveniente alguno en ver lo que su amigo no dijese. De modo que ya estaba pensando que aunque Arlingthon seguía resultándole desagradable, los acompañaría a la mañana siguiente, pero el asunto quedó resuelto cuando Kendall invitó a Iyul, así que Lucien se tranquilizó, porque sabía que su hermano podría hacerse cargo de la situación librándolo de tener que soportar la compañía de aquel sujeto por más tiempo del estrictamente necesario.


A pesar de que eso había quedado resuelto, siguió pensando en la mejor manera de sacar a Dylan de Inglaterra, porque mientras permaneciese allí continuaría siendo un peligro latente por todos lados.

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